Rodrigo Him Fábrega
Universidad de Panamá, Panamá
risraelhim@gmail.com
Recibido 31/08/2020. Aceptado 01/03/2021
Resumen1
En griego ático, la crasis obedece dos restricciones prosódicas: (i) un instrumento antihiático, que impide núcleos de sílaba contiguos; (ii) una restricción de cantidad máxima, que limita las moras a dos por núcleo de sílaba. Así, crasis y contracción son indistintas. Pero los procesos difieren en los mecanismos de propagación de rasgos, acentuación y escrutinio de núcleos. En la crasis, el núcleo más prominente aparece a la derecha, la propagación va de derecha a izquierda, y el escrutinio comienza desde la izquierda. Estos son valores opuestos a los de la contracción. La razón radica en que la contracción es léxica, pero la crasis es post-léxica.
PALABRAS CLAVE: crasis, contracción, hiato, coalescencia post-léxica, cantidad silábica.
Abstract
This research deals with crasis in Attic Greek. Crasis obeys two restrictions on prosodic structure: (i) an antihiatic device, which prevents the occurrence of contiguous syllable nuclei; (ii) a maximal quantity restriction, which limits the number of moras to at most two per syllable nucleus. Crasis is, thus, non-distinct from contraction. Crasis, nonetheless, differs from contraction in the mechanisms of feature spreading and stress assignment, as well as in the direction of nuclei scanning. Being the strongest nucleus at the right, spreading applies right to left, but nuclei scan begins to the left. Contraction observes the opposite values, because it is a lexical process, while crasis occurs post-lexically.
KEYWORDS: crasis, contraction, hiatus, post-lexical coalescence, syllable quantity.
1. Introducción
Este estudio se desarrolla en el plano del análisis de la contracción realizado en diversos estudios de fonología prosódica del griego ático.2 En la perspectiva teórica adoptada, la crasis y la contracción (fenómenos que entrañan encuentro de vocales) se amoldan a las prescripciones de la Condición Antihiática, que se formula de manera sucinta en (1), donde los símbolos de constituyentes se interpretan con los valores convencionales en fonología métrica: σ representa la sílaba; R, la rima o extremo final de la sílaba; N, el núcleo de la sílaba; X, la ranura de unidades del esqueleto prosódico de que depende la especificación cuantitativa. V1 y V2 representan vocales entendidas como agrupaciones de atributos ordenados jerárquicamente, según lo que dispone la geometría de rasgos fonológicos.3 El asterisco denota la inadecuación de la secuencia.
(1) Condición Antihiática:
La Condición Antihiática excluye las secuencias de vocales adyacentes que saturan núcleos de sílabas distintas. A causa de (1), las vocales en hiato, tanto en la crasis como en la contracción, vienen a coligarse en un núcleo común, en un proceso que tiende a preservar en lo posible la cantidad del input, y en el que se entremezclan los rasgos melódicos de los segmentos. Este proceso de coalescencia se esquematiza en (2), donde la flecha (→) se usa como símbolo de conversión, y la doble raya (₌) es el símbolo de desconexión. Ā es la vocal larga producto de la coalescencia, la cual puede ser cualitativamente distinta de las vocales del input. Cada X del esqueleto prosódico en (2) vale por un tiempo o mora.
(2) Fases esquemáticas del proceso de coalescencia:
Por la anterior convergencia, a veces se presupone que las reglas que producen la crasis son esencialmente las mismas que ocasionan la contracción (cfr. Smyth, 1920:22; Grammont, 1948:379; Lejeune, 1987:322-323; Steriade, 1982:156; De Haas, 1988:125; Devine; Stephens, 1994:267). En estos términos, la única diferencia entre los fenómenos radica en que en la contracción las vocales en hiato son parte de la misma palabra, mientras que en la crasis proceden de dos palabras que se suceden en la cadena del discurso. La exposición siguiente intentará demostrar que tal presuposición es incorrecta.
El estudio se organiza así: el primer apartado es introductorio; en el segundo, se ofrece un conjunto de enunciados que sirven como elementos previos para el análisis de los hechos. La formulación de las reglas de propagación de rasgos fónicos que caracterizan a la crasis se ensaya en la tercera parte. En la cuarta, se tratan las coalescencias que contienen moras superfluas y los procedimientos que las acomodan a los valores canónicos del sistema. La quinta sección examina tipos de crasis que parecen desviarse de la conducta regular, y propone explicaciones para sus peculiaridades. En la sexta, se contempla la cuestión de la direccionalidad de los procesos; y en la séptima, los puntos en que los patrones de acento de la crasis se diferencian de los que exhibe la contracción. La parte octava, concluye el texto.
2. Preliminares del análisis
El primer factor que debe examinarse es el de la pertenencia a estratos distintos: la crasis se instala en la región post-léxica de la fonología, mientras que la contracción se circunscribe al estrato léxico. La idea según la cual de dicho contraste se desprenden características que distinguen a un proceso del otro es completamente legítima. Así, por ejemplo, la crasis necesariamente crea una coalescencia de vocales heteromorfémicas; la contracción, en cambio, puede unir también segmentos tautomorfémicos. Además, la contracción requiere que el primer núcleo en el entorno del hiato sea una vocal pura, regulación a la cual la crasis no está sometida. De hecho, la clase de combinaciones de vocales que forman el dominio de la crasis supera en número a la de la contracción, debido a que en la frontera entre palabras son posibles en ático secuencias que no se hallan en el interior de la palabra (cfr. Lejeune, 1987:315). A lo que cabe añadir que el producto de la contracción puede servir de input para la crasis, pero lo inverso en principio no ocurre.
Abajo se mostrará que las diferencias señaladas imponen condiciones a la crasis que no son valederas para la contracción. En particular, se argumentará: (i) que en el estrato post-léxico emergen entornos característicos tanto para los procesos de propagación de rasgos que definen el contenido melódico de la coalescencia de vocales (asimilación), como para las operaciones de reajuste cuantitativo (reducción de moras superfluas); (ii) que la asignación a estratos distintos está asociada con valores diversos del parámetro de direccionalidad; (iii) que la mecánica post-léxica admite patrones de acentuación que no siempre se conforman con las reglas del acento léxico.
Las especificaciones del Cuadro 1 conforman uno de los pilares del análisis.
