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ARTÍCULO
Carlos Landa
https://orcid.org/0000-0002-8532-4973
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) / Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). 25 de mayo 217 (CP C1002ABE), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: carloslanda@conicet.gov.ar
Sebastián Ávila
https://orcid.org/0000-0002-8532-4973
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) / Instituto de Estudios Iniciales, Universidad Nacional Arturo Jauretche / Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). 25 de mayo 217 (CP C1002ABE), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: savila@unaj.edu.ar
Juan Leoni
https://orcid.org/0000-0002-4305-9841
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) / Departamento de Arqueología, Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario (UNR). Entre Ríos 758 (S2000CRN), Rosario, Santa Fe, Argentina. E-mail: jbleoni@hotmail.com
Alejandra Raies
https://orcid.org/0000-0002-0121-9691
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) / Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). 25 de mayo 217 (CP C1002ABE), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: alejandraraies@gmail.com
Diana Tamburini
https://orcid.org/0000-0003-1436-4772
Departamento de Arqueología, Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario (UNR). Entre Ríos 758 (S2000CRN), Rosario, Santa Fe, Argentina. E-mail: dianatamburini@hotmail.com
Emanuel Montanari
https://orcid.org/0000-0003-4933-9059
Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). 25 de mayo 217 (CP C1002ABE), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: emanuelmontanari@gmail.com
Laura Bermolen
Centro de Salud Conjunto “Veteranos de Malvinas”. Av. Cabildo 301 (C1426AAD), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: laurabermolen@hotmail.com
Gastón Giunta
https://orcid.org/0009-0001-5260-9403
Centro de Salud Conjunto “Veteranos de Malvinas”. Av. Cabildo 301 (C1426AAD), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: ggiunta@gmail.com
Gisela Paly
Centro de Salud Conjunto “Veteranos de Malvinas”. Av. Cabildo 301 (C1426AAD), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: gisewil@gmail.com
María Constanza Lioni Tarsitano
Centro de Salud Conjunto “Veteranos de Malvinas”. Av. Cabildo 301 (C1426AAD), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: coni.lioni@gmail.com
Facundo Gómez Romero
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) / Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN). Av. Del Valle 5737 (CP B7400JWI), Olavarría, Buenos Aires, Argentina. E-mail: fgomezromero@hotmail.com
Eduardo Quinteros
https://orcid.org/0009-0009-5994-0447
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Av. Hipólito Yrigoyen 3242 (C1207ABR), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: profesorqedu@gmail.com
Gorka Martín-Echebarria
https://orcid.org/0000-0002-8572-4264
Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología, Universidad del País Vasco. C/ Tomás y Valiente s/n (CP 01006), Vitoria-Gasteiz, Araba, España. E-mail: gorka.martin@ehu.eus
Luis V. Coll
https://orcid.org/0000-0001-6768-0280
Instituto de las Culturas (IDECU), Universidad de Buenos Aires (UBA) - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Bartolomé Mitre 1970 (CP C1039AAB), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: luisvjcoll@hotmail.com
Mariano Ramos
https://orcid.org/0000-0002-8669-8002
Programa de Arqueología Histórica y Estudios Pluridisciplinarios (PROARHEP), Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Luján. Ruta 5 y Avenida Constitución (CP B6700), Luján, Buenos Aires, Argentina. E-mail: onairamsomar@gmail.com
Melina Natalia Gómez Anzalone
Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). 25 de mayo 217 (CP C1002ABE), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: melina.gomez.anzalone@gmail.com
Recibido: 11 de septiembre de 2024
Aceptado: 31 de marzo de 2025
Resumen
En este artículo presentamos una experiencia pionera que evalúa el potencial terapéutico de la práctica arqueológica en torno a la salud mental de los veteranos de la guerra de Malvinas. El proyecto marco relaciona a profesionales de la arqueología, la historia y las ciencias de la salud mental (psiquiatras, psicólogos y musicoterapeutas). Por intermedio de las evaluaciones y observaciones realizadas por cada disciplina, se analizan los resultados preliminares de las tres primeras experiencias arqueológicas de campo junto a un total de nueve veteranos. Basados en los escasos antecedentes existentes en otras partes del mundo, el equipo interdisciplinario busca aplicar este tipo de prácticas, por primera vez en América Latina, con quienes protagonizaron la única guerra internacional de la que participó la República Argentina durante el siglo XX. Nos referimos al conflicto del Atlántico Sur de 1982 en el que se enfrentaron las Fuerzas Argentinas contra el Imperio Británico, y que constituye aún hoy una herida abierta en el tejido social argentino.
Palabras clave: Trastorno por estrés postraumático, Ex-combatientes, Campos de batalla, Práctica arqueológica
Archaeology, veterans of the Malvinas War and mental health: an unprecedented experience in Latin America
Abstract
In this paper we present a pioneering experience that assesses the therapeutic potential of archaeological practice in relation to the mental health of the Malvinas War veterans. The main project connects professionals from archaeology, history, and mental health sciences (psychiatrists, psychologists, and music therapists). Drawing on evaluations and observations from each discipline, we analyze preliminary results from the first three archaeological fieldwork experiences, involving a total of nine veterans. In light of the limited precedents worldwide, the interdisciplinary team aims to implement this type of practice for the first time in Latin America, working with those who participated in the only international war involving the Argentine Republic in the 20th century: the 1982 South Atlantic conflict, in which Argentine forces faced the British Empire—a conflict that remains an open wound in the Argentine social fabric.
Keywords: Post-traumatic stress disorder, Ex-soldiers, Battlefields, Archaeological practice
Introducción
El vínculo entre la arqueología y el campo de la salud mental, si bien es de desarrollo reciente, constituye una alianza interdisciplinaria con enorme potencial. Diversos proyectos de investigación a escala global demuestran el impacto terapéutico positivo que puede generar la práctica arqueológica (prospecciones, excavaciones, trabajo en laboratorio con materiales, etc.) en individuos, grupos y comunidades que padecen problemas vinculados con su salud mental. Entre los sujetos participantes se encuentran personas con afecciones diversas (autismo, ansiedad, depresión, estrés postraumático, alcoholismo, enfermedades psicosomáticas, consumo de sustancias, etc.), entre las que se incluyen víctimas de conflictos sociales como los veteranos de guerra. Si bien sus posibles aportes al tratamiento de diversas afecciones psicológicas se encuentran todavía bajo evaluación, quienes participan de este tipo de experiencias coinciden en el bienestar mental que les produce en el corto plazo.
En la última década se han generado instancias de vinculación entre arqueología y veteranos. Originadas en Gran Bretaña (Operation Nightingale y Waterloo Uncovered, quizás son los proyectos más conocidos), se han llevado a cabo también en los Estados Unidos (e.g. ,American Veterans Archaeology Recovery, Operation Nightingale ) y gradualmente, iniciativas similares comienzan a desarrollarse en otros países del mundo (ver Everill et al., 2020). Todas estas comparten el interés en el aporte terapéutico que la arqueología puede ejercer para el bienestar emocional de los veteranos, así como para colaborar en su reinserción laboral y social luego de la experiencia bélica o la finalización de su servicio en las fuerzas armadas.
