Un proyecto latinoamericano, una propuesta nacional: El plan de estudios de la carrera de Geografía de 1974 en la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires

Gonzalo Lus Bietti

Instituto de Geografía - Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Recibido: 17 de marzo de 2020. Aceptado: 16 de junio de 2020.

Resumen

El objetivo del siguiente trabajo es indagar una propuesta disciplinar de Geografía que tuvo lugar bajo la rebautizada Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA). Sin embargo, aquí no sólo se pretende conocer el desarrollo de un nuevo plan de estudios de la carrera de Geografía en el año 1974 en el marco de la reforma universitaria peronista (Ley Taiana), sino que también la intención es analizar dicho plan en diálogo con el proyecto latinoamericano de una Nueva Geografía. Teniendo en cuenta la crítica al nacionalismo metodológico, este trabajo apunta a comprender que la propuesta de Geografía de la UNPBA se fue forjando en un contexto reformista nacional a partir de vínculos y encuentros latinoamericanos que transgredían las fronteras del Estado nación.

PALABRAS CLAVE: GEOGRAFÍA. PLAN DE ESTUDIOS. UNIVERSIDAD NACIONAL Y POPULAR DE BUENOS AIRES. ENCUENTROS LATINOAMERICANOS DE LA NUEVA GEOGRAFÍA.

A Latin American project, a national proposal: The curriculum of the 1974´s Geography career at the National and Popular University of Buenos Aires

Abstract

The objective of the following paper is to investigate a disciplinary proposal of Geography that took place under the renamed National and People’s University of Buenos Aires (UNPBA). However, here it is not only intended to know the development of a new curriculum of the Geography degree in 1974 within the framework of the Peronist university reform (Taiana Law), but talso to analyze this plan in dialogue with the Latin American project of a New Geography. Taking into account the criticism of methodological nationalism, this work aims to understand that the proposal of Geography of UNPBA was forged in a national reformist context based on Latin American links and encounters that crossed the borders of the State-Nation.

KEY WORDS: GEOGRAPHY. CURRICULUM. NATIONAL AND POPULAR UNIVERSITY OF BUENOS AIRES. LATIN AMERICAN ENCOUNTERS OF THE NEW GEOGRAPHY.

PALAVRAS-CHAVE: GEOGRAFIA. CURRÍCULO. UNIVERSIDADE NACIONAL E POPULAR DE BUENOS AIRES. ENCONTROS LATINO-AMERICANOS DA NOVA GEOGRAFIA.

Introducción

La reciente salida de la revista Punto Sur del Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires ha sido la ocasión y motivación ideal para encarar la elaboración de este artículo, cuyos primeros esbozos se insertan, por un lado, en la tesis doctoral encaminada hacia el estudio de las trayectorias epistemológicas e institucionales de la Geografía de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Cuyo para el período 1982-2001 y, por otro, en las Jornadas de trabajo de Historia de la Geografía y Geografía Histórica que geógrafos y geógrafas de Buenos Aires, Córdoba, Mar del Plata, San Pablo y Montevideo venimos organizando desde hace poco más de un año. En este marco, se ha realizado este escrito con la intención de contribuir con la historia social de la Geografía en Argentina al analizar el desarrollo de una propuesta disciplinar que, bajo la primavera camporista, buscó insertarse en el llamado proceso de reconstrucción nacional, siguiendo las consignas de colocarse al servicio de las causas populares y de la liberación nacional. En este sentido, no sólo se pretende conocer los cambios introducidos por la aprobación de un nuevo plan de estudios de la carrera de Geografía de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA) en el marco de una reforma universitaria1 (Ley Taiana), sino que también la intención es trazar un puente con las ideas que para la misma época surgían de los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía.

Los trabajos de Recalde y Recalde (2007), Friedemann (2015), y Rodríguez (2015), son aportes claves que nos permiten conocer en profundidad la experiencia de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires forjada bajo el proyecto político y social del peronismo de los años 1973-1974. Para el caso de la Geografía porteña, los estudios de Iut (2005) sobre la formación del campo profesional de geógrafos y geógrafas entre 1947-1975, y de Iermoli y Tasat (2014) acerca de la historia y memoria colectiva de la Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras durante el período 1966-1976, nos posibilitan reconstruir diversos aspectos de la carrera y sus cambios en los planes de estudios desde la memoria oral y el análisis de archivos. A ellos podemos agregar tanto la indagación de Cicalese (2007) sobre el campo de la Geografía argentina de la década de 1970 como la investigación realizada por Quintero, Dufour y Iut (2009) sobre los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía. Estos cuatro trabajos coinciden en señalar que el período de entre dictaduras ha sido una instancia caracterizada por el surgimiento de una corriente de pensamiento alternativa a la hegemónica, ya sea a nivel nacional o a nivel latinoamericano. En este sentido, si bien hay menciones explícitas a la relación entre la Geografía de la UNPBA y los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía, pareciera no haber un estudio profundo sobre la manera en la que la carrera de Geografía fue modificando su plan de estudios en diálogo con su contexto nacional y en articulación con las ideas, intelectuales y materiales que circulaban desde tales eventos. Es aquí donde creemos identificar un área de vacancia a la cual contribuir.

Para llevar adelante esta labor, nos posicionaremos desde la historia social de la disciplina. Se trata entonces de contextualizar histórica, social, política y culturalmente los episodios, autores e ideas geográficas (Livingstone, 1992). Como estrategia teórico-metodológica utilizaremos la técnica de análisis de contenido (Andréu Abela, 2001; Bernete García, 2014) examinando e interpretando tanto fuentes teóricas que orientan los trabajos de Geografía de la UNPBA y de los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía como así también documentos, declaraciones y entrevistas realizadas a los actores claves. También es de destacar que se realizó una entrevista semiestructurada a Carlos Reboratti, importante geógrafo argentino del período.

Este artículo se organiza en tres apartados. El primero está destinado a contextualizar el período 1973-1974 desde el proceso de reforma universitaria y la trayectoria de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. El segundo está dirigido a analizar el cambio de plan de estudios de la carrera de Geografía en relación con la Ley Taiana, tanto en su estructura como en sus contenidos. Finalmente, el tercero está orientado a explorar el proyecto de Geografía que surgió desde los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía, indagando su articulación con el proyecto de Geografía porteña. A través de estos tres apartados intentaremos ver de qué manera se fue forjando una propuesta de Geografía que no solo interactuaba con su contexto y se insertaba en el llamado proceso de reconstrucción nacional, sino que también transgredía las fronteras por medio de vínculos transnacionales desde los cuales circulaban ideas, intelectuales y materiales. A modo de cierre, desde una lectura hecha a la luz del presente, dejamos planteada la posibilidad de que esta propuesta de Geografía que surgía en el seno de la UNPBA y de los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía sea concebida como una expresión de la Geografía crítica.

La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. Breve historia y trayectoria

A partir del 25 de mayo de 1973, con la asunción de Héctor Cámpora como presidente de la nación y la vuelta del peronismo tras dieciocho años de proscripción electoral, tendría lugar una etapa de reforma universitaria cuya consigna sería colocar a las universidades nacionales al servicio del pueblo y de la liberación nacional.

En el marco de los movimientos independentistas y revolucionarios que desde mediados de la década de 1960 comenzaban a tener impacto y correlato en América Latina, siendo la Revolución Cubana un caso emblemático, las nociones de dependencia y subdesarrollo emergieron como una forma de comprender las limitaciones que había impuesto el proceso de modernización capitalista propio de las políticas desarrollistas. En efecto, desde diversas ideas postuladas en el seno de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), se interpretaba que los centros económicos mundiales se constituían como tales mediante la explotación injusta de los países periféricos, en donde las condiciones desiguales de intercambio generaban un estancamiento de las estructuras productivas de estos últimos y una subordinación a las decisiones e intereses de los primeros. En rigor, se comprendía que el subdesarrollo de unos países era causa y consecuencia del desarrollo de otros, y que el intento de expandir las economías latinoamericanas en base a capitales extranjeros sólo perpetuaba su condición estructural de economía dependiente. De esta manera, el subdesarrollo más que como una etapa o estadio, era concebido como una condición inherente a la situación de dependencia que, además de condicionamientos externos, presentaba estructuras internas de dominación.2

Para la izquierda peronista que llevaría adelante la reforma universitaria, la idea de liberación no sólo venía a impugnar la profundización del capitalismo dependiente, sino que también confrontaba a la censura generalizada de los modos de hacer y ser impulsados por la moral conservadora del gobierno militar del período 1966-1973, demandando una transformación de la sociedad en su conjunto (Casullo, 2009; Terán, 1991). Por lo tanto, la liberación significaba una ruptura con el sojuzgamiento y las ataduras de la coacción interna y externa, a los fines de lograr, bajo un socialismo nacional, una independencia política, económica, cultural y tecnológica. Y, para dar con ello, se planteaba llevar adelante un proceso de reconstrucción nacional que implicaba:

(…) crear una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Para ello debemos reconstruir nuestras instituciones y su capacidad de realizar grandes obras y profundas transformaciones. Y, paralelamente, consolidar la unidad nacional, en una sociedad dinámica, cuyo ámbito no sea degradado por la explotación indiscriminada de nuestros recursos naturales. (Poder Ejecutivo Nacional, 1973:3).

En este contexto, bajo el pensamiento nacionalista de Arturo Jauretche y Juan José Hernández Arregui, un fuerte contenido antiimperialista, anticolonialista y antioligárquico impregnó a la Universidad. Ésta, fue percibida como una institución indisociable de los objetivos del Estado y de los intereses del Pueblo, en donde la idea de lo popular se concebía por antagonismo a lo elitista y en representación de la inclusión de diversos sectores sociales, en particular las clases trabajadoras.3 Así, legitimada en las nociones de universidad necesaria de Darcy Ribeiro y pedagogía de la liberación de Paulo Freire, se erigió un tipo de Universidad que no producía conocimientos con un fin en sí mismo; sino más bien para atender las necesidades de los grupos sociales menos favorecidos, y aportar soluciones a los problemas de distinta índole que atravesaban al país.4 De esta manera, como señala Friedemann (2015:111) “La liberación nacional y social aparecía como la causa final de toda acción política, aunque con mayor moderación se instaló la consigna de reconstrucción nacional. La universidad tenía un rol que cumplir en esos procesos, estaba al servicio de ellos”.

