Reseñas bibliográficas

Habitus y dominación en la antropología de Pierre Bourdieu. Una crítica desde la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty

Habitus and domination in the anthropology of Pierre Bourdieu. A critique from the phenomenology of Maurice Merleau-Ponty

Habitus e dominação em antropologia por Pierre Bourdieu. Uma crítica baseada na fenomenologia de Maurice Merleau-Ponty

Mara Morado 1

1 Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, Argentina
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6104-9893
Correo electrónico: mara.morado@gmail.com

Fecha de recepción: octubre de 2019
Fecha de Aceptación: marzo de 2020

DOI: http://doi.org/10.34096/cas.i51.8241

 

Habitus y dominación en la antropología de Pierre Bourdieu. Una crítica desde la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty
Cuadernos de Antropología Social, núm. 51, mayo-septiembre, 2020.
Sección de Antropología Social, Instituto de Ciencias Antropológicas. Universidad de Buenos Aires
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Dukuen, Juan. 2018. Habitus y dominación en la antropología de Pierre Bourdieu. Una crítica desde la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty. Buenos Aires, Editorial Biblos, 337 pp. ISBN 978-987-691-683-7

 

Este libro es una reelaboración crítica de las teorías del habitus y de la dominación de Pierre Bourdieu desde los aportes de la fenomenología de Merleau-Ponty. El trabajo problematiza, en su complejidad, cómo participamos de la construcción de sentido. Relaciones de poder y agencia social entran en tensión. El anclaje fenomenológico de la obra de Bourdieu –y la lectura de este realizada por Juan Dukuen– no decanta en una visión almibarada de la creatividad social, de la resistencia, ni tampoco en una realidad aquiescente construida por armoniosos ventrílocuos. El carácter abierto e indeterminado de la práctica es el desafío metodológico de todo cientista, y nuestro autor lo asume con afán.

Llama la atención el abordaje integral de la obra de un investigador tan visitado. Si jugamos con las conceptualizaciones que convoca este libro podríamos decir que el “cuerpo habitual” de la obra de Bourdieu –ingrediente de los efectos de paradigma en ciencias sociales– es puesto en relación con el “cuerpo actual”, íntegro de su obra. Así, es posible seguir el decurso del campo atencional de un investigador, lo cual suele ser muy poco habitual en un texto de profundización teórica. Bourdieu sale de su habitual enclave sociológico, así como del acostumbradísimo atajo de lugares comunes a partir del cual suele ser referenciada su obra.

El lector puede acercarse y advertir las preocupaciones que sellaron su trabajo. No es un volver hacia atrás, sino acompañarlo en sus obras y discusiones, de las cuales Dukuen va a dar cuenta. Al seguir el decurso atencional en el que se develarán las conexiones conceptuales es importante destacar una cuestión. Curiosamente, el único momento en que Bourdieu apoya una salida revolucionaria en el proceso de liberación argelino, su trabajo de campo es de corte etnográfico. Y es allí, desde este horizonte, que van a provenir, como muestra Dukuen, sus precisiones conceptuales filosóficas y antropológicas más singulares. De alguna manera, visualizar la trayectoria académica, nos conduce a preguntarnos cuál es la hexis corporal de un investigador que apoya una causa revolucionaria y cuál es la hexis corporal de un investigador que se opone a tomar como objeto demandas preconstruidas por el Estado, y que discute acerca de las causas justas para un Estado benefactor. Esto también es muy interesante de observar y de pensar.

Dukuen documenta esta trayectoria y realiza una crítica, sustentada en una valoración del trabajo de Bourdieu, para aportar a una construcción. Desde los cimientos, intenta develar la génesis de la obra bourdieana. Se trata de la lectura de un investigador acerca de otro. En ese sentido, hay una tensión entre empatía y conclusión. Y, como comunicación singular, carece de garantías. Dukuen no mira de perfil a su objeto de análisis, sino que se mete dentro de él, en sus razonamientos, para luego concluirlo desde afuera, y completarlo desde su presente, con investigaciones actuales. Aparece entonces aquí otro autor que ocupa un lugar inquietante en esta obra: Merleau Ponty.

