Bajo las zarpas del león. La persuasión británica en España durante las guerras mundiales

Marta García Cabrera (2022). Madrid: Marcial Pons, 365 pp.

María Inés Tato

CONICET/Universidad de Buenos Aires – Instituto Ravignani - GEHiGue

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Texto

Descripción generada automáticamente con confianza mediaEn tanto conflictos de naturaleza totalizante, las dos guerras mundiales se desplegaron en un escenario global tanto en el terreno militar como en el económico y el cultural. Las tradicionales fronteras entre beligerantes y neutrales se tornaron lábiles, y estos últimos se constituyeron en piezas clave en disputa por los bandos que se enfrentaban en los campos de batalla. La Gran Guerra inauguró el recurso a la propaganda como herramienta sistematizada a la que recurrieron todos los Estados beligerantes para movilizar al frente interno, debilitar al enemigo e incidir sobre el posicionamiento de los neutrales. La propaganda se ubica –como las operaciones diplomáticas, informativas y de espionaje– dentro de los amplios recursos de los que los Estados en guerra echaron mano en su implacable competencia por influir sobre esos objetivos.

Bajo las zarpas del león. La persuasión británica en España durante las guerras mundiales, de Marta García Cabrera, explora las campañas de propaganda implementadas por Gran Bretaña en suelo español durante los dos conflictos mundiales, en los que fue la potencia aliada más activa en ese terreno. La obra es el resultado de la tesis doctoral de la autora, presentada ante la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y adaptada  al formato libro. Se trata de un trabajo erudito basado en una exhaustiva investigación desarrollada en archivos españoles, británicos, alemanes y norteamericanos, y en la consulta de una actualizada bibliografía. El libro consta de una introducción, ocho capítulos y las conclusiones, y presenta numerosas ilustraciones que acompañan el análisis de las iniciativas de persuasión implementadas en la península por los bandos en lucha.

La introducción resalta el particular interés de los beligerantes por España debido a su posición geoestratégica, en tanto encrucijada de rutas comerciales y de navegación que conectaba al Mediterráneo y al Atlántico, y a su potencial económico para abastecer a las potencias en guerra. Asimismo reseña la política exterior adoptada por el Estado español ante los dos conflictos mundiales –la neutralidad, aunque con marcados contrastes entre ambos– y repasa el tratamiento historiográfico recibido por la propaganda bélica en general y por el caso de la difundida en territorio español en 1914-1918 y 1939-1945 en particular. El primer capítulo recorre los debates académicos en torno a la definición del concepto de propaganda, su clasificación cromática (propaganda blanca, gris y negra) y las controversias acerca de su aplicación en las dos guerras mundiales. Los capítulos restantes pueden agruparse en dos grandes bloques: el dedicado al análisis de las batallas propagandísticas de la Gran Guerra (capítulos II al IV) y el consagrado a las desarrolladas durante la Segunda Guerra Mundial (capítulos V al VIII).  Cada bloque presenta una organización similar. Un capítulo contextualiza el escenario español en cada conflicto y bosqueja las operaciones de propaganda de Alemania y de los Aliados; otro reconstruye minuciosamente la estructura organizativa de los servicios de propaganda británicos en general y en la península en particular; y otro (dos en el caso de la Segunda Guerra Mundial) examina los argumentos, los núcleos temáticos, las consignas y los soportes de la propaganda británica desplegada en España. Por último, las conclusiones recuperan los contenidos desarrollados a lo largo del libro y trazan sus continuidades y rupturas en ambos conflictos.

En lo que respecta a la Primera Guerra Mundial, la autora se centra principalmente en la actuación británica y en la de su contrincante, la propaganda alemana, aunque también examina las iniciativas propagandísticas francesas, norteamericanas e italianas. Se ocupa de su organización, de las redes locales que contribuyeron a su difusión y de la variedad de formatos en los que circuló: impresos de diversa índole (libros, folletos, volantes, posters, postales), fotografías y cine. Asimismo, enfatiza la importancia de las publicaciones periódicas, tanto las creadas especialmente como armas de propaganda bélica como las preexistentes a la coyuntura que comienzan a recibir financiamiento de uno u otro beligerante para influir en su orientación respecto de la guerra.

García Cabrera destaca la temprana campaña de persuasión alemana, la explotación de los arraigados antagonismos históricos entre España y las principales potencias aliadas, su versatilidad a la hora de adaptar local, regional y sectorialmente los tópicos más generales, y las dificultades que le impusieron el bloqueo aliado y las listas negras. En contrapartida, señala el carácter tardío de la propaganda británica, resultado de la sobreestimación de la influencia aliada en España y de la descoordinación inicial de esa área, y la recuperación del terreno perdido a partir de 1916. Por otra parte, observa que la política exterior española estuvo signada por una neutralidad benévola hacia los Aliados, que la propaganda británica aspiró a reforzar y preservar.

En cuanto a la Segunda Guerra Mundial, García Cabrera muestra algunas continuidades con los desarrollos de las campañas de propaganda de la Gran Guerra. Por un lado, los servicios germanos registraron una temprana actuación merced a una aceitada organización que se remontaba a los albores del régimen nacionalsocialista, que revalorizó el empleo de la propaganda como instrumento al servicio de la política interna y exterior. En cambio, las estructuras organizativas de la propaganda británica, desmontadas en la entreguerra, nuevamente se pusieron en movimiento con demora. Por otro lado, el arsenal de recursos a disposición de los beligerantes continuó principalmente basado en los impresos y en el cine, aunque se incrementó con la radio y con una multitud de objetos de propaganda hábilmente dirigidos a un público masivo y popular por los servicios norteamericanos.

La autora da cuenta del drástico cambio de escenario que debió afrontar la actividad propagandística británica en el marco de este segundo conflicto global. A diferencia del contexto español de la Gran Guerra, cuando la libertad de prensa facilitó su despliegue, durante la Segunda Guerra Mundial imperaron las restricciones, que obstaculizaron su difusión. La España de Francisco Franco, que había salido victorioso de la guerra civil pocos meses antes del inicio de la nueva conflagración mundial, se hallaba alineada con las potencias del Eje. Inicialmente el gobierno español proclamó su neutralidad frente al conflicto, pero a partir de 1940 viró hacia la no beligerancia, una postura que encerraba la posibilidad de una eventual entrada en la guerra junto a Alemania e Italia; sólo a partir de 1943 retomó la senda neutralista. Más allá de estos vaivenes en su política exterior, el régimen franquista mantuvo inalterada su colaboración con la Alemania nazi en materia propagandística hasta el final mismo de la guerra. En tanto las potencias aliadas vieron prohibida la diseminación de propaganda en territorio español y debieron operar desde la clandestinidad, los alemanes dispusieron de la connivencia oficial, manifiesta incluso en la canalización de su propaganda a través del aparato estatal español. Frente a ese panorama, el objetivo de máxima de la propaganda británica fue estimular la neutralidad estricta de España y el consiguiente cese de su connivencia con la Alemania nazi.

Bajo las zarpas del león efectúa un aporte sustancial a la historia de la propaganda bélica en tiempos de las dos guerras mundiales al enfocar el circuito de su elaboración, distribución y consumo en una sociedad formalmente neutral y disputada por ambos bandos beligerantes. En tal sentido, presenta vívidamente el desenvolvimiento de la guerra de palabras que acompañó la que se desarrollaba en la línea de fuego, así como las interacciones entre Estados en guerra y neutrales. Asimismo, contribuye a enriquecer la historia española del período, al iluminar desde un ángulo distinto la dinámica interna de la península en los tiempos agitados de la guerra total.