Cuadro 1: Valores Fónicos Contrastivos de las Vocales del Ático
Rasgos melódicos |
Vocales breves |
Vocales largas |
||||||||||
ι |
υ |
ε |
ο |
α |
ι |
υ |
ει |
ου |
η |
ω |
α |
|
alto |
+ |
+ |
- |
- |
‹-› |
+ |
+ |
- |
- |
‹-› |
‹-› |
‹-› |
bajo |
‹-› |
‹-› |
‹-› |
‹-› |
+ |
‹-› |
‹-› |
‹-› |
‹-› |
- |
- |
+ |
posterior |
- |
- |
- |
+ |
‹-› |
- |
- |
- |
+ |
- |
+ |
‹-› |
redondo |
- |
+ |
‹-› |
‹+› |
‹-› |
- |
+ |
‹-› |
‹+› |
‹-› |
‹+› |
‹-› |
RLA |
+ |
‹+› |
+ |
+ |
- |
+ |
‹+› |
+ |
+ |
- |
- |
- |
Los enunciados concernientes a los atributos melódicos que figuran en el texto se refieren a la especificación del Cuadro 1. En el mismo, los valores que no son contrastivos se encierran entre paréntesis angulares, adoptando la convención de Halle (1995:24). El complejo de rasgos se ciñe a la descripción de De Haas (1988).4 Las reglas que se formulan luego tienen como dominio el conjunto de rasgos contrastivos, que son los requeridos para diferenciar los segmentos entre sí.5
3. Contenido melódico
En el entorno de la crasis está implicada una frontera de palabra entre los dos núcleos que se coligan. De tales núcleos observó Waeschke (1875:17) que los rasgos del segundo tienden a prevalecer en el producto (cfr. Buck, 1910:73; Lejeune, 1987:323; Devine; Stephens, 1994:267). En principio, los rasgos que intervienen son los mismos que se propagan en la contracción, pero los procesos no operan en parejos términos, porque ahora la aplicación desde la derecha se reserva la primacía. Esto se debe a que en la contracción el primer núcleo tiene mayor persistencia y la propagación funciona primordialmente desde la izquierda (cfr. Grammont, 1948:359; Him Fábrega, 2019:sec.3.5). Las reglas de propagación válidas para la crasis se formulan en (3).
(3) Reglas de propagación de la coalescencia post-léxica (crasis):
En una estructura de dos conjuntos de rasgos melódicos
contiguos de tipo {[-cons.], Dorsal} (vale decir, dos vocales)
asociados con sendas ranuras del esqueleto dominadas
por el mismo núcleo, esto es, en una estructura como
la siguiente:
i. Propáguese [+post.] de derecha a izquierda.
ii. Propáguese [–RLA] de derecha a izquierda.
iii. Propáguese [+bajo] de derecha a izquierda si los segmentos comparten los atributos [–RLA, -post.].
Contrariamente a lo que ocurre en la contracción, estas operaciones post-léxicas se aplican desde el final, regresivamente. Sin embargo, los correlatos de (3) con el valor de dirección fijado en sentido opuesto (desde la izquierda) pueden aplicarse de manera defectiva a una combinación de vocales en hiato después de que hayan intervenido las reglas de (3), si cabe hacerlo. El cuadro que se obtiene invierte la imagen que aparece en la coalescencia léxica. Los datos pertinentes se ofrecen en (4). Las glosas se dan entre paréntesis.
(4) a. τὰ ἄλλα → τἄλλα [lo otro, n. pl.] (Pl. Euthd. 279b1)
b. τὰ ἀγαθά → τἀγαθά [lo bueno, n. pl.] (Pl. Euthd. 284d3)
c. τὰ ὅπλα → θὤπλα [las armas] (Ar. Lys. 277)
d. ἡ ἀρχή → ἁρχή [el principio] (Ar. V. 77)
e. ὁ ἀνήρ → ἁνήρ [el hombre] (S. Aj. 9)
Los ejemplos dejan ver dos propiedades de la crasis, a saber: (i) suele existir estrecha conexión formal o semántica entre los vocablos que se juntan; (ii) de estos, el segundo exhibe el mayor peso prosódico (cfr. Hermann, 1852:29; Lucius, 1885:11; Kühner; Blass, 1890:219-220). La segunda propiedad parece estar implicada en la prevalencia del segundo de los núcleos que se hallan en hiato (Lejeune, 1987:323), contra lo que ocurre en la contracción, para la cual ni esta ni la primera propiedad poseen relevancia.
Ahora bien, la manera en que las reglas de (3) influyen en el producto de ejemplos como los de (4a) y (4b) no comporta mayor especulación: los procesos de propagación se implementan vacuamente sobre un input que es cualitativamente idéntico al output. Considérese, en cambio, la modificación de (4c). En este caso, (3i) asigna [+post.] a la estructura ajustada por la Condición Antihiática. Luego, el reflejo de (3ii) asigna [-RLA] defectivamente desde la izquierda, y la doble asociación emergente se somete a la operación de (5), que a su vez, es el reflejo de la regla correlativa que interviene en la contracción (cfr. Him Fábrega, 2019:sec.3.5).
(5) Supresión post-léxica de [+bajo]:
El producto, por consiguiente, se definirá como [+post. –RLA, -bajo], vale decir: la ω de θὤπλα, a cuya consonante inicial se le ha transferido la aspiración de ὅπλα, en el cambio τὰ → τ͗ → θ͗. El rasgo [+red.] es redundante. Sobre el acento se tratará después. Los otros ejemplos de (4) se analizan análogamente.
3.1. Lagunas
En el conjunto de secuencias de vocales que padecen crasis en griego ático se notan lagunas que demandan algún tipo de explicación. De este modo, las vocales ι, υ, ε nunca aparecen en la posición del primer núcleo, ni tampoco la vocal larga ει (=[e:]). En Pardal Padín (2017:113) se admite que en Aristófanes, Pax 532, se da la crasis κλαύσει ἄρα → κλαύσἄρα (llorar, ind. fut. 2 s.). No obstante, este sería el único caso de ει como primer núcleo de crasis en el corpus examinado, lo cual despierta la duda. En realidad, hay otras formas de interpretar este pasaje insólito.6 Aquí se mantendrá la idea de que en ático no hay crasis con ει como primer núcleo del input.
