Este trabajo está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC-BY-NC-SA).

Artículo

Paisajes arqueológicos de la localidad La María, Meseta Central de Santa Cruz, Argentina. Análisis distribucionales

Fabiana Skarbun

https://orcid.org/0000-0001-8650-758X

División Arqueología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP) / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Laboratorio 107, Anexo Museo, Calles 122 y 60 (CP B1900FWA), La Plata, Buenos Aires, Argentina. E-mail: fskarbun@fcnym.unlp.edu.ar

Rafael S. Paunero

División Arqueología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Laboratorio 107, Anexo Museo, Calles 122 y 60 (CP B1900FWA), La Plata, Buenos Aires, Argentina. E-mail: rpaunero@fcnym.unlp.edu.ar

Recibido: 15 de febrero de 2022
Aceptado: 30 de junio de 2022

Resumen

Estudiamos los patrones de uso de los paisajes de la localidad arqueológica La María (Meseta Central de Santa Cruz, Argentina), la cual fue habitada por sociedades cazadoras-recolectoras desde el Pleistoceno final hasta el Holoceno tardío. Estas seleccionaron los lugares donde realizaron sus prácticas cotidianas, generando paisajes arqueológicos con distintos patrones de intensidad y/o redundancia de uso. Analizamos como varió el uso de los paisajes considerando las características de cada uno, y evaluamos el rol que tuvo la localidad en el poblamiento regional. Examinamos la distribución de artefactos líticos registrados a partir de nueve prospecciones sistemáticas. Para ello calculamos la densidad de artefactos líticos utilizando sistemas de información geográfica (SIG), el porcentaje de segmentos con restos líticos, el tipo de distribución y la densidad Kernel. El resultado de los análisis evidencia un uso diferencial de los sectores, destacando la margen de la Laguna Grande en un marco de uso intenso de toda la localidad. Esto es concordante con la propuesta de que la misma fue un paisaje de gran importancia para las sociedades cazadoras-recolectoras de la Meseta Central de Santa Cruz.

Palabras clave: Cazadores-recolectores; Artefactos líticos; Intensidad de uso; Patagonia

Landscapes of La María archaeological locality, Central Plateau of Santa Cruz. Argentina. Distributional analysis

Abstract

In this paper, we study the patterns of landscape use at La María archaeological locality (Central Plateau of Santa Cruz, Argentina). This locality was inhabited by hunter-gatherer societies from the Final Pleistocene until the Late Holocene. These societies selected the places to carry out their daily tasks, constructing archaeological landscapes with different use intensity and/or redundancy patterns. We analyze how the use of each landscape varied considering their characteristics. We also evaluate the role of the locality in the regional settlement. We examine the distribution of lithic artifacts recorded during nine systematic surface surveys. By using geographical information systems (GIS), we calculate the density of lithic artifacts, the percentage of sectors with lithic remains, the type of distribution, and the Kernel density. Results show that there was a differential use of space, where the margin of Laguna Grande stands out in a context of high-intensity use of the entire locality. Results are consistent with previous research, which indicated that the locality was a landscape of great importance for hunter-gatherer societies of the Central Plateau of Santa Cruz

Keywords: Hunter-gatherers; Lithic artifacts; Intensity of use; Patagonia

Introducción

En este trabajo estudiamos los patrones de uso de los paisajes de la localidad arqueológica La María (Meseta Central de Santa Cruz, Argentina). A partir del examen de la distribución de los restos líticos superficiales en relación con los distintos paisajes donde se encuentran, discutimos la intensidad y/o redundancia con que fueron utilizados. Este análisis se enmarca en los estudios distribucionales realizados en la localidad, los cuales están siendo desarrollados a través de distintas instancias metodológicas.

Dentro de este marco, sostenemos que el paisaje se constituye durante las prácticas sociales, cotidianas y rutinarias de las personas que lo habitaron y lo habitan. Implica una red de relaciones sociales, saberes y experiencias que lo modifican, recrean y estructuran a lo largo del tiempo. En este sentido, está social e históricamente construido. A su vez, funciona como socializador de los individuos a través de prácticas y rutinas concretas y de la movilidad (Llobera, 2000). Así, el paisaje socialmente construido media en la manera en que lo habitan las generaciones posteriores. Las prácticas sociales se desarrollan en lugares específicos, que son elegidos según sus propiedades, atributos atractores y organizadores de las actividades, tanto como en relación con la percepción y el conocimiento que poseen los grupos sociales sobre los mismos. Así, un lugar debe su carácter a las experiencias que brinda a aquellos que pasan tiempo allí y que, al mismo tiempo, dependen del tipo de actividades en las que participan (Ingold, 1993).

Las actividades y trabajos realizados en distintos lugares generan modificaciones perdurables del paisaje (traslado de materias primas, evidencia de uso de sectores –presencia de material arqueológico de superficie–, pinturas rupestres, enterratorios, entre otros). Las prácticas cotidianas llevadas a cabo en dichos lugares construyen paisajes estructurados donde las personas realizan distintas actividades y se relacionan. Estas modificaciones, a su vez, producen cambios en su forma de uso, la percepción y el conocimiento que se tiene sobre el mismo. Los paisajes y lugares son utilizados de manera continua con distinta intensidad y/o redundancia de uso a través del tiempo. Esto genera un registro arqueológico continuo cuya estructura puede ser descripta en términos de la variación en la densidad artefactual (Foley, 1981). Asimismo, los proceso geomorfológicos y tafonómicos afectan la distribución de los restos líticos y la integridad del registro arqueológico, dado que este es el resultado del uso humano del paisaje a través del tiempo en conjunto con los distintos procesos postdepositacionales (Belardi y Borrero, 1999; Binford, 1992; Foley, 1981; Rossignol, 1992; Zubimendi, 2010).

La localidad arqueológica La María se ubica en el sector meridional de la Meseta Central de Santa Cruz (Figura 1), incluye la estancia La María propiamente dicha y las áreas vecinas pertenecientes a las estancias El Ceibo, La Asturiana y Vega Grande. Este paisaje presenta diversas características que lo hicieron muy atractivo para ser habitado por las sociedades cazadoras-recolectoras pasadas. Entre estas características se encuentra la disponibilidad de agua dulce apta para el consumo humano, recursos faunísticos, vegetales y minerales, terrenos de suaves pendientes y sectores con reparo, adecuados para la producción de arte rupestre (de Porras, 2010; Frank, Mastrángelo, Marte y Leyva, 2021; Frank, Skarbun y Paunero, 2007; Paunero, 2009; Paunero, Frank, Cueto, Skarbun y Valiza Davis, 2015; Skarbun, 2015, 2019).

Figura 1. Ubicación y paisaje de la localidad arqueológica La María. Referencias: LMQ) Cañadón de La María Quebrada; LL) Cañadón de La Lavandería; LMB) Cañadón de La María Bajo; CCC) Cañadón de las Cuevas del Camino; LV) Cañadón de La Ventana; BPEF) Bajo Puesto el Frío; PEF) Cañadón de Puesto el Frío; CDM) Cañadón de la Mina; EC) El Ceibo.

Este paisaje fue poblado por sociedades cazadoras-recolectoras desde el Pleistoceno final hasta el Holoceno tardío, evidenciado a partir de la cronología relativa y los fechados absolutos (Metcalf, et al., 2016; Paunero, 2000c; Paunero et al., 2015; Paunero et al., 2007; Tabla 1). Formó parte de un territorio social que involucró otras regiones de la Meseta Central, donde se desarrollaron vínculos que implicaron circuitos de movilidad, intercambio y comunicación a diferentes escalas espaciales (Miotti y Salemme, 2004; Skarbun, Cueto, Frank y Paunero, 2021). Asimismo, la localidad fue habitada de manera recurrente (Paunero, 2009).

Los estudios realizados previamente muestran que existió una estructuración de los paisajes, con una selección reiterada de los lugares para realizar las prácticas cotidianas (Skarbun et al., 2021). En este sentido, se han relevado distintos tipos de sitios que podemos agrupar en cuatro categorías:

A. lugares de asentamiento y actividades múltiples en espacios reparados, con ocupaciones en muchos casos redundantes que van desde el Pleistoceno final hasta el Holoceno tardío –Casa Del Minero 1, El Ceibo 7, La Mesada, La Ventana, La Cocina–;

B. lugares de asentamiento y actividades múltiples a cielo abierto –Cañadón Negro (NG) y Puesto el Frío (PEF)– (Cueto, 2015; Frank, 2011; Paunero, 2000a; Paunero et al., 2005; Skarbun, 2011; Valiza Davis, 2021);

C. lugares de actividades específicas o restringidas reparados –entre los que se encuentra Cueva Túnel donde se realizó el procesamiento primario de presas (Paunero et al., 2015) y 86 cuevas donde se realizaron prácticas de arte rupestre (González Dubox, Frank, Cueto y Paunero, 2021; Paunero et al., 2005);

D. lugares a cielo abierto vinculados a la obtención de recurso minerales, como canteras y afloramientos de recursos líticos y pigmentos –como la cantera de sílex de Casa del Minero (CSCDM), El Morro, Bosque Petrificado, el gran área de disponibilidad de recursos minerales líticos (GAD), cantera de Cañadón Negro (CCN), entre otras (Frank y Skarbun, 2019; Frank et al., 2021; Paunero, 2012; Skarbun, 2011; Skarbun et al., 2021; Skarbun y Frank, 2011; Skarbun, Frank y Cueto, 2019b)– y con estructuras de piedra –tales como los parapetos en la meseta basáltica, probablemente vinculados a actividades cinegéticas y posibles enterratorios en cerro Chenque (Cueto, Skarbun, Iparraguirre y Baridon, 2017; De Andreotti, Skarbun y Cueto, 2019).