En este trabajo nos centraremos en la primera experiencia de este tipo desarrollada en Latinoamérica: el proyecto “Veteranos de Malvinas, Arqueología y Salud Mental”. A partir de la iniciativa interdisciplinaria del Equipo de Arqueología Memorias de Malvinas (EAMM), el Centro de Estudios de Arqueología y Antropología del Conflicto (CEAAC), el Grupo de Estudios de Arqueología Histórica de Frontera (GEAHF) y el Centro de Salud Mental “Veteranos de Malvinas” del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FFAA), junto a otro profesional de la salud que, si bien no pertenece a esta, en todo momento siguió sus directrices. Esta incipiente experiencia apunta, en primera instancia, a sujetos particulares: los Veteranos de la Guerra de Malvinas (en adelante VGM), con la expectativa de poder ampliar esta práctica tanto a otros miembros de las FFAA (Fuerzas de Paz, Personal que presta servicio en la Antártida, etc.) como a la sociedad en general.
Para abordar este tema nos centramos, en primera instancia, en los antecedentes de experiencias similares en las que coincide el carácter interdisciplinario desarrollado entre antropólogos, arqueólogos, psicólogos, psiquiatras, psicólogos, musicoterapeutas e historiadores con la práctica arqueológica y la inclusión de los VGM. En segundo lugar, desarrollamos una breve presentación de los equipos participantes (arqueológicos y de Salud Mental) y de los trabajos realizados hasta el momento que dan base y sustento al presente proyecto. Luego continuaremos con el análisis de las tres primeras experiencias de campo de este tipo con un total de nueve VGM, llevadas adelante en los campos de batalla de Pavón (1861) y Vuelta de Obligado (1845) y en una estructura militar de campaña como el Fortín Miñana (1859-1863). Asimismo, consideraremos sus resultados preliminares a partir de la integración de las observaciones de los distintos equipos disciplinarios involucrados. Por último, evaluamos líneas a desarrollar o profundizar en próximas actividades en conjunto.
Contexto histórico: la Guerra de Malvinas (1982) y su posguerra
Las Islas Malvinas constituyen parte de un archipiélago ubicado en el Océano Atlántico Sur a unos 600 km aproximadamente de la costa patagónica. Estas islas, junto a las Georgias, Sándwich y Orcadas del Sur son objeto de reclamo diplomático por parte del Estado argentino desde 1833 cuando ese territorio tenía una gobernación y una población dependientes de las entonces Provincias Unidas del Río de La Plata. Durante 1831, en un conflicto por los recursos pesqueros, un barco de guerra estadounidense atacó a la guarnición argentina, signando el gobierno nacional en las islas. Fue así como, aprovechando la situación, en enero de 1833 actuaron fuerzas británicas que expulsaron a los argentinos. En abril de 1982, Argentina —gobernada por una dictadura cívico-militar— las recuperó militarmente con el objetivo de negociar su soberanía desde una posición de fuerza, obteniendo al mismo tiempo gran apoyo popular (Ávila, 2021), ya que se trataba de un reclamo histórico de carácter identitario y soberano. Por su parte, Gran Bretaña alistó velozmente a su Fuerza de Tareas 317 para recorrer los 12.000 km que separaban a las Malvinas de su país, con el propósito de recuperar su control y lograr una victoria militar que impulsase el decaído gobierno de Margaret Thatcher. Para mayo de ese año las acciones bélicas en las Islas Malvinas comenzaron, dando lugar a un conflicto armado que tuvo como escenario los cielos, los mares y el suelo isleño. La contienda finalizó con la victoria militar del Reino Unido, el 14 de junio, con un total de 258 bajas británicas y 649 argentinas. Como consecuencia de la derrota la dictadura argentina se debilitó y buscó una salida por intermedio de un proceso democrático que duró un año y medio (se realizaron elecciones y Ricardo Bignone presidente de facto entregó el gobierno el 10 de diciembre de 1983 a Raúl Alfonsín). Los sucesivos gobiernos del Estado argentino continuaron y profundizaron los reclamos de soberanía en diversos foros internacionales, sosteniendo la vía diplomática como única forma de lograr su objetivo.
Como algunos veteranos han manifestado (Guber, 2004), transitar la posguerra se convirtió en muchos casos en algo tan complejo y doloroso como la guerra misma. En efecto, ha sido común entre los veteranos que su salud física y mental se viera afectada, tanto por los efectos de la experiencia bélica como por, sobre todo, el contexto social y político en el que se reinsertaron tras el retorno de Malvinas.
La guerra, uno de los eventos traumáticos más poderosos que pueden existir, genera secuelas y efectos irreversibles en forma de daños físicos, sociales y psíquicos no sólo en quienes participan directamente en ella, sino también en sus respectivos grupos familiares. La experiencia bélica marca un antes y un después en la vida de los afectados, condicionando el desarrollo de sus vidas en la posguerra y constituyendo en muchos casos una carga emocional importante durante el resto de sus vidas (Silva, 2006). En este contexto, el apoyo social aporta positivamente a la salud, generando un bienestar psicológico a quienes vivieron una guerra. Es la falta de esto último, precisamente, lo que marcó la experiencia de los VGM en los primeros tiempos de la posguerra. En efecto, la reacción social inicial (orquestada y promovida políticamente por el propio gobierno militar) de rechazo, indiferencia o apatía que enfrentaron (Guber, 2004; Lorenz, 2021; Silva, 2006), contribuyó decisivamente a profundizar los problemas emocionales derivados de la guerra. Como dice Guber, “la postguerra de la guerra se libraría contra la apatía y el silencio de la sociedad civil y política; sus guerreros la concibieron como ‘la batalla por la memoria en contra de la desmalvinización’” (Guber, 2004, p. 150). Fue común que a los VGM se los identificara con la derrota y con el régimen militar, como ha señalado Silva: “con la pérdida de la guerra, ya no se los consideraba héroes, sino que eran vistos y condenados simbólicamente por la sociedad, dándoles la espalda y evitando hablar sobre este suceso” (2006, p. 1). No sólo su reinserción social y laboral se vio dificultada, sino que no se les brindó, en los primeros tiempos, asistencia médica y psicológica especializada (Chao, 2021).
Las secuelas emocionales de la guerra y la posguerra varían mucho dependiendo tanto de las características de la personalidad individual, como del contexto familiar, social y económico de los afectados, por lo cual el efecto en los VGM no ha sido uniforme. Entre los múltiples efectos identificados se encuentran trastornos del sueño, la memoria y el pensamiento, de ansiedad, dificultades para controlar impulsos, depresión, estrés postraumático, personalidad psicopática, esquizofrenia, psicosis y epilepsia, adicciones al juego y a diferente tipo de consumo abusivo de sustancias, involucramiento en situaciones de violencia (social y familiar) y, por supuesto, los suicidios, de los que se habrían producido varios centenares en los años posteriores a la guerra (Guber, 2004; Silva, 2006). Asimismo, se ha determinado que los efectos fueron peores en quienes no eran militares profesionales o, como sostiene Guber, “quienes ya no pertenecían a la institución militar y cuya cotidianeidad era más parecida a la de los civiles” (2004, p. 162). También se ha identificado una mayor incidencia de trastornos de salud mental en quienes integraban las fuerzas terrestres, aunque dependiendo del lugar en que estuvieron desplegados (Becerra et al., 2012; Silva, 2006). Aún a pesar del tiempo transcurrido, diversos síntomas, asociados por lo general con el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), han seguido manifestándose entre los veteranos regularmente (e.g., Becerra et al., 2012; Jalil, 2006), resaltando que la necesidad de los diversos abordajes terapéuticos sigue vigente.
