Introducción

La interacción de los estudiantes en clases es fundamental en los entornos virtuales de aprendizaje, puesto que influye positivamente en los procesos y resultados de aprendizaje, aumenta la satisfacción de los alumnos con relación a sus clases y amplía las experiencias positivas, disminuyendo las probabilidades de deserción. Vonderwell y Zachariah (citados en Hrastinski, 2009: 80), definen la interacción como la acción de “participar y unirse a un diálogo para un aprendizaje activo y comprometido”. Este es un factor preponderante en el proceso de aprendizaje, debido a que la interacción que existe en una experiencia educativa es la que define la manera en que el alumno aprende (Guevara Bazán, 2011). Así lo señalan diversas investigaciones, que concluyen que los estudiantes logran mayores niveles de aprendizaje cuando son activos e interactúan con otros, y que la participación y el aprendizaje colaborativo en entornos virtuales es una variable que aumenta la calidad de la educación (Phipps en Ozaydın Ozkara y Cakir, 2018), puesto que es fundamental para motivar a los estudiantes a aprender y promover su satisfacción de aprendizaje (Jin, 2017), por lo que “si queremos mejorar el aprendizaje en línea, necesitamos mejorar la participación de los estudiantes en línea” (Hrastinski, 2009: 81).

De igual manera, Baath y Holmberg (citados por Paredes, 2010) señalan que una teoría base de la educación a distancia es la denominada teoría de comunicación e interacción, la cual se presenta como la comunicación de dos vías y la conversación didáctica guiada respectivamente, al hacer referencia a la comunicación que se establece entre el profesor y alumno, como un proceso de aprendizaje, pero desde la perspectiva del aprendizaje significativo.

Estudios como los de Hiltz et al. (2000), basado en investigaciones en cursos online, concluyen que, cuando los estudiantes participan activamente en el aprendizaje colaborativo en línea, los resultados pueden ser tan buenos o mejores que los de las clases tradicionales; sin embargo, cuando los estudiantes simplemente reciben el material y trabajan individualmente, los resultados pueden ser peores que en la enseñanza tradicional.

Otras investigaciones sostienen que el aprendizaje en línea se logra mejor cuando los alumnos participan y colaboran. Wenger (1998) señala que el aprendizaje y la participación no son actividades separadas que se pueden activar y desactivar, porque el aprendizaje es social; por su parte, Hrastinski (2009) reafirma que la participación y el aprendizaje son inseparables y se constituyen en conjunto. Por lo tanto, si se quiere mejorar el aprendizaje en línea, es fundamental mejorar la participación de los estudiantes en línea. Para Flores López (2015), no solo se aprende del conocimiento teórico, sino que además por la interacción que se produce entre las personas, principalmente entre estudiantes y profesores.

En relación con los factores que intervienen en la interacción, autores como Ozaydın Ozkara y Cakir (2018) sugieren que existen factores internos, como características personales, y externos, como las características del entorno que pueden incidir en una mayor o menor participación en las clases sincrónicas online. Por otra parte, Nieuwoudt (2020) sostiene que factores como demandas relacionadas con los estudios o el trabajo, así como las obligaciones familiares, también pueden incidir en la participación en clases. Por último, Rodríguez Pintor y Caso de Palá (2000) sugieren que la participación de los estudiantes en clases se ve afectada por el docente y su capacidad para incentivar, que se refleja en la planificación de las clases y las metodologías utilizadas para su desarrollo.

En el escenario actual, en que las clases tuvieron que migrar obligatoriamente a un ambiente digital debido a la crisis sanitaria por COVID-19, resulta necesario investigar sobre la interacción y participación de los estudiantes en las clases online y las variables que la afectan.

Considerando lo anterior, el presente estudio buscó identificar aquellos factores que intervienen, tanto positiva como negativamente en la interacción de los estudiantes de la carrera Bibliotecología y Documentación de la UTEM en sus clases online sincrónicas.

