Sofía E. Ares
Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de Humanidades, Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales, Grupo de Estudios sobre Población y Territorio.
Mar del Plata, Argentina.
Recibido: 17 de abril de 2023. Aceptado: 2 de agosto de 2023.
El objetivo es analizar los procesos de cambio poblacional en los pueblos pequeños (1-2000 habitantes) y grandes (2000-20.000 habitantes) de la provincia de Buenos Aires entre 1991 y 2010, y explorar las diferencias en relación con la accesibilidad (medida por distancia a la ruta principal y tiempo de viaje a una ciudad de 50.000 habitantes o más). La principal fuente de datos son los Censos Nacionales de Población (INDEC). Se trabaja con técnicas cuantitativas y sistemas de información geográfica. Los resultados muestran que ni el despoblamiento ni el crecimiento de los pueblos son procesos homogéneos, con lo cual las diferenciaciones demográficas se vinculan también con factores como la accesibilidad y el consecuente acceso a servicios o prestaciones necesarias para la vida cotidiana.
PALABRAS CLAVE: POBLAMIENTO. LOCALIDADES. GEOGRAFÍA. SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA
The aim is to analyze the processes of population change in small (1-2,000 inhabitants) and large (2,000-20,000 inhabitants) towns in the province of Buenos Aires in 1991-2010 and to explore the differences in relation to accessibility (measured by distance to the main route and travel time to a city of 50,000 or more). A quantitative method was applied, analysing indicators from secondary data sources, National Census (1991, 2001, 2010) and sources with information about accessibility. The results show that neither the depopulation nor the growth of towns are homogeneous processes and that demographic differentiations in towns are linked to accessibility and the consequent access to services or benefits necessary for daily life.
KEYWORDS: POPULATION, VILLAGES, GEOGRAPHY, GEOGRAPHIC INFORMATION SYSTEMS
PALAVRAS-CHAVE: POVOAMENTO. LOCALIDADES. GEOGRAFIA. SISTEMAS DE INFORMAÇÃO GEOGRÁFICA.
El despoblamiento rural y la movilidad hacia pueblos o ciudades de distinta magnitud se relacionan con variedad de causas y generan transformaciones sociodemográficas en la trama de asentamientos. En la Argentina, los procesos de despoblamiento rural se asociaron tradicionalmente con la industrialización, cambios en la estructura tecnológica y nuevas formas de trabajo en el sector agropecuario (Sili, 2019). En paralelo, hay crecimiento acelerado de algunas ciudades, muchas en el frente industrial entre Rosario (Santa Fe) y La Plata (Buenos Aires). Desde 1970 ha adquirido mayor fuerza la expansión urbana sobre áreas rurales, en modalidades abiertas o por emprendimientos privados y cerrados. No obstante, estos procesos no logran compensar los flujos de emigración originados en los ámbitos rurales y, en el caso de las urbanizaciones cerradas, con gran concentración en el Área Metropolitana de Buenos Aires o en torno a ciudades como Bahía Blanca o Mar del Plata.
En la Argentina hay numerosos estudios sobre el despoblamiento rural y la pérdida de dinamismo de los pueblos, pero en esta investigación se busca profundizar en la situación de las localidades bonaerenses, desde un enfoque geográfico que considere en conjunto población y territorio (Haesbaert, 2004). Las características de la población surgen de la interacción entre estructura demográfica, movilidad territorial, fecundidad y mortalidad; pero también, de la articulación con el territorio. La población es una de sus dimensiones y participa de su construcción.
Los procesos demográficos son complejos, de ahí que los interrogantes en torno a ellos no admiten respuestas lineales o simples. Por ello, se busca en la relación entre tasa de crecimiento y accesibilidad una posible vía explicativa del dinamismo demográfico. La accesibilidad da indicios del grado de articulación territorial de los poblados, con impacto sobre el bienestar de la población. La situación de las localidades está relacionada con el territorio en que se localizan y los pueblos “tienen, de forma general, el inconveniente de no poder generar economías de aglomeración para la localización de actividades” (Capel, 2009:14), por ello es imprescindible la conexión con otros centros poblados —de mayor escala demográfica— para acceder a servicios o puestos laborales. Se establece una conexión entre autores en cuanto a que las relaciones entre la población y el territorio influyen en la calidad de vida de sus habitantes.
En consonancia con lo expuesto, se propone como objetivo analizar los procesos de cambio poblacional en los pueblos pequeños (1-2000 habitantes) y grandes (2000-20.000 habitantes) de la provincia de Buenos Aires entre 1991 y 2010, y evaluar las diferencias en relación con la accesibilidad (medida por distancia a la ruta principal y tiempo de viaje a una ciudad de 50.000 habitantes o más). El procesamiento y análisis se hizo con técnicas cuantitativas y sistemas de información geográfica.
El artículo se estructura en cinco secciones. En la primera se revisan algunas contribuciones sobre el tema, focalizando en la provincia de Buenos Aires. Luego se desarrolla la perspectiva conceptual, basada en los conceptos de territorio, localidad, dinámica demográfica y accesibilidad. A continuación, el marco metodológico incluye una somera descripción del área de estudio, las fuentes de datos y las técnicas aplicadas. La cuarta sección es la de resultados, presentados en tres partes. La primera consiste en un estudio general del conjunto de localidades sobre la base del total de población, la tasa anual de crecimiento intercensal y el área de ubicación. Seguidamente, se particulariza en dos conjuntos de localidades, las que decrecen y las que crecen por encima del 12 ‰ a lo largo de todo el período. Por último, se hace un análisis conjunto de las tasas anuales de crecimiento intercensal y las variables referidas a la accesibilidad. La quinta sección contiene las conclusiones.
Hacia 1914 en la Argentina la población urbana (52,7 %) ya superaba a la rural, pero fue en 1947 cuando la población rural empezó a reducir su participación relativa y absoluta. El despoblamiento rural tuvo auge entre 1947 y 1960, y luego continuó a menor ritmo (Sili, 2019). Así, mientras los ámbitos rurales han perdido población, el nivel de urbanización se ha intensificado hasta alcanzar en 2010 al 91 % del total de población.