Ahora bien, este período reformista, que se iniciaría con la intervención de las universidades nacionales bajo la gestión de Jorge Taiana como ministro de Cultura y de Educación, finalizaría con una nueva intervención el 17 de septiembre de 1974, con Oscar Ivanissevich a cargo de dicho Ministerio y con Isabel Martínez de Perón en la presidencia. Si la primera intervención puede ser leída como un giro a la izquierda del peronismo, la misión Ivanissevich, como así la llamaron sus propios protagonistas, supuso un vuelco a la derecha que impugnaría el último año, tres meses y diecisiete días de avances y renovación. En rigor, si bajo la gestión de Taiana podemos dar cuenta de un período de importantes reformas para colocar a la Universidad al servicio del Pueblo y su liberación; la gestión de Ivanissevich constituyó una contrarreforma en el marco de un gobierno que tendió un puente con la dictadura militar que comenzará en 1976 (Recalde y Recalde, 2007, Izaguirre, 2011; Friedemann, 2015; Rodríguez, 2015). Será en este contexto que buscaremos puntualizar el cambio de plan de estudios de la carrera de Geografía en la, por entonces, Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA).

Pocos días después del inicio del gobierno de Cámpora, el poder ejecutivo disponía la intervención de las universidades nacionales por medio del Decreto N°35, argumentando, por un lado, “…la crisis por la que atraviesa la Universidad argentina al reflejar en el plano cultural la dependencia económica y política que sufría el país…” y por otro, “Que la liberación nacional exige poner definitivamente a las Universidades nacionales al servicio del pueblo...” (Boletín Oficial, 13 de agosto de 1973:3). En este marco, se iniciaba un proceso de reforma universitaria que ponía a la orden del día la necesidad de redefinir los objetivos, contenidos y métodos de enseñanza. Esta primera etapa se complementaba por una de normalización, a implementarse con la sanción de nueva legislación universitaria.

En el caso de la Universidad de Buenos Aires, Rodolfo Puiggrós, un ex militante del partido comunista que desde la década de 1940 tuvo una aproximación al peronismo asumía como rector interventor. Su designación había sido estratégica en el marco de un importante apoyo de la izquierda peronista con vasta presencia en las áreas de cultura y educación y, particularmente, con poder en los ámbitos universitarios. Bajo su rectorado, la Universidad de Buenos Aires se rebautizaba como Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA). En este marco, quien ocupaba el cargo de decano interventor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) era el sacerdote tercermundista Justino O´Farrell, que venía desempeñándose como docente de la carrera de Sociología (por entonces dictada en la FFyL) y que había tenido participación en la experiencia de las cátedras nacionales.5 Si bien Puiggrós tendría que haber finalizado su gestión una vez sancionada la nueva Ley Universitaria y entrada en vigencia una etapa de normalización, durante el interinato de Raúl Lastiri –entre la dimisión de Cámpora y la asunción del presidente electo Juan Domingo Perón– recibió un pedido de renuncia. De acuerdo con Friedemann (2015), a pesar de que no quedó en claro desde dónde provino esta petición ni cuáles fueron los motivos, era un hecho que podía ser leído como un primer acto de ruptura al interior del peronismo y más precisamente con la izquierda peronista. Con Perón en la presidencia, en octubre de 1973, tras el intento fallido de designar a Alberto Banfi,6 Ernesto Villanueva era confirmado como rector interventor de la UNPBA, hasta la sanción de la nueva ley.

Las diferentes acciones que atravesaron el proceso reformista convergieron en la nueva Ley Universitaria N°20.654, sancionada en marzo de 1974. Conocida como Ley Taiana, venía a expresar la mirada del ministro y parte de la izquierda peronista, pero también contaba con el apoyo del radicalismo y otras fuerzas políticas (Recalde y Recalde, 2007). Principalmente, esta ley estipulaba la reorientación de los contenidos curriculares y los planes de estudio de las carreras hacia el examen y solución de los problemas nacionales, y la reconfiguración de los métodos de enseñanza, adjudicando un rol activo al sujeto que aprende, suprimiendo las calificaciones numéricas y reemplazando los exámenes individuales por evaluaciones grupales, entre otras medidas. En este marco, se postulaba que la construcción de conocimientos no se producía con un fin en sí mismo, sino que tenía que ser útil a las luchas populares y a los movimientos de liberación. También destacaba que la relación entre el ejercicio profesional y la realidad argentina tendría que estar marcada por un fuerte compromiso político ligado a colaborar con el Estado en las diferentes tareas requeridas para el llamado proyecto de reconstrucción nacional (Ministerio de Educación y Cultura (1974).

De esta manera, había una valoración por la praxis social, en el sentido de crear junto al pueblo,7 que encontraría un correlato tanto en la inclusión de materias con contenido social y político como con el desarrollo de actividades profesionales y de extensión universitaria. En rigor, la extensión universitaria y la labor profesional aparecían como actividades claves que posibilitarían superar (y sintetizar) la distinción entre el trabajo manual y el trabajo intelectual. Parafraseando a Friedemann (2015), es posible considerar que la base del pensamiento universitario de la experiencia de 1973-1974 residía en colocar a la Universidad al servicio del pueblo. Ello implicaba rechazar el desarrollo científico cientificista, academicista e individualista, por cuanto los temas de estudio y/o investigación fueran de simple interés académico, sin tener articulación con las necesidades prioritarias definidas por el Estado y sin tender a resolver los problemas reales del país.

Otras medidas que acompañaban esta reconfiguración universitaria tenían que ver con el ingreso irrestricto de estudiantes, la apertura de concursos docentes, la reincorporación del personal cesanteado entre septiembre de 1955 (momento en el que se instauró una dictadura cívico-militar que derrocó al por entonces presidente J.D. Perón de su segundo mandato) y mayo de 1973, y la incompatibilidad del ejercicio de docencia con funciones jerárquicas en empresas multinacionales y/o extranjeras. También, con debates y diferencias de por medio, se daba lugar a la prohibición del proselitismo partidario, y a la elección de las autoridades universitarias siguiendo los Estatutos y no por designación del Poder Ejecutivo (Rodríguez, 2015). Finalmente, la Ley daba por finalizado el período de intervención, y señalaba el inicio de una normalización cuya durabilidad sería de un año, con prórroga por 180 días.

La Ley Taiana fue sancionada en marzo de 1974 y, junto a ella, Ernesto Villanueva dejaba de ser rector de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires, cediendo su lugar a Vicente Solano Lima, en tanto que los decanos interventores, con excepción de las Facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas, eran rectificados como normalizadores. En la FFyL, pocas semanas después de ser nombrado decano normalizador, Justino O´Farrell renunciaba a su cargo y su lugar era ocupado por Adriana Puiggrós, hasta entonces directora del Departamento de Ciencias de la Educación. Si con la salida de Rodolfo Puiggrós del rectorado se percibía una fractura del peronismo con su ala izquierda, el fallecimiento de Perón, en julio de ese año, profundizó la persecución sobre los sectores de izquierda (peronista y no peronista):

(…) su muerte es el momento justo en que las bandas armadas reunidas bajo la denominación de Triple A se lanzan sin tregua ni reparo a la liquidación del enemigo subversivo (…) la figura de Perón, mientras vivió, funcionó como contención, en particular para la derecha de su partido… (Izaguirre, 2011:293).

En efecto, tras la muerte de Perón, Solano Lima renunciaba al rectorado y su lugar era ocupado por Raúl Laguzzi quien, junto a la decana Puiggrós, fue víctima de atentados en un clima de creciente violencia paraestatal (Camou y Prati, 2012). Rodolfo Puiggrós, Ernesto Villanueva, Vicente Solano Lima y Raúl Laguzzi tuvieron sus diferencias, pero a grandes rasgos, como rectores de la UNPBA, pregonaron la continuidad de los lineamientos básicos de la Ley Taiana. Sin embargo, el cambio radical vendría con el reemplazo del ministro Taiana por Oscar Ivanissevich en agosto de 1974.

Con la misión de colaborar con lo que sectores de la derecha peronista llamaban una depuración de la ideología marxista en los ámbitos universitarios, Ivanissevich se proclamó en contra de los principales ejes que establecía la ley de reforma universitaria. El 17 de septiembre, bajo el Decreto N°835, dispuso la intervención de la UNPBA interrumpiendo el proceso de normalización iniciado seis meses atrás. Mientras Alberto Ottalagano era nombrado rector interventor, el sacerdote Raúl Sánchez Abelenda era asignado decano interventor de la FFyL. Bajo la gestión de Ivanissevich y el rectorado de Ottalagano se dio marcha atrás con las bases del proceso reformista. En primer lugar, se cesantearon a los directivos normalizadores y funcionarios jerárquicos de las Facultades, Colegios, e Institutos; en segundo lugar, se derogaron las resoluciones sobre nombramientos docentes y se reincorporaron a aquellos separados entre mayo de 1973 y septiembre 1974; en tercer lugar, se suprimió el ingreso irrestricto, instalando la obligatoriedad de cursar el llamado tríptico nacional compuesto por las materias Idioma Nacional, Historia Argentina y Geografía Argentina; y en cuarto lugar, se anularon las modificaciones realizadas sobre los planes de estudios y los métodos de enseñanza. De esta manera, tras un año, tres meses y diecisiete días de avances y renovación, la reforma universitaria llegaba a su fin; junto a ello, la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires comenzaría a vivenciar los oscuros años de una transición hacia la dictadura.

