ARTÍCULOS
Clubs de lectura: ¿Una práctica relevante hoy?
Reading Clubs: Are they a relevant practice today?
Carmen Álvarez Álvarez
Universidad de Cantabria, España / mcalvarezalvarez@gmail.com
Artículo recibido: 21-07-2016.
Aceptado: 11-11-2016
Resumen
Las prácticas de lectura más relevantes en la actualidad se enmarcan en el paradigma de la lectura dialógica, dando relevancia no solo a la lectura sino también a la interacción entre lectores. Una de estas prácticas son los clubs de lectura, que en España se vienen desarrollando desde hace treinta y cinco años: en bibliotecas públicas, librerías, centros cívicos, etc. Pese a su dilatada trayectoria en la práctica, la investigación empírica sobre los clubs de lectura es prácticamente incipiente. En este artículo mostramos los resultados de una investigación cualitativa (cuestionario abierto, entrevistas en profundidad y observación participante), en la que analizamos cinco aspectos, a nuestro juicio, fundamentales: (1) la relevancia que tiene la lectura para las personas que participan en los clubs, (2) sus razones para participar en ellos, (3) las lecturas seleccionadas, (4) el desarrollo de los encuentros presenciales entre sus miembros y (5) la actualidad de los mismos y propuestas de mejora. La conclusión final es que hoy los clubs de lectura constituyen una apuesta relevante y actual.
Palabras claves: Club de lectura; Lectura dialógica; Tertulia literaria; Competencia lectora
Abstract
Relevant reading practices nowadays are framed under the paradigm of dialogic reading, giving relevance not only to reading but also the interaction among readers. One of these practices is a book club. They have been developed in Spain for thirty-five years in public libraries, bookstores, community centers, etc. Despite their long excistence in practice, empirical research on reading clubs is practically incipient. In this article we present the results of a qualitative research (open questionnaire, interviews and participant observation), in which we analyzed five aspects, in our opinion, fundamental: (1) the relevance of reading for those involved in clubs, (2) their reasons for participating in them, (3) selected readings, (4) the development of face meetings among its members, and (5) their current status and suggestions for their improvement. The final conclusion is that, today, book clubs are relevant.
Keywords: Reading club; Dialogic reading; Literary gathering; Reading competence
Introducción
En este artículo se hace una revisión teórica sobre el estado de la investigación de los clubs de lectura y se realiza un estudio para valorar si esta práctica hoy es verdaderamente relevante, es decir, si contribuye a generar procesos institucionales de cambio planificado para lograr la mejora de los participantes y las organizaciones donde se desarrollan. Para ello, nos planteamos los siguientes objetivos: entender el significado que tiene la lectura para los usuarios y para su red social próxima, percibir las razones de por qué unas personas participan en un club de lectura y otras que también siendo lectoras no lo hacen, conocer la valoración de los participantes sobre las obras seleccionadas y las tertulias, y valorar la actualidad de los clubs de lectura hoy día y apuntar líneas de mejora.
Marco teórico
Las propuestas teóricas más avanzadas, innovadoras y relevantes en materia de animación a la lectura y cultivo del hábito lector se apoyan actualmente en el concepto de “aprendizaje dialógico” (Flecha, 1997) y son específicamente conocidas bajo el término de “lectura dialógica” (Serrano, Mirceva y Larena, 2010). Desde este paradigma, leer es el proceso intersubjetivo de apropiación de un texto profundizando en sus interpretaciones, reflexionando críticamente sobre él y su contexto, e intensificando su comprensión lectora a través de la interacción con otros, abriendo así posibilidades de transformación como persona lectora y como persona en el mundo (Valls, Soler y Flecha, 2008).
Bajo este paradigma pueden enmarcarse al menos tres prácticas sociales, culturales y educativas en la actualidad: las tertulias literarias, los círculos literarios y los clubs de lectura. Las tertulias literarias se desarrollan con personas de niveles lectores muy diferentes, predominando, generalmente, colectivos sociales excluidos. En las tertulias literarias se leen obras clásicas de la literatura universal, dividiéndolas en capítulos y realizando una reunión -normalmente semanal- dirigida a su comentario. Esta práctica está teniendo un gran éxito y un impacto positivo en España, consiguiendo que personas muy diversas lean, compartan y disfruten de obras consideradas “difíciles”, mejorando su autoestima (Serrano, Mirceva y Larena, 2010) y en estos momentos se está extendiendo a Iberoamérica. Los círculos literarios (“literary circles”) son una modalidad de los círculos de estudio (“study circles”) con una finalidad de documentación, estudio literario y lectura de obras (Duncan, 2012). Se crean grupos para estudiar colaborativamente un tema, empleando como herramienta básica la literatura. Cada grupo se autogestiona en función de sus intereses y organiza su propio proceso de aprendizaje, generando una gran diversidad: círculos dirigidos al estudio de autores concretos, acontecimientos históricos, problemas sociales relevantes, etc. Los círculos literarios han sido desarrollados en varios países, especialmente en Estados Unidos, Suecia y Australia, demostrando su impacto a través de la proliferación y consolidación de variadas experiencias (McCall, 2010). Los clubs de lectura son redes de personas, generalmente consumidoras de literatura, que se reúnen periódicamente para comentar una obra que han elegido. Para leerla se acuerda un marco temporal (mensual, generalmente). Pueden ser obras de todo tipo y son propuestas por los participantes o por la persona coordinadora. Esta tercera práctica goza de un extraordinario desarrollo en Estados Unidos, Reino Unido, Latinoamérica y España, sobre todo en bibliotecas públicas y librerías (Aranda y Galindo, 2009).