Contextualización

El contexto de emergencia sanitaria por Covid-19 trajo consigo la implementación de una docencia remota de emergencia, desarrollando cursos sin mayor preparación ni capacitación por parte de los docentes. Los estudiantes tampoco se encontraban preparados para afrontar una docencia remota de emergencia. “Las prácticas docentes debieron innovarse y adaptarse de forma inesperada y con poca planificación apoyándose en el diseño y aplicación de estrategias didácticas que favorecieran el aprendizaje virtual y telepresencial” (Rodríguez-Valerio, 2021: 156). El caso de la carrera Bibliotecología y Documentación de la UTEM, no fue la excepción. En esta carrera, durante el primer semestre de 2020 –primero dictado en forma virtual en todos los años de existencia de la carrera– los profesores observaron una baja interacción por parte de los estudiantes en las clases sincrónicas.

Si bien los estudiantes se conectaban a las clases, un bajo porcentaje participó activamente cuando los profesores planteaban preguntas o requerían su interacción. Cea et al. (2020), señalan que el mismo fenómeno se presenta en otras universidades y carreras, donde los estudiantes no responden a las preguntas del docente y usualmente se encuentran con las cámaras apagadas, por lo que el profesor desconoce si los estudiantes están prestando atención o si realmente se encuentran presentes en la clase. Esta situación genera preocupación entre los académicos, sobre todo porque la interacción –tanto entre docente y estudiante, así como entre los propios estudiantes– es un factor que impacta en los resultados de aprendizaje, más aún en modalidades no presenciales, puesto que “para que haya un proceso educativo debe existir comunicación completa, en ambas direcciones y con su correspondiente realimentación, entre el estudiante y el docente” (Chaves Torres, 2017: 32). La participación activa y el protagonismo de los estudiantes en una modalidad online resultan fundamentales para obtener resultados positivos en el proceso de aprendizaje.

Por lo tanto, y de acuerdo a lo anteriormente expuesto, el presente estudio tiene como objetivo general: identificar los factores que intervienen en la interacción de los estudiantes de Bibliotecología y Documentación de la UTEM en clases online, y determinar cuáles influyen de forma positiva y negativa en la interacción de los estudiantes.

Metodología

Se desarrolló una investigación exploratoria con enfoque mixto, por tratarse de la integración sistemática de los métodos cuantitativo y cualitativo en un solo estudio con el fin de obtener una perspectiva más completa del fenómeno (Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio, 2010).

Para llevar a cabo la investigación se consultó a los estudiantes, mediante la técnica de encuesta, cuáles son los factores que, de acuerdo con su percepción, influyen en su interacción en las clases impartidas de manera sincrónica.

El instrumento de recolección de datos, de elaboración propia –fundamentado en la revisión de literatura– fue validado por 12 estudiantes y 5 expertos, quienes evaluaron el grado de coherencia y pertinencia en cada una de las afirmaciones presentadas en el instrumento. Este estaba compuesto de 42 preguntas, divididas en cinco categorías: características personales, predisposición a las clases sincrónicas online, factores medioambientales, estrategias de enseñanza y, factores socioeconómicos.

La encuesta, elaborada en un formulario de Google, fue enviada por correo electrónico a todos los estudiantes de la carrera Bibliotecología y Documentación de la Universidad Tecnológica Metropolitana, con matrícula vigente el primer semestre de 2021, que corresponde a un total de 155 estudiantes. Estuvo disponible para completar desde el 23 de agosto hasta el 04 de octubre de 2021, siendo respondida por 103 estudiantes de la carrera, que equivale al 66,4% de la población.

Posteriormente se realizaron grupos focales con la finalidad de recoger sus impresiones con respecto a la participación activa en la docencia online y contrastar sus resultados con el cuestionario. Se realizaron cinco de ellos –uno por nivel– con la participación total de 26 estudiantes.

