Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Introducción al léxico, componente transversal de la lengua

Paz Battaner Arias y Carmen López Ferrero (2019).
Madrid, Cátedra, 441 páginas. ISBN 9788437640235.

Marina Berri

Universidad de Buenos Aires - Universidad Nacional de General Sarmiento - CONICET, Argentina

En Introducción al léxico, componente transversal de la lengua, Paz Battaner Arias y Carmen López Ferrero proponen partir las intuiciones que los hablantes tenemos acerca de las palabras y, en base a ellas, reflexionar sobre el léxico y proyectar esa reflexión hacia las distintas áreas de la lingüística. Se trata de un planteo original, que concibe la palabra como unidad de información lingüística y enciclopédica integrada. En tanto unidad lingüística, se reconocen en ella rasgos propios de la lengua a la que pertenece; como unidad enciclopédica, constituye una interfaz entre el mundo y el sistema lingüístico. Al considerar que el léxico atraviesa todos los componentes de las lenguas, las autoras trazan un recorrido de indudable interés, en el que abordan los demás componentes a partir del léxico. El libro se organiza en cuatro partes: “Léxico y vocabulario”, “La unidad léxica y el sistema lingüístico”, “La unidad léxica en la periferia del sistema lingüístico” y “El aprendizaje del léxico”. La obra posee un “Glosario”, que constituye también un índice temático, y referencias bibliográficas sumamente actualizadas. Por la claridad del estilo expositivo, esta obra resulta de interés para estudiantes de grado y posgrado; asimismo, la originalidad en el modo de abordar la palabra en relación con el sistema lingüístico la convierten en una herramienta de gran utilidad para especialistas en léxico y docentes de gramática y lingüística.

La primera parte, “Léxico y vocabulario”, consta de tres capítulos y presenta los fundamentos que luego permiten encarar el estudio del léxico en relación con los otros componentes del sistema lingüístico. Inicia esta sección el capítulo “Palabras y unidades léxicas”, que parte de la noción intuitiva de palabra para dar cuenta de su doble dimensión: formal y semántica. Se introducen aquí los conceptos básicos necesarios para el estudio de la palabra, se repasan algunas definiciones clásicas (como las de Sapir, Bloomfield y Jakobson) y se exponen los conceptos de forma léxica, lexema, palabra funcional y palabra plena. Se llega a una caracterización de la noción de unidad léxica en base a sus propiedades semánticas, fónicas y sintácticas. Cierra el capítulo una breve exposición de cuatro teorías sobre el significado (la estructuralista, la cognitivista, la funcionalista y la del Léxico Generativo). 

En el capítulo dos, “El léxico de las lenguas”, se presentan los conceptos de léxico (léxico mental) y vocabulario (léxico documentado). Mientras que el léxico mental se define como el conjunto virtual de las unidades léxicas de una lengua natural, que comprende también la capacidad de los hablantes de crear nuevas unidades (la lengua), el vocabulario se define como el conjunto de unidades léxicas concretas, usadas en un determinado momento y lugar, que pueden documentarse (el habla). Se discute la organización del léxico, cuyas unidades se vinculan por contactos semánticos, por relaciones de carácter pragmático y enciclopédico, por la forma fónica de las unidades, etc. Las autoras comentan las diferentes metáforas que han sido utilizadas para describir el léxico en lingüística (galaxia, red, cárcel) y las afirmaciones frecuentes respecto de él (“esta palabra no existe”, “no lo dijo con esa palabra”), que dan cuenta del grado de consciencia que los hablantes tienen del vocabulario. Luego, se recorre brevemente la historia que va desde las primeras colecciones de vocabulario hasta los diccionarios modernos y se desarrollan los métodos actuales para acceder al léxico mental. Se exponen, además, los fundamentos de la estadística del léxico, que permiten medir la frecuencia absoluta y relativa de una voz, la dispersión y el rango. Se presenta así una perspectiva del léxico desde la mente del hablante y desde la documentación de las lenguas. 