La conducta asimétrica de la υ, en el entorno de la crasis, refleja la excepcionalidad del segmento en la elisión y la aféresis: υ no se suprime ni en un proceso ni en el otro. De otra parte, las vocales breves ι, ε, responden a la descripción melódica común [+RLA, -post.]. Constituyen, por consiguiente, la médula del espacio fónico que cubre la crasis, de acuerdo con las reglas de (3). En razón de que [post.] y [RLA] están dominados por articuladores diferentes (cfr. Halle,1995:2), el hecho sugiere que la propagación prioritaria en la crasis (derecha a izquierda) está limitada a un articulador. Puestas así las cosas, la propagación de [+post.] excluiría la de [-RLA], y viceversa. Tal análisis tiene la ventaja de incorporar como caso especial a ει, que es también de valor [+RLA, –post.]. Una alternativa, que no alcanza a ει, diría que la ausencia de vocales breves palatales en la crasis se debe a que han padecido previamente elisión (cfr. Ahrens, 1845:2-3). Conviene, en este punto, añadir que el recurso que restringe la crasis al ámbito de actividad de un único articulador no se aplica a las operaciones con parámetro de direccionalidad fijado de izquierda a derecha. Por tanto, no afecta al producto de la contracción. Pero las vocales altas se comportan en todos los entornos de manera asimétrica, y tienden a mantenerse al margen de cualquier modalidad de coalescencia (cfr. De Haas, 1988:151).
4. Moras superfluas
La prevalencia del último núcleo en el hiato que provoca la crasis entraña que el proceso se realiza desde el final, en la dirección derecha a izquierda. Esta característica explica que cuando en la secuencia hay moras superfluas, las que se suprimen pertenecen al primer núcleo de sílaba. Además, la supresión ocurre antes que la propagación de rasgos melódicos. En (6), se ofrecen los ejemplos pertinentes.
(6) a. τὸ ἡμέτερον → θἡμέτερον [lo nuestro, n. s.] (Ar. Lys. 137)
b. τοῦ ἡμετέρου → θἡμετέρου [de lo nuestro, gen. s.] (Ar. V. 527)
c. καὶ οὐκ → κοὐκ [y no] (Ar. Eq. 58)
d. καὶ ἄδικα → κἄδικα [e injusto, n. pl.] (Ar. Eq. 256)
e. καὶ εὐσταλής → κεὐσταλής [y dichosa] (S. Ph. 780)
Esta clase de expresiones se encuentra en el dominio de la Condición de Exceso de Moras, que se formula en (7), la cual se aplica en griego de la manera más general, y es independiente de los fenómenos de coalescencia. La misma dice que una sílaba puede contener a lo más dos moras y que el rebasamiento de dicha medida engendra una estructura impropia.
(7) Condición de Exceso de Moras:
Según lo expuesto arriba, en la crasis la condición (7) se implementa de conformidad con lo que instruye el enunciado (8).
(8) Supresión Post-léxica de Moras:
Eliminar las moras que sobreabundan contando regresivamente, desde el extremo derecho de la sílaba.
4.1. Ilustración
Se analizan abajo los hiatos de (6a) y (6e), en función de los mecanismos de (7) y (8).
(9) i. Input:
ii. Por Condición Antihiática:
iii. Por Supresión Post-léxica de Moras:
iv. Producto:
Importa observar que la derivación crea secuencias análogas a las que ocurren en la elisión. La causa de la supresión, sin embargo, es la sobreabundancia de moras, una situación vecina de la crasis, pero ajena a la elisión. El análisis desplegado da respuesta, así, a la cuestión planteada por Lucius (1885:15). La semejanza del producto de (9) con el de una elisión es superficial (cfr. Lejeune, 1987:325). En el fondo, la reducción del contenido prosódico obedece, por un lado, a la Condición Antihiática (la tendencia a disolver el hiato), y por otro, a la sobreabundancia de pulsos en el núcleo de la sílaba expandida.
4.2. Traspaso a coda
Las vocales altas que aparecen en el segundo núcleo del hiato pueden también someterse, en la circunstancia de sobreabundancia métrica, al recurso de reubicación en la coda, de conformidad con la operación que se define en (10), esta vez la misma que emplea la contracción (cfr. Him Fábrega, 2019:sec.3.8).
(10) Traspaso de Núcleo a Coda:
En la situación de sobreabundancia de moras, enganchar una vocal
alta como coda, siempre que sea posible.
La regla de (10) se aplica a la clase de coalescencias a que pertenecen las de (11).
(11) a. ἐγὼ οἶμαι → ἐγᾦμαι (yo creo)
b. ἐγὼ οἶδα → ἐγᾦδα (yo sé)
La secuencia relevante en los ejemplos es ω-οι. La derivación, recurriendo a (10), se da en (12).
(12) i. Input:
ii. Por Condición Antihiática:
iii. Por Traspaso de Núcleo a Coda:
iv. Por Supresión Post-léxica de Moras:
v. Por propagación de rasgos (derecha a izquierda):
vi. Por propagación defectiva (de izquierda a derecha):
vii. Producto:
En la anterior derivación, se preserva el grafo ω de la vocal del primer núcleo con intención de resaltar el carácter [–RLA], frente al [+RLA] de ο (cfr. Cuadro 1). La cantidad larga de ω se pierde en el paso (12iv). El paso (12v) propaga vacuamente el rasgo [+post.], ya que los núcleos concuerdan desde el inicio en este valor. La propagación defectiva de [-RLA] en el paso (12vi) completa los atributos de la coalescencia, que se observa en el producto en ἐγᾦμαι y ἐγᾦδα.
5. Algunos casos particulares de crasis
Los entornos en que la vocal breve ε ocupa la última ranura de la secuencia hiática reclaman descripción más detenida. Dado la asignación de valores del Cuadro 1, en tal circunstancia las reglas de propagación hacia la izquierda, características de la crasis, actúan vacuamente. Por tanto, el contenido melódico del producto depende completamente de la aplicación defectiva de las reglas de sentido inverso. Considérese, a propósito de ello, los ejemplos de (13).
(13) a. ὁ ἐμός → οὑμός [el mío] (Ar. V. 1352)
b. ὁ ἐργάτης → οὑργάτης [el laborioso] (Ar. Pax 632)
c. τὰ ἔπη → τἄπη [los versos] (Ar. Nu. 541)
d. καὶ ἔστι → κἄστι [y es] (Ar. V. 1356)
e. τῇ ἐκκλησίᾳ → τἠκκλησίᾳ [en la reunión] (Ar. Pax 667)
He aquí el análisis que la teoría expuesta le proporciona a los casos de hiato que aparecen en (13a-13b) y (13d).