La Geografía en la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires

Desde 1973, con la asunción de las nuevas autoridades universitarias, la ocupación de Facultades que habían encabezado los estudiantes de distintas carreras tomó la forma de una renovación. En Geografía, mientras que Cristina Klimsza de Sabalain y Gerardo De Jong eran nombrados nuevos directores del Departamento e Instituto, Vicente Di Cione y Antonio Barbero ocupaban las respectivas secretarías académicas. Es a partir de entonces que comienza a gestarse un cambio en el plan de estudios para ajustar la carrera a las necesidades populares y al denominado proceso de liberación nacional.

Si bien por Resolución N°206/74 del Consejo Superior se aprueba un nuevo plan de estudios para la carrera de Geografía, es posible afirmar que el proceso de reforma comenzó a mediados de 1973. En efecto, un primer análisis de las materias correspondientes al segundo cuatrimestre de ese año nos permite apreciar ciertos cambios en el cuerpo docente: Gerardo De Jong reemplaza a Raúl Rey Balmaceda en la materia Aerofotointerpretación; Alicia Grela hace lo propio con José Santos Gollan en Biogeografía (materia que pasa de estar focalizada en Geobotánica y Zoogeografía a plantearse como Ecología para geógrafos), y Marta Kollmann de Curutchet ocupa el cargo de Horacio Difrieri en Geografía Humana I. Aquí también es importante destacar que algunos jóvenes graduados comienzan a incorporarse a las cátedras, como son los casos de Adolfo Koutoudjian en Geografía Económica; Carlos Reboratti, que brinda un nuevo seminario de Recursos Naturales y dependencia y se suma a la cátedra de Geografía Humana I junto con Antonio Barbero, y Vicente Di Cione, que se incorpora a Introducción a la Geografía. Al mismo tiempo, mientras que Horacio Difrieri además de ser apartado de Geografía Humana I perdía su cargo en Introducción a la Geografía, Servando Dozo era desplazado de su cargo en Geografía Económica y Mario Grondona renunciaba a la cátedra de Geografía Regional I. Por su parte Horacio Giberti, quien había presentado su renuncia en 1966 en el marco de la noche de los bastones largos,8 sería reincorporado como docente de la materia Geografía Económica II.

Algunos de estos nuevos nombramientos estuvieron acompañados de modificaciones en los contenidos de los programas de las materias, en donde comenzaba a aparecer la idea del espacio geográfico como concepto clave para comprender, desde la Geografía, la situación de subdesarrollo dependiente nacional y latinoamericana. Así, en Geografía Económica (Koutoudjian,1973) se buscaba analizar “el proceso económico argentino durante el período 1930-1973 y sus reflejos espaciales”, partiendo del estudio de “la estructura del espacio neocolonial” y finalizando con la “elaboración de estrategias para superar la situación de subdesarrollo dependiente”. En Geografía Humana I (Kollmann,1973) se pretendía conocer “el espacio organizado como reflejo de la situación socioeconómica colonial, neocolonial, capitalista y socialista”, analizando fenómenos de población, el medio rural y el medio urbano desde sus estructuras, relaciones, tensiones y contradicciones. También podemos agregar la materia Introducción a la Geografía (Difrieri,1973) que, de acuerdo al programa diseñado por su docente titular antes de ser desplazado,9 abordaría temas como “la Geografía como ciencia del espacio regionalizado”, “la estructuración del espacio colonial y neocolonial”, “ciencia e imperialismo”, “caracterización política y económica de la dependencia”, “el Tercer Mundo como realidad desintegrada”, “liberación y racionalización del espacio”, y el “desarrollo y subdesarrollo”.

En cuanto a la bibliografía, es interesante destacar la presencia de obras de geógrafos franceses de izquierda10 como Geografía activa (1966) de Pierre George o Geografía del subdesarrollo (1968) de Yves Lacoste; de intelectuales latinoamericanos como Las Américas y la civilización (1969) de Darcy Ribeiro, Subdesarrollo y estancamiento en América Latina (1966) de Celso Furtado, Una Geografía de los países dependientes (1973) de German Wettstein, Las venas abiertas de América Latina (1973) de Eduardo Galeano o El libro negro del hambre (1964) de Josué de Castro; y de pensadores nacionales como El retorno al coloniaje (1969) de Arturo Jauretche, Los Vendepatrias (1958) de Juan Domingo Perón, Ciencia, política y cientificismo (1969) de Oscar Varsavsky o Las ciudades en América Latina (1972) de Jorge Enrique Hardoy.

En rigor, a través de estas materias es posible concebir que, ya desde la segunda mitad del año 1973, la carrera de Geografía buscaba estar en línea con las ideas que atravesaban la nueva concepción de Universidad. La orientación y los contenidos se dirigían a conocer el espacio nacional y latinoamericano para superar la situación de subdesarrollo dependiente y así colaborar con el llamado proceso de reconstrucción nacional. En este sentido, como actualización bibliográfica se recuperaban enfoques renovadores de la Geografía humana francesa y perspectivas latinoamericanas y nacionales que contribuían con la construcción de una Geografía que siguiera las consignas de estar al servicio del pueblo y de la liberación.

Ahora bien, esta tendencia se iría consolidando conforme se avanzaba en la elaboración de un nuevo plan de estudios que terminaría por aprobarse en febrero de 1974. En este sentido, es importante entender que las modificaciones en la planta docente, en las materias y sus contenidos fueron construyendo al nuevo plan. Por lo tanto, éste vino a cristalizar un proceso en lugar de iniciarlo.

El plan del 74 era considerado por la propia FFyL como una adecuación de la carrera de Geografía al grado de desarrollo de la disciplina a nivel nacional e internacional como así también a las exigencias que devienen del denominado proyecto de reconstrucción y liberación nacional. En este sentido, como materias nuevas se incorporaban Geografía Económica Argentina, Geografía Regional del Tercer Mundo, Teoría y Método de la Planificación, Economía Espacial, Geografía Rural, Historia Argentina Contemporánea, Semiología Gráfica, Teorías y Métodos de la Investigación Geográfica I y II, Recursos Hídricos y Recursos Humanos, entre otras. También se suprimían algunas materias del plan anterior como Geografía Humana, Geografía Humana de la Argentina, Geografía Regional I y II, Oceanografía, Sedimentología, Limnología y Geología. La eliminación de estas materias tenía que ver con la reducción de los ciclos de especialización que pasaban de tres opciones (Planificación Regional, Geografía Humana y Recursos Naturales) de seis materias cuatrimestrales cada una, a dos opciones (Planificación Regional y Demografía) con dos materias anuales. De cualquier manera, el saldo era un plan que, tanto para la licenciatura como para el profesorado, reemplazaba materias regionales por temáticas más específicas (como economía, demografía, geografía urbana y rural), e incorporaba nuevos contenidos para el estudio de lo social. “A partir de 1973, hubo cambios importantes: se empezó a producir más gente en geografía, la gente se empezó a dar cuenta que estaba trabajando con una sociedad (…) Creo que la Geografía se volvió socialmente consciente.” (Gorojosvky, 1984:4-5). También es importante destacar la incorporación de una titulación intermedia como la Tecnicatura en Aerofotointerpretación que, probablemente, haya sido pensada en el marco de valorar la profesionalización de la carrera y desarrollar herramientas que posibilitaban la intervención y planificación territorial.11

Figura 1. Plan de estudios de la carrera de Geografía de 1974. Fuente: Resolución N°206, año 1974, CS.

Esta nueva estructura curricular se acompañaba de la política de renovar el cuerpo docente. Así, se incorporaban Brian Thompson (arquitecto) en Teorías y Métodos de la Geografía II; José Luis Coraggio (economista) en Economía Espacial; Iván Bartolucci (ingeniero agrónomo) en Geografía Rural; Julio César Fossati (ingeniero) en Recursos Hídricos, y Alfredo Lattes (arquitecto) junto a Edith Pantelides (socióloga) en Demografía. De esta manera, como resultado de la invitación a profesionales provenientes de otras disciplinas, el nuevo plan de estudios adquiría un novedoso sesgo interdisciplinar. También tenían lugar algunos docentes que ya habían formado parte de la renovación iniciada el año anterior, como Adolfo Koutoudjian en Geografía Económica Argentina y Carlos Reboratti ahora también en Semiología Gráfica. De igual modo proseguía el ingreso de graduados recientes a las cátedras, como es el caso de Claudia Natenzon en Geografía Regional Argentina.

Figura 2. Plan de estudios de la carrera de Geografía de 1974. Fuente: Resolución N°206, año 1974, CS.

En cuanto a los contenidos, a partir de los programas disponibles es posible apreciar una continuidad en la búsqueda de estudiar el espacio geográfico en el marco la situación de subdesarrollo y dependencia que atravesaban los países latinoamericanos, procurando renovar a la Geografía con la incorporación de perspectivas sociales críticas. De hecho, así lo señalaba Di Cione: “Reformulamos el plan de estudios a partir de pautas disciplinarias críticas. Por primera vez, desde la fundación de la carrera, entró el pensamiento crítico.” (Iermoli y Tasat, 2014:132).

En efecto, la materia Geografía Económica Argentina (Koutoudjian, 1974) señalaba a la Geografía como una “ciencia del uso del espacio por parte de las sociedades humanas”, y buscaba analizar “la estructuración económica del espacio argentino”, “la evolución histórica y la actual configuración espacial argentina” y las “estrategias de superación de la situación de dependencia”. Aquí también se hacía referencia a las formulaciones del Plan Trienal 1974-1977. En Economía Espacial (Coraggio, 1974) se proponía el estudio de la “configuración de los fenómenos espaciales”, indagando en “el funcionamiento del sistema económico y la configuración espacial”, los “sistemas de regulación y la Teoría económica espacial” y las “estructuras sociales y el desarrollo desigual en el espacio en las formaciones sociales capitalistas dependientes”. Un caso singular es la materia Geografía Humana I (Kollmann, 1974) que, si bien no formaba parte del nuevo plan de 1974, se dictó en el primer cuatrimestre de dicho año desarrollando un temario exclusivo de Geografía urbana. Allí se abordarían temas como el proceso de urbanización nacional, latinoamericano y en los países del Tercer Mundo, el uso de la tierra urbana, los desequilibrios urbano-regionales y el planeamiento urbano desde una unidad llamada “Teorías y Críticas”.