Sitios

Momento

Unidad

Fechado

Referencia

Cueva Túnel

Holoceno medio

4, 5, 6 y 7

AA81417: 4177 ± 180 años 14C AP (carbón)

AA81423: 5577 ± 44 años 14C AP (carbón)

de Porras, 2010

Pleistoceno final

8

LP-1965: 10420 ± 180 años 14C AP (hueso)

Paunero, 2009

AA82496: 10510 ± 100 años 14C AP (hueso)

de Porras, 2010

10

AA 71147: 10408 ± 59 años 14C AP (carbón)

AA 71148: 10400 ± 100 años 14C AP (hueso)

Paunero, 2009

La Mesada

Holoceno medio

5b

Beta - 135964: 4500 ± 40 años 14C AP (carbón)

Paunero, 2000a

Holoceno temprano

8

Beta - 135963: 9090 ± 40 años 14C AP (carbón)

Casa del Minero 1

Holoceno medio

3a

LP-1552: 5190 ± 80 años 14C AP (hueso)

Paunero et al., 2007

Pleistoceno final

3c

AA 45705: 10250 ± 110 años 14C AP (carbón)

Paunero et al., 2007

4

OXA26128: 10750 ± 45 años 14C AP (hueso)

Metcalf et al., 2016

AA37208: 10.967 ± 55 años 14C AP (carbón)

AA37207: 10999 ± 55 años 14C AP (carbón)

Paunero et al., 2007

La Ventana

Holoceno temprano

6

AA - 35237: 7665 ± 75 años 14C AP (carbón)

Beta - 135965: 7970 ± 40 años 14C AP (carbón)

Paunero, 2000

Tabla 1. Dataciones radiocarbónicas de la localidad arqueológica La María.

Asimismo, durante los estudios de campo realizados en la localidad, hemos observados restos superficiales de presencia relativamente continua, aunque con distinta frecuencia, dependiendo de los espacios por donde circulábamos. Todo esto nos ha permitido postular un uso intenso de la localidad por parte de las sociedades que la habitaron en el pasado. Sin embargo, es necesario evaluar cómo varió esta intensidad entre los distintos paisajes y cuál fue el rol que tuvo la localidad arqueológica La María en el poblamiento regional.

Metodología

Los estudios distribucionales en la localidad arqueológica La María se han realizado en diferentes etapas, las cuales incluyen estudios sobre el paisaje y su jerarquización, prospecciones asistemáticas, prospecciones sistemáticas (transectas dirigidas, no dirigidas y relevamiento de arte rupestre), análisis de sitios estratificados y estudio de materiales clasificados in situ (Paunero y Skarbun, 2011; Skarbun, 2019; Skarbun et al., 2019b).

En esta oportunidad nos enfocamos en el análisis de las distribuciones líticas de superficie, las cuales fueron registradas realizando prospecciones sistemáticas a partir de transectas. Estas fueron planificadas para obtener información sobre la densidad y la forma en que se distribuyen los artefactos en el amplio paisaje de la localidad, lo que nos permitirá discutir la intensidad y/o recurrencia de uso de los mismos (Belardi, 2003; Dunnell y Dancey, 1983; Paunero y Skarbun, 2011; Zubimendi, 2010). También registramos información sobre la visibilidad arqueológica, los ambientes y los recursos. Realizamos nueve prospecciones, que involucran 30 transectas, 13 dirigidas y 17 no dirigidas. Los sectores de la localidad donde se realizaron fueron la meseta basáltica, la laguna Grande de La María (LGLM) –comprende los márgenes oeste y norte de la laguna, la cantera de Cañadón Negro, el sitio CN, el zanjón Don Soto y las Cuevas del Camino–, el bajo de Puesto el Frío y CSCDM (Figura 2). La orientación y el trayecto de cada una se efectuó con brújula y GPS. La cantidad de andariveles varió entre cuatro y siete, separados entre sí por una distancia de 10 m. Cada operador cubrió un ancho visual de 8 m y cada andarivel fue segmentado cada 50 m de largo, con lo que cada segmento midió aproximadamente 400 m2, área que pudo tener pequeñas modificaciones dependiendo de la forma de la transecta. La composición de cada transecta varía entre 9 y 200 segmentos, abracando distancias de 0,15 a 2 km.

Se registró la cantidad y los tipos de restos arqueológicos presentes (lítico, óseo, valvas, estructuras de rocas), los cuales no fueron levantados. Esta práctica busca preservar y respetar el paisaje arqueológico, dado que es parte del patrimonio cultural de la región (Frank et al., 2007). Asimismo, se relevaron rasgos culturales actuales y del paisaje de interés arqueológico, la geología y geomorfología, la visibilidad arqueológica y factores que pudieran afectar la integridad del registro arqueológico –tipo de sedimento, porcentaje de cobertura vegetal, la presencia y grado de pendientes, entre otros (Zubimendi, 2010)– y la visibilidad del paisaje desde el lugar prospectado. La prospección de CSCDM difirió del resto ya que realizamos una transecta de 1000 m (Frank et al., 2007) en la que contabilizamos y clasificamos in situ el material de 21 cuadrículas de 4 m2 realizadas cada 50 m (Frank et al., 2007). En este trabajo optamos por incorporar los resultados de esta transecta con el fin de realizar comparaciones cualitativas.

Figura 2. Localización de las prospecciones realizadas en la Localidad arqueológica La María.

Digitalizamos cada transecta en una capa vectorial de formato polígono utilizando sistemas de información geográfica y las vinculamos con las bases de datos que contenían la frecuencia artefactual de cada segmento. En estas bases, además, consignamos la fecha, el andarivel, el segmento, la frecuencia lítica y de otros restos, la visibilidad arqueológica, el tipo de sedimento, la cobertura vegetal, y otros atributos geológicos y ambientales. Luego, calculamos el área de cada segmento en metros (utilizando la herramienta “calcular área”) y la densidad de artefactos líticos por segmento (frecuencia de líticos/área). La densidad total de cada transecta se obtuvo computando el promedio de los valores de densidad de los segmentos que la componen. Las distintas densidades fueron agrupadas con fines comparativos empleando las categorías propuestas por Zubimendi (2010) y modificadas por Skarbun y colaboradores (2019a):

1. Nulo: 0

2. Muy Baja: 0,00001 a 0,000099

3. Baja: 0,0001 a 0,00099

4. Media: 0,001 a 0,0059

5. Alta: 0,006 a 0,0099

6. Muy Alta: 0,01 a 0,049

7. Altísima 1: 0,05 a 0,099

8. Altísima 2: 0,1 a 0,9

9. Altísima 3: 1 a 5,5

Para analizar la densidad consideramos dos escalas: en una de ellas calculamos la densidad de cada prospección y en la otra evaluamos la variación dentro de cada una, contemplando la densidad por segmento (Paunero y Skarbun, 2011) y la densidad Kernel. Esto nos permitió observar la distribución de restos líticos en espacios amplios y acotados. Cabe aclarar que, para la densidad por segmentos, aunque las categorías antes mencionadas sobredimensionan la densidad, decidimos mantenerlas así agrupadas con fines comparativos. Luego calculamos la densidad Kernel, lo cual nos permitió discutir cómo es la distribución espacial de restos en cada prospección. En este análisis, los valores de densidad difieren de la densidad por segmento, la cual fue calculada dividiendo el área de cada uno por la cantidad de artefactos líticos, lo que nos da un valor real. Sin embargo, resulta más difícil la comprensión de cómo son la dispersión y la forma de la distribución. Por ello, preferimos utilizar la densidad Kernel para discutir esta variable, la cual considera un espacio más amplio que el de cada segmento para definir la densidad, por lo que el valor termina siendo menor que la real. Sin embargo, modeliza la densidad y la forma en que se distribuyen los restos artefactuales a lo largo de toda la prospección, permitiendo una mejor localización de las áreas de mayor densidad. El espacio considerado para realizar el cálculo de Kernel se denomina radio de búsqueda y lo definimos en 40 m, dado que fue la medida que nos permitió realizar el modelo de distribución más adecuadamente, sin desvirtuar las densidades reales. Para este análisis, obtuvimos una capa ráster con la densidad Kernel a partir de la frecuencia de restos líticos de cada segmento. Luego, reclasificamos esta capa ráster según las categorías de densidad anteriormente definidas. Calculamos el área que cada una de las categorías ocupa en la prospección y observamos cualitativamente cómo estaban distribuidas. Una vez conseguidas las densidades y su forma de distribución, analizamos los patrones de uso del paisaje. Para ello consideramos:

1.Forma de la distribución de restos líticos.

a.Porcentaje de segmentos con restos líticos.

i.Bajo: menor a 33 %.

ii.Medio: entre 33,1% a 66%.

iii.Alto: mayor a 66,1%.

b.Densidad Kernel: visualiza áreas con restos, su tamaño y densidad.

De esta manera obtenemos 4 tipos de distribuciones:

1.Distribución de restos líticos aislada: porcentaje bajo de segmentos con restos. Según el análisis de densidad Kernel se presentan una o dos áreas pequeñas con presencia de restos.

2.Distribución de restos líticos discontinua: porcentaje bajo de segmentos con restos. Según el análisis de densidad Kernel se presentan tres o más áreas pequeñas no contiguas con presencia de restos.

3.Distribución de restos líticos parcialmente continua: porcentaje medio de segmentos con restos. Según el análisis de densidad Kernel se presentan áreas amplias no contiguas con restos.

4.Distribución de restos líticos continua: porcentaje alto de segmentos con restos. Según el análisis de densidad Kernel se presentan los segmentos con restos forman grandes áreas.

Por último, discutimos los patrones de uso considerando la densidad total, el tipo de distribución y las densidades dentro de cada transecta (agrupamos las densidades en media/alta, muy alta/altísimas 1 y altísimas 2/3). Por otra parte, existe la posibilidad que en algunos de los espacios prospectados la densidad sea nula.

