Distintos abordajes teórico-metodológicos en diálogo para seguir pensando las fronteras

Tania Porcaro, Esteban Salizzi, Juan Luis Martirén y Sol Lanteri (Comps.) (2022). Fronteras: aportes para la consolidación de un campo de estudios. Buenos Aires: Teseo Press.


Julieta Dalla Torre y Romina Sales

Instituto Multidisciplinario de Estudios Sociales Contemporáneos - Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (IMESC/IDEHESI)-CONICET/FCPyS-UNCuyo. Mendoza, Argentina.

Romina Sales

Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA) - CONICET Mendoza e Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat (IRPHA)-UNSJ-CONICET. Argentina.

Recibido: 25 de febrero de 2023. Aceptado: 9 de abril de 2023.

El libro recupera los aportes del V Seminario Internacional Bordes, límites, frentes e interfaces, organizado de manera conjunta por el Grupo de Estudios sobre Fronteras y Regiones (GEFRE) y la Red de Estudios Rurales (RER), del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”. El GEFRE, en sus inicios denominado GEF (Grupo de Estudios sobre Fronteras), se fundó en 2013 en el Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires como un espacio de investigación y formación académica entre colegas vinculado a la categoría de frontera. Por su parte, la RER tiene una larga historia (desde 1955) y reúne especialistas de diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanas, pertenecientes al Instituto de Historia Argentina y Americana y a otros centros tanto del país como del extranjero, cuyas investigaciones giran en torno a la historia agraria y rural argentina, americana y de otras regiones.

El primer seminario, “Bordes, Límites, Frentes e Interfaces” organizado por el GEFRE, se realizó en 2016 con el objetivo de revisar el campo de los estudios sobre fronteras en la Argentina. Se buscaba identificar las fronteras que organizan el territorio, discutir la pertinencia de algunas categorías analíticas e intercambiar desarrollos teóricos y metodológicos para renovar este campo de estudios, así como realizar una publicación colectiva que sintetizara y difundiera las investigaciones desarrolladas (Benedetti, 2017). Con los años, estos seminarios y las publicaciones derivadas han ido sumando a investigadoras e investigadores de diferentes regiones y países. Puede decirse, entonces, que estas instancias de encuentro y producción colectiva constituyen una tradición establecida en el GEFRE, y materializan una extensa trayectoria de investigaciones multidisciplinarias que proponen nuevas perspectivas para abordar y contribuir a la categoría de fronteras, con el objetivo de impulsar el desarrollo de las ciencias sociales desde perspectivas críticas.

La lectura de los diferentes capítulos del libro nos permite adentrarnos en distintas disciplinas a través de la perspectiva de autores y autoras provenientes de la geografía, historia, sociología, antropología y arqueología. Así, desde diversos enfoques epistemológico-teórico, durante los diez capítulos se profundiza en la discusión e intercambio de variadas experiencias y estudios sobre fronteras. En este trabajo, nos proponemos presentar un breve recorrido por el libro con el fin de resaltar lo que consideramos más relevante en términos académicos y prácticos.

Las producciones del GEFRE han sido atravesadas por interrogantes que han permitido indagar en la multiescalaridad de las fronteras. En esta línea, los trabajos se han ocupado de correr el foco de las fronteras exclusivamente pensadas en los territorios de los estados nacionales para pensar en territorios construidos entre lo urbano-rural, al interior de los espacios urbanos, y los territorios surgidos como respuesta a la expansión de fronteras productivas y extractivas, y como herramientas para la gestión territorial. Particularmente el libro que nos ocupa, organiza los capítulos en tres áreas temáticas vinculadas a las fronteras interétnicas, las fronteras productivas y las fronteras urbanas/rururbanas. Las primeras son entendidas como “espacios dinámicos, multiculturales y de compleja interacción, signados por múltiples agentes e instituciones que se relacionan mediante acuerdos, diplomacia y confrontaciones y (...) disímiles formas de operación en el tiempo y el espacio” (Porcaro et al., 2022:14). Las fronteras productivas refieren a “espacios de expansión territorial del capital y sus lógicas productivas” (Porcaro et al., 2022:14). Por último, las fronteras urbanas/rururbanas denotan que lo rural y lo urbano no son categorías excluyentes, sino que “se entrelazan, interponen y trazan una suerte de hibridación llena de complejidades” que destacan “problemáticas asociadas a formas de segregación, fragmentación y división socioespacial, así como a las transiciones e hibridismos, las centralidades y las periferias” (Porcaro et al., 2022:15). Estos tres tipos de fronteras trabajados a lo largo del libro presentan una flexibilidad teórica-metodológica que los convierte en elementos centrales para abordar diversos objetos de estudio, tales como los analizados en cada uno de los trabajos.