Resultados

Los hallazgos de la investigación han permitido demostrar que existen diversos factores que intervienen en la interacción de los estudiantes de Bibliotecología y Documentación de la UTEM en clases online. Entre los factores internos se encuentran las características personales de los estudiantes y su predisposición a las clases sincrónicas online. Los factores externos están relacionados con variables medioambientales, socioeconómicas y estrategias de enseñanza.

A continuación, se presentan los resultados y el análisis por tipo de factor. Para sistematizar los resultados, estos se encuentran organizados en tres columnas: 1) MDA (Muy de Acuerdo) y DA (De acuerdo), 2) NI (No influye) y 3) ED (En desacuerdo) y TED (Totalmente en desacuerdo).

a. Factores personales

Se puede apreciar que en la Tabla 1, el 79,2% de quienes contestaron indican que la timidez afecta su participación en las clases online, lo que se convierte en un elemento central a la hora de revisar los factores que afectan a la participación.

Para la variable inseguridad, el 79,6% de quienes respondieron están de acuerdo o muy de acuerdo sobre que esta característica personal afecta directamente su participación en las clases online.

Para la variable asociada a la dificultad de expresar ideas en las clases online, el 67,9% de quienes respondieron están de acuerdo o muy de acuerdo sobre que esta variable afecta directamente su participación durante las conexiones sincrónicas.

Por último, el 75,4% de quienes respondieron la encuesta está de acuerdo o muy de acuerdo en que se le dificulta la participación en las clases online.

Estas afirmaciones se refuerzan con las respuestas obtenidas a través del focus group, donde los estudiantes reconocen que su personalidad tiene una relación directa con su participación en clases online. Varios de ellos indican que “no me dan ganas de hablar online, porque siento que se enreda cuando uno pregunta” o “pensaba que voy a quedar en ridículo” [al preguntar], “no me gusta escucharme a mí misma, porque siento que puedo haber dicho alguna estupidez, entonces no hablo mejor”. Otra participante indicó que “a mí me da vergüenza preguntar directamente, siento que voy a quedar como tonta, aunque los profes son dispuestos a responder las dudas. Yo recopilo las dudas que tengo, las junto y envío un correo, porque digo sé menos que los demás y eso me detiene a preguntar”. Además, algunos indicaron que la participación “depende del carácter y como uno se siente, en confianza o no en la clase para participar”.

En cuanto a la dificultad para participar en clases, los participantes del focus group indicaron que en general tenían una mayor participación en clases presenciales, debido a que “había que poner atención porque no había respaldo para ver la clase después”, o que [en clases online]… “estoy a salvo porque queda la clase grabada. En la clase presencial no está esa opción así que tenía que poner atención”. Además, argumentan que en clases presenciales no había tantos distractores, por tanto, al permanecer atentos, había más interacción y participación porque estaban siguiendo la clase, en cambio, en clases virtuales “estar detrás de una pantalla te protege de muchas cosas”, “me distraigo en clases online. Me pongo a hacer cualquier otra cosa (jugar, ver el celular, dibujar) y dejo la clase botada”.

b. Predisposición a las clases sincrónicas

Con respecto a la Tabla 2, para la variable motivación a participar en clases online, el 45% de quienes respondieron están en desacuerdo o muy desacuerdo con esta afirmación.

En relación con este indicador, los participantes del focus group indicaron que la motivación es variada, dependiendo de su estado de ánimo, de la asignatura y del docente. “Hay clases que digo, que rico, voy a tener tal clase…pero otras clases me dan lata”¹.; “Depende del día, a veces entro con muchas ganas de aprender. Pero si en el día pasó algo, eso afecta a cómo me siento en la clase”; “…depende del profesor, si la clase es muy plana, me desconcentro, entonces tengo que ver la clase de nuevo…”. También señalaron que la principal sensación después de la clase era frustración.