La pérdida de población rural, en especial la dispersa, analizada en conjunto con procesos socioeconómicos, fue la base de estudios que continuaron con tal línea de investigación. Además de los procesos de industrialización y mecanización del agro (Sili, 2019), otros factores comenzaron a explorarse en vías de explicar los procesos de despoblamiento. Así, en el cruce de los siglos XX a XXI, el desmantelamiento ferroviario fue un argumento de peso (Benítez, 2000; Diez Tetamanti, 2006). En oposición a esas investigaciones, Sánchez (2015) afirma que no hay causa-efecto entre declive ferroviario y despoblamiento como sí la hay, indica, entre “entre despoblamiento rural y de pequeños pueblos y cambio tecnológico, de propiedad y organizacional en el agro” (2015: 53).
La multiplicidad de factores que actúan en los procesos poblacionales se evidencia en un estudio —a escala de los departamentos o partidos— sobre la diversidad demográfica de los territorios rurales de Argentina (población rural dispersa y agrupada), con áreas que crecen y otras que decrecen (Mikkelsen, Ares y Gordziejczuk, 2016). El despoblamiento afecta principalmente a la población rural dispersa (Sili, 2019) y en la actualidad remite, según Sili, a tres factores: profundización de los avances tecnológicos, aumento de las escalas productivas y reducción del número de productores, y a la migración hacia los pueblos por la oferta de servicios básicos.
Lindenboim y Kennedy (2004) manifiestan que, en la Región Pampeana, entre 1960 y 1980, las localidades de 2000 a 10.000 habitantes aumentaron su tasa de crecimiento. De 1991 a 2001, en los subgrupos (2000-5000 y 5000-10.000) se retrae el ritmo de crecimiento, sobre todo en el conjunto mayor. De allí, la importancia de reflexionar sobre los vínculos entre lo urbano y lo rural. Sobre Buenos Aires, Bertoncello (2012) muestra que se pasa de un 50 % de población urbana (1914) a un 90 % (2001) y afirma que en “la población rural bonaerense no solo crece menos que la urbana, sino que decrece” (2012: 350).
Para explicar estos procesos se toma como hito la crisis de 1929, cuando Buenos Aires viró hacia un modelo productivo centrado en la ganadería, lo que supuso una menor demanda de trabajadores y afectó no solo al comercio, sino también a los servicios (Bertoncello, 2012; Tort et al., 1991). Tort et al. (1991) analizan la influencia de factores productivos, sociales y demográficos, mostrando el impacto de la mecanización y de las transformaciones en la tenencia de la tierra por arrendamiento. Asimismo, se exhibe el impacto de la infraestructura vial y la propagación del automóvil particular, así como la ruptura del aislamiento. Sili explica la influencia del proceso de reestructuración agraria desde los años noventa y afirma que el aumento en la superficie de las unidades, su uso más extensivo y la mecanización reducen la necesidad de población e infraestructura social (Sili, 2019), aspectos que han signado los procesos de emigración.
La cara opuesta de estos procesos también se ha estudiado en las últimas décadas. Chiozza et al. (2000) indican que, desde la década de 1970, en proximidades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay una expansión de nuevas formas de uso del espacio rural. Ahondando en los procesos de metropolización, se muestra que la expansión de la frontera urbana fagocita tierras que se dedicaban a la producción agraria o que estaban vacantes (Chiozza et al., 2000; Vidal-Koppmann, 2012; entre otras). Desde 1970, con el auge de procesos socioeconómicos y políticos neoliberales, brota una “nueva forma de asentamiento funcionalmente urbano y paisajísticamente rural: los clubes de campo, los barrios privados y los clubes de chacra” (Chiozza et al., 2000: s/p).
Más allá de cierto renacimiento rural, Sili indica (2019) que estos procesos no empañan la tendencia al éxodo. Se debe tener en cuenta que, de acuerdo con la escala de estudio, los fenómenos tienen caracteres distintivos y, en algunos casos, adquieren relevancia debido a los ritmos de cambio demográfico, pero no a los volúmenes de población. En este sentido, pueden apreciarse los procesos analizados en el sudeste bonaerense (Mikkelsen y Velázquez, 2019) o en partidos como Tandil (Jacinto, 2011), General Pueyrredon (Ares, Mikkelsen y Carballo , 2020) o Mar Chiquita (Parracone y Ares, 2021).
En relación con la contabilidad negativa de la población rural, Bertoncello muestra que la expansión del Gran Buenos Aires sobre áreas rurales o pueblos adyacentes resta “al cómputo de población rural los asentamientos que, en esta expansión, quedan “atrapados” dentro del área abarcada por la gran aglomeración” (2012: 352). Asimismo, señala que la explicación de las emigraciones rurales es de origen rural y urbano, al igual que Lindenboim y Kennedy (2004), y que debe fundamentarse en la convergencia de factores.
Estudios aplicados en otros países, como es el caso de España, han mostrado la necesidad de explorar vías explicativas (Capel, 2009; Camarero, 2020; Vinuesa Angulo, 2017). Dado que la emigración desde el lugar rural disperso y los pequeños pueblos suele fundamentarse en la necesidad de satisfacer demandas, el análisis de la accesibilidad proporciona indicios del nivel de coordinación territorial de los poblados, lo cual tiene un impacto en el bienestar de la población. La situación de las localidades está relacionada con el territorio en que se localizan y los pueblos “tienen, de forma general, el inconveniente de no poder generar economías de aglomeración para la localización de actividades” (Capel, 2009: 14), con lo que resulta imprescindible la conexión con otros centros poblados —de mayor escala demográfica— para acceder a servicios o puestos laborales. Por su parte, las relaciones entre población y territorio influyen en “la calidad de vida, en el funcionamiento de las estructuras sociales y económicas, en la eficiencia económica, en la equidad, en la cohesión social, en la sostenibilidad de la utilización de algunos recursos limitados” (Vinuesa Angulo, 2017: 55-56).
Los procesos demográficos son heterogéneos e interdependientes, por lo que se debe tener en cuenta su multicausalidad y la relación entre localidades, entre lo rural y lo urbano. Además, como vía exploratoria surge la necesidad de examinar la articulación territorial de las localidades mediante la accesibilidad a rutas principales o a ciudades con 50.000 habitantes o más.