En el capítulo tres, “Riqueza y dinámica del vocabulario”, se estudia la variación en el léxico de la lengua española. Las diferentes secciones tratan acerca del léxico común y el especializado, las voces patrimoniales y cultas, la onomástica, la variación diacrónica, la neología, los arcaísmos y la variación geográfica. En el capítulo se problematiza la recopilación del vocabulario, necesariamente limitada al ser el léxico un conjunto abierto en constante transformación. Esta limitación se debe a la dependencia que el léxico tiene con otro conjunto abierto, el de los hablantes, vinculado a su vez con las variadas situaciones humanas. A partir de las nociones de frecuencia y dispersión, se plantea la necesidad de describir el núcleo de vocabulario común y observar luego cómo ese núcleo se amplía en relación con diferentes variables, como el grado de especialización, la diacronía y la geografía, variables que se abordan en las siguientes secciones del capítulo. Así, se caracteriza el léxico especializado y se problematiza su compilación en diccionarios y su difusión en el ámbito general. Más adelante, en relación con la variable diacrónica, las autoras exponen la clasificación de las voces en patrimoniales, cultismos y préstamos, y distinguen entre origen (lengua de la que se ha tomado una voz) y etimología (lengua original de la que deriva una voz). Se presentan también las nociones de neologismo y arcaísmo, y se reflexiona sobre las motivaciones de los neologismos y su aceptación normativa. Luego, se aborda la variación diatópica –particularmente relevante para el español, dada la extensión del ámbito en que se utiliza–, su relación con la oralidad y la lengua escrita formal. Por último, se describen los diccionarios contrastivos e integrales disponibles para el español. 

La segunda parte del libro, “La unidad léxica y el sistema lingüístico”, se focaliza en las estructuras semántica, sintáctica, morfológica y fónica de las lenguas. Resulta de particular interés el orden en que se presentan los capítulos: se comienza por la semántica, ya que se considera que el significado es el que permite establecer las relaciones entre las propiedades de las diferentes estructuras. Así, por ejemplo, una estructura morfológica se relaciona con la sintaxis “por su capacidad de forjar significado con la [estructura] sintáctica en la que aparezca” (p. 132). La “Semántica léxica” inicia entonces la segunda parte. En este capítulo se exponen las relaciones que se establecen entre la realidad, la lengua y las categorías léxicas; se describen las nociones de intensión y extensión, denotación y connotación, las relaciones de significado y la transposición semántica. Se distinguen así las entidades, las propiedades, los estados y los eventos y se problematiza el vínculo entre categorías gramaticales y realidad. Las autoras destacan que las palabras aportan una perspectiva lingüística sobre la realidad y que las diferencias entre las perspectivas podrían entenderse a partir de la teoría de la cognición de Julius Moravcksik, quien considera que los humanos buscan explicaciones para comprender el mundo que los rodea. Así, las palabras constituirían diferentes maneras de dar una respuesta explicativa frente al “rompecabezas” que constituye la realidad. La lengua resulta, entonces, un modo de acceder al pensamiento y distinguir entre aquello que responde al “sentido común básico”, propio de todo el género humano, y el “sentido común periférico”, propio de cada cultura. En consecuencia, el significado léxico puede definirse como “las condiciones que permiten representar, intervenir y, fundamentalmente, explicar la realidad o el mundo por medio del lenguaje, condiciones que establecen ya dos puntos de anclaje, el significado y la referencia” (p. 139). Las autoras desarrollan luego las nociones de extensión (la capacidad de referencia) e intensión (las condiciones de aplicación de una palabra, que pueden entenderse también como un esquema explicativo). A partir de un texto de Cortázar en el que se describen las mancuspias, se ilustran ambos conceptos. Se definen las nociones de connotación y denotación, y luego el significado denotativo y connotativo, entendido este último como el conjunto de connotaciones generalizadas. Luego, se exponen las principales relaciones semánticas (de oposición, de semejanza y de inclusión) y se problematizan a partir de su expresión en contexto a partir de un soneto de Lope de Vega. El capítulo concluye con una exposición sobre la metáfora y la metonimia, y su rol en la creación de nuevos sentidos, en la que se destaca la aplicación novedosa de patrones explicativos como fuente de metáforas.