Es dable considerar que, si los cuadros mencionados anteriormente no son abordados con tratamientos psicoterapéuticos específicos, pueden perdurar en el tiempo hasta transformarse en afecciones crónicas. El mayor riesgo que implica esta cronicidad es que la sintomatología se torna menos clara y se combina con otros cuadros y problemas agregados. Algunos ejemplos que se pueden enumerar son: trastornos del humor, trastornos del sueño, enfermedades psicosomáticas, dolor crónico, violencia interpersonal, consumo de sustancias, conductas suicidas, entre otros.
Trauma y memoria: la dimensión terapéutica. Algunas referencias
Trauma es una palabra de origen griego que significa herida y es definida como el efecto de un acontecimiento que se caracteriza por ser intenso y por superar las posibilidades del sujeto para elaborar una respuesta adecuada. Freud lo definió como un flujo de magnitudes de energía excesivo en relación con la capacidad del aparato psíquico para ligarlo y no demorar la descarga. A este exceso le atribuyó efectos patógenos duraderos en la organización psíquica. En la “Conferencia 18: La fijación al trauma, lo inconsciente” Freud postuló su teoría de fijación al trauma. Menciona que sus pacientes dan la impresión de estar fijados a un fragmento determinado de su pasado y, por ende, están enajenados del presente y del futuro.
Las neurosis traumáticas dan claros indicios de que tienen en su base una fijación al momento del accidente traumático (…). Es como si estos enfermos no hubieran podido acabar con la situación traumática, como si ella se les enfrentara todavía a modo de una tarea actual insoslayable (Freud, 1999, p. 236).
Este tipo de neurosis muestra que una fijación al incidente traumático subyace en sus raíces. Estos pacientes regularmente repetían sus neurosis traumáticas en sus sueños, en los cuales el ataque configuraba un completo traslado del paciente dentro de la situación traumática.
Asimismo, pueden definirse algunas características generales respecto al concepto de trauma que son compartidas por las disciplinas científicas. En este sentido, puede afirmarse que hay una relación entre el evento traumático y la reacción del organismo, poniendo de relieve que su significado no puede reducirse a uno solo de los términos. De este modo, se subraya que en el origen del trauma está implicada la realidad fáctica, externa y esto sería el trauma exógeno. Aun así, “el evento traumático es condición necesaria pero no suficiente, porque se define como traumático en función de la reacción o respuesta. Para el psicoanálisis, la experiencia también puede tener origen en un evento interno, en la realidad psíquica” (Solimano y Manfredi, 2015, p. 97). De esta forma, se debe contemplar el modo en que estas situaciones impactan en el yo y, consecuentemente, podremos apreciar el trauma desde su etiología endógena.
Esta aproximación transita la tensión existente entre las concepciones que priorizan los acontecimientos externos y aquellas en las que prevalecen las respuestas o reacciones del organismo. Al considerar la naturaleza dialéctica del fenómeno, se puede concluir que su significado no puede reducirse al evento o a la respuesta, permitiendo de esta manera comprender el trauma en tanto una reacción patológica y considerar a su vez la naturaleza del evento, por cuanto condiciona evoluciones que difieren con relación a la psicopatología. Habida cuenta de la complejidad que representa este abordaje, podemos definir al acontecimiento traumático como un cuerpo extraño que no se integra al yo y amenaza sus límites, ya que aporta un exceso de excitaciones que es superior a su capacidad para simbolizarlos. En esta línea, lo que hace traumático a un acontecimiento es la magnitud de energía, es decir la intensa excitación que lo acompaña. Esto es el resultado de una relación entre dos términos, el aparato psíquico y el acontecimiento, que varían correlativamente. De este modo, una situación conflictiva deviene traumática si las representaciones se inscriben como traumáticas por su intensa significación afectiva o por acumulación de la tensión libidinal. Adicionalmente, también puede ocurrir cuando el yo se encuentra debilitado por procesos patógenos y no puede mantener constante el trabajo de elaboración psíquico habitual. Por otro lado, es importante mencionar los valiosos aportes provenientes del campo de las neurociencias para dar cuenta sobre este tipo de fenómenos. Estos hacen alusión a temas intrínsecamente vinculados con el trauma como el estrés, la memoria, la angustia y el aprendizaje. También nos otorgan explicaciones en relación con la sintomatología prevalente en el TEPT. En este sentido, se puede afirmar que la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal son las áreas que se encuentran comprometidas en el TEPT.
La posibilidad planteada respecto al trabajo arqueológico en conjunto con los VGM puede ser propicia para iniciar un trabajo gradual de recuperación de su autoestima y autonomía, la integración de la experiencia traumática y la elaboración de lo vivido y el comienzo de construcción de nuevas configuraciones para que esa vivencia pueda ser expresada simbólicamente y no se cristalice en la mera repetición de los fenómenos recurrentes e intrusivos propios del estrés postraumático. Es importante señalar que la integración de experiencias traumáticas escindidas debe ser dosificada y ajustada a las capacidades inherentes del sujeto, debiendo realizar para ello una evaluación cuidadosa de las capacidades yoicas a las que pueda apelar la persona. El desafío intrínseco que conlleva el involucramiento en tareas arqueológicas puede orientarse hacia un trabajo que resulte terapéutico y en el que se susciten las condiciones necesarias que propicien tanto la posibilidad de integrarse como de volver a conocerse.
La Arqueología, la guerra y el sujeto militar: del olvido al análisis
La relación de la arqueología con aspectos y temáticas militares no es nueva y, de hecho, varios pioneros y figuras renombradas de la disciplina tuvieron una formación militar (e.g., M. Wheeler, H. L. F. Pitt Rivers, G. Daniel, A. Montes y A. Rex González, entre muchos otros). Por otra parte, la arqueología se ha visto también involucrada directamente en situaciones bélicas (T.E. Lawrence [de Arabia] y Leo Frobenius en la Primera Guerra Mundial, los “Monuments Men” en la Segunda Guerra Mundial, el rescate y protección de sitios y objetos arqueológicos en las sucesivas Guerras del Golfo, etc.). Asimismo, las temáticas militares y bélicas como objetos de análisis han interesado a la arqueología desde sus inicios. Estudios como los de Henri Schliemann en Troya, las excavaciones promovidas por Napoleón III para conmemorar las batallas de Gergovia y Alesia, o la tipología de armas prehistóricas desarrollada por Henry L. Fox Pitt Rivers, por sólo citar algunos casos, ejemplifican el interés arqueológico en variados aspectos de la historia, la tecnología y la táctica militar. Sin embargo, con el desarrollo posterior de la disciplina, estas temáticas fueron relegadas o quedaron subsumidas bajo el estudio de procesos socioculturales más generales, pasando a ocupar un lugar secundario.
Las últimas décadas atestiguan un renovado interés en la guerra como objeto de análisis en las ciencias sociales y esto se ha visto reflejado también en la arqueología, popularizándose los estudios de asentamientos militares (e.g., fortificaciones, campamentos, guarniciones, arsenales y hospitales militares, entre otros), apuntando sobre todo a recuperar la memoria, la experiencia y las formas de vida de los soldados ordinarios, como parte de una “arqueología social de la guerra”. Un aspecto central de esta tendencia es el interés en los campos de batalla como lugares aptos para ser investigados arqueológicamente, algo que había tenido escaso desarrollo antes de los años 1980`s, pero que hoy en día muestra una gran popularidad, habiéndose demostrado la relevancia que la investigación arqueológica tiene para construir nuevas narrativas de esos hechos históricos, los que en varias ocasiones se habían mostrado bajo la lupa de versiones de la historia oficial. En suma, la arqueología posee conexiones de distinto tipo con el mundo militar y las situaciones bélicas, lo que ha llevado a que las iniciativas que vinculan veteranos con la práctica arqueológica se desarrollen casi como una prolongación natural de esta relación de larga data.