(14) i. Input:
ii. Por Condición Antihiática:
iii. Por Supresión Post-léxica de Moras:
iv. Propagación de rasgos (derecha a izquierda): N/A
v. Por propagación defectiva (de izquierda a derecha):
vi. Producto:
El paso (14iii) requiere comentario. La secuencia ι-ε no puede padecer crasis, por la restricción que excluye a las vocales altas del primer núcleo del hiato (cfr. sección 3.1). De hecho, ι es parte de un diptongo en dicho núcleo y no cuenta como vocal pura. En consecuencia, la mora superflua que se elimina no es la de la α, segmento prominente del diptongo, sino la intermedia de la semivocal (cfr. Lejeune, 1987:322). La supresión post-léxica de las moras sobreabundantes refleja aquí el funcionamiento de la regla léxica que reduce dichas ranuras en la contracción (cfr. Him Fábrega:2019).7
El paso (14iv) representa el resultado vacuo de la propagación post-léxica hacia la derecha: no hay rasgos que se propaguen desde el complejo que configura la vocal ε.
5.1. El nexo καί en posición de crasis
El análisis elaborado ofrece una explicación para la conducta variable que exhibe el nexo καί en la crasis (cfr. Kühner;Blass, 1890:221; Smyth, 1920:22), cuando se coliga a voces que empiezan por ει. Los datos se enumeran en (15).
(15) a. καὶ ἐγώ → κἀγώ (y yo] (Ar. Eq. 647)
b. καὶ εἶτα → κᾆτα [y después] (Ar. Pax 160)
c. καὶ εἰ → κεἰ [y si] (Ar. Pax 176)
La variación se constriñe al par (15b)-(15c), donde figuran manifestaciones distintas en la coalescencia de lo que parecen ser combinaciones de las mismas vocales. La clave de la alternancia se halla en la observación de Lucius (1885:15), según la cual εἶτα comprende un caso de verdadera diptongación de ει, mientras que en el nexo εἰ el dígrafo representa la vocal larga ɛ̄ (=[e:]). Consiguientemente, la expresión de (15b) puede ser sometida al proceso de Traspaso de Núcleo a Coda (10), desde donde su derivación viene a ser indistinta de la de (15a), que es en rigor la que se despliega en (14), para la coalescencia de κἄστι. En cambio, en (15c) el último núcleo está saturado por una vocal pura, y el proceso de reducción que interviene es Supresión Post-léxica de Moras, con el cual se eliminan todas las ranuras del primer núcleo. Abajo se disponen las derivaciones de los términos relevantes.
(16) i. Input:
ii. Por Condición Antihiática:
iii. Por Traspaso de Núcleo a Coda:
iv. Por Supresión Post-léxica de Moras:
v. Por propagación de rasgos (derecha a izquierda):
N/A N/A
vi. Por propagación defectiva (de izquierda a derecha):
vii. Producto:
Pareja descripción se extiende a la coalescencia que se produce en (17).
(17) ἡ εὐσέβεια → ηὑσέβεια [la piedad] (S. Ph. 1443)
El recorrido desde las formas originales hasta la crasis es el mismo que se da en (16) para la derivación de κᾆτα, ejemplo (15b), a saber: Reducción de núcleos en hiato (Condición Antihiática), traspaso a coda de la semivocal υ, supresión post-léxica regresiva (de una de las moras de η) y propagación defectiva (desde la derecha). La diferencia consiste en que en (15b) ocurre la intromisión de la semivocal entre los núcleos, mientras que en (17) el primer núcleo es una vocal pura larga. La derivación se ve confirmada por la crasis ὦ Εὐριπίδη → ωὖριπίδη (Oh, Eurípides, voc. s.) de Aristófanes, Th. 4, que se acoge al mismo análisis.8
5.2. Coalescencias con alternancias de origen pragmático
Considérese la secuencia hiática del ejemplo de (18), atestiguado en Las Traquinias de Sófocles, v.60 (edición de Jeb; Davies, 1908).
(18) τῷ ἀνδρί → τἀνδρί (el hombre, dat. s.)
La coalescencia se puede explicar así: tras el acomodo ocasionado por la Condición Antihiática y los procesos de supresión de moras, se llega a la estructura (19), creada por propagación post-léxica prioritaria (desde la izquierda).
(19)
Ahora bien, del Cuadro 1 se desprende que en griego ático no existen vocales posteriores bajas. La criba del sistema de valores subyacentes, en este caso, constriñe el contenido melódico de las ranuras métricas, y bloquea la propagación defectiva de [+post.], con lo cual se obtiene un producto indistinto de una asimilación total, como se refleja en (20).9
(20)
El anterior tratamiento no es válido en el caso de las coalescencias en que interviene la partícula interjectiva ὦ. En las mismas, la ω prevalece siempre, como se comprueba examinando los datos de (21).
(21) a. ὦ ἄνθρωπε → ὦνθρωπε [Oh, varón] (Ar. Nu. 644)
b. ὦ οἰζυρέ → ᾠζυρέ [Oh, infeliz] (Ar. Nu. 655)
c. ὦ ἀγαθέ → ὦγαθέ [Oh, noble] (Ar. Eq. 73)
Puesto que las combinaciones de las vocales en hiato en ejemplos como el de (18) pueden ser virtualmente idénticas a las que figuran en (21), la alternancia en el producto no debe depender de factores meramente internos o formales. Parece estar implicado aquí, más bien, un mecanismo pragmático que busca prevenir la ambigüedad ocasionada por la homonimia. Esta condición, presumiblemente, se manifiesta en diversos planos de la organización gramatical del griego, no menos que en la dinámica discursiva de otras lenguas (cfr. Ullmann, 1963:319; Martinet, 1974:312). Especialmente, en el plural ὦγαθοί [Oh, nobles] (Ar., Eq. 843), la aplicación de los procesos fonológicos regulares habría creado, en *ἀγαθοί (voc. pl.), una convergencia formal casi completa con la crasis de οἱ ἀγαθοί en ἁγαθοί (los nobles, nom. pl.; S. Ph. 873).10 El recurso antihomonímico, contrapuesto a la ambigüedad (cfr. Lejeune, 1987:323; Pardal Padín, 2017:116), sería responsable de la intervención de una regla dependiente del contexto, restringida de hecho a la partícula ὦ, que convertiría a las combinaciones de vocales en hiato que contienen la interjección en las únicas donde el primer núcleo prevalece en el producto de la crasis. Con esta conjetura, tal comportamiento está guiado por razones de carácter pragmático, más que por los principios de la conformación estructural del sistema.