El 72,5% de quienes contestaron la encuesta, indican que su concentración en clases online es menor que en clases presenciales. El 63,7% de quienes contestaron la encuesta indican que siente algún grado de estrés cuando debe participar en las clases online. En cuanto a la variable desmotivación para participar en clases online, 53% de estudiantes indica que se encuentra desmotivado.

En el focus group se evidenció la desmotivación, ansiedad y estrés que provocan algunas asignaturas en los estudiantes, y cómo ello genera baja participación en la clase.

“Las clases son aburridas porque son un monólogo de los profes, no se da el debate que se daba en clases”; “Antes de la clase estoy emocionada, porque soy responsable y lo doy todo. En clases me aburro y me desmotivo”; “Si es un profesor que requiere participación, antes de la clase estoy muy nerviosa y me tranquilizo una vez que termina”; “El profesor obliga a participar, entonces, ya no quiero entrar a la clase y prefiero verla después”.

El 57,8% de quienes respondieron la encuesta indica que es difícil aprender o comprender a través de las clases online. El 67,3% de quienes contestaron la encuesta indican que prefieren no opinar durante las clases online y 66,6% indica que piensa que podría haber participado más en las clases online, una vez que esta ha terminado.

El focus group mostró que los estudiantes en general sienten que no aprenden lo suficiente en clases online, se sienten desmotivados por tener clases virtuales, lo que disminuye su participación. “Yo estoy apestada² con las clases online…No voy a la clase, porque la puedo ver después. Después veo las clases con más velocidad”; “Siempre me surgen dudas, pero tengo ese bloqueo de si es el momento adecuado para preguntar, pienso que hago que el profe pierda el hilo³, al final no pregunto”; “No prendía la cámara ni el micrófono, escuchaba la clase como escuchaba la radio. Entusiasmo no sentía”; “Mejor presencial. Muchas veces podíamos conversar de lo mismo de la clase, reflexionar y aprender, la clase no era solo con el profe o la materia en sí, si no que entre todos”; “Extraño la presencialidad, incluso las amistades, el trabajo grupal con los compañeros, que me ayudaba harto a no procrastinar y a aprender”; “Estamos desmotivados, solo estamos cumpliendo”.

c. Factores medioambientales

Para la Tabla 3, el 69% de quienes contestaron la encuesta indican que tienen un lugar adecuado para conectarse a clases. El 71,5% de quienes contestaron indican que el lugar donde se conectan cuenta con luz, espacio, ventilación y mobiliario adecuado para participar en clases online.

El 69,6% de quienes contestaron, indican que los equipos que utilizan para conectarse a clases online no son utilizados por otras personas de su familia. Aun así, existe un 25,4% que indica que los equipos son compartidos, elemento que podría afectar la participación en clases online al momento de estar conectados.

A través del focus group se logró determinar que, al inicio de la pandemia, gran parte de los estudiantes no contaba con un espacio cómodo para conectarse a clases. Si bien tenían un espacio –su dormitorio o el comedor– estos no siempre contaban con la comodidad necesaria. “Yo estudiaba desde mi cama, porque no tenía un escritorio. Y eso me generaba mucha ansiedad. Ahora tengo un espacio para estudiar, y mejora bastante. Porque ya no se mezcla mi lugar de descanso con el espacio de clases”; “No tengo un espacio cómodo, porque no tengo escritorio en mi pieza, veo las clases en la cocina o en el comedor, almorzando con mi hermano, tampoco es justo para él que lo haga callar para poder hablar en clases”; “En mi caso tengo todo lo necesario, menos un escritorio…hago las clases en la cama…”; “Tampoco tengo espacio adecuado, uso el dormitorio. Tengo que sentarme en la cama, y es incómodo. Trato de obviar esas cosas, pero me cuesta mucho”.

El 51,9% de quienes respondieron indican que debido a las distracciones en su casa no puede participar en clases online, mientras que, un 54,3% de los participantes indican que por ruido no puede participar.

