El camino de la geopolítica crítica en América del Sur: entre la estructura y el individuo

Koopman, S. (2023). Altergeopolítica. Otras seguridades se están construyendor. Revista Punto Sur, 9, 63-93.


Alejandro Rascovan

Universidad Nacional de San Martín, Escuela de Política y Gobierno.
San Martín, Argentina.
ORCID 0000-0002-5832-883X

Recibido: 6 de septiembre de 2023. Aceptado: 6 de octubre de 2023.

El artículo de Sara Koopman, publicado en 2011 en la revista Geoforum, ofrece una precisa muestra de los debates que atravesaron no solo la geopolítica como disciplina académica, sino también a amplios sectores de las sociedades civiles y políticas en Occidente. En su sitio web de la Universidad de Kent, la autora comienza describiéndose como feminista y geógrafa política. Esta descripción, sin duda, constituye un posicionamiento político que también se refleja en el artículo en cuestión.

La década de 2010 estuvo marcada, entre otras cosas, por un aumento en las disputas políticas sobre corporalidades. Esto no solo surgió desde los movimientos feministas, como el que tuvo lugar en la Argentina y que llevó a la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, sino también en movimientos como el Me Too y Black Lives Matter, con epicentro en Estados Unidos. Estos movimientos realizaron claras denuncias de situaciones de violencia experimentada desde la corporalidad, tanto en el colectivo de mujeres como en personas afrodescendientes.

El texto de 2011 presenta una propuesta de época que representa de forma cabal el lugar en el que se encontraban los debates académicos y políticos. Por ende, la propuesta de Sara Koopman busca distanciarse de la geopolítica clásica, que se centra en los Estados nación y, aunque no lo menciona explícitamente, del realismo político, corriente que fundamenta las teorías de las relaciones internacionales.

Para definir altergeopolítica, Sara Koopman también propone rever el papel de la geopolítica crítica y sus constructos imaginarios, especialmente el lugar que le otorga al modo a través del cual “las élites escriben el espacio”. Su objetivo es “defender que todo el mundo tenga acceso a la revisión y reelaboración tanto del mapa como sus reglas”.

A continuación, la autora aborda el concepto de antigeopolítica como un movimiento desde abajo, es decir, una geopolítica que se centra en las prácticas de resistencia de diversos actores subalternos frente a las prácticas materiales y discursivas de las élites. Esta antigeopolítica es, ante todo, una geopolítica práctica. Desde una perspectiva analítica, Sara Koopman retoma principalmente la geopolítica feminista como marco de referencia.

Entonces, la autora propone el concepto de altergeopolítica, que fusiona la perspectiva de la geopolítica crítica sin enfocarse exclusivamente en el Estado y las élites, con la práctica de la antipolítica dentro de un marco de geopolítica feminista. Sara Koopman afirma: “Quiero tanto imaginar un mundo mejor como trabajar con otros para construirlo y vivirlo”.

Con este propósito, la autora participa en acompañamientos internacionales donde asiste a diversas personas en su desplazamiento por zonas de conflicto. Ella describe este proceso como “guardaespaldas desarmados” de cuerpos amenazados.

Sin embargo, una década después de las preguntas teóricas y filosóficas planteadas por Sara Koopman, nos enfrentamos a un artículo de otra de las figuras destacadas en geopolítica, Gerard Toal (Geraóid Ó Tuathail), quien publicó en la revista española Geopolítica(s) un artículo titulado “Una reflexión sobre las críticas a la Geopolítica Crítica” en el año 2021.

Este artículo plantea cuestiones fundamentales que dialogan con lo que Koopman defendió en 2011: en primer lugar, cuál es el papel de la geopolítica crítica y, en segundo término, el lugar de los textos, imágenes y materialidad. En este segundo tema encontramos un diálogo con Sara Koopman, ya que su enfoque sobre la centralidad de los cuerpos como eje del análisis y la acción representa una postura hacia la superación de la geopolítica crítica, hacia una transición a la altergeopolítica, que proporciona un marco que da contenido a las “verdaderas” problemáticas que enfrentan los cuerpos disidentes en zonas del mundo donde no existe la seguridad provista por el Estado nación (Toal, 2021).

Además, el nuevo materialismo al que hace referencia Toal busca abordar, desde la geopolítica crítica, los problemas relacionados con lo no humano. En una época en la que el calentamiento global y las interpretaciones desde el antropoceno están cobrando fuerza, se observa una nueva tensión entre lo macro y lo micro, entre los cuerpos y los procesos sociales y naturales que trascienden la singularidad corporal.

¿Es posible desarrollar una geopolítica crítica desde América Latina que aborde simultáneamente ambas inseguridades? Por un lado, las múltiples inseguridades individuales que operan a la luz de diversos conflictos armados y, por otro lado, la incertidumbre global asociada al modelo socioproductivo.