Parte de los resultados de las prospecciones de la margen oeste de LGLM, de la cantera de Cañadón Negro y de la cantera de sílex de CDM fueron publicados previamente. Sin embargo, decidimos incluirlas dentro de los resultados actuales, ya que se agregaron nuevos análisis (e.g. densidad Kernel) y así simplificamos la comparación de los datos entre transectas. Asimismo, si bien para los sectores donde se realizaron estas prospecciones existe información cuantitativa sobre tipos de restos y clasificaciones tecnomorfológicas, solo consideraremos la información cualitativa que nos permita hacer comparaciones con el resto de las prospecciones. La información detallada puede encontrarse en los trabajos específicos (Cueto et al., 2017; Frank et al., 2007; Skarbun et al., 2019a).

Paisaje y diseño de muestreo

La localidad arqueológica La María tiene un paisaje de marcada aridez y predomina la vegetación de estepa subarbustiva, compuesta por arbustos enanos y en cojín (de Porras, 2010). Zoogeográficamente presenta una importante diversidad de fauna autóctona –actual y extinta–. Entre las de mayor importancia económica para las poblaciones cazadoras-recolectoras se encuentran tres taxas de camélidos –Lama guanicoe, L. gracilis y Hemiaquenia paradoxa (las dos últimas extintas)- y el choique (Rhea pennata).

En la Figura 1 se despliega el paisaje de la localidad y en las Figuras 2 y 3 se muestran las prospecciones realizadas. En el norte se encuentra la meseta basáltica La Angelita: se trata de un amplio campo lávico (Paunero et al., 2005) que posee las alturas más altas de la localidad (entre 250 a 500 m s.n.m.) y contiene bajos de grandes dimensiones (Panza, 1994). La pendiente es suave (0º - 5º), sin embargo, los bordes son escarpados, tanto en los bajos (15º - 25º) como en el borde sur (25º - 40º). Cercano a estos bordes suelen aflorar vertientes (Mazzoni y Rabassa, 2010). La visibilidad de las áreas circundantes es muy extensa, ya que desde el borde sur puede visualizarse una muy amplia extensión del territorio y durante la circulación dentro de la meseta es posible identificar rasgos del paisaje como cerros alejados que la orientan. En la meseta basáltica propiamente dicha no suele haber lugares reparados o estos son muy escasos, sin embargo, sí pueden encontrarse en los grandes bajos. Los datos de campo dan cuenta de pequeñas variaciones del terreno, entre las que se encuentran lomadas de poca altura y pequeños bajos endorreicos que acumulan sedimentos y poseen mayor densidad de vegetación, principalmente mata negra (Junellia tridens) y duraznillos (Colliguaja integérrima) bajos. La meseta basáltica tiene propiedades que la vuelven atractiva para la circulación humana, debido a que, dependiendo de las condiciones climáticas, una vez que se accedió es de muy fácil tránsito (espacios abiertos, terrenos planos, excelente visibilidad). Si bien los bordes son escarpados, existen varios puntos donde el acceso presenta menor fricción. Los bajos de grandes dimensiones pudieron haber servido para el asentamiento durante la circulación, en donde se podrían haber establecido campamentos logísticos. De esta manera, aunque es un paisaje homogéneo, la cercanía a grandes bajos o al borde de la meseta –con presencia de vertientes, mallines y/o cañadones– puede generar diferencias en su forma de uso. Asimismo, brinda buenas oportunidades para la caza debido a la presencia de manadas de guanaco y a la disponibilidad de rocas basálticas tanto para la manufactura de artefactos como para la construcción de parapetos (Skarbun, 2019). La prospección en este sector incluyó tres transectas no dirigidas, en las cuales la visibilidad arqueológica suele ser alta. MBT1 comenzó sobre el borde del basalto, MBT2 se realizó perpendicular a esta, y MBT3, desde el final de MBT2 y paralela a la MBT1, finalizó en el borde la meseta (Tabla 2). El lugar donde fue realizada se corresponde con sectores de fácil acceso a esta y se encuentra cercano a los cañadones del norte del área de estudio (Figura 3A).

Figura 3. A) Prospección meseta basáltica; B) Prospección margen norte y oeste de la LGLM, Cañadón Negro y cantera Cañadón Negro; C) Prospección zanjón Don Soto; D) Prospección Cuevas del Camino; E) Prospección bajo Puesto el Frío; F) Prospección cantera de sílex de CDM.

Hacia el sur de este sector la meseta presenta una topografía de pequeñas elevaciones con pendientes generalmente suaves, las más abruptas se encuentran asociadas a los paredones de los cañadones. El afloramiento geológico de mayor amplitud es la formación Chön Aike, que abarca aproximadamente el 50% del área de la localidad (Panza, 1994), y presenta cerros y serranías de baja altura, entre los que se encuentra el cerro de los chenques, en el centro este de la localidad, entre la laguna Grande de La María y la de El Ceibo.

La red de drenaje está compuesta por arroyos intermitentes de diversa importancia, que suelen desembocar en cuencas endorreicas donde se forman lagunas temporarias o depósitos eólico-fluviales. Las de mayor importancia en la localidad son la laguna Grande de La María al noreste, la laguna del Ceibo en el centro este y la laguna de los Alzados al sur. El arroyo intermitente de mayor magnitud es el de los Badenes, que recorre el área de estudio desde su naciente en las vertientes y manantiales del borde de la meseta basáltica, transcurriendo por el centro del área y desembocando en la laguna de El Ceibo. Hacia el norte se localizan dos zanjones de menor importancia, uno transcurre por el cañadón de las Cuevas del Camino y el cañadón de La María Bajo, para luego desembocar en el sector oeste de laguna Grande de La María; el otro (zanjón Don Soto) nace en las vertientes del borde de la meseta basáltica, circula por los cañadones cercanos formados por ignimbritas de la formación Chön Aike y desemboca en el sector norte de la misma laguna.

En el área afloran distintas formaciones geológicas con abundantes rocas de muy buena calidad para la talla (Skarbun, 2015). La formación Chön Aike es de gran importancia debido a que los mantos de ignimbritas riolíticas forman grandes paredones verticales (Panza, 1994) sobre los que labraron su cauce distintos arroyos, formándose cañadones angostos de paredes verticales y elevadas, que pueden contener cuevas de tamaños muy variado. Las comunidades vegetales son fisonómica y composicionalmente diferentes a las de las mesetas circundantes debido a que el reparo del viento genera diferencias micro-ambientales de mayor temperatura; además, tienen más disponibilidad de agua debido a los cursos temporales que provienen del derretimiento de la nieve durante la primavera (de Porras, Mancini, Prieto y Paunero, 2009). Estas características también los vuelven atractivos para la fauna y los seres humanos. En el norte de la localidad, cercanos al borde de la meseta basáltica, se agrupan varios de ellos, como por ejemplo el de La María Quebrada. En la margen de la laguna Grande de La María se encuentran el cañadón de La María Bajo y el Cañadón de La Ventana; a aproximadamente 2 km al oeste de esta laguna se encuentra el cañadón de Las Cuevas del Camino, y al sur de la localidad, a aproximadamente 1,5 km de la laguna de Los Alzados, se encuentra el Cañadón de La Mina. Estos cañadones son de importancia por sus evidencias antrópicas (e. g. arte rupestre, sitios estratificados), las cuales se encuentran principalmente en espacios reparados como cuevas y aleros (Paunero, 2009; Paunero et al., 2005).

Transectas

Longitud en km

Cantidad de andariveles

Cantidad de segmentos

Área en m2

MBT1

1,00

5

100

40.000

MBT2

2,00

5

200

80.000

MBT3

1,50

5

150

60.000

Total meseta basáltica

4,50

450

180.000

LMR1

0,85

5

85

34.000

LML1

1,90

5

200

72.754

Total margen norte LGLM

2,75

5

285

106.754

T1

0,30

7

41

14.985

T2

0,40

7

56

22.540

T3

0,70

7

105

42.973

Total margen oeste LGLM

1,40

7

202

80.498

Total cantera Cañadón Negro

0,15

7

21

8.500

CN1

0,20

4

12

4.873

CN2

0,15

4

12

4.776

CN3

0,20

4

15

6.000

CN4

0,20

4

12

4.800

CN5

0,25

4

21

8.544

CN6

0,20

4

18

7.200

CN7

0,40

4

12

4.800

CN8

0,32

4

15

6.000

CN9

0,20

4

15

6.000

CN10

0,25

4

15

6.000

CN11

0,25

4

9

3.600

CN12

0,25

4

12

4.800

Total Cañadón Negro

2,87

4

2.063

85.060

LMR2

0,70

5

70

28.000

LMR3

0,85

5

90

36.000

Total zanjón Don Soto

1,55

5

160

64.000

CC1

1,55

5

150

60.000

CC2

1,05

5

100

40.000

CC3

0,30

5

30

12.000

Total Cuevas del Camino

2,90

5

280

112.000

BPF1

0,55

4

28

17.392

BPF2

1,00

4

63

29.257

BPF3

1,55

4

100

45.278

Total bajo Puesto el Frío

3,10

4

191

91.926

Total cantera de sílex de CDM

1,00

1

20

84

Tabla 2. Descripción de las transectas.

El bajo de la laguna Grande de La María está delimitado al norte y al este por la meseta basáltica. Actualmente, la laguna es de régimen estacional, permaneciendo la mayor parte del año en estado seco. Su altura va de 170 a 220 m s.n.m. y la cruzan pequeñas elevaciones y arroyos intermitentes. Las pendientes son mayormente suaves (0º - 5º). En el oeste se encuentra el cañadón de La María Bajo, GAD y áreas donde se pueden recolectar pigmentos. En la margen noreste hay vertientes, la pendiente es mayormente moderada (5º - 10º) y allí se localizan los sitios CN y CCN. En la margen sur se encuentra el cañadón de LV y una fuente de materia prima. A lo largo de toda la margen de la laguna Grande suele haber una amplia disponibilidad de guanacos y la visibilidad de cerros y de lugares reparados es buena. Dadas estas características, este paisaje debió funcionar como un espacio de gran atracción para las poblaciones cazadoras-recolectoras (Frank et al., 2021; Paunero et al., 2005; Skarbun, 2015; Skarbun et al., 2019a).