El quinto capítulo, “Léxico y sintaxis”, se detiene en el comportamiento sintáctico de las unidades léxicas plenas. Comienza por repasar los criterios de clasificación de las categorías gramaticales y luego reflexiona sobre la posibilidad de las unidades de traspasar de categoría. Se expone la noción de predicación, fundamental para la combinatoria léxica, en tanto constituye la base de la satisfacción semántica y la linealidad sintagmática, y se explica la noción de argumento. Las sucesivas secciones del capítulo estudian sustantivos, adjetivos y verbos, categorías cuyas clasificaciones se detallan y revisan en detalle; además, se examina el funcionamiento de estas unidades en textos y su tratamiento lexicográfico. Se realiza especial hincapié en el modo en que las unidades léxicas se combinan para construir significados complejos. 

El sexto capítulo, “Léxico y morfología”, se centra en la estructura morfológica de las palabras del español y aborda tanto la morfología flexiva como la derivativa. El capítulo plantea preguntas de indudable interés acerca de cuáles son los significados y funciones que comparten los derivados de una palabra, qué relaciones semánticas refuerzan las relaciones morfológicas y qué tipos de redes estrechan. Se define la noción de morfema y se diferencian morfemas libres y ligados. Se presta especial atención a las formas irregulares y a los pares de participios culto/patrimonial, así como también a su distribución en el uso. La reflexión sobre los participios irregulares sirve de puente para pasar de la morfología flexiva a la derivativa, en la que también suelen existir bases cultas y patrimoniales. Luego de definir las nociones de afijo y formante culto, se estudia la composición. En el capítulo se incluyen también una exposición y clasificación de los préstamos, que suelen a la vez ser objetos de procesos morfológicos propios del español. Las últimas secciones están dedicadas a otros procesos de formación de palabras, como el truncamiento y la acronimia, así como también a la lexicalización y la gramaticalización, proceso ilustrado mediante marcadores discursivos.

“La unidad léxica en la periferia del sistema lingüístico”, tercera parte del libro, está conformada por dos capítulos que tratan del componente fónico y la dimensión pragmática del vocabulario. El capítulo siete, “Léxico y fonología”, presenta un panorama de las características fonéticas del léxico español y su contribución al ritmo de la lengua. Abre el capítulo un pasaje de Javier Marías, que pone el acento en la entonación y la realización de ciertos fonemas por parte de un hablante no nativo. Se explica con claridad el concepto de fonema y se recogen patrones fonológicos característicos del español y, por lo tanto, de sus unidades léxicas. Se problematiza la adaptación de voces inglesas que no se adecuan a los patrones del español e, incluso, se proporcionan ejemplos de la influencia de la estructura fonológica del inglés en el español. Luego se definen los conceptos de sílaba, intensidad silábica, grupo acentual y entonación, y se listan y explican las estructuras silábicas y los esquemas intensivos más frecuentes en español. En los recuadros, que a lo largo del libro ilustran y profundizan las explicaciones, se señalan cuestiones estilísticas en poemas y cantares que obedecen al contraste entre voces esdrújulas y agudas. Luego se realiza una exposición acerca de la ortografía, determinada por la etimología, la tradición y el carácter fonológico de la unidad léxica, exposición que se amplía con las posibilidades estilísticas que dan los juegos de palabras, y se definen interjecciones y onomatopeyas. Finalmente, se afirma que el vocabulario del español puede caracterizarse fónicamente si se atiende estadísticamente a los elementos fonológicos de las unidades léxicas desarrollados en el capítulo.

