La guerra de Ucrania. Los 100 días que cambiaron Europa
Guillem Colom Piella (ed.) (2022).
Madrid: Los libros de la Catarata, 176 pp.
Facundo Daniel Quintana
Universidad de la Defensa Nacional, Facultad del Ejército, Escuela Superior de Guerra, Argentina
fadaquintana@gmail.com
Con la edición de Guillem Colom Piella, diferentes autores españoles analizan la guerra en Ucrania, principalmente desde el punto de vista geopolítico, económico, político, geoestratégico, militar y social de Europa y los bloques que allí conviven, luego del inicio de la denominada “Operación militar especial” ejecutada por las tropas de la Federación Rusa. Aunque la guerra se encuentra en desarrollo, el libro permite visualizar que, en los primeros 100 días de combate, los aparentes objetivos estratégicos fijados por el presidente Putin no lograron alcanzarse, a pesar de enfrentar a una fuerza cuantitativamente más pequeña. La subestimación de la capacidad táctica de los defensores y quizás la excesiva confianza rusa, sumadas a una incorrecta apreciación de la situación y probable evolución de los hechos, provocaron que el Kremlin se embarcara en una guerra que hasta el momento no muestra una finalización y un resultado concreto. La cruzada rusa trasciende el acto bélico en sí mismo, dando lugar a apreciaciones sobre lo que hay en juego detrás de este conflicto, las cuales son desconocidas por la mayor parte de la sociedad civil. Mientras se discute la disuasión creíble basada en la capacidad nuclear, una potencia de orden mundial es contenida por un país de limitados recursos defensivos, donde el patriotismo se conjuga con una amplia ayuda militar y económica externa que le permite mantener operaciones prolongadas en el tiempo.
El libro consta de cinco capítulos. En el primero de ellos, el licenciado en Derecho y doctor en Ciencias Políticas Josep Baqués Quesada aborda la geopolítica mundial y el reordenamiento que esta guerra provoca, los cambios que supone para las potencias mundiales una guerra —aparentemente convencional combinada con el uso de tecnología— entre un antiguo país del bloque del este con capacidad nuclear y un país neutral que se encuentra en tratativas para formar parte de la antagónica Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El autor analiza la importancia geoestratégica de Ucrania para Rusia, que considera que su seguridad se ve amenazada. Luego, Christian D. Villanueva López, ex militar español que estudió Ciencias Políticas, fundador y director de la revista Ejércitos, analiza desde el punto de vista netamente táctico las operaciones ejecutadas y los probables errores por parte de las tropas rusas. Asimismo, expone los apoyos económicos y de material bélico recibidos por Ucrania y las resoluciones adoptadas hasta el momento por sus tropas. En el tercer capítulo, José Luis Calvo Albero, oficial del Ejército de Tierra del Reino de España y profesor de Seguridad y Estrategia Nacional, analiza cómo la experiencia de guerra rusa no pudo ser aplicada exitosamente en el corazón de Europa, ante un estado con capacidades claramente inferiores, obteniendo como resultado la imposibilidad de alcanzar los objetivos fijados, lo que motivó el retiro de sus tropas y la planificación de una segunda fase con resultados hasta el momento inciertos. Por su parte, Beatriz Cózar Murillo, graduada en Derecho y autora de diversas publicaciones en el campo de los estudios estratégicos, analiza el impacto de la guerra tanto en las relaciones internacionales de los países europeos como en sus decisiones económicas. Finalmente, Guillem Colom Piella desarrolla la importancia de mantener a las fuerzas armadas, particularmente las del Reino de España, con una capacidad de disuasión creíble que permita resguardar la integridad territorial del país.
El primer capítulo, titulado “De la geopolítica a la reconfiguración del orden mundial”, permite al lector comprender la relevancia geoestratégica del territorio de Ucrania para los intereses de seguridad de Rusia. Explicando el significado de un estado o territorio como “jugador estratégico” o “pivote estratégico”, Baqués Quesada expone cómo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ve paralizada cuando uno de sus estados miembros con capacidad de veto ejecuta acciones bélicas de manera directa. Asimismo, el autor describe las diferentes teorías políticas y militares que podría haber adoptado Ucrania antes del inicio de las operaciones y posteriormente a estas, teniendo en cuenta que el 24 de febrero de 2022, cuando los rusos invadieron su territorio, el presidente ucraniano Zelenski había puesto de manifiesto el interés de dejar de ser un estado neutral para pasar a formar parte de la OTAN. La disuasión creíble establecida por la capacidad nuclear se pone una vez más a prueba con esta guerra que comenzó teniendo características convencionales y fue mutando a híbrida. Lo que se apreciaba como una operación rápida y eficaz se está transformando en una guerra larga en la cual Rusia se desgasta desde diferentes aristas, no solamente en lo militar, y Ucrania, gracias al apoyo indirecto principalmente de los Estados Unidos de América, resiste a un costo muy alto, quedando en evidencia quiénes son hasta el momento los únicos que se benefician con este enfrentamiento. El autor expone también cómo la invasión a Ucrania, un hecho aparentemente de índole exclusivamente militar, modifica la llamada globalización y los intereses de los estados, trascendiendo la acción bélica en sí misma.
