TY - JOUR AU - Daniela P. Taormina PY - 1970/01/01 Y2 - 2024/03/29 TI - Introducción. Qué es el viviente, qué es el animal y qué es el hombre. Los preliminares teóricos de la indagación desde Numenio de Apamea a Proclo JF - Cuadernos de filosofía JA - cdf VL - IS - 64 SE - Artículos DO - 10.34096/cf.n64.3476 UR - http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/CdF/article/view/3476 AB - ¿Qué es el hombre? Los filósofos de la Antigüedad Tardía afrontan tal cuestión en el marco de una indagación más amplia, orientada a establecer qué es el viviente y a determinar los caracteres a través de los cuales los vivientes particulares se diferencian. La investigación toma inicio poniendo en el terreno nociones heredadas de la tradición clásica. Son éstas la identificación entre vida, movimiento, alteridad e identidad, teorizada por Platón en el Sofista; la noción de «viviente en sí» introducida en el Timeo para cualificar el modelo inteligible; el alma considerada como principio de la vida en el Fedón; el acto del pensamiento como vida de Metafísica XII. Estas nociones son retomadas al interior de un aparato teórico determinado por la ley general según la cual la acción causal se ejerce en una dirección unívoca que procede del principio absoluto de la realidad (el Uno) y se articula en diversos niveles hipostáticos. Firmemente anclado en esta premisa de tipo metafísico y lógico está el esquema jerárquico del ser que, aunque enunciado de diferente manera por varios autores, conduce a tomar todo lo que existe como dotado de vida (zoe) porque la vida, definiendo toda la realidad, se distiende en una continuidad dinámica a partir del principio hasta los límites inferiores del universo; paralelamente también la noción de viviente se extiende a toda la realidad, desde el primer grado del ser hasta aquel que está inmediatamente por encima de la materia. De allí se deriva que los términos «vida» y «viviente» se consideran homónimos. Parafraseando a Aristóteles, Plotino y Porfirio sostienen que la vida se dice «en más sentidos» (Plot. I 4 (46) 3. 18; III 2 (47) 1. 30-37; III 7 (45) 11. 48-50; Porph. Sent. 12), sentidos que ellos determinan introduciendo una jerarquía entre lo anterior (inteligible o incorpóreo) y lo posterior (sensible o corpóreo). A nivel inteligible la vida implica ser e intelecto, los cuales, a su vez, se implican recíprocamente e implican también la vida, y forma con ellos la tríada constitutiva de la segunda hipóstasis, el Intelecto (nous) que se genera por el Uno. En relación con lo sensible, el alma, en cuanto principio de movimiento y de vida, da la vida al cuerpo que anima, de modo que el viviente es un cuerpo dotado de alma.  ER -