Con respecto a la variable ruido, los participantes en el focus group se mostraron de acuerdo con su incidencia en la participación en clases online. Se refieren a ruidos externos a su casa, principalmente de vecinos: “…ruido de los vecinos, que ponen la música, muy pero muy fuerte, y vivo en casas pareadas, entonces se sentía como si la música fuera en mi casa. Tuve que ponerme a pelear una vez. Aunque me pusiera audífonos, no podía escuchar la clase”; “En mi pasaje hay una feria, así que el ruido es constante desde muy temprano. Además, mis vecinos ponen la música muy fuerte, entonces me distraigo y pierdo el hilo de la clase”; “Yo vivo al lado de la carretera, solo me separan unos paltos, entonces cuando abro la ventana frontal, entra mucho ruido de la carretera”; “…vecinos buenos para hacer fiestas. Recuerdo que tuve un altercado con ellos, porque estaba haciendo un trabajo para un ramo, y no paraban de meter bulla, y necesitaba grabar el trabajo…”;

Otros refieren ruidos que provienen desde el interior de sus casas y son emitidos por sus familiares: “Mi papá a veces ponía música fuerte, y no entendía que habían terminado las clases, pero tenía que estudiar”. “…los familiares no asimilan que están en clases, y entran a hablarte…”; “En la U igual teníamos ruido ambiente del patio, pero no es lo mismo que se escuche tu mamá gritando”; “a veces había visitas en mi casa y no podía participar o poner atención en clases por el ruido…”.

El 78,4% de quienes contestaron, indican que tienen un equipo adecuado para revisar los materiales y participar en las clases online.

En relación con los equipos para conectarse a clases, los participantes en el focus group mostraron realidades variadas, mientras algunos no manifestaron tener problemas de equipo y conexión, otros señalaban uno u otro, que dificultaba la participación: “Me pasó que sentí que me afectaba que el pc no tenga una cámara buena. Además, usamos todo el mismo internet en mi casa, entonces cuando una profesora pide encender la cámara, me incomoda porque no se ve bien”; “Yo tengo mala conexión, … y el año pasado no contaba con un pc bueno, solo tenía el que me gané el séptimo básico. Así que me conectaba desde el celular, pero gracias a mis compañeros pude gestionar que en la U me prestaran un computador…”; “En cuanto a la tecnología tengo aparatos antiguos (celular y computador) y no puedo invertir en eso, porque no estoy trabajando”; “Tengo escritorio, notebook, tablet. Pero tengo problema de conexión. Entonces de qué me sirve tener todo si no tengo internet”.

d. Metodologías de enseñanza

Para la Tabla 4, el 37,7% cree que las metodologías desarrolladas por sus docentes facilitan la participación, mientras que el 32% no están de acuerdo con esa afirmación. Por otra parte, el 30% de los estudiantes cree el uso de metodologías por parte de sus docentes no influye en la participación en clases online. El 62% de quienes participaron en este estudio cree que las y los docentes utilizan metodologías de trabajo colaborativo que fomentan la participación en clases online. El 90% de quienes respondieron creen que las y los docentes dan espacio para la participación en clases online. Finalmente, el 84,4% cree que los docentes fomentan la participación en clases online.

