Encabo, E. y Matía Polo, I. (Eds.). (2020). Madrid: Editorial Dykinson. 286 páginas.
Isabel Ferrer Senabre
Investigadora independiente
isabel.ferrer.senabre@gmail.com
La copla está de moda, si es que alguna vez dejó de estarlo. Gracias al empuje de la mirada feminista y queer, diferentes producciones han conseguido actualizar la mirada sobre el género, despojarlo de los prejuicios elitistas –esos prejuicios que nuestras abuelas nunca tuvieron– y, más todavía, reivindicarlo como un espacio para repensar nuestra visión de la cultura. Por ejemplificar este giro, recientemente en España hemos presenciado, entre otros, los éxitos del podcast “¡Ay, campaneras!” de la investigadora Lidia García (2020) o del anuncio de una marca de cerveza protagonizado por Lola Flores recreada gracias a la inteligencia artificial (2021). En definitiva, la necesidad de revisión de lo coplero que se apuntaba desde algunos ámbitos académicos hace algunos años –Ramos (2003, p. 113) o Martínez (2013), por citar dos textos destacados– está experimentando un beneficioso camino de ida y vuelta con el público.
El libro Copla, ideología y poder, editado por Enrique Encabo e Inmaculada Matía Polo, nutre este espíritu de reivindicación de estas músicas que gozaron de su mayor popularidad en aquellos años donde pasamos del blanco y negro al color bajo el yugo de la dictadura franquista. El compendio surgió a raíz del congreso homónimo celebrado en la Universidad Complutense de Madrid en febrero de 2019, organizado por la Comisión de Trabajo de la SEdeM “Música y artes escénicas”. Se integra en una nueva hornada de publicaciones colectivas en torno a las músicas escénicas de la primera mitad del siglo XX, unas músicas protagonizadas por canciones unipersonales performadas, en su mayoría, por mujeres. Así, el volumen crea un interesante vínculo de continuidad temporal con el libro Miradas sobre el cuplé en España (2019) –editado también por Enrique Encabo–, donde se ahondaba en el fenómeno del cuplé, considerado uno de los precedentes de la copla. Si bien en el caso de Miradas se trabaja sobre una temática que ha disfrutado de un recorrido académico más amplio, en Copla, ideología y poder nos encontramos con estudios frescos de fenómenos musicales menos abordados hasta la fecha. En ambos casos, hay que agradecer a los editores su incansable tarea de difusión del estudio de estos géneros mediante encuentros académicos de debate y publicaciones. Asimismo, para quienes guste la parte más prosaica de la edición, el ejemplar está bien trabajado, es accesible y se adapta a aquellas personas que disfrutamos de la lectura con el lápiz en mano.
A nivel cronológico, a diferencia del grueso de la literatura musicológica anterior sobre la época franquista, el libro combina los estudios de décadas de los cuarenta y los cincuenta con los años sesenta y posteriores, con una mayor atención a estos últimos. En todo caso, no está de más recordar que el Franquismo fue una época ardua para buena parte de la población y este hecho, inevitablemente, se refleja de diferentes formas cuando se encaran las investigaciones. Al mismo tiempo, no es sencillo evitar las garras de la banalización en torno a la “memoria sentimental” sobre las formas de consumo cultural, fenómeno harto explotado por libros y programas de televisión. El volumen supera con creces estos y otros inconvenientes que nos legó la dictadura. Además, colabora en acortar el camino que, en mi opinión, le queda por recorrer a la musicología si la comparamos con el desarrollo teórico sobre el estudio de la dictadura al cual han llegado otras disciplinas. En el caso musicológico, y de un modo genérico, en el estudio de la época franquista creo también que se conseguirían resultados de mayor calado si se introdujera la historia oral en interrelación con el estudio de fuentes escritas y audiovisuales.