5.3. Coalescencia de ο con οι (hiato ο-οι)
Resta explicar la situación en que una vocal breve cerrada (esto es, [+RLA]) en el primer núcleo entra en coalescencia con un diptongo que tiene como base otra vocal breve cerrada. La primera vocal debe ser ο, dada la restricción examinada en la sección 3.1, atrás, y la combinación atestiguada es la de los ejemplos de (22).
(22) a. τὸ οἰκίδιον → τᾠκίδιον [la casucha] (Ar. Nu. 92)
b. ὁ οἰκότριψ → ᾡκότριψ [el esclavo] (Ar. Th. 426)
En este tipo de crasis, se aplica al comienzo la regla de traspaso a coda de la semivocal. La coalescencia de las dos vocales posteriores debería producir, por la unión de núcleos iguales de valor [-bajo, +RLA], la vocal media cerrada ου (= [o:]). En el output, en cambio, la ortografía recibida registra ω (= [ɔ:]), vocal media abierta de carácter [-bajo, -RLA]. Una explicación posible para este fenómeno puede extraerse del hecho de que en griego ático no hay huellas de la existencia de diptongos largos cuyo elemento prominente sea de valor [+RLA] (cfr. Brandenstein, 1964:95). La tendencia a la preservación de la estructura subyacente de los segmentos (cfr. Kiparsky, 1985:87; Mohanan, 1991:303), característica del estrato léxico, parece intervenir también en este entorno post-léxico reajustando las coalescencias de (22) en el sentido que se indica en los diagramas de (23).
(23)
Otra posibilidad, congruente con la oposición entre crasis y contracción, consiste en relacionar la aparente irregularidad de las formas de (22), con una falencia del sistema de escritura, que en el caso griego no posee los medios adecuados para reproducir los rasgos de los diptongos largos del tipo de [o:j], [e:j]. Las grafías impropias *ουι y *ειι no están disponibles en el inventario de signos. Se debe acudir, entonces, a ῳ como sucedáneo, por ser la expresión más próxima a los valores fónicos de la coalescencia. Según ello, el grafo ῳ representa los atributos de la estructura que se marca como [+RLA] en (23), y el proceso de conversión hacia el valor opuesto es ilusorio. Pero este punto de vista no es menos conjetural que el anterior.
Interesa notar, en conexión con lo expuesto, que en el estrato léxico en ático la secuencia de segmentos ουι (cfr. Pl. Smp. 215e) es invariablemente heterosilábica y heteromorfémica, constituyendo un hiato indisoluble (vale decir, incontráctil), como puede verse en el demostrativo τουτουΐ (este mismo, gen. s.). La cuestión reclama más investigación (cfr. Lejeune, 1987:320).
6. Direccionalidad
La cuestión atinente al sentido en que funciona la crasis fue someramente considerada por Waeschke en su estudio sobre el fenómeno en el corpus aristofánico (1875:19-20). Así, al encarar el problema de la crasis doble, en la que se mezclan vocales de tres palabras consecutivas, Waeschke dispuso que el proceso ocurre de manera subitánea (léase, instantánea), siendo para ello irrelevante la dirección en que opera, desde la izquierda o desde la derecha. Y aunque el autor notó que los datos disponibles de crasis doble se pueden resolver en un sentido o en el otro, la aproximación subitánea que elabora encubre un desplazamiento de izquierda a derecha. Tal modo de direccionalidad refleja la primacía del último núcleo en el input de la crasis y el funcionamiento de sus reglas de propagación de rasgos.
Los tres ejemplos de crasis doble en ático, todos aristofánicos, se dan en (24). En los mismos, la palabra intermedia es alguna forma del artículo. El ejemplo (24c) se debe a una conjetura aceptada por Waeschke.
(24) a. καὶ οἰ ἄνδρες → χἄνδρες [y los hombres] (Ar. Lys. 594)
b. μοι ὁ ἐταῖρος → μοὐταῖρος [mi compañero] (Ar. Ec. 912)
c. καὶ ἡ ἄγχουσα → χἄγχουσα [y la ancusa] (Ar. Lys. 48)
El supuesto empleo de la forma neutra del relativo ἅ como término intermedio de crasis doble en un pasaje de Aristófanes (Th. 90) y en otro de Sófocles (OC 13) parece no recibir el respaldo de los documentos. El input sería el de (25).
(25) καὶ ἃ ἄν (y si estas cosas)
Aquí, como en todos los ejemplos, salvo el de (24b), la primera palabra de la coalescencia es la partícula καί. Pareja observación se extiende a los datos de crasis doble en dialecto dórico expuestos en (26).
(26) a. καὶ ὁ ἐλέφας → χὠλέφας [y el marfil]
b. καὶ ὁ ἐκ δρυμοῖο λέων → χὠκ δρυμοῖο λέων [y el león selvático]
c. καὶ ὁ ἐμός → χὠμός [y el mío]
d. καὶ ὁ ἀνήρ → χὠνήρ [y el hombre]
El ejemplo de (26a) procede de una inscripción de Egina interpretada por Fraenkel (1902:371, inscripción 1580). El de (26b) es de Teócrito (1.72), y se cita en varias fuentes (cfr. Lucius, 1885:21; Kühner; Blass, 1890:225; Buck, 1910:73). Los dos últimos son también de Teócrito (15.18, 148).11
Las coalescencias en dórico difieren en algunos aspectos de las del ático, pero unas y otras son derivables comenzando desde el extremo izquierdo, con un primer ligamen del núcleo inicial y el intermedio, cuyo producto se liga en una segunda fase al último núcleo. Abajo de despliegan las derivaciones de las crasis presentes en (24a) y (26a). Las representaciones se dan en forma invertida, para ponerlas en relación con las palabras que entran en crasis.
(27) i. Input:
ii. Condición Antihiática (primera fase):
iii. Supresión Post-léxica de Moras (primera fase):
iv. Propagación de rasgos (primera fase):
v. Condición Antihiática (segunda fase):
vi. Supresión Post-léxica de Moras (segunda fase):
vii. Propagación de rasgos (segunda fase):
viii. Producto:
El análisis desarrollado es congruente tanto con el carácter post-léxico de la crasis, como con la observación de que el fenómeno funciona en varios respectos como el reverso de la contracción. En el discurso conexo, las expresiones se unen lineal y consecutivamente. Este modo de organización no es válido en el lexicón, donde la estructura congrega diversos planos y es, en consecuencia, multidimensional (cfr. Halle, 1990:150).