Esta pregunta no solo dio lugar al artículo de Koopman, sino que también encontró eco en el primer número de la revista Geopolítica(s), editada por el Grupo de Investigaciones sobre Espacio y Poder de la Universidad Complutense de Madrid, en la cual los mexicanos Jaime Preciado y Pablo Uc publicaron un artículo que resultó fundamental para delimitar el campo de la geopolítica crítica en América Latina.

Preciado y Uc (2010) hacen referencia al papel que desempeñan las redes trasnacionales de la sociedad civil organizada, las mismas redes de las que forma parte Sara Koopman. Estas organizaciones, unidas en oposición al modelo neoliberal, se centran en diversas temáticas que abarcan desde lo ambiental y los derechos humanos hasta los derechos de los pueblos originarios y el feminismo, entre otros.

Los autores destacan la existencia de diversas prácticas espaciales, entre las cuales se encuentra la perspectiva “feminista/de género”. Es en este contexto que se inscribe el texto y la actividad política de Sara Koopman. La preocupación radica en visibilizar la existencia de una masculinidad y una feminidad que generan antagonismos y, a su vez, son constitutivas de lo social. Estos, argumentan Preciado y Uc, “van más allá de las fronteras creadas por los espacios y esferas formales de lo político” (Preciado y Uc, 2010). Incluso señalan que la perspectiva feminista pone un mayor énfasis en la omisión de ciertos sujetos.

Retomando a Sharp (2005), Preciado y Uc (2010:86) mencionan que “el reescribir acciones de mujeres (y otras voces marginadas) como parte del pensamiento geopolítico, sugiere un desplazamiento hacia el “ojo anti-geopolítico”, es decir, un proceso que reconoce la corporeización inherente e inevitable de procesos geográficos y relaciones geopolíticas a diversas escalas y con una diversidad de sujetos visualizados o no por los discursos dominantes”.

El diálogo entre el artículo de Sara Koopman y el de Preciado y Uc es fundamental, no solo porque pertenecen al mismo período histórico, sino también porque encapsulan el espíritu de una época en la que el enfoque central de la geopolítica crítica se orientó hacia temáticas relacionadas con los cuerpos, las percepciones de grupos sociales e individuos, alejándose de aspectos puramente materiales.

Sin embargo, a pesar de la novedad que significó el concepto de altergeopolítica, este no ha tenido una amplia difusión dentro de la academia. En el motor de búsqueda más utilizado en internet, Google, los textos que hacen referencia al concepto de Sara Koopman son escasos. Entre los más significativos se encuentra el de Paul Routledge de 2018. Este autor retoma la idea de la altergeopolítica desde una perspectiva performativa y la relaciona con actuaciones cómicas. A pesar de describir de manera efectiva el texto de Koopman en términos del accionar de organizaciones de la sociedad civil, el cuestionamiento a la hegemonía geopolítica y al orden material, así como a las representaciones impuestas por las élites políticas y la creación de nuevas hegemonías, Routledge emplea la altergeopolítica en una práctica que él mismo menciona como poseedora de una capacidad limitada para transformar la agenda pública y solo con potencial en las luchas sociales en la medida en que torna más atractiva la resistencia contra el sistema.

En ese sentido, la comparación entre el uso del cuerpo para la supervivencia en medio de la selva y en un conflicto armado como elemento central de la altergeopolítica y las performances que pueden llevar adelante grupos sociales en Europa occidental resulta, cuanto menos, una práctica de naturaleza colonialista. En todo caso, vale la pena explorar si todas las acciones sociales performativas –críticas– tienen valor de altergeopolítica. El artículo de Routledge parece abogar por una forma de hacer política cuya validez parece estar limitada a las democracias liberales del norte global, menoscabando así su potencial político.

En 2021, José David Benitez Loaiza, de la Universidad San Francisco de Quito USFQ, publicó en la revista El Outsider un texto que se alinea más con las ideas planteadas por Sara Koopman, en tanto trata sobre comunidades indígenas en la zona del Cauca en Colombia. La investigación se centra en la formación de guardias indígenas, consideradas estrategias de resistencia para “mejorar la seguridad, el entorno y las condiciones de vida de sus comunidades” (Benitez Loaiza, 2021:51). Este artículo dialoga directamente con el texto de Sara Koopman al presentar el papel de los guardianes como un fortalecimiento de la seguridad, una forma de ayuda humanitaria y actores que potencian el poder geopolítico, el sentido de pertenencia y que luchan para otorgar valor al territorio en un contexto de alta movilidad debido a las situaciones de violencia asociadas al Estado colombiano, las guerrillas paramilitares y las bandas narcotraficantes.