Estas tres prácticas parten de concepciones diferentes sobre la literatura y el diálogo, pero mantienen semejanzas notables: (1) Las personas que se adscriben a uno de estos grupos lo hacen en libertad, pudiendo incorporarse o abandonarlo cuando así lo decidan. (2) En ningún caso se rechaza o discrimina a una persona que desea participar por razón de sexo, edad, cultura, formación académica, etc. (3) La lectura (constituya o no un hábito adquirido previamente) es central, así como el diálogo igualitario y democrático entre los miembros del grupo. (4) Pueden desarrollarse en todo tipo de centros: escuelas, cárceles, bibliotecas, asociaciones culturales, etc. (5) Aunque suelen realizarse con personas adultas, también pueden hacerse con niños y jóvenes asumiendo ligeras variaciones.
La investigación internacional sobre las tres prácticas en la actualidad es notable aunque en España hay importantes diferencias respecto al desarrollo y estudio de estas tres prácticas. Mientras los círculos literarios no han sido implementados, tanto las tertulias como los clubs de lectura gozan de un extraordinario avance pero en lo referente a investigación sólo las tertulias literarias han alcanzado un grado de desarrollo considerable (Valls, Soler y Flecha, 2008; Pulido y Zepa, 2010; Serrano, Mirceva y Larena, 2010). Las aportaciones españolas sobre clubs de lectura se iniciaron en los años noventa y aunque hoy tenemos algunos estudios relevantes hechos al respecto (Domingo Espinet y Sola Medina, 2005; Calvo, 2007; Aranda y Galindo, 2009; Carreño, 2012; Moral y Arbe, 2013) la investigación sobre este tema es más bien escasa. Por ello hemos decidido llevar a cabo una investigación diagnóstica sobre la vigencia y actualidad de los clubs de lectura en España, preguntándonos si éstos continúan siendo actualmente una apuesta relevante en el ámbito de la lectura, las bibliotecas públicas y otras agencias con interés social, educativo y cultural. Entendemos por relevancia el proceso de cambio institucional planificado que persigue mejoras educativas, con independencia de la novedad de las propuestas o la creatividad puesta en juego (Katsarou y Tsafos, 2008).
Los primeros clubs se iniciaron en el ámbito anglosajón en la época victoriana y su éxito hizo que la práctica se extendiera a otros países, pero no llegaron a España hasta mediados de los ochenta. Al principio nacieron en las bibliotecas y estaban únicamente dirigidos al público adulto, pero después también se desarrollaron con niños y jóvenes en espacios diversos o en centros educativos con vocación de innovar en materia lectora (Aranda y Galindo, 2009). Luego han ido diversificándose, llegando en algunos casos a organizarse clubs de lectura de géneros literarios específicos (cómic, novela negra, poesía) o destinados al trabajo de temáticas concretas, tanto en formatos presenciales como virtuales (Domingo Espinet y Sola Medina, 2005), o en marcos espacio-temporales muy diversos como asociaciones, prisiones o empresas.
En los clubs de lectura se recomienda la presencia de un coordinador que asuma responsabilidades en la gestión del grupo (Lyons y Ray, 2014), como, por ejemplo, reserva del lugar de reunión, selección de las obras, llevar la agenda de las reuniones, organizar los turnos de palabra en la tertulia, la actualización de la web del club, etc. Entre cada reunión de los miembros del grupo hay aproximadamente un mes para realizar la lectura individual. Cada vez son más los clubs que haciéndose eco de las nuevas tecnologías incorporan algún sistema para que los usuarios puedan comentar el libro mientras lo leen (blog, página web, grupo de WhatsApp, etc.) (Moral y Arbe, 2013). El objetivo de las reuniones de los clubs es el comentario de la obra, siendo relevante la interpretación que cada uno hace: se comentan vivencias personales afines a las literarias, comportamientos de los protagonistas, pasajes destacados, se analizan el lenguaje y las estrategias literarias empleadas etc., generándose un intercambio rico (Beach y Yussen, 2011).