La prospección en la margen norte se realizó a partir de dos transectas no dirigidas (Tabla 2). LMR1 se inició a 80 m de la entrada al cañadón de La María Bajo, siguiendo un meridiano y llegando hasta el borde de la laguna, abarcando el cauce que desemboca en la laguna. LML1 se inició sobre el segmento final de LMR1, bordeó la laguna hacia el norte y cruzó la desembocadura del zanjón Don Soto y otros cauces pequeños (algunos sectores de esta transecta pudieron ser inundables debido a la cercanía del borde de la laguna). La prospección en la margen oeste se llevó a cabo con tres transectas no dirigidas (Tabla 2). T1 se inició a 100 m de la entrada al cañadón de La María Bajo hasta la margen de la laguna, adyacente al cauce que desemboca en ella. T2 se realizó desde la finalización de T1 hacia el norte bordeando la laguna; T3 se realizó desde la finalización de T2 hacia el sur, también bordeando la laguna. El paisaje donde se realizaron es de lomadas pedregosas, entre las cuales se forman cauces con limo, con vegetación rala, dispersa y escasa, y con visibilidad arqueológica alta. T1 y T2 se realizaron siguiendo la orientación de las lomadas, sobre la cima, y T3 transversalmente a ellas. Desde las transectas se puede ver la laguna, los cañadones de La María Quebrada y La María Bajo y la meseta basáltica. Hacia el final de T3 hay un morro de toba silicificada, de muy buena calidad para la talla, y sobre la mitad de la transecta cruza un cauce que desagota en la laguna, uno de cuyos brazos proviene del valle de los pigmentos, en donde hay tierras rojas (Skarbun et al., 2019a). La prospección en la cantera Cañadón Negro (CCN) se realizó a partir de una transecta dirigida corta (Tabla 2) sobre la ladera de un cerro basáltico (Cueto, Frank y Skarbun, 2020). El sustrato está compuesto por rocas basálticas y arena suelta, con escasa vegetación y visibilidad arqueológica alta. En el recorrido de esta transecta hay una alta visibilidad del paisaje hacia el sur y el oeste, mientras que en el norte y el este la meseta basáltica restringe la visibilidad (Cueto et al., 2017). En la prospección de CN se realizaron 12 transectas dirigidas (Tabla 2) con orientación norte-sur, desde la línea de finalización de los cañadones hasta el margen de la laguna (Figura 3B). La visibilidad arqueológica de las transectas fue media/alta, con zanjones, matas altas o medianas y densas, vertientes, mallines y mayor pendiente en los sectores más cercanos a los cerros de basalto.

El zanjón Don Soto discurre por un bajo, con alturas entre 190 y 200 m s.n.m. y pendiente suave (0º - 5º) (Skarbun, 2019). La mayor parte se encuentra sobre depósitos aluviales y coluviales indiferenciados. Se excavó a cielo abierto en un sector de 1 m x 0,50 m en el borde del cauce, en el que se había identificado un perfil con algunos probables materiales arqueológicos. Sin embargo, durante la excavación no se identificaron evidencias antrópicas. Desde aquí, la visibilidad de cerros y lugares reparados es buena. Se realizó una prospección a partir de dos transectas no dirigidas (Tabla 2). LMR2 comenzó en el casco de la estancia La Asturiana, que se encuentra a 150 m al sur del basalto, se orientó hacia el sur siguiendo un paralelo y terminó al sur del zanjón Don Soto. LMR3 comenzó sobre el sector donde finalizó LMR2, perpendicular a la misma, tuvo una orientación oeste-este y fue realizada al sur del zanjón, cercana al casco de La María (Figura 3C). Solo 250 m del inicio de la primera y los últimos 100 m de la última trascurrieron sobre la formación Chön Aike. Las características de los lugares donde se emplazan los cascos pudieron ser, al igual que en la actualidad, atractivos para el asentamiento de grupos cazadores-recolectores.

El paisaje de las Cuevas del Camino transcurre sobre un área de meseta, con alturas que rondan los 210 a 230 m s.n.m., con pendientes que van de suaves a fuertes (0º - 25º) y que producen fricción. La meseta está cortada por cañadones de la formación Chön Aike, entre los cuales se encuentran el cañadón de las Cuevas del Camino y el cañadón de la Lavandería, este último con una vertiente de agua dulce. La prospección se realizó a partir de tres transectas no dirigidas (Tabla 2). CC1 comenzó a 100 m al sur del casco de la estancia La María y se orientó hacia el sur, siguiendo un paralelo y finalizando en el cauce del cañadón de las Cuevas del Camino (Paunero et al., 2005). CC2 comenzó sobre el sector donde finalizó CC1, perpendicular a la misma, tuvo una orientación oeste-este, fue realizada al norte del cañadón de las Cuevas del Camino y en algunos tramos cruzó el camino que va a al Bosque Petrificado (Paunero et al., 2005). Las pendientes en estas transectas son suaves y moderadas. CC3 inicio al finalizar CC2, perpendicular a la misma y paralela a CC1. Tuvo una orientación sur-norte con pendientes suaves a fuertes (Figura 3D). El paisaje donde se realizaron las transectas presenta cerritos, zanjones, cárcavas, el cañadón de las Cuevas del Camino, caminos y matas ralas.

El bajo de Puesto El Frío (Paunero et al., 2005) se localiza en la margen norte del arroyo intermitente de Los Badenes, la altura es de 200 m s.n.m. La pendiente es suave (0º - 5º) y tiene buena visibilidad de los cerros y de lugares reparados. En la margen sur del arroyo se ubica el cañadón de Puesto El Frío. La prospección se llevó a cabo a partir de tres transectas no dirigidas (Tabla 2). PF1 bordea el margen del bajo, PF2 y PF3 se realizaron bordeando a PF1 (Figura 3E). En general esta prospección presenta un sustrato de limo, arena y cenizas del volcán Hudson –producto de la erupción del año 1992–. Se registraron zanjones y una pequeña laguna. La vegetación presenta matas ralas aisladas, densas y/o altas. La visibilidad varía entre baja, media y alta.

CSCDM se encuentra sobre la margen norte de la laguna de los Alzados. Es un sector bajo con alturas que van de 160 a 190 m s.n.m. y con una pendiente suave (0º - 5º). Se encuentra a 300 m del cañadón de La Mina, en el cual se encuentra el sitio Casa del Minero 1, con evidencias de ocupación humana desde el Pleistoceno final hasta el Holoceno tardío. Sobre el final del cañadón hay una vertiente de agua dulce, la visibilidad de los cerros y de los lugares reparados es buena y es, a su vez, un afloramiento importante de materias primas líticas. Para la prospección se realizó una transecta con orientación sudeste (Tabla 2) que comenzó a 380 m del sitio arqueológico CDM1 (Paunero et al., 2005) y finalizó sobre el cauce de un arroyo intermitente que desemboca en la laguna, a 450 m del margen de esta última (Frank et al., 2007) (Figura 3F). La visibilidad arqueológica en la transecta fue alta.

Resultados

Meseta basáltica

La densidad de toda la prospección es media, dada principalmente por las transectas MBT1 y MBT2 ya que la densidad de MBT3 es baja. Las tres transectas tienen porcentajes bajos de segmentos con restos líticos (Tabla 3). Estos principalmente presentan porcentaje de densidad media/alta, llegando en algunas muy pocas ocasiones a altísima 2/3 (Tabla 4). Según el análisis de densidad Kernel (Tabla 5) se presentan áreas pequeñas de densidad baja y media concentradas en distintos sectores de MBT1 y MBT2. En MBT3 las áreas con densidad baja se encuentran hacia el final de la transecta, mientras que las de media en el inicio. Además, hay sectores con densidades alta y muy alta: en MBT1 aparecen dos sectores sobre el final y en MBT2 uno vinculado al inicio de la transecta, cercano a la de MBT1, y otro en la parte central (Figura 4A).

Transecta

Cantidad de artefactos

Cantidad de segmentos con restos

Porcentaje de segmentos con restos

Densidad

Categoría densidad

MBT1

117

20

20,00

0,00293

Media

MBT2

176

30

15,00

0,00220

Media

MBT3

23

3

2,00

0,00027

Baja

Total meseta basáltica

316

53

11,78

0,00176

Media

LMR1

782

80

94,12

0,02300

Muy Alta

LML1

2.378

147

73,50

0,03371

Muy Alta

Total margen norte LGLM

3.160

227

79,60

0,03051

Muy Alta

T1

2.134

39

95,12

0,13988

Altísima 2

T2

4.642

54

96,43

0,20567

Altísima 2

T3

29.700

100

95,24

0,70467

Altísima 2

Total margen oeste LGLM

36.476

193

95,54

0,45170

Altísima 2

Total cantera Cañadón Negro

1.377

21

100,00

0,16407

Altísima 2

CN1

234

6

50,00

0,04802

Muy Alta

CN2

117

5

41,67

0,02438

Muy Alta

CN3

160

10

66,67

0,02667

Muy Alta

CN4

229

8

66,67

0,04771

Muy Alta

CN5

230

9

42,86

0,02738

Muy Alta

CN6

313

13

72,22

0,04347

Muy Alta

CN7

128

9

75,00

0,02667

Muy Alta

CN8

95

7

46,67

0,01583

Muy Alta

CN9

148

7

46,67

0,02467

Muy Alta

CN10

3

2

13,33

0,00050

Baja

CN11

14

5

55,56

0,00389

Media

CN12

37

4

33,33

0,00771

Alta

Total Cañadón Negro

1.708

85

50,60

0,02536

Muy Alta

LMR2

100

32

45,71

0,00357

Media

LMR3

66

28

31,11

0,00183

Media

Total zanjón Don Soto

166

60

37,50

0,00259

Media

CC1

711

63

42,00

0,01185

Muy Alta

CC2

95

38

38,00

0,00238

Media

CC3

7

4

13,33

0,00058

Baja

Total Cuevas del Camino

813

105

37,50

0,00726

Alta

BPF1

154

21

75,00

0,00951

Alta

BPF2

300

29

46,03

0,00888

Alta

BPF3

274

39

39,00

0,00599

Media

Total bajo Puesto el Frío

728

89

46,60

0,00746

Alta

Total cantera de Sílex de CDM

92

13

65,00

1,08750

Altísima 3

Tabla 3. Artefactos, segmentos con restos y densidad según transectas y prospecciones.