Enlazando ya con el contenido del libro, el título Copla, ideología y poder resume con fuerza el eje sobre el cual pivotan buena parte de los estudios, además de conseguir aunar la multiplicidad de aspectos donde la copla fue protagonista o secundaria: desde su presencia en diferentes medios de comunicación hasta su vinculación con la estética camp. Para llevar a cabo esta tarea, la estructura del volumen se divide en tres bloques. El primero, llamado “Copla e ideología”, examina la historia de algunas manifestaciones del género en conexión con el contexto sociopolítico franquista; el segundo, bajo el lema “A un lado y a otro del Atlántico”, repasa los espacios de creación y difusión del género, atendiendo a los intercambios culturales con Latinoamérica; por último, el tercer bloque enfoca una revisión del concepto “copla”. En resumen, como aciertan en describir los editores en la sinopsis del libro, tenemos a nuestra disposición una “radiografía cultural” del país a través de un análisis multifacético de la copla, que viaja del pasado hasta nuestros días.
No hay mejor manera de inaugurar un libro de estas características que con un primer capítulo, escrito por Elena Torres, dedicado al estudio del chotis “Ya hemos pasado”. La autora construye un texto tremendamente eficaz, con momentos y referencias bien escogidos para entender el valor simbólico que esta pieza musical ha atesorado a través del tiempo. Nos habla de las circunstancias de creación de la obra, incluyendo fuentes hemerográficas, el análisis de lo performativo de la intérprete Celia Gámez y los espacios de difusión musical. El escrito no se detiene en el pasado y se acerca hasta nuestros días para explorar cómo este chotis sigue ejerciendo de proclama simbólica que se adapta a todo el espectro ideológico político.
El siguiente capítulo, de Julio Arce, toma como punto de partida las recepciones que el dictador Franco y su mujer llevaran a cabo en el Palacio Real de La Granja cada 18 de julio desde 1940 hasta 1975, en conmemoración del golpe de estado de 1936. La música que acompañó estas celebraciones fue acorde a la imagen que el Estado quería construir para el exterior. El análisis sirve a Arce para realizar una valoración de la vinculación de la copla con el aparato institucional del franquismo, recordándonos que no le fue exclusiva y que su apropiación “se vio favorecida por la prohibición de otros tipos de canciones que fueron perseguidos” (p. 59).
Por su parte, Enrique Encabo se adentra en los star studies y explora a través del film “El balcón de la luna” (1962) cómo se fueron modulando los modelos del género femenino –y también masculino– en los primeros años sesenta. La película, de Luis Saslavsky, explica la vida de tres estrellas ficticias de la canción, encarnadas por Lola Flores –cantando su famosa versión de “A tu vera”–, Paquita Rico y Carmen Sevilla. Mediante el análisis de estas representaciones de lo femenino, Encabo revela lúcidamente la transición entre el primer franquismo, centrado en un discurso ruralizante, y el desarrollismo, ligado a la modernidad y lo urbano.
Muy interesante resulta el objeto de estudio y análisis de Atenea Fernández Higuero centrado en la Radio Pirenaica, también durante el periodo desarrollista. La Pirenaica fue la radio del Partido Comunista Español en el exilio, emitiendo desde el este de Europa. Fernández Higuero utiliza fuentes primarias como guiones y cartas al director de la audiencia y una encuesta de opinión de la propia radio. Estas fuentes le permiten trazar una panorámica de la evolución de la emisora y atender a la combinación de factores tales como música comercial, exilio y antifranquismo.
El segundo bloque del libro se adentra en diferentes escenas musicales españolas y latinoamericanas en un rango temporal que abarca desde los años veinte hasta mediados de los años cincuenta. Los primeros años de la República en el terreno musical son descritos por Juan Antonio García Díaz en relación con la ciudad de Cádiz, ofreciendo un amplio panorama del ocio del momento y la situación de artistas y empresas del espectáculo. Esta atención por la variedad de espectáculos y sus hibridaciones lo encontramos también en los textos sobre el cantaor flamenco Pepe Marchena y sobre el ballet coplero El Quite (1931) de Tomás Borrás. Ambos capítulos, escritos respectivamente por María Isabel Díaz Torres y Alejandro Coello Hernández, se adentran en el mundo de lo andaluz, la danza y sus imaginarios a través, en este caso, del protagonismo de figuras masculinas.