En el primer capítulo, titulado “La tierra adentro en las Pampas y la Patagonia (siglo XIX)”, Ingrid de Jong, examina las prácticas de territorialidad indígena en las Pampas y la Norpatagonia durante tal período a través de los avances científicos en arqueología y etnohistoria. Esta indagación se realiza desde una perspectiva teórico-metodológica que cuestiona “el modelo estatal aplicado tradicionalmente a la identificación de unidades políticas indígenas y a sus territorios” (de Jong, 2022:39), para en su lugar hablar en términos de cadenas de sociedades, “de redes y articulación de ocupaciones discontinuas” (de Jong, 2022:39), de intercambios comerciales y parentales en el marco de prácticas, intercambios y solidaridades indígenas y estatales coloniales provinciales y nacionales. Estas prácticas de territorialidad conllevan a la constitución de los territorios, que como dice la autora son prácticas de articulación “entre territorios más que de diferenciación de los mismos” (de Jong, 2022:40). De Jong propone el concepto de “territorios abiertos” para dar cuenta del modo de gestión de la territorialidad de las poblaciones indígenas en las décadas centrales del siglo XIX, a diferencia de las primeras décadas caracterizadas por conflictos y enfrentamientos. Según la autora, estos territorios abiertos se caracterizaban por la movilidad, las relaciones de reciprocidad parental y la apertura de territorios que legitimaban el dominio local, al mismo tiempo que permitían la apertura e incorporación de otros.

El segundo capítulo del libro, de Marcela Tamagnini, titulado “Lecturas etnohistóricas sobre la gran frontera sur indígena (siglos XVIII-XIX)”, explica sintéticamente la configuración del campo de los estudios de frontera en la región y para ello, rescata los aportes fundamentales de la etnohistoria, la historia, la antropología y la arqueología. La investigación se centra en las indagaciones sobre la frontera militar originada en Sudamérica durante la colonia, particularmente en los territorios actuales de Argentina, Chile y Uruguay. El análisis realizado busca articular diferentes niveles escalares, incluyendo lo local y lo regional, así como incorporar las estructuras, los procesos y los sistemas. Tamagnini parte de la idea de que “una gran frontera o (...) gran espacio fronterizo en el Cono Sur es una construcción teórica que abreva en la noción de totalidad propuesta por Martha Bechis (2008b)” (2022:53). La autora también incluye en su análisis los conceptos de conflicto interétnico, violencia y proceso de construcción de los Estados nacionales de Argentina, Chile y Uruguay. Considera que esta idea de una gran frontera interétnica permite dar cuenta, por un lado, de las consecuencias que le produjo la modernización política de la época, y por otro, su alcance sobre los procesos locales.