Prospección

Nula

Media/alta

Muy alta /altísima 1

Altísima 2 y 3

Total

Meseta basáltica

86,11%

9,33%

4,39%

0,17%

100%

Margen norte LGLM

16,19%

26,13%

54,75%

2,93%

100%

Margen oeste LGLM

4,40%

6,86%

24,00%

64,73%

100%

Cantera Cañadón Negro

-

9,52%

47,62%

42,86%

100%

Cañadón Negro

49,40%

12,50%

27,98%

10,12%

100%

Zanjón Don Soto

61,59%

26,51%

11,90%

0,00%

100%

Cuevas del Camino

68,89%

21,00%

9,44%

0,67%

100%

Bajo Puesto el Frío

46,66%

28,11%

25,23%

0,00%

100%

Cantera de sílex de CDM

57,14%

-

-

42,85%

100%

Tabla 4. Porcentaje de segmentos según densidad por prospección.

Densidad kernel

Meseta basáltica

Zanjón Don Soto

Margen norte Laguna grande

Margen oeste Laguna grande

Cantera Cañadón Negro

Cañadón Negro

Cuevas del camino

Bajo Puesto el Frío

Nulo

68,25%

25,00%

7,94%

2,31%

2,92%

21,27%

35,64%

27,02%

Muy Baja

5,76%

7,99%

5,00%

1,64%

3,99%

4,02%

7,31%

5,76%

Baja

16,10%

32,66%

14,92%

3,92%

8,61%

15,33%

27,01%

21,88%

Media

6,72%

33,96%

29,81%

6,91%

12,77%

20,86%

20,11%

29,36%

Alta

1,58%

0,39%

14,60%

3,23%

6,92%

8,17%

3,23%

6,15%

Muy Alta

1,59%

-

25,41%

16,52%

31,59%

27,18%

6,20%

9,21%

Altísima 1

-

-

1,37%

16,38%

12,88%

3,19%

0,50%

0,62%

Altísima 2

-

-

0,95%

45,38%

20,32%

-

-

-

Altísima 3

-

-

-

3,71%

-

-

-

-

Tabla 5. Densidad Kernel por prospección.

Principalmente se reconocieron productos de talla, raspadores y lascas retocadas. En menor cantidad se identificaron núcleos, cuchillos y raederas. También se determinaron una punta de proyectil, una preforma de punta y un percutor. La materia prima principalmente utilizada fue el sílex. También se registró una lasca de obsidiana negra.

Margen norte LGLM

La densidad de toda la prospección es muy alta y presenta un porcentaje alto de segmentos con restos líticos. Esto se corresponde con cada una de las transectas (Tabla 3). Esta área presenta un alto porcentaje de segmentos con densidades muy alta/altísima 1, a los que le siguen los de media/alta (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel (Tabla 5) muestra que la densidad es principalmente media y muy alta, con tres áreas pequeñas de densidad altísima 1 y una de densidad altísima 2 (Figura 4B).

Durante las transectas se reconocieron principalmente productos de la talla y núcleos, y en menor medida nódulos. También raederas, raspadores, cuchillos y percutores. Las materias primas registradas fueron sílex, xilópalo y obsidiana negra. Sobre el final de LML1 se identificó el sitio y la cantera de Cañadón Negro. Durante las transectas se registraron zanjones, cauces y zonas inundables, incluida la desembocadura del zanjón Don Soto.

Figura 4. Densidad Kernel de prospecciones. A) Meseta basáltica; B) Margen norte LGLM; C) Margen oeste LGLM; D) Cantera Cañadón Negro; E) Cañadón Negro; F) Zanjón Don Soto; G) Cuevas del camino; H) Bajo Puesto el Frío; I) Cantera de sílex de CDM.

Margen oeste LGLM

La prospección total presenta una densidad altísima 2 y un porcentaje alto de segmentos con restos líticos, correspondientes a las tres transectas (Tabla 3). El área presenta principalmente segmentos con densidad altísima 2/3, a los que le siguen los de muy alta/altísima 1 (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel (Tabla 5) muestra que la densidad es mayoritariamente altísima 2, con áreas importantes con densidad menor (muy alta y altísima 1) y tres áreas con densidad altísima 3, dos de ellas relativamente grandes (Figura 4C).

Registramos principalmente productos de la talla, también nódulos, núcleos y percutores. Las materias primas identificadas fueron mayoritariamente sílex, toba silicificada, calcedonias y xilópalo. También se reconocieron, cuarcitas y escasas obsidianas negras.

Cantera Cañadón Negro

Presenta una densidad altísima 2 y el porcentaje de segmentos con restos líticos es alto (100%) (Tabla 3). Principalmente se reconocieron segmentos con densidades muy alta/altísima 1, a los que le siguen los de altísima 2 y 3 (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel (Tabla 5) muestra que la densidad es principalmente muy alta y altísima 1 y 2, siendo el área con densidad altísima 2 relativamente amplia (Figura 4D).

Durante las transectas se registraron mayormente productos de talla, nódulos, núcleos y percutores. Las materias primas identificadas fueron principalmente sílex, luego calcedonia y tobas silicificadas. También se reconoció obsidiana negra.

Cañadón Negro

Presenta una densidad muy alta, aunque tres de las transectas poseen densidad baja, media y alta. El porcentaje de segmentos con restos líticos es medio, aunque cuatro transectas tienen porcentajes altos y una de ellas, bajo (Tabla 3). Los segmentos con restos más frecuentes son aquellos con una densidad muy alta/altísima 1 (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel (Tabla 5) muestra que los porcentajes más altos se distribuyen entre la densidad nula, media y muy alta, presentando seis sectores con densidad altísima 1 (Figura 4E).

Se identificaron principalmente productos de talla y, en menor medida, núcleos, raspadores y un fragmento distal de punta.

Zanjón Don Soto

Toda la prospección presenta una densidad media, lo mismo sucede para cada transecta. La prospección en conjunto tiene un porcentaje medio de segmentos con restos líticos, correspondiente solo a LMR2, dado que en LMR3 es bajo (Tabla 3). Los segmentos con restos líticos más frecuentes son aquellos con una densidad media/alta (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel muestra una densidad entre baja y media, con un solo sector de densidad alta sobre el final de LMR2, que ocupa un área muy pequeña (Tabla 5; Figura 4F). Se reconocieron principalmente productos de la talla y núcleos y nódulos en menor medida.

Cuevas del Camino

La prospección total presenta una densidad media, aunque varía entre muy alta para CC1, media para CC2 y baja para CC3. Tiene un porcentaje medio de segmentos con restos líticos, que para CC3 es bajo (Tabla 3). Los segmentos más frecuentes son aquellos con una densidad media/alta (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel (Tabla 5) muestra que el porcentaje más alto corresponde a las áreas con densidad nula, a las que le siguen las de baja y media densidad que se distribuyen a lo largo de toda la prospección. Asimismo, presenta una amplia área en el inicio de la transecta CC1 con densidad muy alta, alcanzando de manera acotada una densidad altísima 1. Otras áreas más restringidas sobre el final de esta transecta también presentan densidad muy alta (Figura 4G).

Se reconocieron principalmente productos de la talla y núcleos y nódulos en menor medida. También se registró un bifaz y una concentración de productos de la talla en un sector reducido, que correspondían a una misma roca, por lo cual inferimos que se trató de un evento de talla. Las materias primas identificadas fueron sílex, toba silicificada y escasa obsidiana negra.

Bajo Puesto El Frío

Presenta una densidad alta, aunque para PF3 es media. El porcentaje de segmentos con restos líticos es medios, pero PF1 tiene un porcentaje alto (Tabla 3). La mayoría de los segmentos tiene densidad media/alta y muy alta/altísima 1 (Tabla 4). El análisis de densidad Kernel (Tabla 5) muestra que las densidades de nula a media son las que ocupan el mayor porcentaje del área. Los sectores con densidad muy alta y altísima 1 son reducidos y se encuentran sobre las márgenes oeste y norte del bajo (Figura 4H).

Durante las transectas se reconocieron principalmente productos de la talla y, en menor medida, raederas, otros artefactos formatizados y núcleos. Las materias primas registradas fueron sílex, xilópalo y obsidiana negra.

Cantera de sílex de CDM

Presenta una densidad Altísima 3 y un porcentaje medio de cuadriculas con restos líticos (Tabla 3), las cuales presentan densidades altísimas 2 y 3 (Figura 4I). El análisis de densidad Kernel muestra un sector central sin restos y amplias áreas con restos en ellos extremos (Figura 4I). Durante las transectas se reconocieron productos de talla, pocos núcleos y un artefacto formatizado. Las materias primas identificadas fueron el sílex y la toba silicificada.

Discusión y conclusiones

Los resultados de las prospecciones realizadas nos permiten discutir los patrones de ocupación de la localidad arqueológica La María en lo que se refiere a la intensidad y/o redundancia de uso. Asimismo, también nos posibilitan la realización de inferencias sobre algunas prácticas llevadas a cabo en distintos espacios. Por otra parte, avanzamos en el conocimiento de cómo fue habitado el paisaje de la localidad.

