Pablo Schiaffino
Universidad Torcuato Di Tella, Argentina. Correo electrónico: pschiaffino@utdt.edu.
Fecha de recepción: 4 de febrero de 2022
Fecha de aprobación: 25 de marzo de 2021
Este pequeño escrito es la sinfonía de final de una secuencia que comenzó con un artículo de mi autoría en el presente número de la revista, continuó con una discusión académica a la que la Asociación de Historia Económica Argentina tuvo la amabilidad de invitarme a disertar (octubre 2021, Mendoza, Argentina) y sobre la que Amílcar Challú y Eduardo Míguez se tomaron la molestia de comentar y profundizar con atinadas observaciones. Intentaré, en esta nota, no volver sobre lo ya escrito, sino tomar los puntos de Challú y Míguez que tal vez he omitido en los trabajos junto a mi coautor Joaquín Ladeuix con el fin de continuar la línea investigada, aunque lejos me temo decir que podré dar respuestas concluyentes en esta pequeña epístola. Más que todo, es una invitación para continuar investigando este tema.
Palabras clave: capital humano, primera globalización, Australia, Canadá, Argentina, desigualdad, desarrollo económico argentino.
The Argentine Genetic Imbalance
This piece of writing is the final sequence that began with an article of my authorship in the current issue of the magazine, continued with an academic discussion at the conference of the Association of Argentine Economic History (October 2021, Mendoza, Argentina) and the comments provided by Amílcar Challú and Eduardo Míguez . I try, in this note, to take the points of Challú and Míguez that perhaps I have omitted in previous works with my co-author Joaquín Ladeuix. Although I am afraid to say that I will not be able to give conclusive answers in this epistle, it is an invitation to continue researching this topic.
Keywords: human capital, first globalization, Australia, Canada, Argentina, inequality, Argentine economic development.
Quisiera comenzar tomando el punto que realiza Challú sobre los originales coloniales. Allí, como señala Míguez en su respuesta a mi ensayo principal, algo que se presenta en Argentina (pero no así en Canadá y Australia) en la existencia de dos argentinas, o bien lo que alguna vez llamé, la idea de un país abanico. Por un lado, un sector que se integra a la Primera Globalización a través del mercado de granos (un proceso parecido, aunque tardío comparado al del midwest norteamericano) donde recibe mayor parte de mano de obra europea, capital y expansión de la frontera agrícola. Por el otro, un sector que queda rezagado, ubicado en el norte, dependiente de la vieja economía colonial, que llevará a un conflicto territorial por la distribución de los recursos (hecho que ahondaré más adelante). Si bien nuestros trabajos muestran que la Argentina poseía bajos niveles de capital humano en la comparación internacional, también contaba con una notoria desigualdad entre las provincias (hecho que puede observarse hasta nuestros días). Me parece interesante, llegado este punto, lo que intenta mostrar Challú: a la desigualdad regional hay que agregarle otra, las desigualdades dentro de las provincias. Es muy notorio cómo en la región pampeana si bien existen desigualdades, estas son mucho menores comparadas con las del norte. Esto parece indicar que tampoco hay que pasar por alto un hecho de suma importancia, a saber, que las provincias caudillistas (lo que puede evidenciar un problema de índole institucional), como alguna vez se ha señalado, parece concentrar la riqueza en una pequeña elite dominante que pujaba por dos cosas esenciales: la caja recaudatoria y el proteccionismo económico que le permitiera mantener sus niveles de actividad económica. Este preludio me lleva a la reflexión y me genera aún más interrogantes que ataco en el siguiente párrafo.
Como señala Challú, el diseño de las políticas educativas parece haber tenido un rol importante, y puede explicar (tal vez) el resultado no tan positivo en la comparativa con Australia y Canadá. En un libro en elaboración,1 menciono los movimientos educativos en los Estados Unidos (no reportados aquí) que parecen haber tenido resultados favorables en la educación farmer descentralizada. Es indudable, como reportamos con Ladeuix, que existieron tanto por Roca como por Sarmiento notables esfuerzos educadores (algo que nosotros cuantificamos a través de la oferta), un intento de rol distributivo por parte de las elites, pero con escasos resultados en el output. ¿Es posible explicar los bajos niveles de capital humano y las desigualdades regionales a través de un yerro en la implementación de los formatos educativos? Es decir, ¿el error se debió a una centralización de la política pública? Suena tal vez un poco exagerado, pero es posible que explique al menos una parte, al menos que existan, en línea con el párrafo anterior, una suerte de desconfianza del Gobierno central en delegar lo que entendemos como materia educativa en los caudillos provinciales. Nosotros damos un énfasis especial a los pocos incentivos que existieron en ciertas regiones por educarse.
Un tercer punto sobre el que ha trabajado la literatura a la hora de explicar el estancamiento argentino tiene que ver también con el acceso a los mercados de crédito. Y en los comentarios surge que, tal vez, las limitaciones al acceso al crédito se hayan sumado al problema del capital humano en Argentina. Inicialmente, uno podría plantear la idea de que los capitales vieron en los fértiles suelos de las Pampas la posibilidad de un desarrollo de largo plazo, pero luego “tuvieron segundos pensamientos” cuando los precios caían y las cantidades exportadas se atascaban. Por supuesto, aquí viene el problema crónico: siempre que existió oferta de crédito, gastamos más allá de nuestra restricción presupuestaria. Pero esto parece tener raíces más profundas, y nos vincula varios postulados al mismo tiempo: las provincias, el capital humano y lo que Llach (2007) llama el “desequilibrio genético regional”. Para Llach, gran parte de la política económica Argentina de la década 1880 está dominada por un interior que exige una redistribución desde Buenos Aires hacia las provincias menos prósperas. Esto hacía que en Argentina siempre se llegara a votar más gasto total que terminaba pagando el que producía (PBA) pero no gobernaba, dada la configuración del Colegio Electoral y la subrepresentación de Buenos Aires a nivel parlamentario. Todo esto precede a la crisis de 1890 de Baring y, por supuesto, configura a la Argentina con un problema de acceso al crédito pero que está mejor explicado por su political economy más que por otra cosa.
Un cuarto elemento que me genera intriga es el desempeño en la década del 20. Míguez, utilizando un nutrido set de bibliografía, argumenta sobre una década donde ciertos aspectos mejoran en términos de igualdad: en otras palabras, la Argentina se vuelve más equitativa. Pero luego, es el mismo Míguez quien señala, mencionando el rol distributivo de las oligarquías, que “seguramente esto acortó la distancia entre las riquezas provinciales, pero estuvo lejos de eliminar la desigualdad, no solo de riqueza, sino sobre todo del desarrollo”. Quedándome con esta última frase, es cierto: en el plano local, las desigualdades disminuyen, pero persisten; el plano internacional, contra Canadá y Australia, la Argentina anula directamente su convergencia. ¿Por qué esto es relevante? Si bien solo analizamos indicadores de capital humano, ¿sería prudente repensar la década del 20 como un periodo realmente distributivo?
Como forma de cierre, me gustaría hacer algunos comentarios en función de algunas preguntas que surgieron en la exposición llevada a cabo por la Asociación en la Provincia de Mendoza, durante octubre de 2021. ¿Son mis trabajos junto a Ladeuix (Ladeuix y Schiaffino, 2020a y 2020b) un análisis de la historia económica de un periodo particular o una explicación global sobre el fracaso argentino durante el siglo XX? Ciertamente, mi resumen inicial presentado se basa en los trabajos junto a Ladeuix. Y sobre el total del corpus uno debería decir que se trata más de entender un periodo que va aproximadamente de 1880 hasta 1920 y pretende, específicamente, destronar la idea de una Argentina rica, si entendemos, como aciertan los comentaristas, que la riqueza de un país es el nivel de educación de su población. Quedó claro, asumimos, a través de análisis de los datos, que las fotografías son más que claras. Cuáles fueron los factores causales resulta menos obvio y es materia de discusión: ¿la distribución de la tierra tuvo algo que ver? ¿y detrás de la distribución de la tierra, el hecho de haber sido atravesados por la ganadería durante el siglo XIX puede darnos algún indicio de todo esto? ¿O bien, fue el conflicto de political economy como señala Llach en su desorden genético inicial? Son todas más preguntas que respuestas, claro está, pero son líneas que merecen ser explotadas.
Con un trazo mucho más grueso y, por supuesto, más imperfecto, me nutro de estas investigaciones para un libro en preparación al que titulé Condiciones para el sub-Desarrollo sustentable: el caso argentino durante la Belle Époque. Allí me atrevo, tal vez, a mostrar que el problema del capital humano no solo persistió en el tiempo (esto es, intentó ir hacia delante) sino que trato de recobrar todas las posibles causas que pueden estar detrás de este fenómeno: ir aún más atrás en lo que podíamos llamar el pecado original argentino. Proyecto ambicioso, claro está...
1 Condiciones para el subdesarrollo sustentable de largo plazo: El caso argentino durante la primera parte del siglo XX.
»Llach, L. (2007). The Wealth of the Provinces: the Interior and the Political Economy of Argentina, 1880-1910. Ph.D. dissertation, Harvard University.
»Ladeuix, J. y Schiaffino, P. (2020a). Riche comme un argentin: desigualdad educativa en la Argentina de la Belle Époque. Investigaciones de Historia Económica, disponible en https://recyt.fecyt.es/index.php/IHE/article/view/79261.
»Ladeuix, J. y Schiaffino, P. (2022). El gigante con pies de barro: ¿Fue la Argentina realmente rica? El capital humano durante la primera globalización en una perspectiva comparada. Revista de Historia Económica-Journal of Iberian and Latin American Economic History, 40(3), pp. 439-473.
»Schiaffino, P. (2022). Condiciones para el subdesarrollo sustentable de largo plazo: El caso argentino durante la primera parte del siglo XX. Libro en elaboración, disponible aquí: https://www.dropbox.com/s/fcwcko88k2t3pyc/Condiciones%20para%20%202022.pdf?dl=0