7. Acento
Arriba se dijo que las expresiones del nivel post-léxico no siempre se ajustan a los moldes del estrato léxico (cfr. Kiparsky, 1985:86; Kaisse; Shaw, 1985:4-6; Clements, 1990:sec. 5.1). Esta consideración, que se muestra válida respecto de las secuencias de vocales que se admiten en la crasis, se extiende a las constricciones que definen los esquemas métricos, y especialmente a las reglas del acento. Ahora se mostrará que la crasis puede desobedecer las reglas de la acentuación léxica.
7.1. El acento en la contracción
El fenómeno léxico de la contracción está regido, en el plano más general, por dos tipos de condiciones, a saber: (i) Las que regulan la ubicación del tono en la palabra, vale decir, las de limitación y acento recesivo (cfr. Steriade, 1988:272; Probert, 2006:62); (ii) La que declara que en una coalescencia el acento se mantiene sobre la mora que lo porta en la expresión no contracta (cfr. Vendryes, 1904:60; Allen, 1973:257). De acuerdo con (i), con vocal breve en la última sílaba, el esquema será proparoxítono; pero si la última es larga, el esquema será paroxítono. Se trata del contraste entre ἄνθρωπος (hombre, nom. s.) y ἀνθρώπου (hombre, gen. s.). Ahora bien, importa añadir que en las expresiones no recesivas de acentuación intermedia (Probert, 2006:65), si hay vocal larga en la penúltima sílaba y breve en la última, el esquema será properispómeno, aun cuando en el paradigma se observen formas paroxítonas. Esto da cuenta del contraste entre γυμνῆτες (soldado, nom. pl.) y γυμνήτων (soldado, gen. pl.). Las expresiones de (28), contractas o no contractas, se acomodan a las disposiciones formuladas.
(28) a. δῆμος (pueblo, nom. s.)
b. δήμου (pueblo, gen. s.)
c. ἄνθρωπε (hombre, voc. s.)
d. φιλέωμεν → φιλῶμεν (amar, subj. pte. act. 1 pl.)
e. δουλόωμεν → δουλῶμεν (subyugar, subj. pte. act. 1 pl.)
En las formas contractas de (28d) y (28e), se implementan sin reparos las condiciones de (i) y (ii): los términos satisfacen la cláusula de limitación y el acento sale sobre la mora que lo lleva en la forma sin contraer. Conviene aquí observar que en la contracción la situación de exceso de moras se resuelve suprimiendo las internas, cuando cabe hacerlo (cfr. Him Fábrega:2019). Por tanto, la derivación de las coalescencias de (28d-e) sigue los pasos que se despliegan en (29).
(29) i. Input:
ii. Condición Antihiática:
iii. Supresión léxica de moras:
iv. Propagación léxica de rasgos:
En esos datos, el acento va, según lo esperado, en la primera ranura métrica del núcleo de sílaba larga del output (esquema circunflejo V´V = Ṽ), que corresponde al de έ y ό en el input, como se observa en los pasos (29iii) y (29iv).
En general, la diferencia entre marca de circunflejo y marca de agudo en la penúltima sílaba de las formas contractas que se derivan de voces no contractas con acento recesivo (caso no marcado de acentuación) puede considerarse consecuencia de la acción de las reglas de limitación. La ilustración se da en (30).
(30) a. φιλεέτω → φιλείτω (amar, imp. act. 3 s.)
b. φιλέετε → φιλεῖτε (amar, imp. act. 2 pl.)
Sin contraer, las expresiones de (30) satisfacen la regla de limitación: todas retraen el tono hasta donde lo permite dicha norma: son paroxítonas con última sílaba larga y proparoxítonas con última breve. Contractas, satisfacen a la vez la condición de conservación: el tono queda sobre la mora que lo tiene en la forma sin contraer: la del segundo núcleo del hiato en (30a); la del primer núcleo en (30b).
7.2. El acento en la crasis
Como fenómeno de coalescencia, la crasis incorpora también los rasgos de acentuación de las expresiones del input. Así, al igual que la contracción, la crasis se ciñe al principio de conservación del acento de las formas originales. Sin embargo, por ser un fenómeno post-léxico, la crasis no se amolda a los patrones de limitación que se aplican en el estrato léxico, contra lo que se admite en algunos estudios (cfr. Lucius, 1885:11-12; Kühner;Blass, 1890:331; Smyth, 1920:22). El enunciado de Ahrens (1845:3), de que las palabras coligadas en crasis terminan siendo regidas por un único acento, aportado por la voz prosódicamente dominante (por lo regular, la última), solo se cumple cuando en la amalgama interviene algún clítico. Los clíticos son voces que no pueden aportar rasgos de acento, ya que carecen de los mismos, lo cual convierte a la regla de Ahrens en un caso especial del principio de conservación del sitio del acento del input. Esto explica las coalescencias de (31).
(31) a. τὸ ἔργον → τοὔργον [el hecho] ( Ar. Eq. 787 )
b. καὶ ἔστι → κἄστι [y es] (Ar. V. 1356)
En (31), el acento del input se mantiene en el producto (esquema paroxítono), pero la obediencia del principio de conservación de la estructura prosódica se halla en conflicto con las pautas distribucionales de la acentuación léxica. Las expresiones post-léxicas de (31) quebrantan la regla del esquema properispómeno, que demanda, con última sílaba breve, circunflejo en la penúltima larga (cfr. Hermann, 1852:26; Waeschke, 1875:22), pero respetan el principio de conservación: la mora que porta el acento en la fase inicial, la de la ἔ en los ejemplos, lo conserva en la fase final, siendo la segunda del núcleo largo que engendra la crasis. Resulta, así, un paroxítono con final trocaico, en lugar del properispómeno que pide la regla del estrato léxico.
De otro lado, la estipulación de Ahrens confronta problemas para describir los casos de crasis en que no intervienen clíticos, como ocurre en los ejemplos de (32).
(32) a. ὦ ἄνθρωπε → ὦνθρωπε [Oh, varón] (Ar. Nu. 644)
b. ὦ ἄναξ → ὦναξ [Oh, señor] (S. Aj. 510)
En estos casos, los dos núcleos de sílaba que se amalgaman en el producto son portadores de acento en la fase inicial. La coalescencia se acomoda, por cierto, a la condición de estar regida por un único acento, pero este no procede de la última, sino de la primera voz de la secuencia del input, la interjección ὦ, de cuyo carácter monosilábico no cabe deducir ningún tipo de atonía. Por el contrario, su valor conativo entraña más bien alguna forma de énfasis (cfr. Jakobson; Waugh, 1987:47). Atrás se comprobó que dicha interjección invoca una regla especial de propagación que preserva sus rasgos melódicos. Ahora se comprueba que la misma es correlato de otra regla que mantiene su estructura prosódica. Pero la crasis de (32a), al igual que las de (31), infringe las normas de la acentuación léxica: el producto exhibe signo de circunflejo en la antepenúltima sílaba, en abierta discrepancia con las reglas que limitan la distribución del tono en el lexicón (Probert, 2006:60).
Pero el punto en que el principio de Ahrens sufre total descalabro se halla en el entorno en que las moras acentuadas del input no están en núcleos contiguos. Entonces, es posible la conservación de los dos acentos. La confirmación la da (33).
(33) a. ὦ ἀγαθέ → ὦγαθέ [Oh, buen amigo] (Ar. Eq. 71)
b. ὦ ἀγαθέ → ὦγάθ̓ [Oh, buen amigo] (Ar. V. 1145)
c. ὦ ἀγαθοί → ὦγαθοί [Oh, buenos amigos] (Ar. Eq. 843)
d. ὦ ἀγαθαί → ὦγαθαί [Oh, buenas amigas] (Ar. Lys. 765)
Nuevamente, en (33) se despliegan coalescencias particulares en que intervine la interjección ὦ. En (33b), forma usada por Aristófanes en Avispas, verso 1145, la elisión de la vocal final acentuada del vocativo provoca la retracción del tono hacia la sílaba precedente (así: ἀγαθέ → ἀγάθ̓). En los otros ejemplos, el tono se instala en el producto allí donde se encuentra en el input, como lo predice el principio de conservación. Pero las formas unidas por crasis se apartan de la constricción del estrato léxico que pone la cifra de un acento como máxima posible en una palabra aislada (Vendryes, 1904:59). Fuera de la restricción a la palabra como ítem del vocabulario, tal disposición es indistinta del principio enunciado por Ahrens para la crasis. Pero en la crasis no hay palabras aisladas, sino expresiones que se suceden en la cadena de discurso, y para las que las operaciones del lexicón pueden quedar suspendidas (cfr. Lejeune, 1987:326), como lo confirman los términos provistos de acentuación doble de (33).
Hay datos suplementarios que abonan la anterior conclusión (cfr. Him Fábrega, 2016:62). Los ejemplos, todos aristofánicos,12 se dan en (34).
(34) a. καίτοι ἐστὶν → καίτοὐστὶν [y en verdad es] (V. 599)
b. μέντοι ἔφασκεν → μέντοὔφασκεν
[ciertamente, él dijo] (Ec. 410)
c. δήξομαι ἄρα → δήξομἄῤ [herir, ind. fut. 1. s.] (Ach. 325)
d. ὅσαι ἡμέραι → ὅσἠμέραι [cuantos días] (Pl. 1006)
De nuevo, de acuerdo con el principio de conservación, en (34) el tono permanece sobre la mora que lo lleva en el input. Pero en este, hay dos núcleos discontinuos acentuados, y en el producto se refleja la duplicación, aunque la coalescencia se oponga a la regla de acento único del estrato léxico.
En resumen, las reglas de limitación y de acento único, con las propiedades que de ellas se siguen en el estrato léxico para la contracción, pueden verse suspendidas en el estrato post-léxico, como lo revelan las expresiones unidas por crasis de (31), (32), (33) y (34). Aquí, el esquema de acento está regido rigurosamente por el principio de conservación.
8. Conclusión
Contra la tesis de que la crasis y la contracción son manifestaciones del mismo proceso (Smyth, 1920:22; Grammont, 1948:379; Lejeune, 1987:322-323; Steriade, 1982:156; De Haas, 1988:125; Devine; Stephens, 1994:267), en el presente estudio han sido examinadas diversas propiedades que en conjunto distinguen con nitidez un fenómeno del otro. Ciertamente, la contracción y la crasis satisfacen por igual las demandas de la Condición Antihiática y la constricción que limita a dos el número de moras que puede portar un núcleo de sílaba. También, dada la caracterización contrastiva de las vocales del ático clásico del Cuadro 1, sección 2, ambos procesos suponen la propagación de los mismos rasgos melódicos. No obstante, las reglas de estas coalescencias no operan con los mismos valores: en la crasis adquiere primacía la dirección de derecha izquierda en la amalgama de los núcleos de sílaba, en cuanto los atributos del núcleo final en situación de hiato tienden a persistir en el producto, y las moras superfluas (cuando las hay) se suprimen en la orilla izquierda, de modo que se eliminan las que aporta el núcleo inicial. Esto explica que la propagación opere con primacía desde la derecha.
Según lo anterior, son varios los aspectos en que la crasis se opone a la contracción. En esta, la primacía en la propagación de rasgos la adquiere la direccionalidad de izquierda a derecha, y el núcleo que tiende a persistir, sin considerar las diferencias de cantidad, es el que ocupa la posición inicial. Además, las moras que se suprimen se hallan en el sector interno de la secuencia asociada con el mismo núcleo.
Por otro lado, el fenómeno de la crasis doble, en el que se unen tres núcleos de sílaba contiguos en dos fases consecutivas, confirma el funcionamiento en sentido inverso de la crasis con respecto a la contracción. La crasis doble se implementa desde el extremo izquierdo de la cadena de núcleos, mientras que la contracción consecutiva (podría llamársela, por analogía, ‘contracción doble’), une los elementos desde la derecha. Esta observación se mantiene aun en ciertos casos en que la contracción doble se desarrolla en fases que debieran explicarse diacrónicamente (cfr. Grammont, 1948:377).
Hay, por consiguiente, dos factores en el escenario: la propagación de rasgos y el escrutinio de núcleos en hiato. Los mismos reciben valoración cruzada en la crasis, cuando este proceso se compara con la contracción, como se aprecia examinando el Cuadro 2.