El paisaje de la laguna Grande de la María fue intensamente utilizado, aunque de manera variable en los distintos sectores. En este sentido es posible que los grupos sociales que habitaron este espacio hayan preferido la margen de la laguna para realizar sus actividades diarias, aprovechando la presencia de atributos más atractivos como las vertientes, recursos líticos y pigmentos, reparo, entre otros. Por otro lado, los lugares más alejados a la laguna, como el zanjón Don Soto y las Cuevas del Camino también fueron elegidos, pero de manera menos intensa o redundante y solo en lugares específicos.

La margen oeste y CCN son dos áreas de alta disponibilidad de materias primas líticas (Cueto et al., 2020; Skarbun et al., 2019a), que tuvieron una intensidad de uso altísima, mayor al resto de la margen. La distribución de restos líticos es continua, formando grandes áreas con materiales, en las cuales un alto porcentaje de segmentos presentan densidades muy altas y altísimas 1, 2 y 3. Posiblemente esto se deba a varios factores, entre los que se encuentra que estas áreas fueron activamente aprovechadas para la obtención de recursos líticos, actividad que suele generar una gran cantidad de desechos, y que se llevaron a cabo allí otras prácticas cotidianas. Este patrón podría vincularse con usos más prolongados o con una redundancia ocupacional muy alta. Particularmente en la margen oeste, se encuentra la GAD, donde pudieron recolectarse rocas para la producción artefactual y pigmentos para la producción de arte rupestre (Skarbun et al., 2019a), y sobre el final de T3, se reconoció el morro de toba silicificada, donde la intensidad de uso es aún más alta (quizás debido a la mayor concentración de materia prima). Muy cercano a este espacio, el cañadón de La María Bajo posee evidencias antrópicas, principalmente en cuevas y aleros con una importante producción de arte rupestre (Paunero et al., 2005). Por otra parte, la margen norte de la laguna presenta un patrón de intensidad o redundancia de uso muy alta, con una distribución continua de restos que forman grandes áreas, donde un alto porcentaje de segmentos presentan densidades muy alta/altísima 1 y en menor medida media/alta. Probablemente este espacio haya tenido un uso prolongado o haya sido habitado recurrentemente para diversas prácticas cotidianas vinculadas a los posibles sectores de asentamiento, dado que es un paisaje atractivo con cercanía a diversos recursos.

Por su parte, el sitio Cañadón Negro presenta una distribución de restos líticos parcialmente continua, con áreas amplias no contiguas con restos, donde los segmentos más frecuentes son aquellos con una densidad muy alta/altísima 1. Este patrón puede vincularse con una intensidad de uso muy alta, pero en lugares puntuales en los cuales pudieron realizarse actividades de manera redundante o por un largo período de tiempo. Las características del paisaje son atractivas para el asentamiento (vertientes de agua dulce cercanas, sustrato arenoso, materias primas inmediatamente disponibles, acceso a sectores para la caza, entre otras). En investigaciones previas se ha propuesto que este lugar pudo tratarse de un campamento (Cueto et al., 2017). Dada la densidad y forma de distribución de restos líticos, consideramos probable que haya sido utilizado de esta manera, sin embargo, la profundización de los estudios sistemáticos nos dará más información al respecto.

El patrón de los sectores más alejados de la margen de la laguna (zanjón Don Soto y Cuevas del Camino) evidencia una intensidad o redundancia de uso media. La distribución de restos líticos es parcialmente continua, con áreas amplias no contiguas con restos, donde los segmentos con porcentajes más altos son aquellos con densidades principalmente media/alta. En este sentido, el zanjón Don Soto solo tiene un sector muy acotado de densidad alta. Este patrón podría vincularse con áreas de circulación con poca intensidad o redundancia de uso, ya que el paisaje presenta pocas características atractivas para el asentamiento pero es cercano a lugares más atractivos (donde actualmente se encuentran los cascos de las estancias La Asturiana y La María). Por su parte, la prospección de las Cuevas del Camino presenta dos sectores en CC1 de mayor concentración artefactual, uno de ellos amplio y en el inicio de la transecta, el cual se encuentra a menos de 1 km de la desembocadura del cañadón de La Lavandería. Este último tiene una vertiente de agua dulce, por lo que posiblemente haya sido un lugar atractivo para que los grupos humanos lo hayan utilizado de manera prolongada o recurrente. La otra concentración de segmentos con densidades más altas se encuentra cercana al cañadón de las Cuevas del Camino 1. Este presenta reparo y cuevas donde se identificó arte rupestre, y su cauce atraviesa el cañadón de la María Bajo y desemboca en la laguna Grande. De esta manera, es probable que el paisaje donde se realizó esta transecta haya sido escasamente utilizado, realizando actividades más frecuentemente en aquellos lugares vinculados con los cañadones cercanos.

El patrón del bajo Puesto El Frío se asemeja al de Cañadón Negro: presenta una distribución de restos líticos parcialmente continua, con áreas amplias no contiguas con restos donde la mayoría de los segmentos tiene densidad media/alta y muy alta/altísima 1. Consideramos que en estos lugares, que se encuentran principalmente sobre la margen del bajo, al noroeste, pudieron realizarse actividades de manera prolongada o redundante, y habrían sido elegidos para el asentamiento debido a los atributos que presenta. En la cantera de sílex de CDM observamos una distribución de restos líticos parcialmente continua. Si bien tiene un sector central con densidad nula, aquellas cuadriculas que sí presentan restos poseen densidades altísimas. Este patrón se vincula con un uso intenso y/o redundante de la misma, pero también con una mayor generación de desechos producto de las actividades de obtención de recursos. Consideramos que los sectores con disponibilidad de materias primas líticas localizados en las márgenes de las lagunas fueron de gran importancia para las sociedades pasadas, ya que allí se suelen encontrar características muy atractivas para la ocupación, hecho al cual se suma la posibilidad de realizar actividades de obtención de rocas.

El patrón de la meseta basáltica tiene una de intensidad media de uso. La distribución de restos líticos es discontinua, con sectores pequeños con presencia de materiales. Estos alcanzan densidades media/alta, y en algunos pocos casos alcanzan a altísima 2/3. Las áreas con restos se vinculan con pequeños bajos que pudieron ser atractores para la realización de distintas prácticas, o con lugares de mayor acumulación artefactual por cuestiones tafonómicas. Por otro lado, la fauna se podría haber visto atraída hacia estos bajos, con lo que podríamos postular, a modo de hipótesis, que estos sitios habrían funcionado como lugares de espera y observación de presas en el contexto de las prácticas de caza. La presencia de una punta y una preforma podría ser un indicador de la realización de estas actividades. En otros sectores de la meseta basáltica, donde se realizaron prospecciones asistemáticas, se visualizaron tendencias similares en la distribución de restos líticos. En estos casos se identificaron parapetos en lomadas con una importante distribución de restos arqueológico en sus alrededores (Cueto et al., 2017), mientras que en las zonas más alejadas la presencia artefactual disminuía de manera importante. Las investigaciones regionales sobre parapetos proponen que se trata tanto de una tecnología de equipamiento espacial como para la explotación de recursos particulares, con una variabilidad en su uso relacionada al reparo de los vientos del oeste, la sujeción de toldos, el ocultamiento de cazadores de las presas y/o el procesamiento de presas (Cassiodoro y Flores Coni, 2019; Goñi et al., 2019). De esta manera, podemos postular un patrón de uso logístico, vinculado tanto a la circulación como a actividades cinegéticas. Será a partir de la aplicación de metodologías de análisis de mayor resolución, como los estudios de materiales clasificados in situ, que podremos contrastar esta propuesta.

Desde el punto de vista de la integridad del registro, la visibilidad arqueológica es variable. En general la vegetación está compuesta por arbustos enanos y en cojín (de Porras, 2010), dando lugar a una visibilidad alta o media, con lugares acotados donde ésta disminuye dado que la vegetación es más densa. Las transectas de la margen de la laguna Grande, del zanjón Don Soto y del bajo Puesto El Frío y de la cantera de Sílex de CDM se realizaron principalmente sobre depósitos holocénicos, donde los restos arqueológicos pudieron haber sido trasladados y/o haber sufrido enterramiento por acción fluvial y eólica, presentando menor visibilidad. Sin embargo, no hemos registrado durante la realización de las transectas o en el resto de la localidad restos enterrados en lugares a cielo abierto, solo en algunos casos se presentan restos subsuperficiales. En casos donde se realizaron cuadriculas de excavación, como por ejemplo en el zanjón Don Soto, no se registraron restos ni evidencias antrópicas y tampoco se identificaron otros perfiles con posibles materiales a lo largo del zanjón. De manera similar, en la cantera de sílex de CDM se excavo un sector de 4 m2 y solo en algunos casos se identificaron resto semienterrados (Frank et al., 2007). Algunas prospecciones como las de la margen de la laguna Grande, presentan densidades muy altas o altísimas más allá de las variaciones en la visibilidad. De esta manera consideramos que en el caso de la localidad arqueológica La María, la densidad de restos líticos identificada es una evidencia confiable para discutir los patrones de uso del paisaje por parte de las sociedades cazadoras-recolectoras pasadas.

Sin embargo, la distribución de restos dentro de cada prospección pudo verse afectada por distintos procesos de formación de sitio. En este sentido, en las prospecciones realizadas sobre depósitos holocénicos la acción fluvial pudo haber trasladado materiales en sectores cercanos a zanjones, cauces y cárcavas, modificando localmente las distribuciones. En los lugares con fuertes pendientes, como por ejemplo en los sectores más cercanos a los cerros de basalto de Cañadón Negro, también pudieron moverse materiales. Por otra parte, en la meseta basáltica los pequeños bajos pudieron servir como trampas para la mayor acumulación artefactual, modificando localmente la distribución de los mismos. Asimismo, las transformaciones antrópicas del paisaje del periodo ganadero y de la actualidad pudieron modificar localmente las distribuciones de restos. En este sentido, la transecta CC2 de Cuevas del Camino cruza un camino que, en este caso particular, pudo funcionar aumentando la visibilidad arqueológica, dado que la densidad de hallazgos aumenta en aquellos lugares en que el camino cruza la transecta.