El concepto territorio ha cobrado notoriedad en los últimos años debido a su uso extendido, desprovisto muchas veces de reflexiones sobre perspectivas teóricas o bien a su uso puramente empirista (Haesbaert, 2004). El acercamiento al territorio desde la geografía latinoamericana encuentra en la hibridación, la multidimensionalidad y la construcción social sus puntos fundamentales. Santos sostiene que el territorio usado “es un conjunto de objetos y acciones, sinónimo de espacio humano, espacio habitado” (1996:124), es decir, reconoce que no basta con la materialidad. Haesbaert (2018) indica que, en las últimas obras de Santos, espacio geográfico y territorio usado son sinónimos. Entonces, “el territorio nace como simple materialidad, pero a lo largo del tiempo adquiere connotaciones más amplias, hasta el punto de ser considerado como nuestro ‘marco de vida’” (Haesbaert, 2018: 271).
Haesbaert (2004) señala que el territorio se construye a partir de un espacio híbrido (entre la naturaleza y la sociedad, entre la materialidad y la idealidad) por la imbricación de relaciones de poder, desde el más material de orden económico-político, al más simbólico de las relaciones culturales. El territorio incluye relaciones, elementos fijos, movilidades, redes, áreas delimitadas y controladas, todo a un mismo tiempo. Los lineamientos teóricos propuestos por estos autores sostienen el análisis de población y territorio, en tanto la primera es una de sus dimensiones.
En la Argentina la localidad se asocia con la noción de centro poblado porque se ha optado por su reconocimiento a partir de un criterio físico (Vapñarsky y Gorojovsky, 1990). Trabajar con las localidades permite mostrar la pluralidad de los procesos de aglomeración y las dinámicas en el continuo urbano-rural, superando el límite demográfico de 2000 habitantes establecido para la distinción rural-urbana (Castro y Reboratti, 2008). Las discusiones sobre la definición de lo rural pueden apreciarse en trabajos como los de Castro y Reboratti (2008) o de Martínez et al. (2016). En ellos, el repaso por distintas propuestas muestra opciones para una definición refinada y actual de los territorios rurales.
La dinámica demográfica (Torrado, 1997) comprende los hechos relacionados con el crecimiento, la composición y la distribución espacial de la población, dependientes de los fenómenos demográficos, es decir, fecundidad, mortalidad y movilidad territorial. De este conjunto se trabajará con el análisis del crecimiento o cambio demográfico y la distribución de la población.
Por último, en la definición de la accesibilidad se sigue a Páez et al. (2012), quienes indican que es “el potencial para alcanzar o conseguir oportunidades que se distribuyen en el espacio. Estas oportunidades son elementos que ofrecen un servicio cuya localización es fija” (citados por Ubilla-Bravo, 2017: 196). En el territorio, las localidades, su dinámica demográfica y accesibilidad se unen mostrando su interdependencia y la necesidad de aproximaciones que tengan en cuenta la complejidad de los procesos involucrados (Figura 1).
Figura 1. Articulación entre conceptos. Fuente: Elaboración personal sobre la base de Capel (2009), Haesbaert (2004), Vinuesa Angulo (2017).
Hacia 2010, 593 localidades constituían una trama de densidad dispar en la provincia de Buenos Aires (Figura 2). Linares y Velázquez (2012) describen los procesos que construyeron el entramado de aglomeraciones a partir de la economía colonial (fundaciones de poblados en el camino Buenos Aires-Potosí); las acciones contra pueblos originarios (reducciones); los avances religiosos (capillas); militares (fortines, guarniciones); de infraestructura (estaciones de ferrocarril, parajes). Concluyen que las características principales del sistema de asentamientos son las siguientes: a) el sostenimiento de la macrocefalia a escala provincial, b) el aumento y dinamismo de las ciudades medias y c) el despoblamiento rural.
Figura 2. Trama de localidades en 2010 y áreas. Provincia de Buenos Aires. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC (2010) y Reboratti (2012).
La distribución de las localidades y sus procesos demográficos no puede desligarse de otras variables, por ello es importante conocer en qué sector del territorio provincial se sitúan. En este artículo, y con fines analíticos e interpretativos, se acude a la división de la provincia de Buenos Aires por áreas ecológicas (Reboratti, 2012).
Las características de las áreas no se desligan de las particularidades del poblamiento. En el territorio, el ambiente físico-natural, las actividades económicas, los procesos históricos e incluso la relación con las trazas de las redes de transporte se relacionan con las dinámicas demográficas. La agricultura y la ganadería son las actividades primordiales en la Pampa ondulada, no obstante, en los ámbitos próximos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se destacan significativamente las actividades industriales, recreativas y residenciales privadas. En la Pampa deprimida, las unidades deproducción ganadera son dominantes, aun cuando es un área con baja diversificación productiva y sin ciudades importantes. La Costa Atlántica tiene un uso intenso del suelo y de los recursos naturales, principalmente por la presencia de localidades de diverso tamaño, su diversificación económica y de servicios. La Pampa alta, así como las áreas de Tandilia y Ventania, tienen suelos de aptitud agro-ganadera. A ello se suman ciudades importantes con actividades económicas variadas. La Pampa plana, por su parte, no tiene aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIS) y tradicionalmente ha estado dedicada a actividades agrícolas y de cría de ganado. Por último, la Pampa patagónica presenta limitantes climáticas y edáficas, pero es una zona de cultivos hortícolas y cereales, así como de desarrollo ganadero (Reboratti, 2012).
Las unidades de análisis son las localidades identificadas en la Base de Asentamientos Humanos de la República Argentina (http://www.bahra.gob.ar/) que en 1991 tenían menos de 20.000 habitantes. A estas se las sigue entre 1991-2010, aun cuando hubiere cambios de categoría.
La elección del período 1991-2010 se funda en la disponibilidad de series de datos comparables. Aunque INDEC ha publicado información censal al nivel de las localidades para 1980, Vapñarsky indica: “En trabajos anteriores hemos llegado a la conclusión de que fue en ese censo, entre todos los realizados hasta entonces, donde más y más serios errores se cometieron al identificar (detectar, listar) y delimitar localidades, las consideradas urbanas” (1985:27). Según el autor, los errores no se deben a un problema de cobertura, sino de atribución “especialmente los que consisten en asignar a localidades población que correspondería a áreas fuera de localidades y viceversa” (1985: 27). De modo que se trabaja con un lapso temporal reducido mientras se revisan las bases de datos disponibles en formato digital o papel.