El capítulo ocho, “Léxico y pragmática”, estudia las unidades léxicas desde el punto de vista del valor social y emocional que adquieren en el discurso. Luego de presentar la noción de acto de habla, se explican los valores pragmáticos de las palabras a partir de artículos lexicográficos que detallan los factores pragmáticos que entran en juego al usar determinadas unidades. Más adelante, se exponen pormenorizadamente las nociones de deixis y diáfora (anáfora y catáfora), se describen distintas sistematizaciones presentes en la bibliografía y se ponen de manifiesto sus límites difusos. Se profundiza luego sobre la contribución de la diáfora a la cohesión textual. Los temas explicados se ilustran con el análisis detallado de un fragmento literario que se distingue por su particular uso de los deícticos. A continuación, el capítulo hace foco en las unidades fraseológicas, en tanto que se definen no solo por su idiomaticidad sino también por su institucionalidad, es decir, por el hecho de que “son unidades convencionales que se han fijado en la lengua para usarse en registros y contextos concretos, con unos objetivos pragmáticos también estables, de ahí su especificidad semántica y sus restricciones de uso” (p. 308). Las autoras exponen sus características formales y sus posibles orígenes, y proponen una clasificación que distingue entre locuciones (modismos e idiotismos) y dichos (máximas, proverbios, refranes, etc.), según su autonomía gramatical. Detallan además las marcas pragmáticas mediante las cuales los diccionarios suelen caracterizarlos y comentan algunos ejemplos. Luego, analizan los conectores discursivos, para los cuales plantean la necesidad de una perspectiva pragmática y discursiva, además de una gramatical. Se presenta la distinción entre conectores, que enlazan enunciados, y operadores, que enlazan elementos dentro de un enunciado, y se diferencian conectores de conjunciones en base a la autonomía prosódica y a la movilidad oracional. El apartado siguiente se dedica a los anclajes léxicos y a los encapsuladores. El capítulo finaliza con una descripción de los juegos de palabras de base pragmática, en la que se desarrolla la ironía y la ruptura de unidades sintáctico-semánticas establecidas. 

“El aprendizaje del léxico”, cuarta y última parte del libro, consta de dos capítulos dedicados al diccionario monolingüe y a la enseñanza del vocabulario. En el capítulo nueve, “La descripción y representación del léxico en los diccionarios”, se desarrolla una tipología lexicográfica basada en lenguas, usuario, soporte, fuentes, ordenación de las voces y léxico descrito, tipología que refiere en particular al diccionario monolingüe. Se pone de relieve la necesidad de actualizar y recopilar nuevos diccionarios, que deben ser diversos en la medida en que las necesidades de los usuarios también lo son. Las autoras explican los principales conceptos lexicográficos, como el de lema y artículo, y presentan las diferentes formas en que pueden ordenarse las voces y las posibilidades de búsquedas que ofrecen el soporte digital y los diccionarios concebidos desde su inicio como digitales. Concluye el capítulo un útil listado de los diccionarios en línea que pueden consultarse gratuitamente.

En el capítulo diez, “Aprendizaje y enseñanza del léxico (L1 y L2)”, se caracteriza el proceso de ampliación de vocabulario y cómo se ha enfocado su aprendizaje y su didáctica. Se explica la noción de competencia léxica y se detalla el abanico de dimensiones que implica “conocer una palabra”. Se pone el acento en que el proceso de adquisición de las palabras ocurre de forma incremental, no solo por el número de unidades adquiridas, sino también por la información asociada a esas voces. Por lo tanto, se hace hincapié en la necesidad de privilegiar estrategias de aprendizaje que aborden las diferentes dimensiones de las palabras, estrategias que también se ilustran. De particular interés resulta la sección sobre errores léxicos, en la que se los clasifica y se enfatiza su valor como punto de partida en el trabajo en el aula, ya que funcionan como un “termómetro” de la evolución del aprendizaje.

Se destaca además en esta obra la variedad de ejercicios que se despliegan al finalizar cada capítulo. Estas actividades han sido elaboradas en base a textos literarios y a diversos proyectos y recursos vinculados con el léxico –entre los que pueden mencionarse atlas lingüísticos, corpus como los de la RAE y programas como el Sketch Engine, y proyectos como el proyecto lexicográfico de Augsburgo y el Martes Neológico, por mencionar solo algunos– que estimulan la reflexión sobre los aspectos estudiados. En cada capítulo se anexa una bibliografía organizada por subejes, que permite profundizar la lectura de los puntos tratados. Además, cada capítulo posee referencias internas que ponen en relación los diferentes temas estudiados. En suma, el texto reseñado constituye una introducción al léxico completa, clara y detallada, con una sólida organización, que proporciona un recorrido original y propone una nueva manera de pensar y estudiar el léxico de una lengua.