Para trabajar el concepto de habitus, este se desagrega en dos nociones: disposiciones y esquemas. Y observa cómo estas “anidan” en el cuerpo. Las metáforas, cuando son precisas, suelen ser muy productivas para enfatizar una comprensión exacta de la teoría. Dicha comprensión suele ser más “rápida” que la producida por sucesivas racionalizaciones discursivas. La tensión entre concepto e imagen es necesaria. Y esta tensión jalona el texto de Dukuen: colas de cometa (Husserl), disposiciones que "anidan" y “arcos” de la vida despierta como unidades de sentido le ofrecen un tono profundo, que no se deja aprehender solo en una superficie discursiva plana, sino que esta cobra relieve.

Adentrarnos en las teorías es también adentrarse en los contextos de investigación, en los horizontes del investigador. Los estudios etnográficos sobre la Argelia colonial serán las indagaciones que darán un aspecto singular y fundamentado a su teoría sobre el habitus. Todos los desarrollos posteriores tendrán el sello de esta impronta metodológica inicial. Enfatizamos este aspecto ya que ha sido muy poco mencionado al retomar el trabajo del “sociólogo francés”. Como dijimos, curiosamente, la única vez que apoya una salida revolucionaria sería la única vez que Bourdieu realice trabajos empíricos que encaucen sus reflexiones fenomenológicas en una teoría de la práctica como tal vez –según nos permite advertir Dukuen– no volvería a hacerlo.

Este libro instala una pregunta metodológica: ¿qué hacen, cómo existen, dónde están cotidianamente los cuerpos desde los cuales se sostienen las creencias, los esquemas de pensamiento? Constancias perceptivas, sedimentaciones ¿cómo se articulan? Una clave de acceso es el concepto de disposición. Estas disposiciones podrían imaginarse como las movidas habituales de una partida de ajedrez; los movimientos de la partida no están explicitados. Cuando de habitualidad se trata, se ignora la intercorporeidad entre las posiciones que ocupa el ejército propio y las del otro jugador. De hecho, en ajedrez, una defensa solo es tal, no exclusivamente por el movimiento propio, sino que se define también por las posiciones que ocupan las piezas del otro jugador.

Señala Dukuen que en la obra de Bourdieu los esquemas perceptivos son garantía de interiorización de la propuesta simbólica. Y aquí resurge una inquietud que Dukuen ya esboza en su obra Las astucias del poder simbólico. La dominación simbólica, ¿en qué medida garantiza su eficacia? ¿Cómo se construyen los esquemas, se delinean hexis corporales, se organizan conjuntos de disposiciones? ¿En qué medida pueden existir garantías para una dominación simbólica?

En la búsqueda de respuestas aparece la noción de contraadiestramiento práctico del cuerpo. El contraadiestramiento resulta muy atractivo para retomar esta idea de intercorporeidad y de objetos como fuerzas motrices, generadoras de nuevas disposiciones.

¿Cómo contraadiestrar el cuerpo ante las solicitaciones dominantes del mundo? Esta pregunta se realiza sin transformar al cuerpo en el subterfugio de lo inaprensible, del esencial resistente.

Pongo en valor, también, el interés de este libro por intentar de dejar de comprender los valores como conclusiones morales de carácter explícito y pasar a distinguirlos en los modos de percepción organizada. Sin que esto último implique homologar discurso ni pensamiento con este carácter explícito. Los valores son disposiciones de aproximación a lo real. Ahora bien, ¿cómo estudiar estas disposiciones?

El inquietante desafío que el volumen propone está dirigido no solo a interesados en la obra de Bourdieu, sino a todo aquel cientista social afanado por generar perspectivas capaces de aprehender las disposiciones a partir de las cuales la especie humana habita y construye el mundo.

 

Sobre la autora

Doctora por la Universidad de Buenos Aires con orientación en Antropología Social. Autora de El cronotopo polifónico. Una herramienta para la investigación social (2008).