En relación con los tipos de restos registrados, estos pueden ser considerados solamente de manera cualitativa, dado que en esta etapa de trabajo registramos la presencia de distintos tipos de restos pero no se contabilizaron. En este sentido, todos los sectores presentan principalmente productos de la talla, mostrando que la producción de bienes líticos fue una práctica recurrente y se realizó de manera continua a lo largo del paisaje. También hay una significativa cantidad de núcleos, aunque su cantidad es variable para cada prospección. Esto es de gran importancia para comprender la dinámica de aprovisionamiento en este paisaje, ya que los estudios realizados hasta el momento muestran que la localidad posee lugares que concentran una amplia disponibilidad de materias primas líticas (Frank, Skarbun y Cueto, 2013; Frank et al., 2007; Skarbun, 2015; Skarbun et al., 2019a y b). Sin embargo, las observaciones de las prospecciones aquí presentadas evidencian que los materiales también se distribuyen, aunque con distinta densidad, por todo el paisaje. Por otra parte, aunque en menor cantidad, fueron reconocidos diversos artefactos formatizados, lo que probablemente se deba al tipo de prospección, ya que durante esta etapa no se realizó la clasificación de los restos, con lo que la cantidad y tipos de los mismos queda subrepresentada. A esto se suma que las puntas de proyectil, las preformas y los bifaces fueron escasamente reconocidos de manera superficial, probablemente debido a la recolección por parte de los pobladores del periodo de ocupación ganadera y actuales, generando así un sesgo en el registro. Sin embargo, es interesante destacar la presencia de percutores: en cinco de las ocho prospecciones se ha reconocido al menos uno.

La materia prima principalmente identificada es la silícea, lo cual se corresponde con la disponibilidad presente en el área. En tres de las prospecciones se identificaron artefactos de xilópalo, materia prima que no está ampliamente disponible ya que solo se encuentra en sectores específicos de la localidad (Frank et al., 2013; Skarbun, 2015). De esta manera, dado que fueron registrados artefactos de esta roca en distintos puntos del paisaje, podemos inferir una importante circulación de la misma. Por otra parte, en todas las prospecciones donde se llevó a cabo el registro de los tipos de materias primas se identificó macroscópicamente obsidiana negra. Hasta el momento los resultados de los estudios geoquímicos realizados en obsidianas negras de la localidad indicaron que estos materiales procederían de Pampa del Asador, distante aproximadamente a 125 km (Cueto, Frank y Skarbun, 2018; Espinosa y Goñi, 1999). Así, podemos sostener la hipótesis postulada en investigaciones previas de que este paisaje fue parte de circuitos de movimiento temporales y/o anuales, que implicaron la participación en las redes sociales establecidas con grupos que habitaban otros puntos del espacio, probablemente cercanos al área de procedencia de estas materias primas, como Pampa del Asador. De manera complementaria, el abastecimiento pudo producirse por la colecta directa en la fuente, siendo transportada hacia el área de estudio por parte de un mismo grupo (Cueto et al. 2018).

Para finalizar, en la localidad arqueológica La María prospectamos en total 711.184 m2. Observamos que la región presenta en promedio una densidad altísima 1 (0,06304 artefactos/m2) y registramos restos en casi la mitad de los segmentos prospectados (47,92%). De esta manera, la intensidad y/o la redundancia de uso de este paisaje fue muy alta. Sin embargo, presenta variaciones en los patrones de uso, ya que tres prospecciones presentaron una intensidad media, tres de ellas alta y muy alta y otras tres altísima 2 y 3. Estos resultados complementan los estudios previos realizados en la localidad. Por ejemplo, los análisis de sitios estratigráficos muestran un poblamiento temprano y ocupaciones recurrentes a través del tiempo. Asimismo, los estudios de las canteras exhiben un uso intenso de las mismas y también el arte rupestre es profuso. En este sentido, reafirmamos que las características particulares de este paisaje fueron atractoras, convirtiéndolo en un paisaje de gran importancia para las sociedades cazadoras-recolectoras de la Meseta Central de Santa Cruz desde el Pleistoceno final hasta el Holoceno tardío.

Agradecimientos

Este trabajo fue financiado por distintos proyectos PICT-2018-02528 (Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica), 11/N943 SeCyT-UNLP y PIP-CONICET 11220150100785. También hemos recibido el apoyo y cariño de la familia Behn, propietaria de la Estancia La María, y de las autoridades y pobladores de Puerto San Julián. Agradecemos a los integrantes de los proyectos, quienes nos brindaron su apoyo para la elaboración del manuscrito y han participado en los trabajos de campo. Asimismo, agradecemos a los evaluadores anónimos y editores por las sugerencias y correcciones que ayudaron a mejorar el manuscrito.

Referencias citadas

» Belardi, J. B. (2003). Paisajes Arqueológicos: Un estudio comparativo de diferentes ambientes patagónicos. (Tesis Doctoral inédita), Universidad Buenos Aires, Argentina. http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/1245

» Belardi, J. B. y Borrero, L. A. (1999). El paisaje arqueológico de la margen norte del Lago Argentino (Provincia de Santa Cruz). Præhistoria, 3, 35-64. http://www.imhicihu-conicet.gob.ar/html/Publ_Period/Praehistoria%203.pdf (Acceso: 7 de abril, 2022).

» Binford, L. R. (1992). Seeing the Present and Interpreting the Past and Keeping Things Straight. En J. Rossignol y L. Wandsnider (Eds.), Space, Time, and Archaeological Landscapes (pp. 43-59). New York: Plenum Press.

» Cassiodoro, G. y Flores Coni, J. (2019). Análisis comparativo del registro lítico del conjunto de parapetos guitarra 10 (meseta del lago Guitarra, Santa Cruz, Argentina). Comechingonia. Revista de Arqueología, 23(1), 303-324. https://doi.org/10.37603/2250.7728.v23.n1.25952

» Cueto, M. E. (2015). Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras. Ocupaciones correspondientes a la transición Pleistoceno/Holoceno, Meseta Central de Santa Cruz). Oxford: Archaeopress. Publish of British Archaeological Reports.

» Cueto, M. E., Frank, A. D. y Skarbun, F. (2018). Explotación de obsidianas en la Meseta Central de Santa Cruz. Estrategias de producción, uso y circulación. Chungara, 50(2), 235-253. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-73562018005000502

» Cueto, M. E., Frank, A. D. y Skarbun, F. (2020). Caracterización de fuentes líticas, estudios de selección y aprovisionamiento y sus implicancias en las prácticas sociales. Revista del Museo de Antropología, 13(1), 15-16. https://doi.org/10.31048/1852.4826.v13.n1.26746

» Cueto, M. E., Skarbun, F., Iparraguirre, A. y Baridon, J. (2017). Múltiples aproximaciones al registro arqueológico en la Meseta Central. Prospecciones, relevamientos de fuentes, estructuras de piedra y pinturas. Libro de resúmenes X Jornadas de Arqueología de la Patagonia (p. 86). Puerto Madryn: Centro Nacional Patagónico (CENPAT), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

» De Andreotti, L., Skarbun, F. y Cueto, M. E. (2019). Estudios de contextos mortuorios de tipo chenque en La Localidad Arqueológica La María, Meseta Central de Santa Cruz, Argentina. En A. Laguens, M. Bonnin y B. Marconetto (Eds.), Libro de Resúmenes del XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina (pp. 327-328). Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba.

» de Porras, M. E. (2010). Dinámica de la vegetación de la Meseta Central de Santa Cruz durante los últimos 11.000 años: forzantes bióticos y abióticos. (Tesis Doctoral inédita), Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina.

» de Porras, M. E., Mancini, M. V., Prieto, A. y Paunero, R. S. (2009). Arqueopalinología de la Cueva Túnel (Santa Cruz): una de las piezas del estudio multidisciplinario. En E. E. Fucks, C. Deschamps, C. G. Silva y E. J. Schnack (Eds.), IV Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología. XII Congresso da Assoçiacão Brasileira de Estudos do Quaternário. II Reunión sobre el Cuaternario de América del Sur (pp. 236) La Plata: Universidad Nacional de La Plata.

» Dunnell, R. C. y Dancey, W. S. (1983). The Siteless Survey: A Regional Scale Data Collection Strategy. Advances in Archaeological Method and Theory, 6, 267-287. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-003106-1.50012-2

» Espinosa, S. L., y Goñi, R. (1999). ¡Viven!: una fuente de obsidiana en la provincia de Santa Cruz. En Soplando en el viento. Actas de las III Jornadas de Arqueología de la Patagonia (pp. 177-188). Neuquen - Buenos Aires: Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano y Universidad Nacional del Comahue.

» Foley, R. (1981). A model of regional archaeological structure. Proccedings of the Prehistoric Society, 47, 1-17. https://doi.org/10.1017/S0079497X00008823

» Frank, A. D. (2011). Tratamiento térmico y manejo del fuego en sociedades cazadoras-recolectoras de la Meseta Central de Santa Cruz (Tesis Doctoral inédita), Universidad Nacional de La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/5318

» Frank, A. D., Mastrángelo, N., Marte, F. y Leyva, A. G. (2021). Análisis aplicados a pigmentos de La María, Santa Cruz, Argentina. Manuscrito inédito.