Figura 3. Plan de estudios de la carrera de Geografía de 1974. Fuente: Resolución N°206, año 1974, CS.

La bibliografía que incluían estas materias repetía algunos autores y obras mencionadas con anterioridad, pero también incorporaba otras nuevas como Explanation in Geography (1969) y Social justice and the City (1973) de David Harvey, La urbanización dependiente en América Latina (1973) de Manuel Castells, Algunas consideraciones sobre la movilidad espacial de recursos en los países latinoamericanos (1972) de Carlos De Mattos, Dependencia, cambio social y urbanización en América Latina (1973) de Aníbal Quijano, La estructura de la dependencia (1974) de Theotonio Dos Santos, Concentración y centralización en la configuración espacial argentina (1970) de José Luis Coraggio o Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina (1973) de Alejandro Rofman y Luis Romero. Una mención aparte merece la presencia tanto de los trabajos L´economie pauvre des villes des pays sous-developpés (1971), Le métier de geographe au pays sous developpé (1971) y Geografía y Economía Urbana en los países subdesarrollados (1973) del geógrafo brasileño Milton Santos como Algunas consideraciones sobre los fundamentos para una Nueva Geografía (1974), entre otras producciones realizadas por los propios egresados de la carrera de Geografía de la UNPBA (ver apartado siguiente).

Buena parte de esta bibliografía posibilitaba una lectura, un debate y una formación actualizada en la disciplina. Y, en este sentido, el espacio asomaba como aquella categoría central y estructurante del estudio geográfico.12 En rigor, si por un lado se daba cuenta de enfoques renovadores de la Geografía en particular y las ciencias sociales y humanas en general, por el otro había un intento de sentar una perspectiva diferente a la hegemónica. Desde la institucionalización de la Geografía en la Universidad de Buenos Aires, la corriente regional había sido predominante, ofreciendo un conocimiento enciclopédico presentado como neutral y aséptico. En este sentido, y en contraposición a esa concepción de Geografía, este proceso de reforma evidenciaba la intención de encauzar a la disciplina en el estudio comprometido del espacio nacional y latinoamericano, en vías de contribuir con la superación de las condiciones de subdesarrollo y dependencia. Así, reformulando algunos programas de materias e incluyendo lecturas pertinentes, el plan de estudios de la carrera de Geografía se encaminaba hacia esos objetivos.

Si estos cambios de docentes, materias y contenidos daban cuenta de una transformación a nivel del Departamento de Geografía, no menos interesante es reparar en lo que sucedía con el Instituto de Geografía que, de acuerdo con la Resolución N°355/74, se disolvía como tal y sus integrantes pasaban a formar parte del Centro de Estudios Socioeconómicos, perteneciente al Instituto de Estudios Argentinos y Latinoamericanos.13 Esta situación era el resultado de una búsqueda de reorganización de los centros e institutos de la FFyL orientada, por un lado, a darle prioridad a ciertas áreas de investigación que se ajustaban a los requerimientos del denominado proceso de reconstrucción y liberación nacional y, por otro, a favorecer el trabajo interdisciplinario en beneficio de investigadores e investigadoras, docentes y estudiantes de la Facultad. De esta manera, ya sea a través de la presencia de especialistas de otros campos de estudios o por medio de una nueva organización de los centros e institutos de investigación, durante esta etapa de reforma universitaria la Geografía de la UNPBA evidenciaba una instancia de diálogo con otras disciplinas.

En definitiva, el plan aprobado en 1974 reflejaba un proceso que se había iniciado en 1973 cuyos lineamientos, discusiones y debates también operaban a nivel Facultad y Universidad, en el marco de lo que sería la Ley Taiana. Nuevas autoridades, una renovada planta docente y cambios en las materias y contenidos, daban cuenta de una transformación de la carrera y la disciplina que también se acompañaba de la reestructuración del Instituto de investigaciones. Si bien el contexto nacional ofrecía las condiciones de posibilidad para llevar adelante tales reformas, simultáneamente otros movimientos abonaban a este proceso de renovación de la Geografía de la UNPBA. A continuación, abordaremos algunos de ellos.

Una Geografía nacional y latinoamericana

En ocasión de la trigésima-cuarta celebración de las Semanas de la Geografía, organizadas por la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos (GAEA) en octubre de 1972, se daría un primer contacto entre geógrafos argentinos y uruguayos. Desde charlas informales, Carlos Reboratti, por ese entonces estudiante avanzado de la licenciatura en Geografía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y Alfredo Tróccoli junto con German Wettstein, profesores de la Sala de Geografía del Instituto de Profesores Artigas (IPA), iniciaron un vínculo de coincidente disidencia con la propuesta intelectual e ideológica que la GAEA representaba: una Geografía regional que se proclamaba neutral, aséptica, despolitizada y desvinculada de otros ámbitos de conocimientos allegados a las ciencias sociales (Cicalese, 2007). En efecto, entre estos geógrafos existía un acuerdo en problematizar no sólo este tipo de Geografía, sino la práctica científica y de docencia, las instituciones geográficas existentes, la formación de los geógrafos y geógrafas, y su rol en la sociedad contemporánea (Wettstein, 1973).

Desde allí, comenzó a crecer el interés por construir un espacio que permitiera pensar una Geografía diferente en sus convicciones y fundamentos, como así también que tuviera un alcance latinoamericano. Este deseo se concretizó en enero de 1973 en la ciudad de Salto, en el marco de los encuentros que venía desarrollando la Asociación Nacional de Profesores de Geografía (ANPG) del Uruguay,14 bajo el nombre de Primer Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía (Bruschi y Cutinella, 2016). Con más de cien participantes, este encuentro significaba “…un primer intercambio sistemático de ideas y experiencias entre geógrafos, profesores y estudiantes de geografía de Argentina y Uruguay que entienden que la geografía se ve necesitada de una profunda revisión, tanto en lo teórico como en lo práctico.” (Wettstein, 1973:12). En efecto, se proponía llevar adelante una Geografía desde y para los países subdesarrollados que estuviera al servicio de las causas populares, propiciando la transformación del medio geográfico en beneficio de toda la sociedad. Para ello, se consideraba pertinente realizar un análisis crítico de los marcos teórico-conceptuales y adecuarlos a las propias realidades del continente. También, se sostenía la necesidad de realizar un segundo encuentro, a fin de darle continuidad.

En enero de 1974, en la revista universitaria Aportes para la Nueva Universidad,15 la mesa de reconstrucción del Instituto de Geografía16 publicaba un artículo titulado Apuntes para la construcción de una Geografía Nacional. Allí, estudiantes y docentes esbozaban un planteo que, en el plano más general, cuestionaba al sistema capitalista y, en el más particular, criticaba a la Geografía nacional memorística y enciclopédica heredada del período autoritario y propia de la GAEA. Según el documento, esta Geografía, nutrida por los cánones científicos de los países imperialistas, propagaba la dependencia técnica y científica. En su lugar, destacaban el carácter político de la ciencia, lo cual derivaba en proponer un proyecto de Geografía al servicio de la comunidad, poniendo de manifiesto el compromiso político y científico para contribuir con el llamado proceso de reconstrucción y liberación nacional.

En el marco de una realidad atravesada por el subdesarrollo y la dependencia, este grupo de geógrafos y geógrafas comprendía que el espacio se desenvolvía en una dialéctica en la que interactuaban oprimidos y opresores, dominados y dominadores y colonizados y colonizadores. En este sentido, la Geografía tendría el papel de denunciar y poner en evidencia cómo el desarrollo desigual de las estructuras productivas y una determinada posición en la división internacional del trabajo construían paisajes caracterizados por profundos desequilibrios regionales. Ya no se trataba de estudiar la región como una realidad dada, sino de problematizar el espacio geográfico bajo las propias realidades históricas del continente:

Nuestro espacio geográfico cobra especial y singular significado a través del concepto de nación (…) La relación define una posición (…) La posición implica establecer y denunciar claramente y de qué modo se produce el intercambio económico-político entre nuestra nación y el resto de las naciones. Importa, por lo tanto, expresar claramente que nuestra nación forma parte del conjunto de naciones que llamamos Tercer Mundo, caracterizadas por la opresión y la colonización económica y mental por parte de los países centrales. (Mesa de Reconstrucción del Instituto de Geografía, 1974:52).

Finalmente, si la Geografía se ocuparía de la descripción y la explicación de la distribución de los fenómenos en el espacio, analizando históricamente cómo se fue construyendo esa distribución, ello sería con el objetivo de brindar herramientas que permitieran modificar esa realidad de acuerdo con los intereses del pueblo. De esta manera, concibiendo que la construcción de conocimientos geográficos sólo podía ser pensada para las causas populares en detrimento de intereses privados o puramente académicos, había una valorización de la praxis social, entendida como una experiencia colectiva que se manifestaba en la práctica para la resolución de las necesidades del conjunto de la sociedad.

Figura 4. Tapa de la revista y primera página del escrito de la Mesa de Reconstrucción del Instituto de Geografía. Fuente: Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (1974).

Organizado por Alfredo Tróccoli, Germán Wettstein y Carlos Reboratti, el Segundo Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía tuvo lugar en febrero de 1974 en la Universidad Nacional del Comahue. Con la presencia de delegaciones de Argentina, Uruguay y Brasil, este segundo evento buscó consolidar las intenciones del primero. De esta manera, se planteaba reafirmar su validez como instancia para lograr una renovación de la disciplina, y se sostenía la existencia de una Nueva Geografía con un papel clave en el proceso de superación de la situación de subdesarrollo dependiente:

La Nueva Geografía debe contribuir a modificar sustancialmente la organización de los espacios americanos. La historia de nuestras patrias ha demostrado que los mismos fueron organizados para servir los intereses estratégicos de las potencias mundiales hegemónicas (…) Si la Geografía es la ciencia que estudia la organización del espacio, ella debe contribuir a la definición de las soluciones referentes a aquellos desequilibrios. (Universidad Nacional de Comahue (1974:4).