Las fuentes de datos para el estudio demográfico son los Censos Nacionales de Población de 1991, 2001, 2010. El procesamiento se hizo con el programa Red Process de REDATAM (Recuperación de datos para áreas pequeñas) y el análisis con hojas de cálculo para la construcción de indicadores y gráficos.
Con fines analíticos se recupera la clasificación de localidades propuesta por Vapñarsky y Gorojovsky (1990: 45), aunque excluyendo a la población rural dispersa: 1) Aglomeraciones de más de 1.000.000 habitantes; 2) Aglomeraciones de Tamaño Intermedios (ATIS): Mayores: 400.0000–999.999 y Menores: 50.000–399.999; 3) Ciudades Pequeñas: 20.000 y 49.999; 4) Pueblos Grandes: 2000 a 19.999 y 5) Pueblos Pequeños: hasta 2000. Sobre este marco general se propone un mayor nivel de desagregación para los pueblos pequeños, considerando: a) 1-100 habitantes; b) 100-500 habitantes; c) 500-1999.
El estudio parte del cálculo de tasas de crecimiento intercensal mediante la fórmula exponencial. A partir de este indicador se crearon agrupamientos según ritmo de cambio poblacional: a) Decrecimiento, tasa inferior a 0,0 ‰; b) Crecimiento lento o estancado, tasa entre 0,0 y 11,9 ‰; c) Crecimiento acelerado, tasa entre 12,0 y 24,9 ‰; d) Crecimiento muy acelerado, tasa mayor o igual al 25,0 ‰.
Luego, para los conjuntos de pueblos, tanto los que decrecieron a lo largo de todo el período (tasa inferior a 0 ‰) como los que siempre crecieron a ritmos acelerados o muy acelerados (tasas superiores al 12 ‰) se hizo análisis centrográfico (Buzai y Montes-Galbán, 2021) en un sistema de información geográfica. Por último, se analizaron los grupos de localidades con las siguientes capas de información:
-Travel time to major cities: A global map of Accessibility. Con información sobre la accesibilidad a ciudades con 50.000 o más habitantes (Nelson, 2008). (https://forobs.jrc.ec.europa.eu/).
- WorldPop: Distance to OSM mayor roads, 2016. Contiene distancias a las rutas principales desde el centro de cada celda hasta la entidad más cercana (https://hub.worldpop.org/geodata/summary?id=17315).
El trabajo con las capas raster se hizo con las funciones disponibles en Qgis, como recortes por máscara y estadísticas de zona. Las capas resultantes se combinaron con la cartografía de localidades mediante Point Sampling Tool (https://github.com/borysiasty/pointsamplingtool) y herramientas de geoprocesamiento.
Cambios demográficos: resultados generales
La provincia de Buenos Aires tiene un conjunto de aglomeraciones cuyo volumen poblacional ha crecido a lo largo de las décadas, pero con una evidente concentración en un número reducido de localidades, lo que ha dejado al resto en valores inferiores a los 20.000 habitantes. En 2010, el 87 % de las localidades tenía menos de 20.000 residentes, y en su conjunto concentraban el 8,4 % de la población provincial en aglomeraciones. La participación de pueblos chicos y grandes, así como la concentración demográfica, se han sostenido en el período 1991-2010, destacándose el incremento de localidades en las categorías extremas (Cuadro 1). De un lado, los que tienen menos de 100 habitantes pasaron de 79 (1991) a 114 (2010), con muy escaso retroceso en su ritmo de cambio poblacional de 11 ‰ (1991-2001) a 10 ‰ (2001-2010). Del otro lado, los pueblos grandes sumaron población a un ritmo del 16 ‰ anual entre 1991 y 2010 y pasaron de ser 116 en 1991 a 131 en 2010. En lo concerniente a las localidades con menos de 100 habitantes, se remarca su vulnerabilidad frente a los procesos de despoblamiento, de ahí que el aumento en la cantidad de aglomeraciones y las modificaciones en los ritmos de crecimiento podrían ser señales de alarma. Se ha comprobado que 31 casos responden a su identificación como localidades luego del Censo de 1991, incorporándose al grupo de pueblos entre 1-100 habitantes. El descenso desde una categoría superior comprende a 18 localidades que en 1991 tenían más de 100 habitantes.
Cuadro 1. Distribución de la población según habitantes. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
Clasificación según habitantes |
Año |
||
1991 |
2001 |
2010 |
|
Menos de 100 |
4.267 |
4.798 |
5.259 |
100-500 |
42.279 |
39.076 |
39.428 |
500-2.000 |
127.123 |
144.938 |
139.663 |
2.000-20.000 |
803.950 |
968.131 |
1.106.670 |
POBLACIÓN TOTAL |
977.619 |
1.156.940 |
1.291.020 |
El análisis expresa que la variación en los ritmos de crecimiento intercensal tiene dos características. Una es el aumento en el número total de pueblos identificados por INDEC; y la otra, el acrecentamiento absoluto y relativo de poblados con tasas de crecimiento negativas (Cuadro 2). En cuanto a los pueblos pequeños que pierden población entre 1991 y 2010, se observa que su participación se incrementó en casi nueve puntos porcentuales. Entre los que crecen, por el contrario, disminuye su presencia a medida que sube la tasa de cambio, y puede alcanzar una reducción de casi cinco puntos en el conjunto de crecimiento muy veloz (Figura 3).
Figura 3. Distribución relativa de pueblos pequeños según tasa anual de crecimiento intercensal, 1991-2010: Fuente: Elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
Cuadro 2. Pueblos pequeños y grandes según tasa anual de crecimiento intercensal (‰). Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
Período |
Total de pueblos |
Tasa anual de crecimiento intercensal |
|||
< 0 ‰ |
0 —>12 ‰ |
12 —> 25 ‰ |
25 ‰ |
||
1991-2001 |
472 |
174 (36,9 %) |
134 (28,4 %) |
79 (16,7 %) |
85 (18,0 %) |
2001-2010 |
493 |
212 (43,0 %) |
138 (28,0 %) |
74 (15,0 %) |
69 (14,0 %) |
En estos procesos, se presentan discrepancias temporales y del tamaño poblacional, según el Cuadro 3. Las situaciones de decrecimiento se profundizan en el tiempo, pero son más evidentes en los poblados con menos de 100 habitantes. En líneas generales, se sostiene el estancamiento (tasa de 0-12 ‰) con mayor importancia en el estrato de pueblos mayores. Sobre los cambios acelerados y muy acelerados, es significativa la disminución (absoluta y relativa) de la cantidad de localidades, en especial las que tenían menos de 500 pobladores.