En el capítulo dos, “Crónica de un fracaso estratégico”, el lector puede apreciar las características y organizaciones de un ejército poderoso, como el de la Federación Rusa, en su enfrentamiento contra un enemigo ampliamente inferior. Villanueva López señala que la “Operación Militar Especial”, como fue denominada por el Kremlin, fue planificada con suficiente antelación, lo que permitió a los rusos adelantar sus tropas sobre la frontera ucraniana, situación advertida en forma pública por los servicios de inteligencia de Occidente. El autor explica en forma detallada las maniobras ejecutadas por los rusos en los primeros meses de combate, las intenciones u objetivos de cada una de las columnas de ataque, como así también el objetivo estratégico que buscaba la administración del presidente Putin y los errores de apreciación que provocaron que una operación que lograría una victoria rápida y poco cruenta se transformara en una guerra larga, desgastante y muy cuestionada por el mundo. De esta manera, las fuerzas armadas ucranianas, lejos de la apreciación rusa, realizaron una defensa a ultranza de su territorio, particularmente de su capital, Kiev, obligando a los atacantes a recurrir a su “Plan B”, el cual parecería nunca fue contemplado, al igual que la inesperada resistencia del pueblo ucraniano. Ucrania, ampliamente superada en los primeros días de combate, recibió ayuda en lo concerniente a inteligencia, información y material bélico por parte de Estados Unidos y de la Comunidad Europea, lo que le permitió contrarrestar la superioridad rusa. Villanueva López expone que la fecha de inicio de la invasión condicionó las operaciones rusas y muestra las posibles causas que llevaron a Putin a elegir el 24 de febrero como día D para el inicio del ataque.
El capítulo tercero, titulado “Primeras impresiones militares”, desarrolla lo que hasta antes del 24 de febrero de 2022 el mundo no creía posible: un conflicto bélico en el corazón de Europa que involucra a una potencia mundial en una guerra convencional, a pesar de los adelantos tecnológicos en materia de defensa desarrollados desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial hasta el presente. Calvo Albero señala que la estrategia heredada de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) —que había resultado exitosa en Hungría (1956), Checoslovaquia (1968) y Afganistán (1979)— no resultó la más apta para un país con una gran extensión territorial, una población que ronda los 36 millones de habitantes y que se encontraba en guerra desde aproximadamente 2014 en la región del Dombás (frontera con Rusia), recibiendo ayuda de Europa y de Estados Unidos además de entrenamiento por parte de especialistas de este último país. Asimismo, los reservistas ucranianos se encontraban en movimiento y contaban con experiencia en combate, mientras que los rusos no disponían de dichas tropas, lo que los obligó a la ejecución de operaciones de corta duración para el logro de los objetivos establecidos. Es interesante el estudio de las problemáticas rusas relacionadas particularmente con la apreciación errónea de la moral del enemigo, la capacidad del Presidente Vlodimir Zelenzky para dirigir la guerra y los problemas de mando y control ruso. Además, el empleo de la tecnología en el ámbito terrestre para la localización y el ataque de blancos para la artillería —que había representado un éxito en el Dombás (2014) y en Siria (2015)— no pudo replicarse en los primeros días de combate en Ucrania. Finalmente, el análisis desde el punto de vista logístico de las tropas rusas evidencia una problemática difícil de resolver a pesar de las experiencias pasadas.