Figura 5. Portada y cronograma del Segundo Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía. Fuente: Universidad Nacional del Comahue (1974).

A la concepción de una Geografía involucrada con la realidad social y comprometida con la idea de liberación, se sumaba la valorización de la praxis social a través de la profesionalización, en donde la planificación territorial aparecía como instrumento clave para lograr el cambio social. En este contexto, es posible que la distinción entre Geografía aplicada y Geografía activa, realizada por Pierre George, también haya sido un punto de apoyo importante para estas nuevas generaciones.17 De hecho, vale destacar que, en el caso de la Geografía porteña, la obra Geografía activa había sido incorporada como material bibliográfico de algunas materias. Pero, además, para la misma época, había entrado en vigencia el llamado Plan Trienal (1974-1977) para la Reconstrucción y Liberación Nacional, que comprendía elementos de interés para la Geografía. Entre ellos se destacaba la urgencia de reestructurar el espacio argentino para lograr la unidad nacional; la necesidad del uso racional e integral de los recursos naturales, la conservación del medio ambiente y la integración del todo el espacio latinoamericano. De esta manera, había una demanda de colaboración de geógrafos y geógrafas que promovía su formación e inserción profesional para contribuir desde la planificación territorial-estatal. En rigor, la participación activa de geógrafas y geógrafos profesionales, en el marco de un proceso político de liberación latinoamericana que enfatizaba este segundo encuentro, hallaba un correlato con el proyecto del tercer gobierno peronista, en donde para la Geografía se ponderaba la tarea profesional como una forma de integrar a la disciplina tanto al sistema productivo como a la coyuntura política (Cicalese, 2007; Quintero, Dufour, Iut, 2009).

La gran mayoría de las ponencias que presentó la delegación de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires en este segundo encuentro ponían de manifiesto la renovación que atravesaba la carrera de Geografía bajo la reforma universitaria. En particular, manifestaban la adhesión al proyecto político nacional y sus reflexiones giraban en torno a las contribuciones y las funciones que la disciplina cumpliría en ese marco. De esta manera, destacando la consigna de ciencia para la dependencia o ciencia para la liberación, la presentación escrita por la Mesa de Egresados de Geografía titulada Algunas consideraciones sobre los fundamentos para una Nueva Geografía (1974) planteaba que la producción de conocimientos geográficos estaba guiada por objetivos ideológicos (justicia social, independencia económica y soberanía política), doctrinarios (socialismo nacional) y técnico-culturales (reformulación de planes de estudio y programas de materias) para lograr la soberanía popular, la ruptura con la dependencia, la integración nacional, latinoamericana y del Tercer Mundo, y la descolonización cultural. Por su parte, la ponencia presentada por el Departamento e Instituto de Geografía, bajo el título La geografía: su papel en el marco político, profesional y docente (1974), se dividía en tres partes: en la primera se sostenía el carácter político del conocimiento geográfico y su inserción en el Movimiento Nacional Justicialista a través del Plan Trienal; en la segunda se reflexionaba sobre la incorporación de geógrafos y geógrafas en el mercado laboral, comentando los cambios que habían tenido lugar en el Instituto de Geografía a partir de los trabajos iniciados en colaboración con organismos estatales, y en la tercera se discutía el papel de la docencia en la formación y preparación de cuadros pedagógicos y científicos que condujeran a la liberación nacional. En este sentido, se destacaba la relevancia de cambiar los planes de estudio:

Este es el momento en que la Geografía sea la ciencia que sirva para conocernos mejor a nosotros mismos como pueblo, como nación y que seamos partícipes de nuestra integración a nivel mundial. El logro de estos objetivos será evidenciado en la medida en que nos constituyamos en participantes activos en la confección de los planes de estudios, los cuales deberán reflejar los problemas económico-sociales y políticos que se presenten como así también las posibles formas de solución. (Departamento e Instituto de Geografía de la UNPBA, 1974:15).

En términos generales, estos documentos volvían a señalar la configuración de una Nueva Geografía que se iba construyendo con las banderas del compromiso con las causas populares y con la idea de liberación. Si bien eran ponencias que hablaban de lo que sucedía en el propio país, sus postulados estaban en sincronía con las propuestas que se planteaban para la región de América Latina y otros países del Tercer Mundo. Como señalábamos más arriba, había una retroalimentación entre la Geografía que precisaba el llamado proceso de reconstrucción nacional con la que proclamaban estos encuentros latinoamericanos:

Resulta importante la posibilidad de realizar estos encuentros dado que en ellos, podemos ampliar nuestros conocimientos con la crítica a los actuales problemas geográficos existentes (…) destacamos que estos encuentros que cuentan con aportes que van más allá de nuestras fronteras son doblemente valiosos porque los problemas que se plantean en nuestra ciencia son comunes en toda América Latina. De ello resulta que al rever los planes y programas, pensamos en una revaluación de sus contenidos, insistiendo en el estudio de aquellas áreas para lograr una comprensión humana y una integración económica de las zonas del planeta marginadas en los programas por una política educativa vigente. (Departamento e Instituto de Geografía de la UNPBA, 1974:3).

En rigor, podemos pensar que estos Encuentros Latinoamericanos no sólo funcionaban como un ámbito de intercambio de ideas y experiencias, sino también como un espacio de producción y circulación de conocimientos y, en particular para la Geografía porteña, como un entorno inspirador para reflexionar sobre los contenidos a incorporar en el proceso de (re)formulación de planes de estudios y programas de las materias. De hecho, conforme a lo que se comentó con anterioridad, algunas de las ponencias presentadas por la delegación de la UNPBA pasaron a formar parte de la bibliografía de programas que se elaboraban bajo el nuevo plan de estudios.

Siguiendo esta línea, es interesante destacar que para llevar adelante la conferencia inaugural de este segundo encuentro había sido invitado Pierre George, situación que podría reflejar su influencia en esta propuesta de Nueva Geografía. Sin embargo, George no pudo concurrir y quien daría unas palabras iniciales sería el único representante de la delegación de Brasil: Milton Santos. Invitado por Alfredo Tróccoli, este geógrafo había llegado a Comahue luego de su estadía en Tanzania. Si bien no tuvimos acceso a la presentación escrita de Milton Santos, ateniéndonos a las palabras de Reboratti, y en un repaso de la bibliografía producida por el geógrafo brasileño, es probable que sus dichos hayan estado relacionados con el artículo Geografía, marxismo y subdesarrollo (2015) publicado en la revista Antipode. Allí, Santos realizaba una suerte de estado del arte de autores e ideas que contribuirían al debate marxista en la Geografía, destacando a George, Tricart, Lacoste y Harvey, entre otros. También, en rechazo a una ideología global, Santos bregaba por la elaboración de una teoría del subdesarrollo propia de los países del Tercer Mundo, que descansara en el método dialéctico y en la comprensión del espacio como una totalidad. De esta manera, a diferencia de otros geógrafos que, como Pierre George, vinculaban Geografía y marxismo en términos de denuncia; bajo el pensamiento de Milton Santos dicha relación pasaba a ser parte de una reflexión epistemológica. Como señala Reboratti “Milton era explícito en buscar encajar marxismo y geografía” (Comunicación personal, 27 de mayo de 2019); “…que viniera Milton Santos y hablara de ‘marxismo y geografía’, nos parecía una cosa extraordinaria realmente…” (Gorojosvky, 1984:10). Así, desde una perspectiva que profundizaba en la explicitación de los presupuestos de la Nueva Geografía, la presencia y el discurso de Milton Santos marcaba sentidos y rumbos, al mismo tiempo que se convertía en una referencia ineludible para el Cono Sur (Reboratti, 1996).

Cristina Klimzsa de Sabalain, Adolfo Koutoudjian, Antonio Barbero, Vicente Di Cione y Carlos Reboratti participaron activamente en el proceso de renovación de la Geografía de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. A la vez, asistieron a este segundo encuentro y entablaron relaciones con Milton Santos. En este sentido, quizás sea posible pensar que, a través de tales vinculaciones, se haya dado un conocimiento, una lectura y una divulgación de la producción intelectual de Santos. De hecho, como mencionamos en el apartado anterior, algunas de sus obras fueron incorporadas como material bibliográfico, e incluso, fue invitado a dar una conferencia:

Milton justo en ese momento estaba pasando por Buenos Aires y lo invitamos a dar clase en una especie de anfiteatro que estaba en el viejo edificio del Hospital de Clínicas, frente a Facultad de Medicina. Y Milton habló en una especie de círculo con todos sentados y él en el medio. Fue muchísima gente, estábamos muy entusiasmados. (Reboratti, C. Comunicación personal, 27 de mayo de 2019).

Algo similar podemos decir sobre German Wettstein, cuyas obras también pasaron a formar parte de los renovados programas de las materias. De esta manera, quizás sea posible considerar que, por medio de los vínculos que se fueron forjando a través de estos encuentros, algunos actores importantes de este proyecto latinoamericano de Nueva Geografía, junto a sus obras, comenzaron a circular y a formar parte de la reforma del plan de estudios de la Geografía porteña.

En definitiva, habiendo destacado la importancia de los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía para la renovación de la carrera de Geografía de la UNPBA y su estrecho diálogo con los lineamientos más generales del denominado proyecto de reconstrucción nacional, consideramos que es posible hablar de un proceso de co-constitución entre un contexto nacional, encauzado por las ideas de la Ley Taiana, y otro latinoamericano, marcado por inéditos encuentros y vínculos de colaboración intelectual. La crítica al sistema capitalista y a la Geografía regional neutral y aséptica, la concepción de que el conocimiento geográfico tiene que ser útil a las necesidades populares y a la liberación, la búsqueda de superación del subdesarrollo dependiente, la denuncia de los desequilibrios regionales que surgen del desarrollo desigual, el estudio del espacio y de la distribución histórica de los fenómenos en él, la valorización de la praxis social a través del planeamiento territorial y la construcción de un nuevo marco teórico a través de la circulación de nuevas ideas y materiales son los puntos que, postulados desde ambos lugares, convergen en este proyecto de Geografía.