Las investigaciones internacionales han puesto de relieve que, siguiendo estas pautas, los clubs de lectura consiguen favorecer el gusto por la lectura en personas con trayectorias lectoras dispares, desde aquellas que no leían a otras que lo hacían con regularidad (Kong y Fitch, 2003; Hall, 2009). Algunos estudios también han podido verificar que se incrementa el disfrute con la literatura en tiempo de ocio y el diálogo sobre la lectura intensifica la comprensión del proceso de lectura individual y grupal (Womey, 2007; Gritter, 2011; Reed y Vaughn, 2012).
El proceso de lectura dialógica que sigue un club, también contribuye a mejorar la competencia lingüística (lectora y expresiva) y literaria en los participantes. Cuando se lee atentamente y se argumentan opiniones al respecto sobre el contenido o la forma de la obra, se está dando un impulso a la mejora del lenguaje del sujeto (Hall, 2009). En este sentido, también se ha visto que un club de lectura puede estimular el aprendizaje y la lectura crítica, contribuyendo a desarrollar hábitos lectores (Womey, 2007; Hall, 2009).
En determinados campos, en concreto en el educativo, se ha comprobado que un club de lectura puede ser una estrategia muy efectiva para provocar la innovación y la mejora en materia lectora, ya que puede potenciar el desarrollo profesional del profesorado de todos los niveles, al promover una docencia más democrática y deliberativa y logra implicar más a los estudiantes y generar una mejor comprensión lectora (Pollock, 2010; Burbank, Kauchak y Bates, 2010; Álvarez y Pascual, 2013; Gardiner, Cumming-Potvin y Hesterman, 2013).
Por todo ello, pensamos que es muy importante conocer la relevancia que tiene la lectura para las personas participantes en clubs de lectura, las razones que los han impulsado a participar en un club de lectura, cómo se seleccionan las lecturas, el compromiso que desarrollan los participantes con las mismas, el desarrollo de los encuentros presenciales entre los miembros y la actualidad de los clubs, apuntando posibles mejoras.
Marco metodológico
Los clubs de lectura llevan funcionando en España alrededor de treinta y cinco años, pero sabemos muy poco de cómo ha evolucionado esta práctica. En nuestro artículo nos planteamos si es verdaderamente relevante, es decir, si contribuye a generar procesos institucionales de cambio planificado para lograr la mejora de los participantes y las organizaciones donde se desarrollan. Por ello, tratamos de responder a los siguientes objetivos:
Hemos optado por una metodología cualitativa donde conjugamos el uso de tres técnicas de recogida de información (cuestionario, observación y entrevistas) para poder hacer un diagnóstico inicial de la situación de partida obteniendo información de las personas implicadas en diferentes clubs de la Comunidad Autónoma de Cantabria, para entender la situación actual y poder desarrollar en el futuro líneas de investigación sólidas explorando las cuestiones que este estudio muestre como más relevantes. El método de investigación es el estudio de casos (Stake, 2005), entendiendo por caso cada sujeto participante, en tanto que su visión y experiencia del tema nos permite entender mejor la situación actual de los clubs de lectura a nivel “micro”. La estrategia básica ha sido un cuestionario abierto y para triangular y saturar la información se han realizado también entrevistas con informantes-clave, participando en nueve reuniones en cinco clubs de lectura diferentes.
Cuestionario para usuarios y coordinadores
Se ha creado un cuestionario para usuarios y coordinadores de clubs de lectura. Contiene tres preguntas de clasificación (sexo, edad –con cuatro opciones de respuesta: 18-30, 31-45, 46-65, 65-100–, años de vinculación a un club de lectura y perfil –con dos opciones de respuesta: coordinador y participante) y 12 preguntas abiertas1 para conocer cómo las personas viven su participación en clubs.
Fue posible identificar el correo electrónico de 8 clubs de lectura de la comunidad autónoma de Cantabria a los que nos dirigimos pidiendo colaboración en la investigación (no existe un “censo” de clubs de lectura en Cantabria). Seis coordinadores respondieron favorablemente y lo respondieron y contribuyeron a difundirlo entre los usuarios. Lo han respondido 25 participantes y 6 coordinadores, lo que constituye un aporte relevante desde la perspectiva de la metodología cualitativa, ya que permite conocer la opinión de 31 sujetos: un número adecuado si tenemos en cuenta que la finalidad del estudio es exploratoria y la batería de preguntas amplia y de respuesta abierta.
Los datos recogidos mediante el cuestionario nos han permitido conocer cuál es el perfil de las personas participantes en el estudio.
Como podemos ver en la Tabla 1 predomina un perfil femenino, de edades comprendidas entre los 46 y los 65, con formación universitaria, aspecto que correlaciona con el perfil habitual de los clubs en los que hemos participado.