Cuadro 2: Dirección de la propagación de rasgos y el escrutinio de núcleos
Tipo de Proceso |
Propagación |
Escrutinio |
Crasis |
Derecha a izquierda |
Izquierda a derecha |
Contracción |
Izquierda a derecha |
Derecha a izquierda |
En la crasis, los núcleos se cuentan desde la izquierda, pero la propagación (asimilación) es regresiva. En la contracción, la propagación es progresiva, pero el escrutinio de núcleos se realiza desde el final. Importa añadir que el Cuadro 2 se refiere a la aplicación prioritaria de los procesos, porque supletoriamente es posible que intervengan en un segundo momento, siempre en sentido contrario, las operaciones defectivas de propagación, como se ha mostrado en las derivaciones desplegadas en la exposición.
El conjunto de secuencias de vocales que constituye el dominio de actividad de la crasis supera en número al que sirve de dominio para la contracción. A diferencia de esta, aquella no requiere que el primer núcleo en hiato sea una vocal pura. Tal contraste, al igual que los que han sido expuestos, se halla directamente asociado con los condicionamientos de los estratos en que se ponen en actividad los fenómenos: la contracción es un fenómeno léxico, mientras que la crasis se implementa en el estrato post-léxico.
También la especificidad de los esquemas de acento de la crasis se desprende de la diferencia de los estratos. En el post-léxico, entra en conflicto el principio de conservación de atributos prosódicos del input con las reglas que restringen su distribución en el estrato léxico (reglas de limitación y retrocesión del tono). Y el conflicto se resuelve poniendo en suspensión la actividad de las últimas. Dicho de otro modo, los núcleos que entran en coalescencia en la juntura de las palabras en la cadena del discurso pueden manifestar rasgos prosódicos que no se avienen con los mecanismos de limitación y acentuación recesiva a que está sometida la contracción.
En resumidas cuentas, del análisis se desprende que la crasis no es la manifestación de la contracción en la esfera del discurso conexo, sino un fenómeno que en varios respectos se presenta como su opuesto. Frente a dicha oposición operativa, se mantiene en el plano más general la obediencia a la Condición Antihiática y a los mecanismos de reajuste por excedencia de pulsos, de los que se deriva la inclusión de los dos fenómenos en la categoría común de la coalescencia.
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11 El texto de este artículo ha experimentado mejoras en diversos aspectos, tanto de forma como de fondo, derivadas de las observaciones de dos árbitros de Anales de Filología Clásica, a quienes se agradece la pulcritud y la perspicacia del comentario. De los errores que subsisten, es responsable sólo el autor.
2 Tras la investigación seminal de Steriade (1982), es de notar, en este respecto, el aporte de De Haas (1988). En el plano descriptivo, Grammont (1948) provee un examen especialmente lúcido de los aspectos generales del encuentro de vocales en griego antiguo, mientras que Pardal Padín (2017) contabiliza los datos de crasis atestiguados en dicha lengua. En Him Fábrega (2019), se analizan, en perspectiva concordante con la que aquí se asume, varios de los problemas relacionados con los fenómenos de la coalescencia de vocales del ático.
3 Para la aproximación teórica general, véase Kiparsky (1985); Mohanan (1986); Clements (1990); Kenstowicz (1993); Halle (1990); Halle (1995); Casali (2011), y los trabajos conexos.
4 Más explícitamente, es una adaptación de la primera de las alternativas expuestas en De Haas (1988:97). La segunda alternativa se postula en Sommerstein (1973), y en Probert (2010).
5 En el Cuadro 1, se emplean los signos de la ortografía griega convencional en la que ει representa la vocal palatal cerrada larga [e:] y ου la vocal velar cerrada larga [o:]. RLA es el rasgo de raíz de la lengua avanzada. En general, el texto usa en las glosas las siguientes abreviaciones: 1=primera persona, 2=segunda persona, 3=tercera persona, ac.=acusativo, act.=voz activa, cons.=consonántico dat.=dativo, fut.=futuro, gen.=genitivo, imp.=imperativo, impto.=imperfecto, ind.=indicativo, n.=neutro, nom.=nominativo, N/A=no aplicable, opt.=optativo, pas.=voz pasiva, pl.=plural, post.=posterior, pte.=presente, red.=redondeado, RLA=raíz de la lengua avanzada, s.=singular, subj.=subjuntivo, voc.=vocativo. Otras abreviaciones se explican in situ.
6 La cuestión de si la partícula ἄρα puede ser segundo término de crasis con verbo como primer término es objeto de una vieja disputa (cfr. Ahrens, 1845:7; Waeschke, 1875:10; Lucius, 1885:14; López Eire, 1996:82-83). En principio, es posible que ει en κλαύσει represente un diptongo (cfr. Brandenstein, 1964:314) y Hermann (1852:29) afirmó que en verbos que acaban en diptongo ocurre crasis solo en futuro de primera persona. Por otro lado, en Pax 532 podría leerse κλαύσῃ en vez de κλαύσει (Kühner; Blass, 1890:223; Devine; Stephens, 1994:270). La coalescencia de εἰ ἄν > ἐάν > ἄν (Chantraine, 1970:307; Lejeune, 1987:322) es más antigua y debe contarse en el grupo de las crasis lexicalizadas.
7 En el producto, aquí como en otros lugares del texto, se añade entre corchetes, junto a la ortográfica convencional, la representación fonética estándar de los segmentos. El paso (14v) presupone la propagación defectiva de [-RLA] desde α hacia ἔ en καὶ ἔστι → κἄστι.
8 La observación es válida también para la crasis de καὶ εἰς → κεἰς (y hacia), que aparece en Eurípides, Med. 766; y para la de καὶ εἴπερ → κεἴπερ (y después), que figura en Aristófanes, Ach. 923. Una interpretación diferente de estos hechos se ofrece en Lejeune (1987:324).
9 En el Cuadro 1, α se especifica como [-post.] por su posición central en el espacio articulatorio.
10 Se produciría, además, convergencia formal parcial con ἀγαθοί (nobles, nom. pl.), sin artículo.
11 En la edición consultada, la de Cholmeley (1906), se lee χὡμός por χὠμός y χὡνήρ por χὠνήρ, con marcación redundante de la aspiración sobre el producto de la crasis. La redundancia ha sido suprimida en el texto.
12 Hay expresiones similares en Teócrito; por ejemplo, en Idilio 2.66: “τῶὐβούλοιο,” crasis de τῶ Εὐβούλοιο [la (hija) de Eubolo].