Un proyecto de Geografía ¿crítica y transnacional?

De acuerdo con Zusman (2012), diversos análisis sobre el proceso de institucionalización de la Geografía han partido y siguen partiendo de considerar el contexto nacional estatal como el único posible y válido para su estudio. De esta manera, la idea de que la Nación/el Estado/la Sociedad constituyen la forma social y política natural del mundo moderno encarna lo que Wimmer y Glick Schiller (2002) acuñan como un tipo de nacionalismo metodológico, cuyas implicancias para la historia social de la Geografía radican en la aceptación de que el Estado Nacional es el continente natural de la producción y circulación de discursos y conocimientos.

El análisis realizado sobre la reforma del plan de estudios de la carrera de Geografía bajo la experiencia de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires, llevada adelante en diálogo con la Ley Taiana y los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía, implica una suerte de ruptura con este tipo de nacionalismo metodológico, al plantear un proceso de construcción de conocimientos a través de redes transnacionales y trasfronterizas. En efecto, si por un lado el proyecto de Geografía se inscribía en el llamado proceso de reconstrucción nacional, por otro, se retroalimentaba de los debates e ideas que emergían de los encuentros de la Nueva Geografía, pero también de las posiciones de los intelectuales y las obras que se daban conocer y comenzaban a transitar. De hecho, como hemos dicho más arriba, algunas presentaciones de la delegación de la UNPBA pasaron a ser material bibliográfico de las materias, y las producciones de algunos actores claves de la Nueva Geografía, como Milton Santos y German Wettstein, se convirtieron también en referencias teóricas.

En este sentido, es importante comprender que detrás de la producción de conocimientos hay vínculos que transgreden las fronteras de los Estados nacionales: es a partir de la relación entre Alfredo Tróccoli, German Wettstein y Carlos Reboratti que se construyen estos espacios de geografía latinoamericana, y es desde la interacción entre sus diversos participantes que tiene lugar una difusión y circulación que colabora con el desarrollo de un nuevo proyecto disciplinar. Por lo tanto, es necesario superar este nacionalismo metodológico y tomar en consideración la construcción de espacios de producción de conocimiento transnacionales a través de los cuales se mantienen relaciones transfronterizas regulares, sistemáticas y sostenidas en el tiempo. Posicionarnos en esta perspectiva puede contribuir con la historia social de la Geografía al multiplicar las formas de entender los procesos de producción, circulación, difusión y recepción de conocimientos.

Ahora bien, hay una segunda cuestión que nos parece relevante plantear: ¿puede este proyecto de Geografía de la Universidad Nacional y popular de Buenos Aires ser considerado como una expresión de la Geografía crítica? Nos aventuramos a decir que sí; aunque en el marco de la historia social de la disciplina la indagatoria al pasado muchas veces se entremezcla con elementos del presente. Esta cuestión, ya señalada por Livingstone (1992), sugiere siempre hacer el intento por distinguir las auto-adscripciones o denominaciones de determinados fenómenos o procesos por parte de los actores involucrados, de aquello del pasado que, desde el presente, comprendemos bajo otras significaciones.

Tanto los documentos presentados en el Segundo Encuentro de la Nueva Geografía como así también algunos de sus actores, por caso, Carlos Reboratti (Comunicación Personal, 27 de mayo de 2019), coinciden en señalar la ausencia de la palabra crítica, aludiendo a este proyecto como Nueva Geografía. De hecho, para Quintero, Dufour y Iut (2009) se hablaba de renovación antes que de crítica, a fin de expresar los objetivos que la Nueva Geografía se proponía con respecto al legado de la geografía regional hegemónica. Sin embargo, es importante reconocer que éstas no eran las únicas posiciones, sino que también había otros actores que sí hacían referencia a una Geografía crítica o a la introducción del pensamiento crítico. Tales son los casos de Vicente Di Cione, voz recuperada a partir del trabajo de Iermoli y Tasat (2014:132) y de la Mesa de reconstrucción del Instituto de Geografía cuando decían: “…nuestros planteos son fundamentalmente críticos, críticos de un sistema del que nos tocó participar y al que, junto con el resto del Pueblo, tratamos de destruir y superar”. (Mesa de reconstrucción del Instituto de Geografía, 1974:44).

De esta manera, pareciera haber diferentes visiones entre quienes llevaron adelante esta propuesta disciplinar de la Geografía. Mientras algunos la concebían como Nueva Geografía otros hablaban de ella asociando la palabra critica. Desde nuestro presente, a la luz del recorrido que ha trazado la historia social de la disciplina, nos acercamos a esta segunda posición al creer que es posible hablar de una expresión crítica de la Geografía. Con este planteo no buscamos encasillar momentos de la historia disciplinar en ciertas categorías, sino más bien poder ampliar su comprensión.

De acuerdo con el análisis realizado a lo largo de las páginas anteriores, las referencias teóricas del proyecto de Geografía de la UNPBA no mantenían un diálogo con el marxismo o el anarquismo (que hoy asociaríamos con las corrientes críticas). En todo caso, podemos suponer que había algún tipo de apoyo en autores latinoamericanos y nacionales allegados a las ciencias sociales o en las ideas de los geógrafos franceses de izquierda. Sobre esta base, el plan de Geografía de 1974 buscaba denunciar las problemáticas socio-espaciales vinculadas al subdesarrollo dependiente de América Latina, y en rigor, a la forma de organización del mundo capitalista. Ahora bien, ¿qué entendemos por crítica? O, más precisamente, ¿qué sería una Geografía crítica? Si seguimos a Vesentini (2009), las ideas o teorías críticas no existen en sí, sino que las mismas se definen contextualmente. Así, la crítica podría concebirse como una actitud reflexiva que busca comprender los fundamentos y limitaciones de teorías, ideas y pensamientos, superándolas a través de una síntesis o nueva teorización. De hecho, para este autor la crítica también puede entenderse “…como un compromiso en algún proyecto de liberación que amplíe el espacio de la democracia, que combata todas las formas de dogmatismo y de autoritarismo…” (Vesentini, 2009:116). A partir de estas ideas, abrimos la posibilidad a pensar en la propuesta de Geografía de la UNPBA como una forma de Geografía crítica.

El proyecto de Geografía de la UNPBA partía de un cuestionamiento a la matriz regional dominante, en tanto su condición de ciencia neutral y aséptica impedía dar cuenta y solución a las problemáticas reales que atravesaba el país. En su lugar, insertándose en el denominado proceso de reconstrucción nacional y en los movimientos de liberación nacional y latinoamericana, postulaba la puesta en práctica de un conocimiento que sirviera para llevar adelante la transformación social. Allí la idea de espacio emergía como un concepto clave para el estudio geográfico, ya que, como se mencionó en el apartado precedente, ponía sobre la mesa la dialéctica entre opresores y oprimidos, dominados y dominadores y colonizados y colonizadores. El estudio histórico de la distribución de los fenómenos en el espacio cobraba sentido para entender cómo la división internacional del trabajo sostenía el desarrollo desigual de las estructuras productivas y, en efecto, un intercambio dispar con los países centrales. Así, es desde el análisis del espacio que la Geografía se configuraba como un saber dirigido a brindar herramientas para explicar y superar el subdesarrollo dependiente. Al igual que señalábamos más arriba, ya no se trataba de estudiar la región como una realidad dada, sino de problematizar el espacio geográfico bajo las propias realidades históricas del continente. Con esto, no queremos ni podemos sostener que se elaboraba una teoría espacial superadora del encuadre regional; pero quizás sería posible considerar que, desde este posicionamiento, se reconocían las limitaciones de la Geografía hegemónica y, al menos desde las intenciones, se proponía desarrollar una perspectiva diferente:

Queremos establecer un punto de partida, construir una óptica distinta, mediante la cual podamos paulatinamente ir construyendo un andamiaje teórico insertado dentro de la realidad de nuestro Pueblo, que pueda sumar fuerza en la colosal tarea de la Liberación Nacional y Social. (Mesa de reconstrucción del Instituto de Geografía, 1974:45).

Desde este planteo no se pretende afirmar que el proyecto de Geografía emergente de la UNPBA de 1973-1974 sea concebido como un conocimiento crítico, tal y como ello se entiende a partir de la década de los ochenta y noventa, en un estrecho diálogo con la teoría social y el marxismo o el anarquismo. La intención es abrir la posibilidad de identificar y conocer otras Geografías críticas en determinados marcos históricos. Así, en tanto hay un contexto social, político, cultural e intelectual que acompaña un cuestionamiento a la Geografía hegemónica y desde el cual se forja una Geografía alternativa con fines diferentes, pensamos que este proyecto de Geografía de la UNPBA puede concebirse como una crítica antes de la Geografía crítica. En este sentido, consideramos que, bajo la experiencia de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires, tuvo lugar una expresión de la Geografía crítica que podría haber servido de antesala a la Geografía crítica desarrollada en las décadas siguientes.

Para finalizar, si bien este trabajo se ha centrado en la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA), invitamos a reflexionar sobre cómo se ha dado este proceso de reforma universitaria en otras universidades nacionales y, en tal caso, que formas ha adquirido en las diferentes carreras de Geografía del país. Las reformas universitarias, tanto su legislación como su institucionalización, se internalizan y materializan de manera diferente en cada Universidad, en cada unidad académica y en cada carrera. En este sentido, deseamos que este trabajo sea una invitación a investigar los diferentes proyectos de Geografía en otras universidades nacionales y así poder colaborar con el conocimiento de las trayectorias que adquiere la Geografía, ya sea durante el período 1973-1974 o en otros momentos singulares de la historia nacional (y latinoamericana).

Bibliografía

» Andreu Abela, J. (2001). Las técnicas de análisis de contenido: una revisión actualizada.  Fundación Centro Estudios Andaluces, Universidad de Granada, 10(2), 1-34. Recuperado de: http://mastor.cl/blog/wp-content/uploads/2018/02/Andreu.-analisis-de-contenido.-34-pags-pdf.pdf

» Bartolucci, I. (1974). Programa de la materia Geografía Rural. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Bernete García, F. (2014). Análisis de Contenido (Cuantitativo y Cualitativo). En A. Lucas Marín y A. Noboa (Eds.), Conocer lo Social: Estrategias y Técnicas de Construcción y Análisis de Datos (pp. 221-262). Fragua: Madrid.