Cuadro 3. Pueblos pequeños según tasa anual de crecimiento intercensal. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
Período |
Clasificación según habitantes |
Tasa anual de crecimiento intercensal |
|||
< 12 ‰ |
0-12 ‰ |
> 12 ‰ |
|||
1991-2001 |
Menos de 100 |
39 (11,0 %) |
10 (2,8 %) |
30 (8,4 %) |
|
De 100 a 500 |
72 (20,2 %) |
35 (9,8 %) |
51 (14,3 %) |
||
De 500 a 2.000 |
45 (12,7 %) |
37 (10,4 %) |
37 (10,4 %) |
||
TOTAL DE PUEBLOS |
356 |
||||
2001-2010 |
Menos de 100 |
55 (14,8 %) |
10 (2,7 %) |
24 (6,5 %) |
|
De 100 a 500 |
84 (22,6 %) |
27 (7,3 %) |
36 (9,7 %) |
||
De 500 a 2.000 |
55 (14,8 %) |
45 (12,1 %) |
35 (9,4 %) |
||
TOTAL DE PUEBLOS |
371 |
Cuadro 4. Pueblos grandes según categoría de cambio demográfico. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
Período |
Tasa anual de crecimiento intercensal |
Total |
||
< 0‰ |
0-12 ‰ |
> 12 ‰ |
||
1991-2001 |
15,5 % (18) |
44,9 % (52) |
39,6 % (46) |
116 |
2001-2010 |
14,7 % (15) |
45,1 % (55) |
40,2 % (49) |
122 |
En los pueblos grandes una característica saliente es que las situaciones se mantienen estables (Cuadro 4), su participación absoluta asciende en los grupos de cambio moderado o estancamiento, como también en el de crecimiento acelerado y muy veloz, pero sin grandes variaciones en su representación porcentual. Otra peculiaridad es cierta disminución de los pueblos que decrecen.
Entre 1991 y 2001 las localidades que crecieron a gran velocidad se concentraron en la Pampa ondulada (33 %), deprimida (22 %) plana (13,4 %) y Costa norte-sur (13,4 %). La mayor aglutinación de pueblos que redujo su población se observó también en la Pampa ondulada (35,2 %), deprimida (21.4 %) y plana a la que se sumó la Pampa alta (las dos últimas con 19,6 %) (Figura 4). En el siguiente período, 2001-2010, los poblados con cambio más veloz se aglomeraron nuevamente en la Pampa ondulada (39 %), deprimida (24 %) y Costa norte-sur (12 %). En tanto que las localidades con decrecimiento se situaron primordialmente en la Pampa ondulada (32 %), alta (22 %), plana y deprimida (ambas con 19,8 %) (Figura 5).
Figura 4. Tasa anual de crecimiento intercensal 1991-2001. Fuente. elaboración personal sobre datos de INDEC (1991, 2001).
Figura 5. Tasa anual de crecimiento intercensal 2001-2010. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC (2001, 2010).
La coexistencia de situaciones opuestas se explica en desiguales distribuciones territoriales dentro de cada área. De modo que la localización en entornos de margen dentro de cada área influye de forma negativa sobre el acontecer demográfico. Tanto en la Pampa ondulada como en la deprimida, se desarrolla un patrón donde las tasas negativas predominan hacia el oeste, alejado de las ciudades de mayor tamaño y de las vías de comunicación más densas e importantes. Las localidades estancadas, por su parte, no tienen un claro patrón de distribución y se sitúan en gran parte del territorio, en numerosos casos, próximas a las aglomeraciones con mayor dinamismo. En 2001-2010 estos esquemas se replican con algunas variantes por la mayor diseminación territorial de los pueblos en decrecimiento que dejan de estar limitados a las áreas de borde. Una condición análoga ocurre con los pueblos pequeños y grandes con tasas de cambio moderadas (0-12 ‰).
La distribución territorial de los procesos demográficos no es ajena a las características de la red de asentamientos ni a las características físico-naturales y económicas del territorio. La existencia de espacios vacíos entre los pueblos y la falta de núcleos poblacionales de mayor dimensión es una condición que deja a zonas con poca o nula conexión respecto de las áreas de servicios y equipamiento. En Buenos Aires hay concentración de ATIS menores en Pampa ondulada (30), Sierras de Tandilia (3) y alta (2); las ATIS mayores se aglutinan en la Pampa ondulada (10) y la restante es Mar del Plata (Sierras de Tandilia).
En otro rango jerárquico, las ciudades pequeñas tienen mayor presencia en la Pampa ondulada (9), deprimida (8) y Costa Atlántica norte (4). En combinación, las distribuciones de localidades con más de 20.000 pobladores tendrían influencia positiva sobre la dinámica demográfica de los pueblos pequeños y grandes. Sin embargo, las áreas son extensas y en cada una de ellas las ATIS están territorialmente concentradas, lo que en parte ayuda a comprender la desigual distribución de pueblos según su cambio demográfico.
Pueblos en retroceso versus pueblos dinámicos
Los primeros resultados permitieron identificar conjuntos poblacionales que sostienen su comportamiento demográfico en 1991-2010, con cien pueblos que han decrecido y ochenta y seis que con tasas de cambios superiores al 12 ‰.
Las cien localidades en decrecimiento persistente se ubican en la Pampa ondulada (36 %), alta (21 %), deprimida y plana (19 % en cada una). En la Pampa ondulada las localidades en decrecimiento se ubican preferentemente hacia el oeste, alejadas del Área Metropolitana de Buenos Aires, a diferencia de las más dinámicas. En la Pampa deprimida, los poblados en peor situación demográfica están en sus bordes, especialmente hacia el centro-oeste. Alejados también de los circuitos económicos más dinámicos asociados a la pesca deportiva y turismo o los nuevos emprendimientos de urbanizaciones privadas.