Tabla 1. Personas participantes
en el estudio (cuestionario)
En lo sucesivo, para referirnos a los participantes mediante cuestionario usaremos una clave identificativa formada por una letra que permite saber su responsabilidad en el club (C: coordinador; P: participante), un número (a efectos de numeración e identificación del sujeto), una letra para conocer el sexo del sujeto (F: femenino; M: masculino) y otro número más (número de años de vinculación a clubs). Su vinculación con clubs de lectura ha sido como se detalla en la Tabla 2.
Tabla 2. Vinculación con los clubs.
Como vemos, entre los coordinadores existe una diversidad importante en sus experiencias relativas a clubs de lectura, sobre todo en lo referido a su tiempo de vinculación (de 2 a 20 años), participación como miembros y espacios donde han coordinado clubs. En los participantes también constatamos mucha diversidad respecto a los clubes de los que han formado parte, lo que aumenta la calidad en el marco de esta investigación cualitativa.
Entrevistas a informantes clave
Hemos realizado entrevistas en profundidad para triangular y saturar informaciones que han sido grababas y transcritas: un usuario con años de experiencia en diferentes clubs de lectura que ahora participa en dos al mismo tiempo, otro que ha participado este curso por primera vez en uno, dos gestores de bibliotecas públicas implicados en la organización de clubs de lectura -uno de los cuales participó activamente en la puesta en marcha del primer club de lectura en España-, dos coordinadoras y trece lectores usuarios asiduos de bibliotecas públicas de entre 23 y 68 años, accediendo a ellos por un sistema de “bola de nieve” (personas conocidas envueltas en la investigación te van llevando a aproximarte a otras). Para referirnos a los testimonios recogidos de parte de los participantes mediante entrevistas se usan las claves siguientes:
Tras la recogida de información, se organizaron y analizaron los datos, siguiendo pautas propias del análisis de contenido ya que todos son de tipo cualitativo, dada la necesidad de conocer el punto de vista de los participantes respecto a su experiencia como lectores y como miembros del club.
Observación participante
Hemos participado de manera continua en un club de lectura de una biblioteca municipal asistiendo a las cinco últimas reuniones del curso 2013/2014 (club 1), y de manera puntual en otros de diferente naturaleza: uno privado, cuyas reuniones se desarrollaban en una biblioteca municipal (club 2), otro perteneciente a una biblioteca central (club 3), otro en una librería asociativa (club 4) y, finalmente, uno en un centro cívico (club 5), siguiendo el sistema “bola de nieve”. Hemos tomando notas sobre distintos aspectos del desarrollo y las ideas expuestas siendo posible acercarse a la experiencia lectora de más personas implicadas en clubs de lectura.
Resultados
Los resultados obtenidos en el estudio permiten explorar inicialmente, al menos, las siguientes cuestiones: (a) la relevancia que tiene la lectura para las personas participantes (b) las razones que los han impulsado a participar en un club de lectura (c) las lecturas seleccionadas y el compromiso con las mismas, (d) el desarrollo de los encuentros presenciales entre los miembros y (e) la actualidad de los clubs, apuntando posibles mejoras. En su redacción se emplean testimonios recogidos mediante las tres técnicas anteriormente señaladas, integrando todas las respuestas en un análisis conjunto, para dar una visión lo más amplia y completa posible.
a) Significado de la lectura para los participantes y su red social
Para todos los participantes en el estudio la lectura es una afición, una pasión, una forma de entretenimiento, un refugio, una satisfacción, una desconexión, una forma de aprender o de sentirse acompañado, etc. Cada uno lo expresa con sus palabras, pero en el fondo el sentimiento mostrado por los participantes en el estudio es afín: la lectura es una poderosa aliada en sus vidas, sin la que no podrían vivir. (“Es muy importante como distracción, disfrute y conocimiento” P25F1). En algunos casos la afición se cultivó en la infancia y en otros, ya de adultos. Los más mayores aseguran que con la jubilación han podido entregarse a la lectura como en épocas pasadas hubieran deseado y no pudieron hacerlo. Incluso algunas personas reconocen que la lectura es todo en su vida y les ha ayudado en momentos difíciles. (“Para mí la lectura lo es todo, especialmente ahora que estoy jubilada” C5F15; La lectura me da ilusión, entretenimiento, supera con creces mi afán de conocimiento y le tengo un gran agradecimiento porque me ayudó en un momento difícil de mi vida” P19F10).