Arqueología, veteranos y salud mental: breve repaso de antecedentes
En el plano mundial, durante la última década se han multiplicado los acercamientos entre la arqueología y diversas instancias terapéuticas tendientes a promover el bienestar mental y físico de las personas a través de su participación en actividades arqueológicas de campo y laboratorio. Los beneficios derivados de la arqueología parecen evidentes y contribuyen a que estas iniciativas estén en plena expansión y multiplicación (Bennett, 2023; Van den Dries, 2021). Son de particular interés, por su originalidad, creciente desarrollo e implicancias positivas a nivel individual y público, las instancias que involucran a veteranos de guerra en la investigación arqueológica. Tienen su origen en Gran Bretaña, donde en 2011 comenzó la famosa Operation Nightingale, una iniciativa del Ministerio de Defensa británico y el arqueólogo Robert Osgood creada con el fin de ayudar a veteranos que retornaban de sus servicios en Irak y Afganistán con una variedad de problemas físicos y mentales (Osgood, 2023). A partir de esto, se han desarrollado iniciativas similares en Gran Bretaña (AMPHORA Project; Waterloo Uncovered, 1982 Uncovered: The Falklands War Mapping Project), Estados Unidos American Veterans Archaeological Recovery [AVAR]) y Australia (Operation Digger) y gradualmente en otros países, obteniendo una gran repercusión pública y mediática (Bennett, 2023; Clack y Pollard, 2022; Everill et al., 2020, 2022). Todas estas iniciativas comparten el interés en el aporte terapéutico que la Arqueología puede aportar para el bienestar emocional de los veteranos, especialmente aquellos que han sufrido heridas físicas y/o que padecen TEPT, así como para colaborar en su reinserción laboral y social tras la experiencia bélica o la finalización de su servicio en las fuerzas armadas. En todos los casos, se cuenta con un amplio apoyo institucional y financiero (oficial y de organizaciones privadas de distinto tipo), así como con una supervisión terapéutica especializada para tratar situaciones de este tipo.
Se suele resaltar el aporte positivo que se registra entre los participantes de estas iniciativas, aunque son todavía escasos los estudios científicos que evalúen dónde reside específicamente la influencia beneficiosa, así como la naturaleza y duración de sus efectos. Aún no está determinado si la actividad arqueológica posee un resultado distintivo o si simplemente comparte los beneficios que resultan de la práctica de actividades grupales al aire libre, aunque existe una creciente bibliografía dedicada a la investigación sistemática de los efectos positivos específicos derivados de la práctica arqueológica (e.g., Dobat et al., 2019; Everill et al., 2020, 2022; Finnegan, 2016; Ulke et al., 2022). De la misma forma, algunas de estas instancias participativas se desarrollan en escenarios arqueológicos diversos, es decir, en sitios prehistóricos o históricos de distinta naturaleza, no necesariamente vinculados con actividad bélica o militar. Por el contrario, otros proyectos enfatizan especialmente el hecho de que la actividad arqueológica se vincule con campos de batalla o instalaciones militares (e.g., proyectos desarrollados en Waterloo, Bélgica o Saratoga, EE. UU.), como forma de generar mayor empatía y una vinculación emocional más profunda entre los hechos del pasado que son investigados y los veteranos que participan en los proyectos. Sea como fuere, la multiplicación de iniciativas de este tipo da cuenta de un efecto positivo en la vinculación de los veteranos con la práctica arqueológica que parece ya fuera de cuestión.
En el caso de Argentina, si bien no fue con veteranos, un trabajo pionero entre arqueología y salud mental fue el realizado por el arqueólogo Mariano Ramos y el psicólogo Julián Socolovsky (2005) respecto al stress y al terror en la batalla de la Vuelta de Obligado (1845). Recientemente, otro equipo del Instituto de Arqueología de la Universidad de Buenos Aires se encuentra desarrollando un proyecto que vincula la arqueología con la salud mental comunitaria (Salerno et al., 2023). El presente proyecto, por su parte, contribuye a profundizar en esta vinculación tanto a nivel nacional como regional.
Génesis de un proyecto interdisciplinar
En el 2021, el EAMM tomó conocimiento de los proyectos mencionados que vinculan a veteranos de guerra, arqueología y salud mental. Como parte de las iniciativas que se venían desarrollando en torno al abordaje de una posible arqueología de la guerra de Malvinas, el equipo se propuso tomar contacto con el centro de salud “Veteranos de Malvinas” con la idea de desarrollar este proyecto en Argentina (Figura 1). Para ello, los distintos equipos arqueológicos (GEAHF1 y CEAAC2) conducidos por Carlos Landa y Juan Leoni respectivamente, pusieron a disposición sus equipos y herramientas como también los sitios donde desarrollan sus investigaciones en vistas a la posible participación de los veteranos en futuras campañas. Estos sitios son tanto campos de batalla decimonónicos (Pavón, La Verde, Cepeda, San Carlos) como también fortificaciones militares de dicha centuria (Fuerte Cruz de Guerra, Comandancia Gainza, Fortín El Ciudadano, Fortín Reunión Viejo, Fortín Miñana, entre otros). En el caso del EAMM, dado que el equipo lleva realizadas más de ochenta entrevistas a veteranos de guerra de distintas fuerzas, se pusieron a disposición los contactos de los veteranos con el fin de convocarlos a futuras campañas. Por último, se sumaron otros equipos arqueológicos como los dirigidos por Facundo Gómez Romero y Mariano Ramos. Por su parte, el centro de salud de las FFAA “Veteranos de Malvinas” trabaja desde 2004 en la atención psicológica y psiquiátrica del estrés postraumático de guerra que sufren los veteranos. Su creación fue a partir del impulso del Tc “VGM” Martín Bourdieu, director médico del centro, quien es a la vez veterano de guerra y médico psiquiatra.
Figura 1. Grupo interdisciplinario integrado por (de izquierda a derecha): Carlos Landa, Laura Bermolen, Gastón Giunta, Sebastián Avila y Juan Leoni (campaña Pavón, noviembre 2022).
Las primeras reuniones entre los equipos sirvieron para el mutuo conocimiento y el intercambio de pareceres sobre el posible proyecto. Durante algunos meses, se trabajó en un diagrama a presentar al director del centro, quien evaluaría en profundidad su posible aplicación. Al revisar el primer diagrama, Bourdieu señaló la necesidad de realizar campañas arqueológicas en campos de batalla y fortificaciones militares con la idea de que los veteranos pudieran vivenciar su experiencia arqueológica en un espacio y paisaje análogos a los de 1982 (Figura 2). Tanto en cuanto a las acciones bélicas allí desarrolladas como a la inferencia de posibles emociones —miedo, estrés, ansiedad— y efectos —heridas, muerte, estrés, depresión— que pudieran despertar las materialidades encontradas. El involucramiento directo de los VGM con objetos del pasado y con las actividades que rodean al hallazgo, recuperación y posterior análisis (prospección, excavación, clasificación y análisis de materiales) permitiría revalorizar su rol como actores principales y activos de nuestra historia.