Las localidades en retroceso reunían en 1991 a 56.331 habitantes y su tasa media de crecimiento anual intercensal era de -14,8 ‰. En 2010 el total de pobladores había disminuido a 52.604 y la tasa de 2001-2010 y el ritmo de descenso se aceleró hasta llegar al -22 ‰. Este conjunto estaría formado por pueblos en riesgo de desaparición, condición reforzada mediante el análisis de la distribución de las localidades según su tamaño y tasa media de cambio en cada lapso temporal (Cuadro 5). En ambos momentos, la menor tasa media corresponde a los pueblos con menos de 100 habitantes y la mayor concentración de localidades en declive pertenece al segmento de 100-500 habitantes. La trayectoria de los pueblos pequeños atestigua la aceleración del proceso de decrecimiento, acentuada en las localidades de menor tamaño (1-100 habitantes).
La distribución territorial de los 86 pueblos con tasas de cambio acelerado muestra el protagonismo de la Pampa ondulada (39 %), deprimida (21 %) —preferentemente hacia el norte o en sus límites con Sierras de Tandilia y Costa Atlántica norte—, y Sierras de Tandilia y Costa Atlántica sur-norte (8 %). Tomando en cuenta la Costa Atlántica como un todo, 21 localidades (15 %) tuvieron crecimiento veloz. En 1991, las 86 localidades tenían 296.680 habitantes y la tasa anual de crecimiento fue del 45 ‰ (1991- 2001). En 2010 tenían 404.272 habitantes, con una tasa alta pero en leve retroceso (34,1 ‰). Sobresale la primacía de aglomeraciones de mayor tamaño, en las cuales las tasas de crecimiento positivas son inferiores a las de los pueblos de menor dimensión (Cuadro 6). Los poblados con menos de 100 habitantes y tasa de crecimiento superior al 12 ‰ se concentraron en la Pampa ondulada y Costa Atlántica norte y sur. Este escenario se repite en el intervalo siguiente (100-500 habitantes), sumándose algunos sectores de la Pampa deprimida, Sierras de Tandilia y de Ventania. Las localidades más pujantes de la Pampa ondulada se congregan en torno al área Metropolitana de Buenos Aires y en el resto de la provincia algunas se conectan con la expansión de actividades turístico-recreativas. En general, los pueblos grandes están en el norte de la Pampa ondulada, noreste de la Pampa plana, norte de la Pampa deprimida, costas norte y sur y sobre el corredor patagónico de la Ruta 3.
Cuadro 6. Distribución de las 86 localidades en constante crecimiento acelerado (superior al 12 ‰). Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
Clasificación según habitantes |
1991-2001 |
2001-2010 |
|||
Pueblos |
Tasa anual de crecimiento |
Pueblos |
Tasa anual de crecimiento |
||
Menos de 100 |
14,0 % (11) |
111,8 ‰ |
8,0 % (6) |
53,9 ‰ |
|
100 a 500 |
24,0 % (21) |
51,0 ‰ |
23,0 % (20) |
34,4 ‰ |
|
500 a 2.000 |
24,0 % (21) |
34,1 ‰ |
25,0 % (22) |
45,2 ‰ |
|
2.000 o más |
38,0 % (33) |
27,2 ‰ |
44,0 % (38) |
23,5 ‰ |
Figura 6. Total de pueblos con el mismo comportamiento según rango de población, 1991-2010: Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
El comportamiento firme de algunos poblados permite establecer algunas conclusiones parciales (Figura 6). Entre los que tuvieron tasas de crecimiento acelerado o muy veloz tienen un papel destacado los de mayor tamaño, sobre todo los pueblos grandes. Los que han registrado tasas negativas, en cambio, muestran la predominancia de los pueblos pequeños, fundamentalmente con menos de 500 pobladores. Los pueblos grandes casi no tienen presencia entre los 100 en retroceso, por consiguiente, entre las poblaciones con tendencia al decrecimiento, y posible desaparición, se encuentran las de menor volumen de habitantes, principalmente en los márgenes de cada una de las áreas.
La pauta demográfica de los conjuntos examinados traza disposiciones territoriales particulares. Al respecto, el análisis visual de las nubes de puntos ha dado algunos indicios que se cree oportuno validarlos mediante el análisis centrográfico (Buzai y Montes-Galbán, 2021).
El centro medio es un punto “cuyas coordenadas son la media en cada eje de las coordenadas de los puntos analizados” (Buzai y Montes-Galbán, 2021: 240). El equivalente espacial del desvío estándar es la distancia típica, que puede representarse por una elipse de desviación. “Esta elipse de desviación viene definida por sus semiejes mayor y menor, en los cuales se da, respectivamente, la mayor y menor dispersión” (Buzai y Montes-Galbán, 2021: 241). Las medidas de dispersión permiten determinar cómo es la distribución en torno a una media.
Figura 7. Pueblos que decrecieron en 1991-2010. Medidas centrográficas. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC (1991, 2001, 2010).
La elipse de desvío estándar de las 100 localidades decrecientes (Figura 7 y Cuadro 7) tiene mayor desarrollo vertical (excentricidad 0,73), lo que da cuenta de la dispersión territorial en sentido norte-sur. Dentro de la elipse, quedan comprendidos los pueblos localizados en las áreas que se han determinado más críticas, esto es, el oeste de la Pampa ondulada, de la deprimida y parte de la alta. Los pueblos con crecimiento acelerado (Figura 8 y Cuadro 8) tienen una elipse de desvío estándar con tendencia circular (excentricidad 0,55), lo que representa dispersiones más homogéneas, en distintas direcciones. Su desarrollo noreste-sudoeste, refuerza el análisis sobre la ubicación de las localidades.
La observación de los centros medios muestra que los pueblos en retroceso (Coordenadas: Longitud -60,9 Oeste; Latitud -36,2 Sur) tienen semejante ubicación latitudinal a la de los pueblos más dinámicos (Coordenadas: Longitud -59,4 Oeste; Latitud -36,1 Sur) pero la longitud vuelve a expresar la distinción oeste-este entre los dos grupos.
Cuadro 7. Pueblos que decrecieron en todo el período. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010.
