Candioti, Magdalena (2021).
Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 270 páginas.
Gabriela Mitidieri
Instituto de Investigaciones en Estudios de Género (IIEGE) - UBA, Argentina
¿Cómo contar la historia de la abolición de la esclavitud en nuestro país? ¿A partir de los debates jurídicos en torno a la esclavitud y su ilegitimidad? ¿Escudriñando las experiencias de personas esclavizadas en sus sitios de trabajo, en el frente de batalla o en instancias de justicia para ensanchar sus márgenes de acción? El libro de Magdalena Candioti aborda el desafío de explorar de conjunto esas dimensiones de análisis para reconstruir un proceso complejo y no lineal. Y al hacerlo, busca contrarrestar omisiones históricas que aun informan los sentidos comunes sobre la experiencia negra en nuestro país. En torno a su problema de estudio, Candioti recorta una periodización que pone de manifiesto los hitos jurídicos y las estrategias cotidianas que allanaron el camino de la legislación y la volvieron herramienta útil. Pero también extiende la indagación hasta la segunda mitad del siglo XIX, más allá de las declaraciones formales de abolición. Así, muestra en qué medida la creación de nuestro país y sus instituciones se cimentó sobre exclusiones explícitas de base racial.
En los siete capítulos que componen el libro, la historiadora estudia el modo en el que los significados sobre igualdad y libertad alumbrados en tiempos revolucionarios impactaron entre la población esclava del territorio (capítulo 1); explora las interpretaciones y apropiaciones de la Ley de Vientre Libre y su incidencia en la vida de libertos y libertas (capítulos 2 y 3); indaga en los a veces enrevesados acuerdos sobre manumisión entre amos y personas esclavizadas y en la emancipación obtenida a través de la participación militar (capítulos 4 y 5) y revela aspectos de la construcción de nociones de ciudadanía y nación informadas por sesgos racistas, así como debates jurídicos y académicos en torno a la abolición de la esclavitud (capítulos 6 y 7).
El libro se encuentra inserto en una trama de diálogos con pesquisas que se encuadran en la historiografía atlántica de la esclavitud, con estudios de caso a lo largo de América Latina y con trabajos recientes que abordan el proceso de abolición en distintos puntos de nuestro territorio. La autora, además, recupera la labor de historiadores pioneros y pioneras que abrieron camino y dejaron asentada la pregunta por el pasado afroargentino. En la conversación que entabla con la historiografía brasilera en torno al trabajo libre y no libre, se logra entrever una línea de indagación que espera aún ser desarrollada en profundidad en nuestro contexto. Estudios que muestran la diversificación de las formas de explotación del trabajo tras el fin de la esclavitud en Brasil y las marcas de género y raza en las jerarquías que estructuraron el mercado laboral, permiten poner en tensión cuán libres fueron las maneras de ganarse la vida en el último tramo del siglo XIX y en adelante.
Candioti compone este relato a través de un juego de escalas conectadas, en donde tramas provinciales, regionales y globales resuenan en cada microhistoria. La elección de abordar un país que aún no era tal podría parecer teleológica, pero la autora muestra la riqueza de observar porciones de aquel territorio en ciernes a través de los movimientos de los propios sujetos que estudia. Así, por ejemplo, al narrar la historia de la esclavizada Petrona Lassaga, acompaña las peripecias de una mujer embarazada, comprada en Santa Fe en 1823 por una vecina de Buenos Aires, y distingue sus esfuerzos denodados para no ser trasladada a Montevideo. Ilumina, además, la práctica de compras interprovinciales de africanos y afrodescendientes. Y muestra el conocimiento que esclavizados y esclavizadas tuvieron sobre las diferencias de legislación que en cada jurisdicción podía ampararlos o perjudicarlos. Para Petrona ser trasladada a Montevideo, un territorio en el que no regía la Ley de Vientre Libre, implicaba que su futuro hijo o hija naciera esclavo y no liberto.
La historiadora señala que la figura del soldado negro que murió defendiendo la causa patriótica es una de las pocas experiencias de afrodescendientes que tienen cabida en los relatos nacionales. Tal vez por eso, en un intento por complejizar ciertos sentidos establecidos acerca de guerra y libertad, Candioti aporta la reconstrucción de una tupida red de relaciones sociales signada por el contexto bélico, que tuvo como protagonistas al militar pardo Antonio Porobio, a su esclava Francisca Araujo y a María Maza, esposa de Porobio. Al abordar sus trayectorias, la autora muestra la activa presencia de mujeres que también fueron movilizadas al frente de batalla y señala la importancia de sus trabajos para cuidar y sostener a los soldados de la independencia. Se vislumbra, también, la fragilidad de las libertades otorgadas a través de papeles delgados y perdibles y el carácter negociado de las marcas raciales registradas en los documentos. Un análisis de las actividades de María Maza vuelve visible el destacado papel de mujeres negras como generadoras de riqueza –para otros, pero también para ellas mismas–, así como la combinación entre estrategias de integración y afianzamiento de lazos diaspóricos entre afrodescendientes. Tal reconstrucción constituye un ejemplo de cómo es posible distinguir variables de género y raza, que se intersectan de modo histórico en estas experiencias, sin que funcionen como categorías “comodín”, externas o extemporáneas al análisis.
No sólo en la indagación sobre vidas de esclavizados y esclavizadas la autora muestra la potencia de mirar “al ras” de ciertas trayectorias. También reconstruye tramas de historias conectadas al explorar vínculos epistolares, circulación de literatura e influencias teóricas en las tesis producidas sobre la ilegitimidad de la institución esclavista a nivel local. Que los debates letrados sobre abolición sean analizados en profundidad recién sobre el final del libro aparece como una decisión clave para no construir una historia “de arriba hacia abajo” o desde el gobierno hacia las experiencias concretas de esclavitud y libertad. Llegamos a la jurisprudencia habiendo comprendido primero los esfuerzos cotidianos de esclavizados y esclavizadas para disputar su derecho al amparo que podía brindar la ley.
Vale la pena destacar la labor metodológica de la autora y las reflexiones que al respecto comparte en distintos momentos del libro. En el análisis del vasto corpus documental trabajado –expedientes judiciales, notariales, prensa, fuentes censales, entre otras–, Candioti recupera las enseñanzas de historiadoras sociales y culturales, como Natalie Zemon Davis y Saidiya Hartman. En una línea semejante, la autora también se interroga por los desafíos del archivo y sus lagunas. Se trata de obstáculos que conocen bien quienes eligen el camino enrevesado pero fascinante de la historia social de mujeres, trabajadores y trabajadoras o distintos grupos que tuvieron en común no detentar el poder social, político o económico en una época determinada. Candioti, sin dejar de reconocer las mediaciones habidas, encuentra en fuentes judiciales y notariales una arena de disputa donde es posible distinguir indicios sobre expectativas y anhelos de sujetos en los márgenes de la historia. No sabemos cabalmente qué habrá significado para ellos y ellas la vivencia de la maternidad, la familia, la libertad o el afecto y la intimidad teñidos de jerarquías y coacción. Pero formular la pregunta, analizar los fragmentos y recurrir a ejercicios de imaginación histórica allí donde aún existen vacíos, ilumina los contornos de aquellas dimensiones que pueden aparecer opacas en las fuentes. Se trata de una laboriosa empresa que, tal como pone de manifiesto el libro, hace posible restituir la experiencia histórica de hombres y mujeres esclavizados durante el largo proceso de abolición en nuestro país.