Para las personas participantes en los clubs la lectura tiene un significado profundo, pero nos hemos preguntado si también lo tiene en su red social, descubriendo que suele ser así en la mayor parte de los casos. (“En mi familia se ha leído vorazmente desde siempre” C2F2; “Mi padre es un gran lector” P16F3), aunque existe mucha disparidad entre los participantes. Se percibe satisfacción en quienes se relacionan diariamente con lectores en su círculo social (“Estoy contenta de tener hermanas que también pertenecen a clubes de lectura. En el trabajo también nos comunicamos los libros que nos han gustado, y tengo amistades con las que hablamos frecuentemente de libros” P17F8). Esto se debe a que para las personas lectoras es importante tener con quien hablar de literatura y vivir su afición como algo natural. Se dan varios casos en los que las personas de la red social no son lectoras. (“En su mayoría no leen demasiado o, en caso de hacerlo, sus gustos son muy distintos de los míos” P18M1; “Me gustaría que la gente de mi alrededor leyese más” C3F4.).
Para una persona lectora, pertenecer a un club de lectura abre nuevas oportunidades y horizontes, como para alguna participante, que afirma abiertamente algo que en otro contexto no sería comprendido: “Cuando tengo tiempo o ganas me meto entre las estanterías de la biblioteca y empiezo a sacar libros de una letra y me los voy leyendo todos poco a poco. Esta biblioteca hace años la empecé por la zeta y me lo fui leyendo todo hasta llegar a la a. Algunos libros no me entusiasmaron, pero también descubrí tesoros”.
b) Razones para formar parte de un club de lectura
Para entender las razones que llevan a un participante a pertenecer a un club de lectura les hemos preguntado por los motivos que les han impulsado a acercarse a uno. Estos son bastante diversos y cada persona tiene varios. Destaca la curiosidad por la organización y el funcionamiento de los clubs, las ganas de aprender y acercarse a obras y autores desconocidos, la motivación por disfrutar y compartir lecturas e interpretaciones sobre las mismas, la intensidad de la atención en la lectura cuando la obra va a ser compartida y no solo consumida en solitario, para diversificar el ocio, para conocer personas lectoras y desarrollar amistades, etc. (“Para compartir opiniones y puntos de vista, diversificar el ocio, enfocar la lectura hacia autores que no conozco y comunicar mis experiencias lectoras” P3M1; “Me apetece compartir con otras personas las emociones, reflexiones y vivencias de leer” P7F4).
Los participantes se han informado por diferentes fuentes sobre la existencia de estos foros, acercándose a ellos la mayor parte de las veces “para probar”. Algunas personas han sido informadas por gestores o empleados de bibliotecas, a otras les ha invitado directamente el coordinador o un participante, en ocasiones hubo una recomendación de algún tercero del tipo “con lo que tú lees, ¿cómo no participas en un club de lectura?”, etc. Por tanto, la difusión de esta práctica depende de una red amplia.
También se les preguntó si habían pensado en abandonar su club de lectura o, en caso de haberlo hecho, a qué razones obedecía, respondiendo “no”, con rotundidad, la gran mayoría de los entrevistados. (“No. Me aporta un punto de vista que sola no puedo desarrollar” P14F10). En algunos casos el abandono de un club fue para cambiar a otro considerado por los usuarios más afín a sus gustos e intereses. En otros, algunas obligaciones o problemas personales sobrevenidos impidieron la asistencia puntual durante un período (“este año no he podido participar por la enfermedad de mis padres” P6F3; “hace dos años que no puedo ir por el nacimiento de mi hija” P15F1).
Para entender mejor esta cuestión, también se ha preguntado a trece lectores usuarios de bibliotecas públicas por qué no participan en un club de lectura. Sus respuestas inciden en varios aspectos: el desconocimiento o la falta de información respecto a la presencia de los clubs en las bibliotecas que frecuentan (“Nunca me hablaron en la biblioteca de que tengan un club. Yo cojo un libro, me lo dan y me voy” U1F24), por vergüenza o temor a que el debate sea muy elevado (“Por vergüenza porque temo no estar culturalmente a la altura” U9F37), por “pereza” (U6M68) o por razones personales que lo dificultan (“Falta de tiempo principalmente y en menor medida el hecho de trabajar en localidad distinta donde se encuentra la biblioteca que utilizo” U4M45; “Actualmente mi ritmo de lectura varía mucho de unas épocas a otras” U8F33).
Todos los usuarios de bibliotecas públicas entrevistados reconocieron numerosas ventajas en los clubs desde el punto de vista de cómo se los imaginan (intercambio, aprendizaje, disfrute, etc.). Dos consideraron además que estos foros se alejan de sus intereses, manifestando alguna crítica al respecto (“Me los imagino un poco aburridos por tener que ceñirse a un reducido número de libros pre-seleccionados” U3F32; “Aquellos que conozco, se alejan de mis intereses o están formados por gente mayor y no están cerca de mi residencia” U5F26). Sus aportaciones son de gran interés porque manifiestan la imagen social dominante respecto a los clubs de lectura.
c) Lecturas seleccionadas
Las obras de lectura que se seleccionan para leer y la forma de adquirirlas varían de unos clubs a otros, existiendo distintas posibilidades. Algunos clubs (1, 3 y 5) seleccionan las lecturas de los fondos de la Biblioteca Central de Cantabria. En el club 1 los participantes proponen el libro que quieren leer y llegan a un acuerdo sobre este particular, y en caso de que los libros seleccionados estén en préstamo es la coordinadora quien toma esta decisión. En el 3 y el 5 las lecturas son propuestas por la coordinadora y los participantes manifiestan su satisfacción con sus elecciones. En el club 2 los participantes compran su ejemplar y alternan la lectura clásica y la actual. En el club 4 aunque cada miembro del club compra el suyo tratan de elegir obras que estén en internet, alternando obras de literatura (actuales y clásicas) y de ensayo (sociología, antropología, economía, etc.).
Los fondos de la Biblioteca Central se prestan a todos los clubs de lectura de Cantabria que lo soliciten2, pudiendo elegir en la actualidad entre 252 títulos3. Se ha preguntado a los participantes y coordinadores por su valoración de estos fondos, obteniendo los siguientes resultados: la inmensa mayoría (21 de los 31 cuestionarios recogidos) consideran que son variados, equilibrados y relevantes (“La selección es muy buena. Hay equilibrio en géneros, temáticas, procedencia de los autores, dificultad” C2F2; “En líneas generales son adecuados y mantienen un nivel bueno” C6F4.).
No obstante, también hay quienes consideran que los fondos son mejorables, aunque no hay consenso sobre la dirección que debe tomarse en futuras adquisiciones, comentando que hay: exceso de novela en comparación con otros géneros, poca representación de obras clásicas, falta de títulos de “buena ciencia-ficción”, literatura fantástica, novela negra y policiaca, rechazo al “best-seller” y necesidad de adquirir más títulos actuales, manifestando los participantes sus propias preferencias lectoras. En todo caso, como plantea una participante: “Puede haber habido alguno menos interesante, pero esto queda superado por los muchos que en otras circunstancias no hubiera leído” (P19F10).
Para tener más información sobre esta cuestión hemos preguntado a los participantes si han abandonado algún libro propuesto y las razones para hacerlo. Los datos revelan un alto compromiso lector en una parte de los usuarios, incluso cuando el libro sugerido no ha sido de su agrado: doce personas aseguran acabar siempre todos los libros propuestos, incluso aquellos que no les han gustado. Argumentan que se debe a su elevada implicación con la dinámica que se sigue en el club (“No he dejado libros sin leer para tener elementos de juicio a la hora de la tertulia” P23F5). El resto sí han abandonado libros alegando, entre otras razones, poco interés o atractivo de la historia, no encontrar el sentido de la obra, falta de tiempo, alta dificultad de compresión o falta de calidad literaria. (“Si un libro no me gusta, lo abandono. En esto no se puede perder el tiempo. Hay mucho que leer” C2F2).
d) Significado de las tertulias mensuales
Cuando se reúnen los miembros del club para hablar de su última lectura se genera un espacio de encuentro y diálogo al que debemos prestar especial atención ya que es uno de los momentos más esperados por todos los participantes.
Respecto al ambiente que se respira en estas reuniones y los principios a los que responde su organización (diálogo, solidaridad, trato igualitario, etc.) los participantes manifiestan unánimemente la relevancia de que esto sea así, valorándolo como una clave de éxito. No por ello dejan de mencionar problemas menores como el de algunas personas que quieren monopolizar el debate o la disposición de la coordinadora a desviarse hacia temas que vayan surgiendo aunque no sean los que aborda el libro, aspecto ante el cual, hay diversidad de opiniones: algunas lo agradecen y otras prefieren que no sea así, verificándose esta situación en las reuniones en las que se ha participado.
Hemos preguntado también qué han aportado las diferentes tertulias a su hábito lector, destacando entre sus respuestas el compartir puntos de vista y entender la lectura desde perspectivas distintas a la propia, reflexionar sobre elementos literarios, lingüísticos, axiológicos, políticos, históricos o económicos de la obra y la unión que se genera entre quienes comparten la afición a la lectura. (“Para mí lo más importante son las distintas perspectivas con las que cada uno lee lo mismo y lo interpreta según su vida, sus vivencias, su edad” P4F1; “Lo más importante es que la misma acción de un personaje no todos la calificamos de la misma manera” P21F3).
Un ejemplo que ilustra perfectamente esta actitud es el de una participante que, comentando El amor en los tiempos del cólera, afirmó: “¡Qué expresión y qué riqueza de vocabulario tiene García Márquez! Anoté y busqué más de cuarenta palabras en el diccionario. [Mira la hoja donde las tiene anotadas]. ¿Alguien sabía lo que era un caliche? Yo no. Si hasta menciona dos marcas de tinte de pelo que usaban en aquella época, algo increíble”. Este testimonio nos permite ver los aspectos del libro más destacados para ella: la expresión literaria, la riqueza de lenguaje y la tarea de documentación que hizo el autor para escribirlo. Cada tertulia y cada libro provocan intervenciones y valoraciones diversas que hacen que el encuentro entre lectores sea agradable y, a la vez, fructífero.