En consecuencia, se afirma que los poblados en retroceso tienen mayor concentración en el centro-oeste provincial, en sentido norte-sur. Por el contrario, los pueblos más dinámicos tienen mayor aglomeración en el norte provincial —próximos al Área Metropolitana de Buenos Aires— y en sectores como la Costa Atlántica.
La accesibilidad, ¿explica la heterogeneidad de los cambios poblacionales?
Los cambios y continuidades observados tienen relación con las dimensiones del territorio. Así, las tasas anuales de crecimiento cuantifican procesos vinculados con la economía, la política o la cultura. De la revisión bibliográfica surgen como variables de interés las que corresponden a la accesibilidad, con base en aspectos señalados por autores como Capel (2009), Camarero (2020), Sánchez (2015), Sili (2019), Vinuesa Angulo (2017).
En 1991-2001, sobre 472 localidades, 164 (el 35 %) se situaban a menos de sesenta minutos de viaje a una ciudad. De estas, el 32 % decreció y el 43 % creció aceleradamente. Los pueblos de rápido crecimiento se aglutinaron en Sierras de Tandilia y en la Pampa ondulada, en cercanías de Mar del Plata, Olavarría y del Área Metropolitana de Buenos Aires, respectivamente. Las aglomeraciones que crecieron se distribuyen entre pueblos grandes (29 %) y pueblos pequeños (51 %), sobre todo los de 500 pobladores o menos. El decrecimiento fue más notable en los pueblos pequeños, especialmente los de menos de 500 habitantes.
En 2001-2010, 190 localidades (38 %) sobre un total de 493 se encontraban a corto tiempo de viaje de la ciudad principal. De estas, 70 (37 %) tuvieron tasas negativas y más de la mitad tenía menos de 500 pobladores. Entre los poblados estancados (40), predominan los pueblos grandes, como en los grupos de crecimiento veloz y muy veloz. Las localidades se concentraron en la Pampa patagónica, Costa Atlántica (sur y norte), Sierras de Tandilia y Ventania, norte de la Pampa deprimida y en proximidad del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Figura 8. Pueblos con crecimiento acelerado en 1991-2010. Medidas centrográficas. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC (1991, 2001, 2010).
Esta primera revisión de los resultados acompaña las conclusiones obtenidas para otras áreas de estudio y muestra la relevancia de considerar la accesibilidad como una variable central en la configuración de brechas demográficas y de bienestar para la población. Según Camarero (2020), la accesibilidad es una de las cuatro esferas de problemas rurales (demografía, accesibilidad, educación y mercado de trabajo) que interactúan generando el deterioro de las condiciones de vida en los pueblos. A su vez, incrementan las desigualdades respecto de otras localidades, en general de mayor tamaño. Es así como las localidades con menor accesibilidad serían, a su vez, aunque sin relación de causa-efecto, las que tienen menor dinamismo demográfico.
Las localidades con menos de 100 habitantes, en la Pampa alta y en la ondulada, están en áreas que requieren mayor tiempo de viaje a una ciudad con 50.000 habitantes o más. Al incorporar los pueblos de 100 a 500 pobladores, son más evidentes las situaciones de menor accesibilidad, particularmente en los bordes de las áreas. Así, en 68 pueblos los traslados insumen al menos 60 minutos. En estos el promedio de población es de 454 (1991), 417 (2001) y 385 (2010), y su tasa media de crecimiento (1991-2010) es de -18,7 ‰. Se debe considerar que no hay localidades en el rango de 50.000 o más habitantes en la Pampa plana ni en la patagónica, con lo cual es lógico que en estos recortes los tiempos de desplazamiento se dilaten y las necesidades deban satisfacerse en ciudades más pequeñas, como puede ser en Carmen de Patagones (35.000 habitantes) o en provincias vecinas. En la Pampa alta, las ATIS se sitúan sobre el límite costero sur, con repercusiones positivas para los pobladores más próximos. En la Pampa deprimida, la ausencia ATIS muestra mayor influjo negativo hacia el oeste. En la Pampa ondulada, la concentración de estas aglomeraciones hacia el centro y el este también incide en las dificultades de los asentamientos ubicados hacia el oeste.
Combinando información de rutas principales y tiempo de viaje, se obtuvo que el 70 % (70 localidades) tenía baja accesibilidad. Por otra parte, más de la mitad de estos pueblos tenía menos de 500 habitantes. También se identificó un conjunto de localidades sin obstáculos para la accesibilidad (30 pueblos), en el que casi el 50 % tenía entre 100 y 500 habitantes.
Cuadro 8. Detalle de los pueblos con crecimiento acelerado en todo el período. Fuente: elaboración personal sobre datos de INDEC, 1991, 2001, 2010
La asociación estadística entre tiempo de viaje a una ciudad y tasa anual de crecimiento intercensal —medida con el coeficiente de Pearson— es de -0,74. Con esta relación se fortalece la idea en torno a la accesibilidad como una variable importante para la dinámica demográfica. La observación de la relación entre distancia a una ruta principal y tasa anual de crecimiento tiene un coeficiente de correlación de -0,81, resaltando así el valor de la red vial.
En su mayoría están a baja distancia de las rutas principales, lo que podría favorecer su crecimiento acelerado y permanente en el tiempo. En 44 pueblos el tiempo de viaje a la ciudad principal supera los 60 minutos, pero tuvieron una tasa de crecimiento de 40 ‰, con los siguientes promedios de población 3775 (1991), 5883 (2001) y 6343 (2010). Las otras 42 localidades tenían totales de población homólogos, 3108 (1991), 4090 (2001) y 5227 (2010), con una tasa media de 41,6 ‰. Se destaca su aglomeración al norte de la Ciudad de Buenos Aires, la Costa Atlántica y Sierras de Tandilia.