El tercer capítulo se denomina “Arqueología histórica en las fronteras interétnicas pampeano-patagónicas: trayectos, problemas y perspectivas”. En él, Victoria Pedrotta realiza un recorrido por la arqueología de las fronteras interétnicas pampeanas y norpatagónicas desde el período colonial hasta fines del siglo XIX, durante las últimas tres décadas. El capítulo se organiza en cuatro puntos nodales: “las estrategias de ocupación del espacio y sus recursos, la construcción del territorio, los circuitos de abastecimiento y los hábitos de consumo, y las prácticas cotidianas en las fronteras” (Pedrotta, 2022:78). Pedrotta da cuenta del exiguo desarrollo arqueológico existente antes de la década de 1990 sobre los espacios de frontera o de contacto interétnico; las pocas pesquisas se enfocaban en “las poblaciones indígenas pampeano-patagónicas de la tierra adentro –como denominaba la sociedad hispano-criolla a los vastos territorios, por ellos desconocidos, que se extendían más allá de sus dominios–” (Pedrotta, 2022:79). Durante los años noventa, las investigaciones se limitaban a las fortificaciones o emplazamientos militares (fuertes y fortines) que constituían las líneas oficiales de frontera en diferentes periodos del siglo XIX. En las dos primeras décadas del siglo XXI, la producción académica arqueológica se expandió en los sitios de frontera y se amplió hacia nuevos sitios arqueológicos, estudiados en articulación con la expansión de la frontera estatal. En síntesis, según explica la autora, en los últimos treinta años, la arqueología ha revisado el concepto de fronteras interétnicas con el aporte de distintas disciplinas como la historia, la etnohistoria y la antropología, cuestionando significados tradicionales e incorporando nuevos elementos que permiten definirlas como espacios propios, espacios sociales de contacto e interacción material y simbólica entre sectores socioétnicos diferentes, lugares de encuentro y también de conflictos, donde se lleva a cabo la construcción de territorialidades.

El cuarto capítulo, escrito por María Eugenia Comerci, se titula “El abordaje de las fronteras desde perspectivas relacionales. Estudio de caso en los bordes pampeanos”. En un primer momento, reflexiona sobre las maneras en que las fronteras han sido analizadas y construidas desde diversas perspectivas teóricas y metodológicas. Luego, se centra en un caso de estudio vinculado a la expansión de la frontera interétnica-productiva-simbólica en el oeste de la provincia de La Pampa, Argentina. Según Comerci, se seleccionó este caso considerando el marco del avance del capital, el cercado de tierras y la valorización de la tierra, lo que ha dado lugar a conflictos por los recursos comunes entre los distintos agentes sociales involucrados. El trabajo constituye un aporte a los estudios multidimensionales de estas fronteras (social, económica, política y jurídica) y a las distintas territorialidades en tensión que implican, tanto en términos materiales como simbólicos, desde la perspectiva de la multiescalaridad espacial y territorial. A partir de la investigación cualitativa realizada, Comerci destaca la complejidad de las fronteras indagadas y afirma la necesidad de sostener la problematización de estos espacios con el fin de reflexionar y revisar las herramientas teórico-metodológicas utilizadas para su abordaje, y poder así “sacar a la luz las relaciones de poder-conocimiento-espacio y elaborar conocimientos geográficos alternativos” (2022:130).

Por su parte, el quinto capítulo, “De frentes y cercamientos: las fronteras tecnológico-conceptuales, geográficas y políticas del extractivismo. Estudios de caso en la Argentina contemporánea”, es obra de Sebastián Gómez Lende. El autor analiza la compleja relación entre las categorías de frontera y extractivismo, mediante el uso de ejemplificaciones de sectores extractivos de la Argentina, como son la actividad minera, la pesquera, la hidrocarburífera y la agricultura, en un contexto de acumulación por desposesión. Gómez Lende sostiene que en estos contextos de extractivismo argentino se encierran múltiples fronteras que se desplazan a partir de los cercamientos o enclosures. El texto se centra en el análisis de la frontera tecnológica-conceptual-geográfica del modelo extractivista y sus fronteras políticas, tanto interestatales como internas. El autor explica cómo, a mediados de la segunda mitad del siglo XX, se produce un avance generalizado de la frontera del extractivismo como modelo de acumulación (desde lo espacial y lo conceptual), que origina la transformación de la matriz económica y del área de influencia geográfica del modelo extractivista y la reconceptualización de la categoría de recursos naturales. Gómez Lende afirma que “el extractivismo no solo cuestiona las fronteras naturales, sino que también pone en tela de juicio a las fronteras políticas, tanto interestatales como interiores (…) para forjar nuevas territorialidades materiales y simbólicas” (2022: 154). En este contexto, el conflicto surge como un elemento omnipresente en los territorios. Esto es descrito por Sández (2016, citado en Gómez Lende, 2022) como la “batalla de los metros”, la cual es provocada por factores económicos, políticos y técnicos. Gómez Lende la entiende como una cuestión multiescalar que abarca lo local, lo provincial, lo nacional y lo transnacional.