En este punto se puede apreciar una diferencia entre los datos obtenidos en la encuesta y en el focus group. Mientras que a través del primer instrumento se aprecia una equidad en las respuestas; en el segundo, los participantes en su mayoría piensan que es fundamental la metodología que utilizan los profesores, y que el tipo de metodología aplicada influye en el nivel de participación en las clases online. En algunos casos se aprecia un efecto negativo de las metodologías: “El cómo se presenta la clase es súper relevante. Si solo leen el power point, uno se desmotiva y prefiere ver la clase después”; “Es desmotivante cuando el profesor quiere trasladar la dinámica del aula presencial a lo online”; “Hay profes a los que no les interesa hacer participar”; “…si el profe estaba leyendo [en clases], mejor lo leía yo más tarde”. Por otra parte, también se destacan positivamente algunas de las metodologías utilizadas por los docentes: “Hay profes que sí hacen cosas útiles, que ayudan a participar”; “Hay profes que han hecho su esfuerzo, usar juegos sobre la materia, o crear sub-equipos de Teams que permite la participación”. Varios de los participantes en el focus group sugieren la ausencia de metodologías acordes a las clases online: “Ha pasado tiempo suficiente y me extraña, que los profes no hayan podido adaptarse…hay profesores que hablan tres horas seguidas. No avisan que están con problemas y que no podrán hacer la clase. Hay falta de compromiso y se refleja en las metodologías”; “Siento que no se ha generado una metodología de trabajo online, y si los profes no hacen bien la pega⁴, nosotros no aprendemos bien”; “Yo he sentido que los profesores en general no han sabido adaptarse a las plataformas online, en base a las clases que hacen, quieren imitar una clase presencial y nunca va a ser lo mismo. Algunos profes por eso mismo no generan las ganas de participar”; “Todos los profes deberían tener algún curso de pedagogía, porque hay cosas que faltan, hay profes que las implementan [las metodologías], pero otros profes no…”; “si un profesor hace tres horas de clases, pero graba diez minutos de resumen, prefiero no entrar a su clase de tres horas, y ver el video”. Finalmente, algunos estudiantes reconocen que, si bien las metodologías son relevantes, la motivación de participar debe venir de los estudiantes: “En mi caso creo que son importantes [las metodologías], pero hay que ser honestos, aunque el profesor tenga metodologías súper entretenidas, pero igual no participamos. En mi caso, porque estoy cocinando, o porque estoy en el médico, entonces si bien las metodologías son importantes el 80% está en los alumnos.”

e. Factores socioeconómicos

Para la Tabla 5, que abarca los factores socioeconómicos preguntados, el 47% de quienes respondieron indican que no tienen responsabilidades laborales que afectan su participación en clases online. Aun así, un 35% de quienes contestaron indican que si las tienen y aquello afecta su participación en clases.

En relación con esta categoría, en el focus group hubo respuestas similares a las obtenidas a través de la encuesta. Algunos estudiantes indicaron no trabajar, mientras que los que sí lo hacían señalaron que afectaba su participación en clases. “Yo trabajo en dos lugares, así que es muy agotador intentar compatibilizar todo”; “Yo trabajo en la mañana, llego a mi casa como a la una, y suelo llegar a cocinar. Yo no participo nada en las clases, ni siquiera me conecto sincrónicamente”.

El 56,8% indica que tiene responsabilidades familiares o domésticas que afectan su participación en clases online. El 48% indica que tiene tiempo suficiente para revisar materiales en plataformas antes de participar en clases, mientras que el 38% indica que no lo tiene. Finalmente, el 41% indica que alguna situación de salud al interior de su familia ha afectado o afecta su participación en clases online.

El focus group reafirmó la información obtenida a través de las encuestas, mientras algunos participantes indicaron no tener responsabilidades en casa, otros señalaron tener responsabilidades domésticas, debido a que el hecho de estar en la casa lleva a sus familias a pensar que están disponibles para asumir labores, incluso en horarios de clases. “La familia asume que uno tiene todo el tiempo del mundo porque tiene clases desde la casa, y no es así”; “Yo vivo con mi papá solamente... así que muchas veces tengo que ponerme a cocinar… y me entorpecen la concentración en clases. Ahora estoy con mucha carga académica, entonces me siento culpable porque estoy descuidando la casa por rendir en la U”.

Otros señalaron que, debido a la dinámica familiar, están a cargo de responsabilidades como cocinar, cuidar hermanos o familiares. “Yo tengo dos hijos, uno con TEA⁵ y otro con depresión, entonces tengo que estar pendiente de ellos. Y el fin de semana trabajo…”; “En mi caso cuido a mi mamá porque tiene fibromialgia, es súper aleatorio, a veces mi mamá no amanece bien, y me tengo que olvidar de las clases, porque tengo que preparar desayuno, salir a comprar para el almuerzo y esas responsabilidades externas me chocan con la U; “Yo tengo un hermano chico y el año pasado tuve que estar pendiente de él, de cómo conectarse a clases, cómo mandar las tareas, estar pendiente de él”; “En mi caso cuido a un adulto mayor todo el día, darle medicamentos, darle almuerzo, son cosas rutinarias y que desconcentran de la clase”; “…tenía que cuidar a mi abuelita, que está postrada y tiene Alzheimer. No habla siquiera, balbucea igual que una guagua.⁶ Tenía que dividir tiempos para cuidarla a ella…”.

Conclusiones

La crisis sanitaria por COVID-19 trajo cambios en los entornos de aprendizaje en la educación superior, trasladándose principalmente a un contexto virtual, con la utilización de plataformas de comunicación online, donde se ha podido observar en general una baja participación de los estudiantes. Esta investigación, centrada en la carrera Bibliotecología y Documentación de la UTEM, buscó identificar los factores que intervienen en la interacción de los estudiantes en clases online, determinando además aquellos que influyen positiva y negativamente en esa interacción.

En relación con la categoría predisposición a las clases sincrónicas, la variable relacionada con la concentración también incide de manera negativa en la participación. Los estudiantes advierten que no logran concentrarse en clases de modalidad virtual. Esta afirmación concuerda con estudios como el de Mac-Ginty, Jiménez-Molina y Martínez relacionados con el impacto de la pandemia por COVID-19 en la salud mental de estudiantes universitarios en Chile, donde un “82,5% [de los encuestados] reporta haber sufrido problemas de concentración en clases” (2021: 27). El ambiente en los hogares ofrece variados distractores que dificultan la concentración y por ende, la participación estudiantil en las clases virtuales. Estos elementos distractores pueden ser responsabilidad del propio estudiante –por ejemplo, revisar redes sociales– o externos al estudiante, como por ejemplo interrupciones de la familia. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kent, demostró que los estudiantes en clases virtuales presentan una conducta multitarea, que impacta negativamente en la concentración y en el aprendizaje (Lepp et al., 2019). Por otra parte, un estudio sobre los distractores en el proceso de enseñanza aprendizaje virtual, demostró que “los principales distractores son los sistemas de mensajerías y las tareas del hogar… En cuanto a los efectos de los elementos distractores de la enseñanza aprendizaje virtual genera stress y desenfoque del tema desarrollado” (Ortiz et al., 2021: 127).

Con respecto a los factores medioambientales, los estudiantes indicaron que estos inciden altamente en su participación en clases. Aspectos como la conectividad o equipamiento tecnológico son fundamentales para poder participar activamente en forma remota. Al inicio de la pandemia, varios estudiantes de la carrera no contaban con computadores, por lo que se instruyó el préstamo de notebook desde la universidad y la contratación de planes de internet para favorecer la asistencia a las clases virtuales. Sin embargo, si bien para el 2021 la situación relacionada con estas variables se encontraba regularizada para un gran número de estudiantes, emergieron otros factores medioambientales relacionados con los espacios, debido a que los hogares no poseían lugares adecuados para el estudio. Algunos de los participantes en la investigación no contaban con un espacio propio en sus casas, por lo tanto, debían utilizar espacios comunes al momento de acceder a las clases, por lo que preferían mantenerse sin participar, para no evidenciar el ruido ambiente. Por otra parte, si bien algunos indicaron contar con un espacio individual para estudiar, como por ejemplo el dormitorio, si refirieron problemas de comodidad, por no contar con mobiliario adecuado. Varios estudiantes indicaron que se conectaban a clases desde la cama, y que al término de la clase sufrían dolor de espalda o de cabeza. Otro aspecto que se debe mencionar es el factor ruido, considerado como un elemento que disminuye la participación, muchas veces por sonidos externos tales como automóviles, vecinos o construcciones, pero también de las propias familias, que no logran comprender que el estudiante necesita un ambiente que propicie el aprendizaje. Esto deja de manifiesto que, para tener clases virtuales efectivas, se necesita más que un computador y acceso a Internet, y que es necesario considerar aspectos medioambientales que influyen en la participación y en el aprendizaje de los estudiantes durante las clases online.