Figura 2. Locaciones de las tres campañas arqueológicas efectuadas: Campo de batalla Pavón (Santa Fe), Fortín Miñana y campo de batalla Vuelta de Obligado (Buenos Aires).
En los meses subsiguientes, el equipo de salud mental desarrolló un protocolo —esquema de evaluación y seguimiento— para los veteranos que decidieran participar en estas campañas. El mismo consistió en distintos instrumentos compuestos por:
» Entrevistas Personales: desarrolladas previas a la instancia de campo.
» Inventario de Estilo de Personalidad de Millon (MIPS): configurado con el objetivo de medir los estilos de personalidad de adultos normales.
» Escala PHQ-9: medida de autoinforme de nueve ítems que evalúa la presencia de síntomas depresivos basados en los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV para el episodio depresivo mayor.
» Escala GAD-7: auto aplicable de siete ítems que se utiliza para evaluar el trastorno de ansiedad generalizada.
Estos instrumentos fueron administrados en distintos momentos de manera tal de contar con datos objetivos respecto al estado emocional de los participantes y a su vez realizar un seguimiento longitudinal de cada uno de ellos. El objetivo fue contar con información antes y a posteriori de realizada la actividad arqueológica para poder delimitar los alcances del trabajo en campaña. Con esta finalidad, se establecieron tres momentos específicos en los que se administraron las escalas y se realizaron las entrevistas. Esto se detalla en el apartado correspondiente a las fases de ejecución de la actividad.
En la entrevista personal se indagó sobre antecedentes médicos y psicológicos, se exploraron áreas vinculadas al estado emocional, así como también la motivación y expectativas en cuanto a la participación de la actividad arqueológica. El inventario de personalidad MIPS aportó información respecto a tres grandes áreas: metas motivacionales, modos cognitivos y conductas interpersonales. Estos datos aportaron información valiosa respecto del perfil de personalidad de los VGM participantes en la campaña. Asimismo, se administraron escalas que miden ansiedad y depresión, considerando que son las patologías esperables para este tipo de población teniendo en cuenta que se ha puesto el foco en evaluar lo atinente a los estados afectivos. Esto permitió contar con una evaluación emocional de los participantes previo a la actividad en el terreno. El conjunto de elementos aportó datos valiosos para delimitar un perfil individual de los participantes, conocer algunos rasgos de su personalidad y relevar el estado emocional general. También brindó información respecto a la motivación y expectativa en torno a la actividad. Su aplicación en los distintos momentos estipulados permitió establecer comparaciones y extraer conclusiones para vincular la actividad arqueológica con el estado emocional de los VGM que participaron.
En base a esta primera experiencia se propusieron las siguientes fases de ejecución de la actividad:
» Primera fase: corresponde al período previo a la actividad. Se sugiere que se realice dos semanas antes de la campaña y se propone administrar el MIPS, escalas de ansiedad, depresión y estrés postraumático acompañado por la entrevista personal.
» Segunda fase: corresponde al período posterior a la actividad. Se sugiere que se implemente dos semanas después de la campaña y se propone realizar entrevistas para indagar sobre la vivencia personal y memorias que evocó la actividad, así como también explorar pensamientos y estados emocionales. También se administrarán escalas de ansiedad, depresión y estrés postraumático.
Esto permitirá contar con datos objetivos sobre el estado emocional antes y después de la actividad, lo que puede propiciar análisis respecto a la repercusión y relevancia que ha tenido la participación en la actividad arqueológica.
» Tercera fase: se realizará para contar con un seguimiento de los participantes y evaluar el alcance que ha tenido la actividad. Se sugiere que se realice seis meses después de la campaña y se propone administrar entrevista personal y escalas de ansiedad, depresión y estrés postraumático.
Por su parte, el equipo arqueológico comenzó a organizar una campaña en el sitio Campo de batalla de Pavón y a contactar a VGM interesados en la experiencia. Para poder sustentar la campaña en términos logísticos —comida, alojamiento, transporte— se realizaron campañas públicas en busca de aportantes privados a modo de donaciones. Con la colaboración de medios nacionales —Telam, Radio El Destape, Radio Futurock, Infobae, Ámbito Financiero— la campaña logró recaudar los fondos necesarios. Por su parte, la comuna de Rueda (provincia de Santa Fe), pueblo lindante al campo de batalla, facilitó el alojamiento en el convento del pueblo y parte de la alimentación.
Primera experiencia: arqueología de la batalla de Pavón (1861)
Actividad arqueológica
El CEAAC, a cargo de Juan Leoni y Diana Tamburini, investiga la batalla de Pavón desde el 2019. Allí se enfrentaron más de 30.000 soldados de la Confederación Argentina y la provincia de Buenos Aires durante dos horas, resultando victoriosas las fuerzas porteñas. A partir de prospecciones superficiales y excavaciones, el equipo desarrolla una arqueología de sitio con el objetivo de conocer, a través de los registros materiales, la dinámica de la batalla. En el caso concreto de la campaña con VGM, se planificaron actividades de prospección en transectas con detectores de metales y sondeos arqueológicos.
La campaña se inició con una charla introductoria a cargo del director Juan Leoni donde los veteranos pudieron apreciar en el terreno el antes, el durante y el después de la batalla. Durante tres días el equipo arqueológico, junto a los profesionales de salud mental y los VGM, comenzaron a trabajar sobre los campos de la Estancia Los Naranjos (Rueda, Provincia de Santa Fe, República Argentina), donde se desarrolló la batalla (Figura 3A). El trabajo consistió en el planteamiento de transectas destinadas a una prospección sistemática por medio de la utilización de detectores de metales. Las mismas fueron relevadas por grupos constituidos por dos veteranos y un arqueólogo, a elección de los propios VGM. Su objetivo fue hallar materialidad de la batalla relacionada a un sector en particular en donde el avance de la infantería porteña sufrió múltiples bajas provocadas por la artillería y la infantería confederada. A medida que se encontraba un artefacto atribuible al enfrentamiento, se lo registraba en planillas específicas y georreferenciaba en aras de volcar estos datos geoespaciales en Sistemas de Información Geográfica. Los resultados fueron elocuentes: en las ocho transectas planteadas se hallaron 70 balas esféricas, dos balas ojivales de fusil, una metralla, un estopín, siete hebillas, ocho fragmentos de diversas armas de fuego, uno de arma blanca, 17 piezas de ollas de fundición, decenas de clavos de sección cuadrangular y metales no identificados.
Figura 3. A) Explicación in situ de la batalla de Pavón (1861) brindada por el Dr. Juan Leoni a veteranos de guerra y otros participantes. B) Veteranos de guerra mostrando materialidad hallada en transecta por medio de detectores de metales (campaña Fortín Miñana, noviembre 2023). C) Excavación en cuadrículas (Vuelta de Obligado, mayo 2024), en las que puede apreciarse a cada veterano en su sector correspondiente.