En algunos casos, los pueblos con los mayores tiempos de viaje a ciudades tienen articulado su crecimiento demográfico con actividades económicas como el turismo y la pesca deportiva (Reta, San Cayetano, Bahía San Blas) o con actividades agropecuarias en su entorno próximo. Es decir, crecen a ritmos acelerados en condiciones de ubicación relativa desfavorable porque satisfacen demandas de alternativas residenciales —enfatizando en ambientes naturales y seguros—, así como de turismo y deportes como la pesca. La fuerte concentración en torno al área metropolitana de Buenos Aires remite a la importancia de la ubicación y la accesibilidad, así como el posible rol de las localidades como focos de desconcentración (Capel, 2009; Camarero, 2020) desde el conurbano, tal como se relevó en la revisión bibliográfica. La asociación estadística entre el tiempo de viaje a una ciudad y la tasa de crecimiento intercensal es de 0,94. Por otra parte, la asociación entre distancia a una ruta principal y tasa de crecimiento es de 0,90. La relación estadística entre los dos es indiscutible, sin embargo, en este análisis se deberían incluir otras dimensiones —disponibilidad de vehículo o de transporte público o estado de los caminos— que contribuyan a explicar su conexión con los procesos demográficos.
Las 86 localidades se dividen en dos grupos de accesibilidad. En el agrupamiento de menores posibilidades la mayoría corresponde a pueblos grandes (18 casos), seguido por pueblos pequeños en el rango de 500 a 2000 (10 localidades). Entre las aglomeraciones con mayores ventajas, la disposición se sostiene con la primacía de los pueblos más grandes (15), seguido por los de 500-2000 habitantes (11).
En el conjunto de los poblados más dinámicos la accesibilidad no parece tener un rol tan determinante como en los de declive constante. Se observa que con aún con dispares niveles de accesibilidad la dinámica poblacional positiva domina en los pueblos grandes. Dentro del conjunto de los pueblos pequeños se destaca, en cambio, que son los de menor tamaño los predominantes dentro del grupo con bajas condiciones de accesibilidad. Se trata de un escenario que merece continuar siendo examinado, pero que, en principio, concuerda con las apreciaciones de otros estudios sobre la retroalimentación negativa existente en poblados pequeños, con escasa dinámica demográfica positiva, con pérdida de servicios públicos y privados a lo que se suman dificultades para el acceso a aglomeraciones mayores.
La propuesta de analizar los procesos de cambio poblacional en los pueblos pequeños y grandes de la provincia de Buenos Aires entre 1991 y 2010, y su vinculación con la accesibilidad se ha desarrollado mostrando la importancia de integrar el análisis geodemográfico con alguna variable que ayude a construir vías explicativas. El despoblamiento de las localidades bonaerenses es un proceso actual que se ha intensificado entre 2001-2010, conviviendo con dinámicas positivas.
En el período 1991-2010 se ha incrementado el número de pueblos reconocidos por INDEC, y se han acrecentado de forma absoluta y relativa las aglomeraciones con tasas de crecimiento inferiores a 0. Si bien el despoblamiento afecta mayormente a los pueblos con menos población, ese segmento también es, junto con los de 2000 o más, donde se han producido alzas positivas en el número de aglomeraciones, lo que abre nuevos caminos de investigación cuando esté disponible la información censal de 2022.
En el desarrollo de los procesos de despoblamiento y poblamiento, hay distinciones según tamaño de los pueblos y ubicación. Se ha observado que los poblados más dinámicos se encuentran preferentemente en la Pampa ondulada, Sierras de Tandilia y Costa Atlántica norte. En cierta forma, esta situación se replica con los pueblos en decrecimiento, pero al interior de cada región ambos conjuntos tienen desigual distribución territorial. Así es como se dibujan patrones de despoblamiento preferentemente en los márgenes de las áreas ecológicas, es decir, en zonas que en su mayoría tienen desventajas en lo que refiere al tiempo de viaje a ciudades o mayor distancia a una ruta principal.
Focalizar en los conjuntos poblacionales con idéntico comportamiento entre 1991-2010 ha sido de interés para observar su constitución según tamaño poblacional y relación con la accesibilidad. Se ha notado que los pueblos en decrecimiento suelen estar en ubicaciones con menor accesibilidad, concentrados en los conjuntos con menos de 2000 habitantes, en especial en el rango de 100 a 500 pobladores. En consecuencia, los resultados permiten sostener que las variables de accesibilidad incidirían sobre las decisiones residenciales, en la elección (para migrantes de diverso origen) o la continua reelección (por parte de sus pobladores) de los pueblos pequeños o grandes para desarrollar el ciclo vital. Sin embargo, la accesibilidad por sí misma no determina las diversas situaciones, sino que, en conjunción con aspectos económicos, políticos y culturales, puede incidir de forma positiva o negativa.
Se ha notado que las localidades con 2000 o más habitantes son las más dinámicas, especialmente porque se encuentran con mayor ventaja locacional, sobre todo las ubicadas en proximidad de ATIS (menores o mayores) o del Área Metropolitana de Buenos Aires. Algunas poblaciones en condiciones poco favorables (gran distancia a una ruta principal y tiempo de viaje a la ciudad superior a 60 minutos) crecen pese a todo. Se debe tener en cuenta que las condiciones de relativo aislamiento de un área pueden estimular que alguna de las localidades se convierta en un centro o área de influencia para el resto. Además, es posible que, por la influencia de factores sociales o culturales, algunas logren ser polos de turismo alejados de la masividad, o ámbitos para prácticas recreativas o deportivas (como la pesca), actividades que serían alicientes para sostener o acrecentar a su población.
Metodológicamente se quiere destacar que la posibilidad de procesar datos censales en series comparables, así como el acceso a fuentes que proveen información sobre otros aspectos del territorio constituyen bases importantes para los avances en análisis generales y puntuales. Como herramienta de investigación los sistemas de información geográfica permiten trabajar con grandes volúmenes de datos sobre procesos sociodemográficos, su distribución en el territorio y las variables conexas, aportando conocimientos que pueden contribuir a la planificación y gestión del territorio y que podrían redundar, mediante acciones concretas, en mayor bienestar para las poblaciones involucradas.
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Sofìa Estela Ares / ares.sofi@gmail.com
Es doctora en Ciencias Sociales y Humanas (Universidad Nacional de Quilmes), magíster en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en Sociología (Universidad Nacional de Quilmes) y licenciada en Geografía (Universidad Nacional de Mar del Plata). Actualmente, se desempeña como docente regular de la Facultad de Humanidades (UNMdP) e Investigadora Asistente del Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica (CONICET) con lugar de trabajo en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (CONICET-UNMdP). Sus tareas de investigación están concentradas en la dinámica demográfica y el bienestar en pueblos pequeños y grandes.