La categoría metodologías de enseñanza tiene una valoración positiva por parte de los estudiantes, debido a que, de acuerdo con sus percepciones, los profesores de la carrera promueven la participación a través de distintas actividades, como por ejemplo preguntas abiertas en la clase, foros, generación de sub-equipos de trabajo en las plataformas, con el fin de crear grupos pequeños donde los estudiantes puedan debatir entre ellos, entre otros. Sin embargo, un aspecto que se debe mejorar tiene relación con las metodologías utilizadas en clases online. Si bien los estudiantes destacan que existen profesores con conocimientos pedagógicos que les permitieron enfrentar este cambio de modalidad sin mayores inconvenientes, también señalaron que no es homogéneo y que otros profesores no lograron adaptarse al nuevo contexto, trasladando la clase presencial a la virtualidad, en cuanto a duración y metodologías de enseñanza utilizadas, lo que se tradujo en una desmotivación de los estudiantes para participar en las clases. Por ello, resulta relevante considerar la capacitación de los académicos, no solo en el desarrollo de competencias tecnológicas y digitales –como el uso de plataformas para poder realizar las clases online– sino que resulta absolutamente necesaria la instrucción metodológica para ambientes virtuales, con el fin de “evitar la reproducción de clases magistrales en espacios de aprendizaje que deberían fomentar y fortalecer el diálogo y la interacción. Empleando, para ello, diferentes metodologías activas que faciliten la comprensión, además de especializar los contenidos” (López, Herrera y Apolo, 2021: 9).

Para la categoría factores socioeconómicos, se aprecian variables que afectan directamente la participación de los estudiantes en clases online sincrónicas. A la luz de los resultados se puede apreciar que las responsabilidades familiares o domésticas, en conjunto con el cuidado de familiares que se encuentran con problemas de salud, son las variables que afectan mayormente la participación de los estudiantes. Aquello se debe principalmente a que las familias perciben que los estudiantes al encontrarse en casa tienen mayor disposición para cooperar en los quehaceres domésticos, por lo que las responsabilidades al interior del hogar aumentan al encontrarse estudiando desde casa. Por otra parte, existen estudiantes que, en una situación de normalidad, y al encontrarse fuera de sus hogares, no tenían la responsabilidad de cuidar a otros miembros de la familia. Por último, el cierre de establecimientos educacionales por la pandemia afectó a quienes tienen hijos e hijas, ya que debían asumir su educación desde los hogares, superponiendo horarios con los cursos de la carrera y dificultando aún más la participación.

Finalmente, es posible observar que la participación de estudiantes en clases sincrónicas se vio afectada de manera multifactorial. Las instituciones de educación superior intentaron responder a la emergencia sanitaria con los recursos que tenían disponibles, enfocando sus esfuerzos en la asignación de equipos y conectividad para que los estudiantes pudiesen ingresar a sus clases sincrónicas. Sin embargo, a la luz de la evidencia, se puede concluir que para lograr participación y aprendizaje, se deben considerar condiciones ambientales, materiales y sociales al interior de los hogares, factores motivacionales en el desarrollo de las clases sincrónicas y el desarrollo de ambientes virtuales de aprendizaje que sean atrayentes y desafiantes para los estudiantes. Por último, si bien el estudio se concentra en una muestra al interior de la Universidad Tecnológica Metropolitana, la línea de investigación abre múltiples interrogantes, invitando a profundizar el estudio a la totalidad de la institución o desarrollar investigación interinstitucional.

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Notas