» Bruschi, R. y Cuttinella, C. (2016). La Sala de Geografía del IPA y la renovación discursiva en el pensamiento geográfico uruguayo 1965-1974. Montevideo: Grupo Magro Editores.

» Camou, A. y Pratti, M. (2012). Entrevista a Adriana Puiggros. La planificación no es contraria a la democracia: donde hay desigualdad hay que planificar. Cuestiones de sociología, 8. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de la Plata. Recuperado de: https://www.cuestionessociologia.fahce.unlp.edu.ar/article/view/CSn08a18/4340

» Cardoso, F H. y Faletto, E. (2003). Dependencia y desarrollo en América Latina. Ensayo de interpretación sociológica. Buenos Aires: Siglo XXI editores. (Publicación original 1969).

» Casullo, N (2009). Rebelión cultural y política en los ’60. En N. Casullo, R. Foster y A. Kaufman (Eds.), Itinerarios de la modernidad. Corrientes del pensamiento y tradiciones intelectuales desde la ilustración hasta la posmodernidad (pp. 165-193). Buenos Aires: Eudeba (publicación original 1999)

» Cicalese, G. (2007). Ortodoxia, ideología y compromiso político en la geografía argentina en la década de 1970. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, 12(767). Recuperado de: http://www.ub.edu/geocrit/b3w-767.htm

» Coraggio, J.L. (1974). Programa de la materia Economía Espacial. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Decreto N°35 (13 de agosto de 1973). Boletín Oficial de la República Argentina.

» Departamento e Instituto de Geografía de la UNPBA (1974). La geografía: su papel en el marco político, profesional y docente. Primera, segunda y tercera parte. Segundo Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía. Universidad Nacional de Comahue, Neuquén, Argentina.

» Difrieri, H. (1973). Programa de la materia Introducción a la Geografía. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Escolar, M. y Moraes, A.C.R. (1989). Pierre George: compromiso político, fragilidad teórica y temática regional. II Encuentro de Geógrafos de América Latina. Montevideo, Uruguay.

» Friedemann, S.M (2015). La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (1973-1974). Una reforma universitaria inconclusa. Tesis doctoral en Ciencias Sociales. Facultad de Sociología. Universidad de Buenos Aires.

» García Fanlo, L (2015). Pueblo, populismo y argentinidad. La gubernamentalidad peronista. En González (Ed.), Peronismo y representación. Escritura, imágenes y políticas del pueblo (pp. 381-401). Buenos Aires: Final Abierto. Recuperado de: https://www.aacademica.org/luis.garcia.fanlo/51

» Gorojovksy, N. (1984). Nuestro Departamento. Una charla con Carlos Reboratti. Revista de los Estudiantes de Geografía, 2, 4-13. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Iermoli, L.F y Tasat, M. (2014). Los espacios de la “nueva geografía”. En G. Daleo, S. Casareto, M. Cabrera y A. Pico (Eds.), Filo (en) rompecabezas. Búsqueda colectiva de la memoria histórica institucional (1966-1983) (pp. 129-164). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires. Recuperado de: http://publicaciones.filo.uba.ar/sites/publicaciones.filo.uba.ar/files/Filo%20%28en%29%20rompecabezas_interactivo_0.pdf

» Iut, V. (2005). La formación del campo profesional de geógrafos en la Argentina 1947-1975. Tesis de Licenciatura en Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Izaguirre, I. (2011). La Universidad y el Estado territorista. La misión Ivanissevich. En Conflicto Social, 4(5), 287-303. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Recuperado de https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/CS/article/view/380/345

» Kollmann de Curutchet, M. (1973). Programa de la materia Geografía Humana I. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Kollmann de Curutchet, M. (1974). Programa de la materia Geografía Humana I. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Koutoudjian, A. (1973). Programa de la materia Geografía Económica I. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Koutoudjian, A. (1974). Programa de la materia Geografía Económica Argentina. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Livingstone, D. (1992). The Geographical Tradition. Episodes in the History of a Contested Enterprise. Oxford: Ed. Blackwell.

» Mesa de Egresados de Geografía de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (1974). Algunas consideraciones sobre los fundamentos para una Nueva Geografía. Segundo Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía. Universidad Nacional de Comahue, Neuquén, Argentina.

» Mesa de Reconstrucción del Instituto de Geografía (1974). Apuntes para la construcción de una Geografía Nacional. Aportes para la Nueva Universidad, 5, 44-54.

» Ministerio de Educación y Cultura (1974). Ley Universitaria N°20.654. Serie Legislación educativa argentina 5. Buenos Aires: Centro Nacional de Documentación e Información Educativa.

» Pedrosa. B.V. (2013). Entre as ruinas do muro: a história da geografia crítica sob a ótica da ideia de estrutura. Tese de Doutorado em Geografia Humana. Programa de Pós-Graduação em Geografia Humana, Universidade de São Paulo. Recuperado de: https://teses.usp.br/teses/disponiveis/8/8136/tde-24092013-102013/pt-br.php

» Poder Ejecutivo Nacional (1973). Plan Trienal para la Reconstrucción y Liberación Nacional.1974-1977. Buenos Aires, Argentina.

» Puiggrós, A. (1986). Democracia y autoritarismo en la pedagogía argentina y latinoamericana. Buenos Aires: Galerna.

» Quintero, S., Dufour, E. e Iut, V. (2009). Los Encuentros de la Nueva Geografía y el surgimiento de la geografía crítica en Uruguay y Argentina durante los años ’70. XII Encuentro de Geógrafos de América Latina. Montevideo, Uruguay.

» Reboratti, C. (1974). Programa de la materia Semiología Gráfica. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

» Reboratti, C. (1996). El “efecto Milton”: Milton Santos y la geografía en la Argentina. En M.A.A. Souza de (Org.), O mundo do cidadao. Um cidadao do mundo (pp.208-214). San Pablo: Hucitec.

» Recalde, A. y Recalde, I. (2007). Universidad y Liberación Nacional. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires durante las tres gestiones peronistas: 1946-1952, 1952-1955 y 1973-1975. Buenos Aires: Nuevos Tiempos.

» Rodríguez L. (2015). Universidad, peronismo y dictadura. 1973-1983. Buenos Aires: Prometeo.

» Santos, M. (2015). Geografia, marxismo e subdesenvolvimento. GEOUSP-Espaço e Tempo, São Paulo, 19(1), 166-172. (Publicación original 1974). Recuperado de: http://www.revistas.usp.br/geousp/article/view/97312

» Terán, O. (1991). Nuestros años sesenta. Buenos Aires: Punto sur.

» Universidad Nacional del Comahue (1974). Segundo Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía. Ponencias, Declaración Final, Conclusiones y Boletín informativo. Neuquén, Argentina.

» Verdi, E. F. (2016). Produção geográfica e ruptura crítica: a geografia uspiana entre 1964 e 1985. Dissertação de Mestrado em Geografia Humana. Universidade de São Paulo.

» Vesentini, J. W. (2009). Ensaios de geografia crítica. São Paulo: Plêiade,

» Wettstein, G. (1973). Una geografía de los países dependientes. Hacia la definición de su marco teórico-práctico. Ciencia Nueva, 25, 7-13. Recuperado de: https://issuu.com/ciencianueva/docs/ciencianueva25

» Wimmer, A., Glick Schiller, N. (2002). Methodological nationalism and beyond: national state building, migration and social sciencies. Global network, 2(4), 301-334.

» Zusman, P. (2012) Espacios nacionales y transnacionales en la historia disciplinar. Hacia la comprensión de la circulación de los científicos y su repercusión en el viaje de las ideas. En G. Cecchetto, P. Zusman (Org.), La Institucionalización de la Geografía en Córdoba. Contextos, instituciones, sujetos, prácticas y discursos (1878 – 1984) (pp. 55-71). Córdoba: Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba.

Anexo de resoluciones consultadas

» Consejo Superior RES 18/73

» Consejo Superior RES 89/73

» Consejo Superior RES 90/73

» Consejo Superior RES 99/73

» Consejo Superior RES 131/73

» Consejo Superior RES 234/73

» Consejo Superior RES 403/73

» Consejo Superior RES 805/73

» Consejo Superior RES 903/73

» Consejo Superior RES 206/74

» Consejo Superior RES 47/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 23/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 24/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 27/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 28/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 185/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 212/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 427/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 454/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 517/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 594/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 627/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 633/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 769/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 773/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 777/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 797/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 857/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 976/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 977/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 1017/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 1147/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 1551/73

» Facultad de Filosofía y Letras RES 70/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 71/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 120/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 314/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 315/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 316/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 355/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 356/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 412/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 429/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 437/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 439/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 488/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 490/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 547/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 708/74

» Facultad de Filosofía y Letras RES 89/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 152/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 155/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 283/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 308/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 434/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 308/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 931/75

» Facultad de Filosofía y Letras RES 935/75

Gonzalo Lus Bietti / g.lus@hotmail.com

Licenciado en Geografía (Universidad de Buenos Aires). Doctorando en la Universidad de Buenos Aires (mención Geografía). Becario de investigación UBACYT (Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”). Integrante del grupo de estudios de Cultura, Naturaleza y Territorio. Trabaja en temas afines al pensamiento geográfico, a la historia social de la geografía y la epistemología de la geografía.


1 De acuerdo con Friedemann (2015), el proceso de cambios en la Universidad del período 1973-1974 ha sido enmarcado, por las voces de sus intérpretes, en las ideas de revolución, liberación y reconstrucción nacional. Sin embargo, desde el punto de vista analítico, puede ser comprendido en términos de una reforma. Así, para el autor, en tanto hubo una voluntad de transformación y una política específica dirigida a un trastocamiento de todo el sistema universitario, es posible hablar de una reforma que, si bien quedó inconclusa, tuvo su institucionalización tanto desde el punto de vista jurídico como desde el choque de fuerzas entre lo instituido y lo instituyente.