Además del trabajo arqueológico, la campaña incluyó —como las dos subsiguientes— instancias de socialización como las comidas compartidas, los descansos y actividades lúdicas. A su vez, el equipo de salud mental realizó encuentros con los VGM para conocer cómo estaban viviendo su primera experiencia arqueológica en un campo de batalla. Por último, distintas actividades colectivas se desarrollaron en las instalaciones de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, gracias a la gestión del intendente Pablo Risso. El último día, a instancias del intendente, los veteranos fueron invitados a realizar una charla para alumnos de primaria y secundaria en la Escuela N°191 Doctor Pedro Rueda.
Días posteriores a la campaña, el equipo de salud mental convocó a veteranos y arqueólogos a realizar una reunión para compartir un balance y evaluación conjunto. En la misma, psicólogos y psiquiatras compartieron parte de los resultados preliminares en base a lo desarrollado tanto en el esquema de evaluación y seguimiento como en su presencia en la propia experiencia de campo. Por su parte, los veteranos comentaron su sentir y parecer tanto en la campaña como en los días posteriores. En el caso del equipo arqueológico, se puso en común los resultados de la campaña y la evaluación del trabajo en equipo.
Actividad Terapéutica: esquema de evaluación y seguimiento
En esta campaña, los profesionales de salud mental participantes fueron Laura Bermolen y Gastón Giunta. Fruto de esta experiencia desarrollaron un esquema de evaluación y seguimiento, previamente mencionado, el cual arrojó los siguientes resultados (Tabla 1):
VGM |
PHQ - 9 |
GAD - 7 |
||
Toma 1 |
Toma 2 |
Toma 1 |
Toma 2 |
|
VGM 1 |
4 - Sin Síntomas Depresivos |
3 - Sin Síntomas Depresivos |
3 - Mínimo |
5 - Medio |
VGM 2 |
0 - Sin Síntomas Depresivos |
0 - Sin Síntomas Depresivos |
3 - Mínimo |
3 - Mínimo |
VGM 3 |
2 - Sin Síntomas Depresivos |
3 - Sin Síntomas Depresivos |
1 - Mínimo |
3 - Mínimo |
VGM 4 |
5 - Leve |
Sin Registro |
4 - Mínimo |
Sin Registro |
Tabla 1. Escalas aplicadas en campo por el equipo de salud mental (campaña Campo de batalla Pavón, 25 al 27 de octubre 2022). Los puntajes del PHQ-9 reflejan 5 categorías de severidad del trastorno depresivo: 0-4 (ninguno), 5-9 (leve), 10-14 (moderado), 15-19 (moderadamente severo), 20-27 (severo). El GAD-7 consta de 7 ítems con opciones de respuesta ordinales de 4 puntos, desde 0 (nunca) a 3 (casi todos los días) puntos, y puntuaciones más altas que indican mayor severidad/intensidad de los síntomas de ansiedad generalizada.
Segunda experiencia: arqueología del Fortín Miñana (1860-1863)
Actividad arqueológica
El sitio arqueológico Fortín Miñana (1860-1863, partido de Azul, provincia de Buenos Aires, República Argentina) fue excavado durante la década de 1990 por Mariano Ramos, Facundo Gómez Romero y equipo. Allí durante casi un lustro la tropa acantonada desarrolló sus actividades cotidianas de cara al potencial conflicto con parcialidades étnicas indígenas. En diciembre de 2023, se retomó la exploración arqueológica de nuevos espacios junto a VGM. Al llegar al sitio, al igual que en la campaña anterior, el Dr. Gómez Romero brindó una detallada contextualización histórico-arqueológica del asentamiento. Se realizaron registros fílmicos y fotogramétricos del asentamiento militar mediante VANT (vehículos aéreos no tripulados, conocidos como drones). A continuación, se procedió a excavar una cuadrícula de cuatro m2 en el interior del círculo de 24 m2 rodeado de foso defensivo, perteneciente al espacio de habitación humana. Se recuperaron objetos de la vida diaria de la dotación militar, como lozas decoradas, una base de limeta de ginebra con pared de la marca holandesa “Hoytema” y elementos líticos.
En el sector externo se efectuó una prospección intensiva con detectores de metales, herramienta que era desconocida en la arqueología argentina en los 1990s, cuando se investigó el yacimiento (Figura 3B). Los hallazgos fueron muy significativos, al recuperarse balas esféricas de plomo y botones militares, algunas de las primeras conformando una línea de fuego, en las adyacencias de la probable entrada a la estructura militar. Además de una medalla con la imagen de una virgen.
Actividad terapéutica
En esta campaña, los profesionales de la salud mental participantes fueron Gisela Paly y Constanza Lioni. Dichas profesionales con anterioridad a la experiencia de campo tomaron contacto con los VGM que participarían de la campaña, con el objetivo de coordinar sus respectivas entrevistas. Cabe destacar que, de los cuatro participantes, solo uno de ellos había participado de la campaña anterior. La propuesta de incluirlo resultaba interesante en su posible rol como favorecedor y enlace entre los participantes y los excombatientes.
En campo, los VGM alternaron actividades de prospección y excavación, pudiendo ver que se encontraban cómodos y enfocados en lo que cada uno realizaba. Al pasar las horas de trabajo se los observó más integrados, compartiendo no solo sus experiencias en Malvinas, sino también cuestiones de su vida personal. Siguiendo la modalidad de la campaña anterior, horas antes de emprender el regreso se propone una breve reunión con los VGM para poder realizar un intercambio y saber cómo habían vivido toda la experiencia. Primero se administraron las escalas y al finalizar se propuso una devolución por su parte.
Al igual que en la campaña anterior, se sucedieron instancias en donde algunos veteranos al confrontarse con material del yacimiento sintieron empatía con actores sociales del pasado que vivieron situaciones similares a ellos. En su devolución mencionaron que lo que más pudieron vincular con Malvinas eran algunas inferencias como pensar que no habían sido los únicos en sentir que los habían abandonado, y considerar que sus familias y otras personas compartían como en otros conflictos, la incertidumbre de saber si estaban vivos o pasando hambre y frío. Otro punto similar a la anterior experiencia fue el surgimiento de una tensión entre VGM causada por distintos motivos —lectura de la guerra, rango, etc.— que logró suavizarse a lo largo de la campaña. Por último, se repitió la voluntad de todos los VGM de participar en nuevas campañas arqueológicas.
De acuerdo con los resultados de las técnicas administradas, pre y post actividad, se puede observar que tanto los rasgos de ansiedad como de depresión se mantuvieron igual, o en aquellos que obtuvieron un puntaje elevado en la primera toma, tuvieron un descenso en la última administración (Tabla 2). Cabe destacar lo compartido por uno de los VGM durante la entrevista de cierre, quien cuenta que lo que más ansiedad le produjo fue la incertidumbre de encontrar algo y que, luego del primer hallazgo, se disminuyó bastante. Se podía notar su alegría frente a cada objeto encontrado.
VGM |
PHQ - 9 |
GAD - 7 |
||
Toma 1 |
Toma 2 |
Toma 1 |
Toma 2 |
|
VGM 1 |
1 - Sin Síntomas Depresivos |
0 - Sin Síntomas Depresivos |
16 - Severo |
8 - Moderado |
VGM 2 |
4 - Sin Síntomas Depresivos |
2 - Sin Síntomas Depresivos |
1 - Mínimo |
0 - Mínimo |
VGM 3 |
9 - Medio |
3 - Sin Síntomas Depresivos |
8 - Medio |
6 - Medio |
VGM 4 |
2 - Sin Síntomas Depresivos |
0 - Sin Síntomas Depresivos |
4 - Mínimo |
0 - Mínimo |
Tabla 2. Escalas aplicadas en campo por el equipo de salud mental (Fortín Miñana, 1 a 3 de diciembre 2023).