El sexto capítulo, “Fronteras económicas y topología empresarial en la provincia de Córdoba”, de Gabriela Inés Maldonado, realiza un análisis situado en Córdoba para indagar la expansión de la frontera agrícola. Para esto, estudia la evolución de los cultivos de cereales y oleaginosas y la división territorial del trabajo de las empresas vinculadas a la transformación de granos y a la provisión de agroinsumos. Maldonado define a las fronteras económicas en el marco de la economía capitalista como territorialidades superpuestas que involucran el uso de tecnología, la acción del Estado, el dinamismo del mercado y la financierización de la economía. En esta línea, los avances de la frontera económica agropecuaria de Córdoba pueden explicarse a través del análisis de la conversión de la tierra en un activo financiero. A través del análisis de datos, la autora evidencia crecientes y violentos procesos de expulsión de campesinos y pequeños productores. Este avance de la frontera se visualiza también en el aumento de empresas de insumos agropecuarios y en una tendencia hacia la concentración de la explotación económica del suelo, evidenciada por el incremento de las Explotaciones Agropecuarias (EAP) de mayor superficie. Otro de los aspectos señalados es la identificación de este modelo con el progreso y el desarrollo regional a nivel discursivo por parte de las empresas de agroinsumos, asociaciones y medios de comunicación vinculados. Citando a Neuburger (2017), la autora afirma que, desde la mirada hegemónica, domina la concepción de fronteras como áreas de tierra libre con recursos naturales disponibles para incorporar a la economía capitalista. Sin embargo, estos territorios son “en realidad áreas densas en territorialidades negadas por los actores dominantes” (Maldonado, 2022:213). Por ello, Maldonado concluye que es necesario y urgente “recuperar sentidos y sentires invisibilizados que incluyan la diversidad que efectivamente caracteriza el territorio” (2022:219).

El séptimo capítulo, “Frontera, deforestación y despoblamiento. Discutiendo algunas hipótesis sobre la expansión reciente de la frontera agraria en Argentina”, escrito por Germán Rosati, indaga la vinculación entre las diferentes formas de expansión de la frontera agraria y fenómenos vinculados al movimiento poblacional. Para alcanzar el objetivo planteado, Rosati define dos indicadores para analizar la expansión de la frontera agraria y dos para el análisis de la dinámica poblacional: la tasa de variación en la superficie implantada total en primera ocupación (SITPO) entre 2001 y 2018 y la proporción de superficie desmontada en el mismo período, y la variación en los saldos migratorios y la tasa de variación en la cantidad de explotaciones agropecuarias (EAP) a nivel de los departamentos en igual período. A continuación, a partir de un análisis departamental en función del tipo de estructura agraria basado en los aportes de Rosati y Chazarreta (2020), el autor se cuestiona acerca de las relaciones entre el despoblamiento y las cuatro estructuras agrarias que define. En este sentido, identifica que, en todos los casos, la correlación entre el despoblamiento rural y la expansión de la frontera es baja, aunque con algunas diferencias. En conclusión, el estudio subraya la importancia de recopilar y analizar información para comprender la relación entre el despoblamiento rural y las tendencias en la expansión de la frontera agraria. Esto es importante, además, para responder a la suposición de que se está avanzando hacia una agricultura sin agricultores. Las afirmaciones del autor indican que postular una relación causal y unívoca entre la expansión sojera u otras similares y el despoblamiento rural resulta problemático. Si bien no niega que existen grupos de poblaciones que están siendo desplazados, es posible que sean relativamente compensados por otros movimientos de atracción de población.

El octavo capítulo, “Entre muros (materiales) y límites (categoriales). Notas para una antropología de las fronteras urbanas”, de Ramiro Segura, presenta una reflexión antropológica acerca de las fronteras urbanas. El autor comienza por definir las fronteras como una construcción humana que nos ayuda a ubicarnos en el mundo en relación con otros. A partir de ahí, investiga las dinámicas fronterizas en la Región Metropolitana de Buenos Aires en tres escalas: localidad, barrio y casa.