» Frank, A. D. y Skarbun, F. (2019). Usos redundantes de Casa del Minero 1 (Santa Cruz, Argentina). Fogones, restos líticos y estructuración interna del espacio. Revista del Museo de Antropología de Entre Ríos, 5(2), 1-20. http://hdl.handle.net/11336/127280

» Frank, A. D., Skarbun, F. y Cueto, M. E. (2013). Caracterización de una fuente de xilópalo: el Bosque Petrificado de la Localidad Arqueológica La María. En A. Zangrando, R. Barberena, A. Gil, G. Neme, M. Giardina, L. Luna, C. Otaola, S. Paulides, L. Salgán y A. Tivoli (Eds.), Tendencias teórico-metodológicas y casos de estudio en la arqueología de la Patagonia (pp. 379-388). Buenos Aires: Museo de Historia Natural de San Rafael.

» Frank, A. D., Skarbun, F. y Paunero, M. (2007). Hacia una aproximación de las primeras etapas de reducción lítica en el Cañadón de la Mina, Localidad Arqueológica La María, Meseta Central de Santa Cruz, Argentina. Magallania, 35(2), 133-144. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-22442007000200010

» González Dubox, R., Frank, A. D., Cueto, M. E. y Paunero, R. S. (2021). Manifestaciones rupestres situadas: Tipología y distribución de las pinturas de La María Quebrada, Provincia de Santa Cruz. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano: Series Especiales, 9(1), 225-244.

» Goñi, R., Re, A., Guraieb, S. G., Cassiodoro, G., Tessone, A., Rindel, D., Dellepiane, J., Coni, J. F., Guichón, F. y Agnolin, A. (2019). Climate changes, human peopling and regional differentiation during late Holocene in Patagonia. Quaternary International, 505, 4-20. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2018.03.007

» Ingold, T. (1993). The temporality of the landscape. World Archaeology, 25(2), 152-174. https://doi.org/10.1080/00438243.1993.9980235

» Llobera, M. (2000). Understanding movement: a pilot model towards the sociology of movement. En G. Lock (Ed.), Beyond the Map. Archaeology and Spatial Technologies (pp. 65-84). Amsterdam: IOS Press.

» Mazzoni, E. y Rabassa, J. (2010). Inventario y clasificación de manifestaciones basálticas de Patagonia mediante imágenes satelitales y SIG, Provincia de Santa Cruz. Revista de la Asociación Geológica Argentina, 66(4), 608-618. http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-48222010000300019&lng=es&nrm=iso (Acceso: 7 de abril, 2022).

» Metcalf, J. L., Turney, C., Barnett, R., Martin, F., Bray, S. C., Vilstrup, J. T., Orlando, L., Salas-Gismondi, R., Loponte, D., Medina, M., De Nigris, M., Civalero, T., Fernández, P. M., Gasco, A., Duran, V., Seymour, K. L., Otaola, C., Gil, A., Paunero, R., Prevosti, F. J., Bradshaw, C. J. A., Wheeler, J. C., Borrero, L., Austin, J. J. y Cooper, A. (2016). Synergistic roles of climate warming and human occupation in Patagonian megafaunal extinctions during the Last Deglaciation. Science Advances, 2(6), e150168. https://doi.org/10.1126/sciadv.1501682

» Miotti, L. L. y Salemme, M. C. (2004). Poblamiento, movilidad y territorios entre las sociedades cazadoras-recolectoras de Patagonia. Complutum, 15, 177-206. https://revistas.ucm.es/index.php/CMPL/article/view/CMPL0404110177A (Acceso: 7 de abril, 2022).

» Panza, J. L. A. (1994). Descripción de la Hoja Geológica 4969-II. Tres Cerros Escala 1:250.000. Provincia de Santa Cruz. Boletin 213. Buenos Aires: Servicio Geológico Nacional.

» Paunero, R. S. (2000a). Cañadón Cueva de la Ventana: Tefras del Holoceno Medio. En L. L. Miotti, R. S. Paunero, M. C. Salemme y G. R. Cattáneo (Eds.), Guía de Campo de la Visita a las Localidades Arqueológicas: La Colonización del Sur de América Durante la Transición Pleistoceno/Holoceno (pp. 113-118). La Plata: Edición Nacional.

» Paunero, R. S. (2000b). Cueva de la Mesada de La María Quebrada. En L. L. Miotti, R. S. Paunero, M. C. Salemme y G. R. Cattáneo (Eds.), Guía de Campo de la Visita a las Localidades Arqueológicas: La Colonización del Sur de América Durante la Transición Pleistoceno/Holoceno (pp. 109-113). La Plata: Edición Nacional.

» Paunero, R. S. (2000c). Localidad Arqueológica La María. En L. L. Miotti, R. S. Paunero, M. C. Salemme y G. R. Cattáneo (Eds.), Guía de Campo de la Visita a las Localidades Arqueológicas: La Colonización del Sur de América Durante la Transición Pleistoceno/Holoceno (pp. 101-108). La Plata: Edición Nacional.

» Paunero, R. S. (2009). La colonización humana de la meseta central de Santa Cruz durante el Pleistoceno final: indicadores arqueológicos, referentes estratigráficos y nuevas evidencias. En M. C. Salemme, F. Santiago, M. Álvarez, E. Piana, M. Vazquez y E. Mansur (Eds.), Arqueología de Patagonia: una mirada desde el último confín (Vol. 1, pp. 85-100). Ushuaia: Editorial Utopías.

» Paunero, R. S. (2012). Arte rupestre pleistoceno de Santa Cruz, Patagonia Argentina. En J. Clottes (Ed.), L’art pléistocène dans le monde/Pleistocene art of the world/Arte pleistoceno en el mundo Actes du Congrès IFRAO (pp. 835-849). Tarascon-sur-Ariège: Société Préhistorique Ariège-Pyrénées.

» Paunero, R. S., Frank, A. D., Cueto, M. E., Skarbun, F. y Valiza Davis, C. (2015). La Ocupación Pleistocénica de Cueva Túnel, Meseta Central de Santa Cruz: un Espacio que Reune Actividades en torno al Procesamiento Primario de Presas. Atek Na [En la tierra], 5, 149-188. https://plarci.org/index.php/RAHAYL/article/view/155 (Acceso: 7 de abril, 2022).

» Paunero, R. S., Frank, A. D., Skarbun, F., Rosales, G., Cueto, M. E., Zapata, G., Paunero, M., Lunazzi, N. y Del Giorgio, M. (2007). Investigaciones arqueológicas en sitio Casa Del Minero 1, Estancia La María, Meseta Central de Santa Cruz. En F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde (Eds.), Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando huesos... y develando arcanos (pp. 577-588). Punta Arenas: Centro de Estudios del Cuaternario Antártico.

» Paunero, R. S., Frank, A. D., Skarbun, F., Rosales, G., Zapata, G., Cueto, M. E., Paunero, M. F., Martinez, D. G., López, R., Lunazzi, N. y Del Giorgio, M. (2005). Arte rupestre en estancia La María, Meseta Central de Santa Cruz: Sectorización y contextos arqueológicos. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, XXX, 147-168. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/24936

» Paunero, R. S. y Skarbun, F. (2011). Reserva Península de San Julián: estudios arqueológicos distribucionales en una particular geoforma marina. Magallania, 39(1), 253-264. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22442011000100016

» Rossignol, J. (1992). Concepts, Methods, and Theory Building: a Landscape Approach. En J. Rossignol y L. Wandsnider (Eds.), Space, Time, and Archaeological Landscapes (pp. 3-16). New York: Plenum Press.

» Skarbun, F. (2011). La organización tecnológica en grupos cazadores recolectores desde las ocupaciones del pleistoceno final al Holoceno Tardío, en la Meseta Central de Santa Cruz, Patagonia). Oxford: Archaeopress. Publish of British Archaeological Reports (BAR).

» Skarbun, F. (2015). Estructura y explotación de los recursos líticos en el sector Meridional de la Meseta Central de Santa Cruz, Argentina. Magallania, 43(1), 191-210. www.magallania.cl/index.php/magallania/article/view/671 (Acceso: 7 de abril, 2022).

» Skarbun, F. (2019). Jerarquización del paisaje arqueológico de la Localidad Arqueológica La María, Santa Cruz, Argentina. GeoSIG. Revista Geografía y Sistemas de Información Geográfica, 13(II), 11-35. http://hdl.handle.net/11336/128067

» Skarbun, F., Cueto, M. E., Frank, A. D. y Paunero, R. S. (2021). Tecnología lítica de las primeras sociedades del extremo sur de Sudamérica. Latin American Antiquity, 33(3), 443-463. https://doi.org/doi:10.1017/laq.2021.50

» Skarbun, F., Cueto, M. E., Iparraguirre, A., Baridon, J., Del Piccolo, D., De Andreotti, L. y Loyola Laborde, M. (2019a). Disponibilidad de materias primas en La María Bajo de la localidad arqueológica La María. Santa Cruz, Argentina. En J. Gómez Otero, A. Svoboda y A. Banegas (Eds.), Arqueología de la Patagonia: el pasado en las arenas (pp. 67-79). Puerto Madryn: Altuna Impresores.

» Skarbun, F. y Frank, A. D. (2011). Organización espacial intrasitio durante el Pleistoceno final en la Meseta Central de Santa Cruz. Evidencias del sitio Casa del Minero 1. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, XXXVI, 289-313. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/24917

» Skarbun, F., Frank, A. D. y Cueto, M. (2019b). Estudios en paisajes de alta disponibilidad de materias primas líticas. Las fuentes y canteras de La María, provincia de Santa Cruz. Revista del Museo de Antropología, 13(1), 17-24. https://doi.org/10.31048/1852.4826.v13.n1.24245

» Valiza Davis, C. (2021). Zooarqueología de cazadores-recolectores que habitaron la Meseta Central de Santa Cruz durante la transición Pleistoceno-Holoceno (Tesis Doctoral inédita), Universidad Nacional de La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/120743

» Zubimendi, M. A. (2010). Estrategias de uso del espacio por grupos cazadores recolectores en la Costa Norte de Santa Cruz y su interior inmediato (Tesis Doctoral inédita), Universidad Nacional de La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/4312