Otro texto que interactúa con el concepto de altergeopolítica de Sara Koopman fue publicado en 2022 en la Revista Cardinalis, del Departamento de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. El valioso aporte de Benwell, Núñez y Amigo radica en su estudio de un conflicto urbano. En este caso, el enfoque se centra en la resistencia social frente a la represión estatal en el contexto de las revueltas sociales en Chile entre 2020 y 2021; estas vivieron un marcado aumento de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad.

El aporte singular de este texto es vincular, desde la perspectiva de la altergeopolítica, la generación de comunidad a través de los cuerpos en resistencia. En este caso, lo extrapolan al concepto de “nacionalismo cotidiano”, en tanto los lazos de solidaridad que se generaron llevaron a una (re)interpretación y (re)apropiación de los significados de nación hasta el punto donde los individuos se unían bajo una nueva bandera (en este caso, negra), que significaba la resistencia al Estado neoliberal y a la violencia ejercida.

A pesar de haber transcurrido más de 10 años desde su publicación, el texto de Sara Koopman sigue siendo relevante en los debates sobre geopolítica, ya que marcó una época. Sin embargo, persisten una serie de preguntas en relación con su propuesta teórica y política.

¿Fue la altergeopolítica una herramienta de transformación efectiva para los actores sociales que la practicaron? A la luz de los acontecimientos de los últimos años, considerando la llegada al gobierno de Boris Johnson en Inglaterra, de Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil, entre otros, se podría argumentar que la propuesta del Foro Social Mundial de “Otro mundo es posible” no solo no se materializó, sino que las fuerzas conservadoras, vinculadas al orden predominante y hegemónico, han logrado monopolizar discursos y agendas públicas.

Pero, además, desde una perspectiva teórica, la propuesta de la altergeopolítica no logró penetrar en los círculos críticos. A pesar de esto, la tarea no menos ambiciosa de proponer un nuevo concepto teórico-político capaz de abordar situaciones específicas sigue siendo una contribución valiosa en el ámbito de las ciencias sociales y humanas, donde las hegemonías suelen ser dictadas desde el norte global. Esta agenda de solidaridad con movimientos sociales se extiende también a disciplinas como la sociología y la antropología. En cualquier caso, el texto sobre altergeopolítica sigue siendo relevante en su propuesta acerca de la seguridad en un sentido amplio y justo, así como en las diversas formas de seguridad más allá de lo corporal. Esto implica, desde el ámbito de las ciencias sociales y especialmente desde la geopolítica, no perder de vista las instancias de la vida cotidiana y la importancia de mantener el enfoque en la escala local.

Como mencionamos al comienzo, la agenda de la altergeopolítica coincidió con la reciente expansión de prácticas feministas en Occidente. Una de las cuestiones abiertas a más de diez años de la publicación del texto de Sara Koopman es también analizar el lugar que el feminismo, o los feminismos, construyeron en paralelo con el mainstream hegemónico. Por ejemplo, el movimiento Me Too en Estados Unidos, que fue poderoso para desmantelar figuras de la industria del entretenimiento y la comunicación, también se erigió desde una lógica individual que podría ser interpretada como contraria a algunos lazos de solidaridad promovidos por la autora.

Sara Koopman propone que la altergeopolítica, como parte de la geopolítica, no se trata de un “Gran Juego jugado por Grandes Hombres”, y este es un punto que la geopolítica crítica ha sostenido desde siempre. Aunque la propuesta de una paz positiva no haya conseguido reformular los escenarios políticos, el esfuerzo tanto en el ámbito académico como en los movimientos sociales de ir más allá de lo posible es una acción que merece ser destacada.

#Referencias

»Benítez Loaiza, J. D. (2021). La Guardia Indígena del Cauca: Una forma de alter-geopolítica. El Outsider, 6, 45–55. https://doi.org/10.18272/eo.v6i0.1853

»Benwell, M; Núñez, A y Amigo, C. (2022). Nacionalismo cotidiano, alter-geopolítica de las banderas y desplazamiento del tejido nacional durante el estallido social en Chile. Cardinalis, 10(19), 82-115.

»Toal G. (2021). Una reflexión sobre las críticas a la Geopolítica Crítica. Geopolítica(s), 12(2), 191-206.

»Preciado, J. y Uc, P. (2010). La construcción de una geopolítica crítica desde América Latina y el Caribe. Hacia una agenda de investigación regional. Geopolítica(s), 1(1), 65-94.

»Routledge, P. (2018). Dawn of the debt: Tactical performance, humour and the practice of alter-geopolitics. Political Geography. doi:10.1016/j.polgeo.2018.09.010

Alejandro Rascovan / arascovan@unsam.edu.ar

Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires y en Socio-economía del Desarrollo por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París, Francia). Fue becario doctoral y posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Se desarrolla como titular de Seguridad Internacional en la Universidad Nacional de San Martín y ayudante en Geopolítica (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires).