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Empresarios y Estado en Argentina. Política y economía 1955-2001

Belini, Claudio (Comp.) (2020).
Carapachay: Lenguaje Claro Editora. 334 páginas.

Julián Kan

Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (IDEHESEI) - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina.

Este libro constituye un valioso aporte sobre una temática específica de la historia económica, como es la relación entre los empresarios y el Estado. A diferencia de otros temas de la disciplina, como las crisis económicas, los procesos inflacionarios e hiperinflacionarios, los planes económicos, las políticas de industrialización, entre otros, la relación entre empresarios y Estado no ha sido un foco de importante atención para el campo disciplinar. ¿Cuáles son los principales aportes que realiza esta obra sobre la relación entre empresarios y Estado?
En primer lugar, analiza los vínculos con el Estado de uno de los sujetos fundamentales de una economía de mercado como son los empresarios, mediante sus múltiples expresiones (asociaciones, corporaciones, think tanks) y en sus diversas escalas (Pymes, empresas grandes, empresas nacionales, extranjeras, mixtas, etc.), como actores económicos y a la vez sociopolíticos, dinámicos y contradictorios. En segundo lugar, el libro propone analizar esa permanente interacción entre empresarios y Estado ante diferentes gobiernos y coyunturas históricas específicas, lo que permite aportar una visión relacional y más compleja entre el Estado y los empresarios, que otorga insumos para salir de los cánones comunes en torno a que tal o cual sector apoyaron incondicionalmente un determinado gobierno o plan económico y se opusieron a otro en forma absoluta. La obra compilada por Belini nos demuestra interacciones mucho más cambiantes motivadas por múltiples factores. Un tercer elemento a destacar de este libro es el período que abarca y el aporte que realiza a los estudios de larga duración, los que, durante las últimas dos décadas fueron recobrando lugar en la historiografía argentina. En este sentido, se ofrece una larga diacronía en perspectiva histórica, que permite observar continuidades, rupturas, y reconfiguraciones de la compleja relación entre los empresarios y el Estado. Dentro del período, varios de los trabajos incluidos se salen de las periodizaciones caracterizadas solo por etapas gubernamentales, pensando la relación entre empresarios y Estado más allá de los diferentes gobiernos y de los planes económicos. En el período largo se propone la periodización 1955-2001, que resulta muy sugerente. No caben dudas que 1955 fue un año clave para las políticas económicas de la segunda mitad del siglo XX, pero 2001 también lo fue para la etapa reciente. A poco de haberse cumplido 20 años, no abunda un gran interés desde la Historia Económica y Social por ese hito como momento de ruptura y rediseño en la historia argentina reciente, como sí ocurre desde la Sociología, la Economía y la Ciencia Política.

A continuación recorreremos los aportes de cada trabajo que forman parte de la compilación. El capítulo de Osvaldo Barsky “Actores, políticas y procesos en la transformación del agro pampeano en la segunda mitad del siglo XX”, analiza el origen y desarrollo, luego de una etapa de retroceso en la década del 40, de la nueva expansión agrícola pampeana, caracterizada por un conjunto de transformaciones tecnológicas (mecanización, uso de pesticidas, técnicas de irrigación) que se dan a nivel global en el marco de la llamada “revolución verde”. Se destaca el rol del INTA, creado en 1957, y su distinguido papel en la relación entre el Estado, la expansión agrícola y los actores involucrados en ella, quienes pudieron acceder a los resultados de la investigación, la innovación y transferencia del organismo. La tendencia a la expansión continuó hasta los años ochenta, a pesar de la inestabilidad económica del período (políticas cambiarias y desenlaces inflacionarios) y la correlación de estas variables con las políticas de retenciones e impuestos al sector. Esta relación constituye un aspecto clave para comprender en la actualidad la relación entre las corporaciones del sector y el Estado. Sobre la última parte, se analiza cómo durante el proceso de reformas y apertura económica de los noventa, la desregulación económica, el tipo de cambio fijo (que permitió inversión en maquinaria), la eliminación de las retenciones y el aumento de los precios internacionales, produjeron un crecimiento del ingreso de los productores, pero también transformaciones que impactarían en el escenario actual: cambios en la tenencia y propiedad de la tierra, elevación de la escala de producción para ser rentables, la aparición de los pools de siembre, la caída de la producción ganadera, entre otros.

El capítulo de Claudio Belini, “El empresariado industrial durante el ascenso y crisis del desarrollismo”
(1955-1973), estudia los vínculos entre el Estado y la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General de la Industria (CGI), que formaba parte de la Confederación General Económica (CGE). Se analiza cómo el desarrollismo implementó un modelo enlazado con la entrada de capitales extranjeros en la industria metalmecánica, principalmente automotriz, química, siderurgia, entre las más destacadas, procurando una etapa de mayor dinamismo y desarrollo intensivo en bienes de consumo durables y de base. La implementación de esta nueva etapa de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) se desenvolvió mediante un giro económico hacia un plan de estabilización de tipo ortodoxo. En este contexto, y ante una situación heredada de la dictadura iniciada por la “Revolución Libertadora” que derrocó el gobierno de Perón, señala Belini que Frondizi encontró a la representación industrial fragmentada y politizada, en plena disputa por la representación del capital industrial argentino. Esta situación, en el contexto de la estrategia desarrollista, cuya implementación –como indica el autor– descansó en manos de técnicos y economistas, no contribuyó a generar un campo fértil de vínculos entre las asociaciones industriales y el Gobierno. Paradójicamente, se trataba de un gobierno con un fuerte énfasis en la industrialización y el desarrollo, pero por diferentes matices las entidades gremiales fueron críticas a éste y cuestionaron la falta de coherencia en la estrategia económica desarrollista.

El capítulo de Aníbal Jáuregui, “Empresarios y política económica en la ‘Revolución Argentina’ (1966 y 1973)”, continúa esta línea de indagación en torno a la relación entre entidades empresarias y gobiernos durante la denominada “década dorada” de la ISI. Los vínculos transcurrieron por varios momentos que respondieron tanto a los “tres tiempos” del Gobierno como a los cambios de coyuntura de la dictadura a raíz de la conflictividad social. El autor sostiene que luego de apoyar el golpe, se prestaban las condiciones para una relación de mayor entendimiento y cooperación entre las asociaciones empresarias y el Gobierno. Pero los hechos mostraron un escenario más trastabillado. Si bien hubo algunas figuras empresarias en la primera línea del Gobierno, como el caso de Krieger Vasena, de fuertes vínculos con las grandes firmas y un sector de la UIA –nucleada por ese entonces en la Acción Coordinadora de Instituciones Empresarias Libres (ACIEL)–, el empresariado no tuvo una participación directa y permanente sobre el conjunto de los temas económicos, exceptuando los acuerdos de precios donde las principales empresas sí tuvieron un lugar destacado. Durante los otros “tiempos” del Gobierno (el social y el político) predominaron las situaciones cambiantes de lobby, críticas, acercamientos y alejamientos. Esto, junto a los vaivenes de la política económica y la heterogeneidad de la representación empresarial, dificultó los canales de diálogo sobre el final del período.

El capítulo de Andrea Lluch y Norma Lanciotti, “Las empresas extranjeras en la industria argentina
(1950-1976)”, analiza la inserción de las empresas extranjeras en el proceso de “industrialización dirigida por el Estado”. Presentan una propuesta metodológica novedosa a partir de una nueva “Base de datos de Empresas Extranjeras en Argentina” que les permitió indagar la forma de entrada y de organización de las inversiones, observando las guías de las sociedades anónimas y otras fuentes, sobre las que proveen sugerentes cuadros estadísticos. A diferencia de la primera etapa de ingreso de las inversiones (1880-1930), observan que luego de 1950 se derramaron por el conjunto de la economía mediante acuerdos de joint ventures y fusiones. Si bien el flujo de la Inversión Extranjera Directa (IED) fue menor a la etapa anterior, se radicaron en lugares destacados con un fuerte proceso de concentración y evidenciando la importancia de la inversión extranjera en el desarrollo de la acumulación de capital en la Argentina.

Jordi Catalán, en “Revisando la política estratégica: orígenes de la producción en serie en la industria automovilística de Argentina, Corea del Sur y España”, realiza un estudio en clave comparativa de los tres casos, que es la principal cualidad de este trabajo. ¿Por qué? Porque contribuye a pensar el desarrollo en tres regiones no centrales del proceso de acumulación capitalista, que transitaron una “industrialización tardía” con políticas industriales y trayectorias similares y a su vez diferenciadas. Se analiza la producción en serie de automóviles en tres etapas: 1945-1962; 1962-1973; 1973-1987, observando cómo la segunda etapa experimentó un crecimiento en los tres países, acompañado por estrategias de restricciones a las importaciones, licencias de inversión (que permitieron transferencias de tecnología), contenido local y apoyo a los denominados “campeones nacionales”. Rastrojero, IKA, SIAM Di Tella y las extranjeras Fiat, Renault y Ford en Argentina, la SEAT y FIAT en España, Hyundai y KIA en Corea son algunos de los casos analizados con un fuerte soporte estadístico. En la segunda etapa apareció el problema de la competencia y de un mercado limitado, que trajo caídas de la rentabilidad, fusiones, quebrantos y que llevó a ocupar distintos lugares y roles a las firmas extranjeras en cada país. En la última etapa, la inestabilidad macroeconómica asociada a altas tasas inflacionarias y restrictivas y los procesos de apertura implicaron un no retorno al crecimiento económico en Argentina, que desdibujó el desarrollo de esta industria. España también sufrió discontinuidades en sus estrategias de desarrollo y redujo las posibilidades de construir nuevas pautas ligadas a
la I+D para sostenerla en el largo plazo. Por el contrario,
en Corea del Sur el Estado apoyó a sus empresas con otro énfasis, permitiendo superar la dependencia tecnológica y con virajes graduales en la política industrial sin perder una perspectiva de largo plazo que subordinó el proceso de liberalización a sus intereses nacionales.

Eloi Serrano Robles en “El desarrollo empresarial español y el modelo neoliberal en la Argentina de los años noventa” analiza la inversión extranjera española en Argentina en el contexto de apertura económica impulsada por el menemismo. Esto fue parte del escenario global de llegada de inversiones a la región en el marco del proceso de internacionalización del capital impulsado por la mundialización-globalización de la economía y las políticas neoliberales. El autor aporta un preciso análisis de la singularidad de empresas españolas, como Repsol, Telefónica y Santander, entre otras, de poco grado de internacionalización, pero que adquirieron un protagonismo inusual al ser beneficiadas por el marco institucional que tomó la apertura económica modelada en la Argentina bajo el Consenso de Washington, principalmente la desregulación, el proceso privatizador y la atracción de la IED. Esto coincidió con un cambio de composición en la atracción de las inversiones donde petróleo, telecomunicaciones, servicios y finanzas desplazaron a las tendencias tradicionales de la etapa de la ISI. Es una sugerente propuesta para pensar en forma más matizada el proceso de apertura de los años noventa y los nuevos vínculos internacionales de la Argentina, siempre observados desde el predominante giro hacia Estados Unidos bajo las llamadas “relaciones carnales”.

Cierra la compilación el capítulo de Alejandro Gaggero,
“Las estrategias de los grandes grupos económicos argentinos y su impacto en la extranjerización del empresariado durante la crisis y salida del régimen de la convertibilidad”. Si bien los grandes grupos económicos locales, que se habían consolidado entre la última dictadura y la vuelta a la democracia, acompañaron los primeros años del gobierno de Menem y fueron parte del proceso de privatizaciones, se analiza cómo a mediados de la década del noventa y durante la crisis y
salida de la convertibilidad se redujeron como fracción
y perdieron importancia dentro de la cúpula empresarial. Desde un aporte metodológico que combina el análisis macroeconómico con una mirada micro que da cuenta de las interpretaciones y comportamiento del empresariado sobre las condiciones y posibilidades que brindaba el escenario económico, Gaggero aborda las principales estrategias desplegadas. Una primera fue llevada a cabo por quienes intentaron adaptarse y consolidarse mediante mayores inversiones en su actividad principal, donde solo unos pocos –quienes tenían capacidad de exportar– pudieron consolidarse, mientras que una gran parte fracasó, teniendo que vender sus activos o directamente quebraron. La segunda estrategia, denominada “retirada oportuna”, fue realizada por quienes transfirieron sus actividades al capital extranjero luego de diversas evaluaciones sobre la dificultad de competir con ellos. La tercera fue la “reconversión”, en la que grandes grupos reinvirtieron los fondos de las venta de sus empresas en actividades con mayores ventajas comparativas, pero no todos tuvieron un resultado exitoso. Concluye que estas tres estrategias distintas y sus diversos resultados llevaron al empresariado local a
una pérdida de lugar dentro de la cúpula empresarial y a una mayor presencia del capital extranjero en la Argentina.

En suma, el libro analiza la relación entre empresarios y Estado desde nuevas investigaciones que contribuyen a pensar de una manera más relacional y compleja las transformaciones económicas de la Argentina entre la Segunda Posguerra y la crisis del 2001.