En primer lugar, Segura señala que existen contrastes sociales al examinar el trazado de la frontera entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el Gran Buenos Aires, los cuales se manifiestan a través de una frontera jurídico-política. Esta frontera, que también es reproducida por los medios de comunicación, es cuestionada en el marco de la pandemia de Covid-19, ya que el Gobierno Nacional define al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como una unidad político-administrativa para la gestión de la pandemia.

Seguidamente, el autor aborda la producción social, cultural y espacial de las fronteras urbanas, particularmente en barrios cerrados y urbanizaciones privadas que, en lugar de establecer una clara distinción entre el espacio interior y exterior, constituyen fronteras materiales porosas. En este contexto, destaca el papel que desempeñan las mujeres en las tareas de cuidado, las cuales implican desplazamientos constantes y a menudo alternativos por la ciudad.

Finalmente, Segura se refiere a la experiencia cotidiana de cruzar las fronteras en la ciudad, la cual se presenta como un lugar de movimientos constantes. No existe una oposición entre fronteras y desplazamientos, ya que el movimiento de las personas implica cruzar y habitar diferentes límites. En este sentido, aborda el sentimiento de estar fuera de lugar y el malestar que genera la mirada de los demás. Las conclusiones apuntan a afirmar que las fronteras urbanas son productivas y existen por las interacciones y los desplazamientos que muchas veces dan lugar a negociaciones, conflictos y transformaciones.

En el noveno capítulo, “Revisión de algunas claves teórico-metodológicas para superar la dicotomía rural-urbana en la frontera entre el campo y la ciudad”, María Mercedes Cardoso expone aportes teórico-metodológicos de las fronteras urbano-rural, principalmente latinoamericanos de las últimas cinco décadas.

La autora comienza por abordar las categorías utilizadas para nombrar las transformaciones asociadas al avance urbano sobre la región circundante: periurbano, interfase ciudad-campo, territorio de borde, tercer territorio, borde, haciendo especial énfasis en el rururbano. Este último se define como un espacio donde se ponen en juego dimensiones naturales, políticas, económicas y culturales. Específicamente, el rururbano latinoamericano se define como “el resultado de procesos de ensambles territoriales, según prácticas socio-espaciales a cargo de los diversos actores, con pesos diferenciales (hegemónicos, marginales, de resistencia)” (Cardoso, 2022:297). Señala que este territorio está asociado a la idea de marginalidad económica y social.

Cardoso afirma que la variedad de perspectivas genera la falta de un marco conceptual consensuado para definir la relación campo-ciudad, lo que dificulta el diagnóstico del área y su planificación adecuada. Al respecto, propone realizar una hermenéutica territorial para interpretar el espacio creado en la relación campo-ciudad, prestando atención a los conflictos, los actores involucrados, las representaciones y los espacios de representación.

El último capítulo está escrito por Andrés Barsky y lleva por título “La producción alimentaria en los bordes de la ciudad y la gravitación política de una agenda territorial periurbana. El AMBA como caso de referencia”. El trabajo reflexiona sobre cómo la agenda pública relacionada con la provisión de alimentos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se ha reconfigurado desde principios del siglo XX hasta la actualidad.

El autor comienza conceptualizando la relación campo-ciudad a través de la noción de periurbano. Este es entendido como un territorio de borde sujeto a procesos sociales y económicos con la posibilidad de incorporarse a la ciudad, ya sea de manera real o potencial. Una de las características de la periurbanidad es que la ciudad ejerce una influencia económica dominante sobre el campo, al mismo tiempo que depende de este en términos de provisión de alimentos. Esto se expresa espacialmente en la constitución de un cinturón verde de producción primario-intensiva que abastece de alimentos de cercanía a la ciudad.

En cuanto a las políticas públicas, Barsky observa que la inclusión de la temática de la agricultura periurbana en la gestión pública estuvo relacionada con el avance de la agricultura familiar en la agenda política. Entre las principales reflexiones, destaca la aparición de nuevos actores en el periurbano, como el Mercado Central de Buenos Aires (gerenciado por el Estado), los mercados mayoristas del conurbano (mercados secundarios) y la Gran Distribución (supermercados e hipermercados). A estos actores se suman los movimientos sociales que, según concluye el autor, promueven una militancia territorial en favor de nuevos patrones de alimentación.