2 Fernando Cardoso y Enzo Faletto fueron dos de los principales intelectuales que, en el marco de las discusiones que se daban al interior de la CEPAL, avanzaron en comprender la dependencia como una situación. En su concepción, esta idea debía ser entendida como “…un instrumento teórico para acentuar tanto los aspectos económicos del subdesarrollo como los procesos políticos de dominación de unos países por otros, de unas clases por otras, en un contexto de dependencia nacional. En consecuencia, destacamos la especificidad de la instauración del modo capitalista de producción en formaciones sociales que encuentran en la dependencia su rasgo histórico peculiar.” (Cardoso y Faletto, 2003 [1969]:161-162).

3 De acuerdo con Garcia Fanlo (2015), en el discurso peronista la idea de “el pueblo” no sólo se caracteriza por la inclusión de ciertos sectores sociales, como trabajadores, pobres, obreros y desposeídos, sino también por la exclusión de otros. De esta manera “El pueblo es la comunidad nacional, la nación misma, en tanto y en cuanto peronista, de modo que existiría una escisión que deja fuera del pueblo-nación a quienes no se identifican con el cuerpo peronista: la oligarquía, los vende-patria, los contreras, los gorilas (…) al mismo tiempo quedan fuera del pueblo-plebeyo-trabajador todos aquellos que aun siendo de esa condición social tampoco se identifican con el peronismo: comunistas, socialistas, anarquistas, clases medias y trabajadoras, que funcionan para el discurso peronista como agentes, cómplices, o sencillamente también gorilas y contreras como los oligarcas que los explotan.” (Garcia Fanlo, 2015:393).

4 De acuerdo al estudio realizado por Friedemann (2015), un ejemplo de cómo se pretendía acercar a la Universidad a las causas populares fue la creación de diferentes Centros o Institutos: el Instituto del Tercer Mundo “Manuel Ugarte” para estudiar distintos aspectos de la dependencia, modos de colonización cultural y las realidades de los países del Tercer Mundo; el Centro de Estudios Sociales del Trabajo, integrado por diferentes institutos y cátedras de diversas Facultades para realizar tareas de docencia e investigación sobre las condiciones, relaciones y problemas laborales; el Instituto de la Realidad Argentina, para realizar investigaciones que permitan generar políticas acordes al desarrollo económico, social y cultural del país; y los Centros de Investigación aplicada orientados a resolver, en el territorio, los principales problemas de los sectores más vulnerables.

5 Las cátedras nacionales fueron un conjunto de materias que funcionaron entre 1967 y 1971 en FFyL, principalmente en la carrera de Sociología. Ellas tenían perfil político en cuanto representaban un acto de resistencia contra la dictadura inaugurada por Onganía. Al mismo tiempo, incorporaban ciertas innovaciones en términos epistemológicos y de enseñanza inspiradas en la pedagogía de la liberación de Paulo Freire. Haciendo del tercermundismo uno de sus ejes claves, criticaban el cientificismo, el academicismo y el imperialismo. De acuerdo con Friedemann (2015), las cátedras nacionales fueron configuradoras de la experiencia de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires, al sostener sus principales posicionamientos críticos.

6 Alberto Banfi, decano por ese entonces de la Facultad de Odontología, fue el elegido para reemplazar a Puiggrós. Sin embargo, presentaría su renuncia al día siguiente de haber asumido, tras la movilización estudiantil encabezada por la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en rechazo a su designación.

7 Desde principios de la década de 1970, esta idea de praxis había sido planteada por Adriana Puiggrós. Difusora del pensamiento de Paulo Freire, Puiggrós señalaba que el compromiso en el trabajo profesional tenía que estar puesto en crear junto al pueblo, para lo cual era necesario volcarse hacia la práctica, pero sin prescindir de la reflexión teórica: “Sumergirnos en el Movimiento de Liberación que ha creado el Pueblo, no en otro inventado por nosotros. Aceptarlo y comprenderlo en el punto al que ha llegado hasta hoy, y desde allí, volver a pensar, para aprovechar al máximo nuestros conocimientos y nuestra capacidad creadora. Rescatar la Teoría para el Pueblo.” (Puiggrós, 1986:171).

8 El 29 de julio de 1966, el reciente presidente de facto, Juan Carlos Onganía, dispuso la intervención de las universidades nacionales por medio del Decreto-Ley N°16.192, suprimiendo el gobierno de tres claustros y la autonomía universitaria. En la Universidad de Buenos Aires, en signo de protesta y resistencia, grupos de estudiantes, docentes y no docentes tomaron los edificios de diversas Facultades. Esa misma noche, las autoridades militares resolvieron el desalojo de las casas de estudio utilizando a las fuerzas de seguridad. El resultado fue la expulsión y represión violenta (con largos palos de madera) de los miembros de la comunidad académica. Con cientos de detenidos y heridos en esa jornada, más un centenar de renuncias, cesantías y exilios en los días siguientes, este hecho marcó el cierre de un período de esplendor académico-científico, y dio apertura a una política de persecución e intolerancia.

9 Es interesante pensar que la readecuación de contenidos de la materia dictada por Difrieri es una muestra de cómo algunos docentes buscaban adaptarse a situaciones de fuertes cambios a fin de conservar sus posiciones adquiridas. En este sentido, Difrieri consiguió mantenerse en sus cargos luego del derrocamiento de Perón en 1955, bajo los gobiernos democráticos de los radicales Frondizi (1958-1962) e Illia (1963-1966), durante la dictadura de Onganía (1966-1973) y, aparentemente, buscaba hacerlo bajo un nuevo gobierno peronista. Sin embargo, siguiendo a Iut (2005), su participación en los movimientos antiperonistas de la década de 1960 habría sido un contrapunto fuerte para las nuevas generaciones que, durante el período 1973-1974, dirigían el Departamento e Instituto de Geografía.

10 La noción de geógrafos franceses de izquierda tiene que ver con la propuesta teórica de Geografía activa de Pierre George, junto con otros aportes de Jean Tricart e Yves Lacoste. Este grupo de geógrafos discutían ideas sobre la Geografía aplicada, el papel del planeamiento y la situación del subdesarrollo. También formaban parte del Partido Comunista francés y fueron integrantes del grupo renovador de la Geografía humana francesa de la segunda posguerra (Pedrosa, 2013). Sin embargo, a pesar de su militancia, estos autores no establecían un vínculo epistemológico entre la Geografía y el marxismo. Los aportes de la teoría marxista aparecían como un disparador reflexivo para la denuncia y discusión (Verdi, 2016).

11 Para el grupo renovador de la década de 1970 la profesionalización tenía que ver con una geografía aplicada pero activa, es decir, comprometida con los sectores más humildes (Iut, 2005). De hecho, el planeamiento territorial sería concebido como la herramienta principal para llevar adelante el llamado proceso de liberación nacional.

12 Al respecto, pueden mencionarse también los casos de Geografía Rural (Bartolucci,1974) y Semiología Gráfica (Reboratti, 1974). La primera indagaba la “ocupación del espacio rural”, distinguiendo entre países centrales y periféricos, y la “organización espacial de la actividad agraria” prestando atención al uso y tenencia de la tierra, a la estructura y morfología agraria y cómo aquellos influyen en la configuración de paisajes. Por su parte, la segunda ponía énfasis en la expresión gráfica como metodología de trabajo de la Geografía y, a partir de allí, se analizaban “las diferentes formas de representación del espacio”, haciendo hincapié en el estudio de lo que llamaban hechos espaciales, dando una importancia singular no sólo a los mapas, sino a otras expresiones gráficas como flujos y diagramas. En ambos casos, se evidenciaba una forma novedosa de abordar la temática, haciendo del espacio el eje vertebral.

13 Los otros Centros que formaban parte del Instituto de Estudios Argentinos y Latinoamericanos eran: Centro de Estudios de Historia Argentina y Latinoamericana, Centro de Estudios de la Cultura Popular, Centro de Estudios de la Realidad Educativa, Centro de Estudios Sociales de la Comunicación, Centro de Estudios Sociales del Trabajo y Centro de Estudios Sociales de la Salud.

14 Desde 1967, la Asociación Nacional de Profesores de Geografía (ANPG) organizaba congresos de Geografía en formato bianual. El primero se realizó en Montevideo (1967), el segundo en Paysandú (1969) y el tercero en Rivera (1971). Para 1973 se había previsto un cuarto congreso en la ciudad de Salto; sería allí donde tendría lugar el Primer Encuentro Latinoamericano de la Nueva Geografía.

15 El objetivo de esta revista era relevar las diferentes propuestas que, en el seno de la Universidad, buscaban contribuir con el proyecto educativo-universitario para la reconstrucción y liberación nacional.

16 La mesa se había organizado hacia mediados de 1973 y estaba compuesta por un conjunto de estudiantes y docentes de la carrera de Geografía nucleados en torno al Instituto de Geografía. Ella tenía como objetivo adecuar la carrera a la realidad nacional.

17 La idea de una Geografía activa tenía implicancias en la forma de abordar la cuestión regional. Ello suponía dejar de lado una labor técnica supeditada a los intereses capitalistas para pasar a identificar las tensiones y contradicciones presentes en una región. En este sentido, la planificación territorial aparecía como un instrumento que permitiría alcanzar una sociedad más justa. Para Escolar y Moraes (1989), a pesar de realizar una ruptura política con la escuela vidaliana, la perspectiva de George asumía sus fundamentos y, en tanto operaba como una radicalización de la reflexión posibilista sólo realizaba una aproximación al marxismo en términos de demanda práctica y no como resultado de un esclarecimiento teórico. Por lo tanto, la Geografía de Pierre George sostenía una reflexión esencialmente empirista, en la que rara vez se explicitaban los presupuestos epistemológicos y metodológicos. Si políticamente esta Geografía activa suponía una renovación respecto de la Geografía regional vidaliana, epistemológicamente, no terminaría de despegarse de esta última.