El cuarto capítulo —“La respuesta europea: hablando el lenguaje del poder”— analiza la perspectiva europea respecto de las guerras o de la posibilidad de que estas se desarrollen en su propio continente. La finalización de la Segunda Guerra Mundial supuso el inicio de una era de paz que no se modificaría al menos en los próximos siglos, pensamiento que se consolidó con la caída del comunismo y la disolución de la antigua URSS, dando por finalizada la guerra fría. Este pensamiento se vio trastocado con el desarrollo de las guerras balcánicas y otras guerras que tuvieron lugar en Europa. Cózar Murillo manifiesta que los países europeos que integran los bloques de la OTAN y del Pacto de Varsovia deben adoptar diferentes posturas ante alguna agresión militar entre los estados. Actualmente existen estados europeos que se mantienen neutrales, esto es, sin formar parte de ningún bloque, como es el caso de Ucrania. El contexto actual europeo motivó el incremento de inversión en defensa en los diferentes países y la creación de una Política Común de Seguridad y Defensa que busca proteger a los estados que conforman la OTAN en el Viejo Continente. Esto provocó que los países que se mantenían neutrales deban tomar la decisión de pertenecer o no a dicha organización, ante la amenaza constante de Rusia y su necesidad de poseer una zona de “amortiguación” que lo mantenga seguro de la OTAN y sus operaciones. Este capítulo además expone que la imposición de sanciones a Rusia demostró que algunos países europeos deben priorizar su necesidad económica o de recursos antes de votar dichas sanciones. Finalmente, la autora señala que la decisión de Putin fue contraproducente respecto de la causa por la cual inició las operaciones.
En el quinto capítulo, Colom Piella analiza cómo la finalización de la guerra fría provocó en la mayoría de los países, particularmente en Europa, una desinversión en lo referente a defensa —incluyendo en algunos casos el desarme nuclear—. Estos procesos de desinversión se fundamentaban en la supuesta inexistencia de guerras futuras, situación que se vio algo trastocada luego del atentado terrorista del 11 de septiembre acontecido en los Estados Unidos. A partir de ese momento, las tropas norteamericanas y las fuerzas armadas del mundo desarrollaron el concepto de guerra de baja intensidad, híbrida y/o de contrainsurgencia junto al creciente concepto de ciberataque, pero dejando de lado la posibilidad de ver nuevamente el inicio de una guerra convencional, que hasta el 24 de febrero de 2022 se creía improbable. El autor identifica el lugar que ocupa España en lo referido a defensa dentro del esquema europeo de la OTAN. Asimismo, analiza las consecuencias que puede tener para el país ibérico no mantener la aptitud de sus fuerzas armadas, estableciendo que las capacidades y limitaciones de las tropas no deben fijarse en función del presupuesto disponible, sino por el contrario, el presupuesto debe responder a las misiones fijadas a sus fuerzas armadas, las cuales deben atender a las necesidades de seguridad estratégica del país y de la comunidad europea. La guerra en Ucrania mostró a la conducción política y a la sociedad española que invertir en defensa es una necesidad de seguridad y no solo un capricho de los militares, y que la defensa de la soberanía es una problemática que el estado debe abordar unipersonalmente, sin depositar toda la confianza en una respuesta regional de la OTAN o de la Unión Europea.
El libro no se limita solamente al análisis del acto bélico, por lo que permite interpretar en un contexto amplio y detallado las causas que originaron esta guerra y las consecuencias que por el momento tendrá para los estados que, aún sin participar del conflicto, ven afectados sus intereses, particularmente el Reino de España. En cuanto a los países involucrados en la contienda, por el momento no pueden establecerse las consecuencias que el conflicto bélico tendrá para ellos, puesto que la disputa aún se encuentra en desarrollo.
La obra presentada por estos analistas españoles tiene particular relevancia para quien quiera comprender las causas de la guerra desde un punto de vista geoestratégico y entender cómo este conflicto afectó la seguridad internacional de los estados, particularmente en Europa, dando por sentado que nada garantiza una paz duradera y que la existencia de diferentes tratados o convenios no aseguran la integridad territorial de los países, como sí lo hace la posesión de fuerzas armadas que dispongan de un poder de disuasión creíble.
La guerra de Ucrania. Los 100 días que cambiaron Europa es un libro ampliamente recomendable para entender y comprender un conflicto que está en pleno desarrollo, en tanto explica de manera detallada la importancia geoestratégica que representa el territorio ucraniano para Rusia, mencionando otras causas poco exhibidas hasta el momento que también condicionan esta guerra. Asimismo, el libro refiere la importancia de que un estado posea capacidad nuclear de disuasión creíble y señala que el desarrollo de una guerra convencional es una posibilidad que aún mantiene vigencia.
A pesar de que la guerra aún se encuentra en desarrollo, los diferentes analistas logran con este libro presentar en forma clara y objetiva las que hasta el momento se podrían considerar como probables causas y posibles consecuencias de la “Operación Militar Especial” iniciada por Rusia el 22 de febrero del 2022 en el territorio ucraniano.