Tercera experiencia: campo de batalla de Vuelta de Obligado (1845)
Actividad arqueológica
En mayo de 2024 se realizó la tercera experiencia en el sitio Vuelta de Obligado (provincia de Buenos Aires, República Argentina) donde fue la batalla homónima entre las fuerzas de la Confederación Argentina y la alianza anglo-francesa, durante la Guerra de Paraná (1839-1846). Desde 2000 hasta 2024 se llevaron a cabo numerosas cuadrículas de excavación arqueológica, que abarcan unos 550m2. Se realizaron extracciones con la técnica de decapado por estratos de depositación natural y antrópicos. Asimismo, se efectuaros trincheras exploratorias que superan los 400 m lineales y se realizaron más de 300 sondeos como recolecciones de superficie (unos 4.000 m2) en playas y otras áreas.
En la campaña de 2024, luego de realizar un recorrido explicativo por parte del Dr. Ramos en torno a la batalla de Vuelta de Obligado y su paisaje, se plantearon los objetivos de búsqueda: la fosa común y la tercera batería rasante. En esta oportunidad planteamos dos cuadrículas de dos m2 en una zona del monte donde se ubicaba el campamento argentino de 1845 y varias trincheras estratigráfico-arqueológicas ubicadas en el área de playa (Figura 3C). El material recuperado fue escaso, hallándose botones militares, fragmentos vítreos de bebidas etílicas y restos faunísticos.
Actividad terapéutica
En esta campaña el referente del equipo de salud mental fue Eduardo Quinteros, musicoterapeuta. Al igual que en campañas pretéritas, se repitió el esquema de evaluación y seguimiento con cada uno de los tres VGM participantes. Cabe destacar que la hija de uno de ellos es estudiante avanzada de arqueología y parte del equipo arqueológico participante.
Al llegar al sitio, el Dr. Ramos junto a sus colaboradores nos presentaron la historia del mismo. A continuación, se dispuso la cuadrícula referida al campamento militar donde dos de los VGM quedaron trabajando junto a parte del equipo de campaña, mientras que otro se dirigió a la excavación que se realizaría para busca la batería rasante. Esta dinámica se mantuvo lo que duraron las tareas realizadas durante los tres días. En todas las jornadas, los tres VGM participaron de forma activa y se mostraron entusiastas. En la rutina descrita hubo dos intervenciones grupales. La primera, en la segunda noche de la excavación realizando la interpretación de la canción “De mí” de Charly García y otra improvisación a partir de la canción “Funky” del mismo autor, modificando la letra por lo vivido en esos dos días. La segunda fue al mediodía del tercer día, antes de dar por terminada la jornada, donde se realizó —como en campañas anteriores— el cierre general.
Los resultados de las técnicas administradas fueron los siguientes (Tabla 3):
VGM |
PHQ - 9 |
GAD - 7 |
||
Toma 1 |
Toma 2 |
Toma 1 |
Toma 2 |
|
VGM 1 |
5 - Leve |
9 - Leve |
7 - Medio |
7 - Medio |
VGM 2 |
1 - Sin Síntomas Depresivos |
1 - Sin Síntomas Depresivos |
2 - Mínimo |
0 - Mínimo |
VGM 3 |
2 - Sin Síntomas Depresivos |
1 - Sin Síntomas Depresivos |
2 - Mínimo |
0 - Mínimo |
Tabla 3. Escalas aplicadas en campo por el equipo de salud mental (campaña Campo de batalla Vuelta de Obligado, 24 a 26 de mayo 2024).
Resultados preliminares desde la salud mental
Luego de las tres experiencias desarrolladas, los resultados preliminares arrojan que los síntomas depresivos y ansiosos se mantuvieron estables o disminuyeron desde el principio de las campañas hacia el final. La experiencia puede calificarse como positiva desde el punto de vista terapéutico, ya que las tareas apuntan a la integración grupal, compartiendo las experiencias vividas de cada uno tanto en la guerra como en la posguerra. Como se ha expresado anteriormente, varios participantes manifestaron que esta experiencia contribuyó a su bienestar, conocer nuevos compañeros, hablar de sus emociones fuera del ámbito de lo que implica para ellos ser veterano de guerra y sentirse más comprendidos.
Si bien los VGM marcan una diferencia entre su experiencia y la de los que participaron en los frentes de batalla y el Fortín Miñana, lograron encontrar ciertas similitudes respecto a sus sentires y vivencias en la guerra, tales como soledad, abandono, falta de comunicación, frío y hambre, llegando de esta forma a una cierta identificación con estos otros, lo que terapéuticamente serviría para resignificar su propia experiencia de guerra. Lo precedentemente expuesto puede dar cuenta del modo en que las tareas arqueológicas podrían contribuir a promover la capacidad de contener, regular, resignificar la experiencia y dar sentido a las emociones.
Reflexiones desde la práctica arqueológica
En relación con las experiencias compartidas junto a los VGM cabe destacar que sus respuestas fueron distintas en torno a las prácticas desarrolladas. Esto puede deberse a varios motivos. El primero de ellos se relaciona con las variaciones entre las distintas prácticas. En el caso de la arqueología, la excavación y la prospección superficial/subsuperficial. La primera de ellas, tal cual la hemos desarrollado, se trató de excavaciones en cuadrículas de dimensiones variables, en sitios de extensión variable, pero siempre superiores a los dos metros cuadrados y en capas artificiales de profundidades diversas, que implican una serie de operadores destinados a cada uno de los sectores durante largos períodos. Esto implica posiciones corporales forzadas —cuclillas, cuerpo acostado sobre alguno de sus lados— y movimientos repetitivos por el uso de herramientas —cucharín, balde, cepillos, estecas, etc.—. Es un trabajo metódico y paciente que requiere de una espacialidad compartida. Este ámbito suscita el diálogo y la interacción continua que solo el hallazgo logra detener. Nos referimos a una instancia que no es inmediata y a la que se debe poner en relación con otros hallazgos y su matriz sedimentaria. No todos los VGM se adecuaron a este tipo de práctica, lo que puede deberse tanto a la incomodidad corporal como a la ansiedad resultante del tiempo que conlleva la excavación. Esto también puede deberse a la ausencia del silencio, dado que los diálogos en la cuadrícula son continuos y digresivos. Cabe resaltar que, en todas las cuadrículas planteadas en las campañas, los veteranos trajeron consigo y enarbolaron banderas nacionales con alusiones a Malvinas. Respecto al momento del hallazgo, los VGM demostraron una especial atención tanto hacia sus propios descubrimientos como para los que se generaban en sectores vecinos. A su vez, esto los motivó a diversas reflexiones acerca del posible origen o usos de la materialidad hallada y los vínculos con su experiencia bélica en Malvinas.