El recorrido realizado en cada uno de los capítulos del libro nos lleva a proponer a las lectoras y lectores que identifiquen y nombren las ideas centrales y/o ejes que atraviesan cada uno de estos documentos, lo cual ayudará a distinguir las dimensiones que la categoría de fronteras permite iluminar. De la lectura de toda la obra surgen algunos interrogantes que consideramos pueden servir como disparadores en ese sentido: ¿cómo podemos utilizar la idea de fronteras para leer, analizar o comprender las singularidades de nuestras realidades? ?, ¿cómo evitar limitar su poder explicativo? El recorrido de los diferentes trabajos nos invita también a reflexionar sobre las posibilidades metodológicas que el concepto nos habilita. Al respecto se observan los diferentes recortes temporales que van desde estudios históricos que dan cuenta de la territorialidad indígena en el siglo XIX hasta estudios contemporáneos que se preguntan sobre la frontera del modelo extractivista. Asimismo, resulta interesante destacar las diversas técnicas que supone como análisis estadístico, análisis de imágenes satelitales, así como también diversas fuentes de datos como documentos históricos, censos, archivos históricos, entrevistas, entre otras. En este sentido, nos preguntamos ¿qué herramientas metodológicas encierra la categoría de fronteras para dar cuenta de la complejidad espacial?

El libro nos invita a aproximarnos a las fronteras como concepto teórico-metodológico que nos permite reflexionar sobre las prácticas, relaciones y sentidos de diferentes actores sociales en territorios urbanos, rurales y periurbanos. Es muy interesante la manera en que todos los capítulos toman el concepto de fronteras para analizar casos de estudio que abarcan diferentes escalas y períodos de tiempo. Estos enfoques se enriquecen mediante la aplicación de diferentes disciplinas que nos presentan una variedad de técnicas metodológicas para abordar las fronteras.

La lectura también plantea nuevos interrogantes sobre el estudio de estos territorios. A pesar de las profundas discusiones que se han llevado a cabo hasta ahora, este texto demuestra que el concepto de fronteras es una herramienta heurística fundamental, ya que nos permite seguir indagando en aspectos teóricos, metodológicos y empíricos relacionados con procesos de diferenciación, fragmentación, relación e integración entre entidades geohistóricas de naturaleza multidimensional y multiescalar.

De esta manera, la capacidad de esta categoría para pensar y analizar los territorios en su complejidad la convierte en un elemento central en los estudios que buscan contribuir a la explicación de los fenómenos socioespaciales y al avance del conocimiento científico.

Bibliografía

»Benedetti, A. (2017). Prólogo. En S. Braticevic, C. Tommei y A. Rascovan (Comps.), Bordes, límites, frentes e interfaces. Algunos aportes sobre la cuestión de las fronteras (pp.13-16). Buenos Aires: Alejandro Gabriel Benedetti.

»Rosati, G. y Chazarreta, A. (2020). Tipos de estructuras sociales agrarias en la formación social argentina. Un análisis a nivel departamental: 2001-2002. Revista Mundo Agrario, 21(48).

»Salizzi, E. (2020). Agronegocio, deforestación y disputas en torno al Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de la provincia de Córdoba (Argentina). Territorios, 43, 1-28.

Julieta Dalla Torre / julietadallatorre@gmail.com

Socióloga, magíster en Ciencia Política y Sociología, y doctora en Ciencias Sociales. Investigadora Adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en el IMESC (Instituto Multidisciplinario de Estudios Sociales Contemporáneos), Nodo Mendoza del IDEHESI/CONICET. Docente Investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo. Su investigación se inserta en el campo de los estudios urbanos críticos: segregación, derecho a la ciudad y fronteras.

Romina Sales / rsales@mendoza-conicet.gob.ar

Arquitecta, Especialista en Gestión del Desarrollo Territorial y Urbano y doctora en Arquitectura y Urbanismo. Investigadora Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el LaDyOT-IADIZA-CONICET-Mendoza. Docente Investigadora en el Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat IRPHa-UNSJ-CONICET. Su investigación aborda la percepción del riesgo ambiental y la implementación de prácticas de manejo sostenible en el marco del ordenamiento territorial.