En relación con el intercambio de ideas que se produce, los participantes manifiestan diferentes experiencias respecto a los cambios de opinión sobre los libros leídos: cinco personas han asegurado que nunca cambian su opinión sobre un libro tras participar en ellas, mientras quince han asegurado que siempre lo hacen y el resto, oscila entre estos dos extremos. (“Más que cambiar mi opinión, gracias a los comentarios he descubierto cuestiones que había pasado por alto” P18M1; “Radicalmente nunca, pero sí me ha permitido verlo desde otro punto de vista que no se me hubiese ocurrido” P19F10). En todo caso, para los participantes la tertulia siempre se entiende y se valora como un tiempo de enriquecimiento.
e) Relevancia actual y propuestas de mejora
La relevancia de los clubs de lectura es una cuestión que también hemos abordado en las entrevistas, lo que nos ha permitido entender cómo los participantes ven la situación actual y futura de los clubs. En este sentido, una coordinadora de clubs de lectura afirma que: “Los clubs de lectura son necesarios hoy día. Hay interés de mucha gente: por parte de personas lectoras que ya leen y esto es un estímulo, pero también otras no lectoras que quieren hacer alguna actividad diferente y ven aquí una oportunidad” (C1F).
Por otro lado, los gestores de bibliotecas entrevistados inciden también en la relevancia que tienen los clubs de lectura en la actualidad y en años venideros. “Es una actividad valiosa y con futuro. Te hablo viendo la práctica a mi alrededor” (G1M). “Están en plena vigencia, de hecho cada vez hay más. Para nada se han pasado de moda, todo lo contrario. Están en auge” (G2F).
Los usuarios entrevistados también coinciden en comparar la experiencia actual de lectura en el club con épocas pasadas: “Yo siempre me he preguntado que si no existiría algo así. En el momento en que me enteré de que existía un club de lectura me metí rápidamente porque necesitaba compartir. Soy lectora de toda la vida y necesitaba estar con gente que tuviera el mismo tipo de inquietudes” (P1F). “Desde que estoy en el club leo de otra manera: antes consumía los libros. Acababa uno y empezaba otro. Ahora me concentro, tomo notas, reflexiono más” (P2M).
También pedimos a los participantes que hicieran propuestas de mejora para sus respectivos clubs. Es muy significativo que trece de ellos considerasen que su club no debía cambiar, lo que denota un elevado grado de satisfacción con su funcionamiento. Analizando sus propuestas de mejora hay mucha variedad: echan de menos verse con más frecuencia para hacer otras actividades (visitas de autores, teatro, excursiones, tomar algo, etc.), que las personas se impliquen más documentándose sobre las obras y aportando información complementaria y tener en cuenta las opiniones de los lectores para seleccionar las obras. Un aspecto importante en estos momentos de crisis lo aporta una de las coordinadoras: “Con más recursos y sin recortes, pudiendo adquirir novedades cada invierno” (C5F15), aspecto sobre el que han incidido también varios de los gestores entrevistados. “Ahora con la crisis ha sido muy machacada la red de bibliotecas. Conozco bibliotecarios que las están pasado canutas y que mantienen con todo el esfuerzo posible los clubs creados” (G2F). “Una forma de mejorar los clubs es mejorar las bibliotecas municipales públicas. Con personal formado, bibliotecas e instalaciones bien dotadas” (G1M).
Por otro lado, hemos recogido también las opiniones de trece usuarios de bibliotecas públicas que no participan en clubs de lectura, preguntándoles por las características que debería tener un club para despertar su interés. Sus respuestas, en este sentido, son diversas: darles más promoción, organizarlos por géneros literarios, promover contactos on-line simultáneos a las presenciales a través de grupos de Facebook o blogs, organizarlos en las facultades universitarias y en contextos de trabajo, hacerlos en horario de mañana y de tarde, incorporar tiempos para la lectura en voz alta, etc.
Uno de estos usuarios realiza una información de especial interés: (“Creo que sería positivo su expansión, con las variaciones necesarias, hacia el público infantil y juvenil” U4M45), lo que sugiere que si desde niño se tuvieran experiencias positivas de lectura dialógica en los centros educativos, esta práctica captaría la atención de más personas, especialmente las más jóvenes, a las que no siempre llegan los clubs actuales.