La prospección superficial/subsuperficial utilizando detectores de metales en transectas, implica un recorrido sistemático de “calles” trazadas previamente y la detección continua mediante el instrumento mencionado por parte de un operador y una o dos personas que toman registro escrito, geoposicional y/o fotográfico. El detector requiere un mínimo conocimiento de parte del operador que se profundiza con su tiempo de uso. Posee también la novedad de la curiosidad tecnológica y la posibilidad del hallazgo inmediato. Este caminar continuo en grupos dispersos con atención plena al sonido del aparato limita la posibilidad de diálogo. A su vez, la dinámica de segmentación espacial en una amplia escala genera que no puedan relacionarse los hallazgos de las distintas transectas hasta la instancia de gabinete. La atención permanente frente al sonido del aparato puede generar tanto el placer del hallazgo como la frustración en el caso de encontrarse elementos o materiales intrusivos al contexto de estudio —e.g., basura rural como alambres, restos de maquinaría—. Todos los VGM participaron y se sintieron cómodos con esta práctica, lo que puede deberse tanto a la inmediatez del hallazgo y la satisfacción o frustración generada en un corto lapso, como a la menor incomodidad física del caminar. Este confort también pudo observarse en la naturalidad —guiada por el deseo de cada veterano— con la que se conformaron los equipos.
Sobre la materialidad, se observó en los VGM su interpelación continua. Tanto en etapas previas, en cuanto a sus expectativas para el trabajo de campo como ante el hallazgo efectivo, siendo los objetos bélicos (balas, fragmentos de bayoneta, botones militares, entre otros) aquellos elementos que más suscitaron reflexiones. Por ejemplo, en el caso de un proyectil impactado, el mismo generó un cavilar en todos los VGM presentes quiénes infirieron posibles relaciones de comparación entre su experiencia bélica y la de los sujetos históricos con los cuales sentían una empatía.
Una de las prácticas que acompañó todas las campañas y sin distinción de actividad arqueológica alguna, fue la recurrencia del humor entre los VGM y el equipo arqueológico. Desde sus variantes más naif hasta más ácidas, su empleo continuo no generó conflicto alguno. Por el contrario, fue vehículo de interacción y cohesión grupal. Esto se manifestó en forma discursiva —chistes, anécdotas, bromas— e incluso performáticas -uso de disfraces para generar una situación cómica-. A su vez, funcionó como elemento de distensión en situaciones diversas como hallazgos de materialidades que inducían memorias traumáticas. La experiencia al aire libre y sus vicisitudes climáticas no hicieron mella en el espíritu de los grupos conformados en cada campaña. Por el contrario, el ánimo siempre fue de disposición para las diversas tareas que implicaba la práctica arqueológica. En cuanto a las instancias de socialización (comidas, prácticas lúdicas, etc.), las mismas generaron espacios donde se desplegaron las memorias de los VGM respecto a Malvinas. Esto generó una mayor vinculación con miembros del equipo arqueológico quienes también compartieron sus diversas relaciones con la guerra de 1982 y el impacto movilizador que les provocaba la presencia de los VGM en los sitios arqueológicos donde trabajan hace años (Figura 4).
Figura 4. A) Comida compartida en el centro cultural de la Municipalidad de Rueda, Santa Fe (campaña Pavón, noviembre 2022). B) Equipo interdisciplinar junto a veteranos de guerra en la campaña del Fortín Miñana (noviembre 2023).
En aras de continuar la investigación en próximas campañas consideramos conveniente convocar VGM de otras fuerzas, dado que en estas tres campañas siete de los ocho VGM participantes pertenecían al Ejército Argentino con la excepción de un conscripto de la Infantería de Marina. En el mismo sentido, sería pertinente convocar VGM que hayan participado como oficiales durante el conflicto de 1982, dado que en esta primera instancia solo participaron conscriptos y suboficiales. En este caso debe considerarse la cuestión etaria dado que los oficiales cuentan con una edad superior a la del soldado o suboficial. Otra temática por evaluar hacia el futuro con el equipo de salud mental es la posibilidad de convocar VGM que hayan participado de un mismo regimiento en Malvinas, tal como fue el caso de varios de los participantes cuya experiencia común en el Regimiento 7 generó acercamientos amistosos, aunque también conflictivos.
Por último, dado que durante el período en el que se recuerda a nivel social la guerra —2/4 al 14/6— resulta un momento de creciente interpelación hacia los veteranos, estimulando sus memorias traumáticas, es dable analizar la posibilidad de que las campañas se realicen por fuera de estas fechas. En cuanto a las prácticas arqueológicas, se proyecta establecer, como parte integral de la investigación, instancias de gabinete tal como ha sido desarrollado en otras experiencias pretéritas (Waterloo Uncovered). En el mismo sentido creemos necesario realizar una comparación con los métodos y resultados aplicados por los proyectos foráneos (Waterloo Uncovered y Operation Nightingale) y de esta forma, cotejar la acción terapéutica de la práctica arqueológica sobre el colectivo de veteranos de guerra en general.
Reflexiones al cierre
El presente artículo busca dar cuenta de la primera experiencia latinoamericana en la que la arqueología y las ciencias de la salud mental trabajan en conjunto en aras del posible impacto terapéutico de la práctica arqueológica en los veteranos de guerra. El accionar interdisciplinario no es una tarea sencilla. Sin embargo, los resultados de esta experiencia lo justifican. Todo vínculo interdisciplinar debe intentar alcanzar el estado de transdisciplinariedad, es decir la generación de un diálogo en común que manifieste el objetivo compartido. A este desafío debe sumársele, en nuestro caso, la carencia de apoyo estatal traducida en falta de financiamiento lo cual llevó a la búsqueda, no siempre suficiente, de medios alternativos. Dada el rango etario de los VGM consideramos imperativo el desarrollo de políticas públicas que tomen en el corto plazo este trabajo pionero. A su vez, en el futuro esta práctica tiene el potencial, con las particularidades pertinentes, de ser extendida a otros colectivos con diversas patologías.
Más allá de los resultados científicos, nos sentimos gratificados como profesionales y como seres humanos en la manifiesta voluntad de los VGM participantes de repetir la práctica. Esto nos lleva a valorar la importancia del vínculo con el pasado que tienen tanto estos actores como todos nosotros y la posibilidad de que la arqueología constituya un espacio de sanación.
Agradecimientos
A los veteranos de la guerra de Malvinas, quienes participaron y apoyaron este proyecto desde las primeras instancias. A todas las personas que solventaron con su aporte generoso la realización de las campañas y a los medios de comunicación que permitieron su difusión. Al programa Mecenazgo del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Convenio RS-2023-09703181, Expediente EX-2022-29910213- GCABA-DGDCC. A la comuna de Rueda (Provincia de Santa Fe) y a la Delegación Municipal Vuelta de Obligado por el apoyo recibido. A las Lic. Pía Doldán y Lic. Carolina Fridman por sus valiosos aportes y comentarios a este trabajo. A las evaluadoras/es por sus aportes y sugerencias que enriquecieron notablemente este trabajo.
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1 El Grupo de Estudios de Arqueología Histórica de Frontera es un espacio de investigación interdisciplinario que tiene como finalidad estudiar la configuración fronteriza, teniendo en cuenta el rol de los conflictos y la violencia armada entre los grupos sociales que habitaron diferentes ámbitos (bonaerenses y pampeanos) desde fines del siglo XVIII a fines del XIX.
2 El Centro de Estudios de Arqueología y Antropología del Conflicto es un espacio de investigación, discusión e interacción para investigadores, docentes, graduados y alumnos interesados en el estudio del conflicto armado desde un enfoque arqueológico y antropológico, en una perspectiva temporal y espacial amplia, promocionando la investigación empírica, la discusión teórica y la divulgación de las actividades desarrolladas.