Conclusiones
Los resultados obtenidos en nuestra investigación coinciden, en buena medida, con los que arrojan las investigaciones internacionales: los participantes parten de diferentes trayectorias lectoras, disfrutan de compartir la afición a la lectura con otros, intensifican la atención en la lectura que realizan y mejoran su competencia lectora (Kong y Fitch, 2003; Womey, 2007; Hall, 2009; Gritter, 2011; Reed y Vaughn, 2012). En este sentido, se puede afirmar, que el modelo de lectura dialógica que ofrecen los clubs es muy interesante, como lo es el de las tertulias literarias y el de los círculos de estudio.
En cuanto a los objetivos específicos que hemos planteado para la investigación concluimos:
Por un lado, los clubs de lectura en España constituyen una práctica relevante cada vez en muchos más espacios, teniendo una proyección muy favorable en bibliotecas autonómicas y municipales, centros cívicos, residencias de ancianos, centros educativos de niveles obligatorios y postobligatorios, empresas, cárceles, centros sociales y culturales, librerías, asociaciones, grupos de mujeres… En estos espacios pueden provocar un tiempo enriquecedor de encuentro, intercambio, socialización, debate y reflexión entre la ciudadanía que es muy interesante si tenemos en cuenta que en España los índices de lectura son muy inferiores a los deseables y muchos ciudadanos sueñan con la existencia de una mayor democracia.
Por otro lado, a propósito de la lectura de una obra literaria y su comentario, hemos visto que las personas participantes se implican más con la obra y al tiempo que mejoran su competencia lectora y lingüística, argumentan sus posturas y amplían su formación y aprendizaje en la interacción con otros, crean condiciones para intensificar la comprensión no sólo de sus obras, sino también de sus vidas y la de sus semejantes (Lyons y Ray, 2014). La positiva valoración del proceso de deliberación y crítica literaria entre personas con vivencias diferentes hace que los participantes en los clubs de lectura sientan la necesidad de asistir a sus reuniones regularmente: en ellas se produce un intercambio de gran riqueza porque la obra es analizada con los ojos y las experiencias de cada uno de los miembros.
El proceso de compartir las lecturas amplía el deseo por leer y compartir y puede provocar transformaciones en los participantes y las instituciones (Pollock, 2010): puede contribuir a adquirir el hábito lector en quienes no lo tuviesen bien adquirido, mejorar la autoestima de personas que pensaban que nunca podrían estar vinculadas a un foro de debate intelectual y promover la innovación en espacios sociales donde las prácticas tradicionales no han sido democráticas y no generaban espacios para el diálogo igualitario entre sus miembros, ya sean estas escuelas, cárceles, empresas, etc. En este sentido, puede afirmarse que la metodología propia de un club de lectura permite el encuentro y la convergencia entre posicionamientos dispares a través de la interacción respetuosa entre las personas.
Uno de los puntos fuertes de nuestra investigación es el hecho de conocer esta práctica de primera mano a través de la observación participante, las entrevistas en profundidad y el cuestionario en formato abierto que ha llegado a manos de informantes muy válidos por su diversidad de experiencias en clubs de lectura. Esta investigación “diagnóstica” permite iniciarse en el estudio del estado actual de esta práctica, pero a partir de él deben generarse nuevos procesos investigadores más profundos. En cuanto a las debilidades de nuestra investigación somos conscientes de que el volumen de información recogida es insuficiente para sacar conclusiones más amplias y, en este sentido, proponemos ampliar el foco de la recogida de datos a otros contextos del Estado y a más clubs de lectura, utilizando en el proceso al menos las tres estrategias empleadas en este estudio (no obstante, en la elaboración de futuros cuestionarios “masivos” deberá optarse por formatos de respuesta semi-abiertos o cerrados que faciliten la recogida de datos y la categorización).
Esta investigación, cuyo objetivo era tener una panorámica general y de conjunto, se puede pensar en sucesivos estudios en lo que se indague con más profundidad sobre alguno de los aspectos que hemos destacado: las experiencias de lectura de los usuarios, las motivaciones para participar, los obstáculos para lograrlo, el interés de las tertulias y sus principios de procedimiento, las repercusiones de la crisis económica en las bibliotecas y la red de clubs de lectura, los clubs de lectura virtuales como alternativa o como complemento, las vías de mejora de los clubs presenciales, entre otros. También sería interesante la investigación sobre clubs de lectura escolares, ya que sobre ese particular tampoco se ha investigado suficiente en España más allá de su aporte a la educación en valores y a la lectura crítica (Álvarez y Pascual, 2013).
Los clubs de lectura con personas adultas parecen gozar de buena salud en estos momentos porque han ido proliferando en gran número de espacios y parece que aunque cumplan treinta y cinco años siguen siendo actualmente una apuesta relevante en el ámbito de la lectura que contribuye a la mejora de las personas participantes y a la dinamización e innovación de las instituciones que los organizan.
1 Preguntas abiertas:
2 http://bcc.cantabria.es/index.php/servicios/prestamo-colectivo
3 Por los objetivos de este estudio no analizaremos su composición.
Referencias bibliográficas
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