Los capítulos sobre contextos latinoamericanos fijan su atención en las producciones audiovisuales argentinas, chilenas y mexicanas. El texto de Rosa Chalkho y Antonio López Pastor profundiza en la complejidad de los procesos de diáspora a través de los artistas españoles exiliados a Argentina que formaron la mayor parte del elenco de la película “La dama duende” (1945) –también dirigida por el mencionado Saslavsky. Así, se explora el cine y el rol central de la música como espacios de identidad para la inmigración en conjunción con las corrientes artísticas del momento y la situación política del país acogedor, en lo que los autores llaman “clima de época de exilio” (p. 149). Por su parte, Juan Lorenzo Jorquera nos ofrece un resumen de las impresiones que provocó en la prensa las actuaciones de las principales estrellas del cuplé y la copla en Chile, desde La Argentina hasta Miguel de Molina, en un relato que nos transmite un retrato del proceso de internacionalización del género y de sus artistas.
El cine vuelve a ser la base del análisis en el capítulo firmado por Teresa Fraile, quien indaga sobre la presencia de lo español en el cine mexicano de mediados del siglo xx. Esta interacción se forjó a través de diferentes ejes: los estereotipos de la emigración española a través de personajes prototípicos; el uso de los tópicos de la españolidad y del género de la españolada como como una forma de canalización del duelo diaspórico; y, por último, la presencia del star system de la canción española en las coproducciones fílmicas entre ambos países, incidiendo asimismo en la interacción entre roles de género, clase social, entorno de carácter rural y músicas que caracterizaron estas películas.
El último bloque del libro (“Repensando la copla”) lo inicia el artículo de Ibis Albizu, en el cual, a modo de ensayo, se resalta el papel de lo exótico como alteridad en la copla con una mirada atrás hacia siglos anteriores y su relación con la creación de la españolada y el estereotipo de lo folklórico, deteniéndose en personalidades como Pastora Imperio o los Coros y danzas de la Sección Femenina. Por su parte, Alberto Caparrós analiza la polisemia de la palabra copla y sus alternativas, variantes y ausencias, así como realiza un recorrido temporal de la semántica en relación con las músicas de moda. El texto trabaja con la idea que el uso de la palabra copla estuvo muy ligado con la idea de lo andaluz y lo sentimental, y fue explotado comercialmente en este sentido a partir de finales de la década de los cuarenta.
Los dos siguientes textos se enfrentan a temáticas menos exploradas hasta la fecha. Inmaculada Matía Polo nos acerca a las salas de fiesta en la España desarrollista a partir del estudio de caso del local madrileño “El molino rojo”. El espacio se distinguió por su oferta atrevida y lúdica con mayor exhibición corporal que otros locales, aunque, como también alojó la práctica de la prostitución de forma mal disimulada, con esa doble moral que el régimen franquista usó a su voluntad. Por otro lado, Marco Antonio Juan de Dios describe la relación de la copla con la industria discográfica, poniendo el acento en cómo esta última ha marcado el desarrollo del género y cuáles han sido los límites y condicionantes. Finalmente, y retomando lo mencionado al inicio de este escrito, parte del impulso rejuvenecedor que ha recibido la copla ha venido desde las relecturas desde las teorías feministas y queer. En esta línea, el texto de Santiago Lomas Martínez nos adentra de un modo accesible a este conjunto de idees a través del análisis de las coplas escritas por Rafael de León.
A modo de conclusión, el libro Copla, ideología y poder destaca por su inteligencia para analizar temáticas sugerentes, su capacidad para despertar nuevas posibilidades de estudio, así como por haber encontrado un tono narrativo interesante tanto para el análisis académico como para una lectura capaz de traspasar fronteras disciplinares y de público.
» Cruzcampo TV. (2021). Con mucho acento. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Yewm6TfLZ3Q
» Encabo, E. (2019). Miradas sobre el cuplé en España. Identidades, contextos, artistas y repertorios. Madrid: Ediciones del ICCMU.
» García, L. (2020). ¡Ay, campaneras! Podcast. Recuperado de https://lidiagarciagarcia.com/podcastaycampaneras/
» Martínez, S. (2013). Stick to the Copla! Recovering Old Spanish Songs. En S. Martínez y H. Fouce (Eds.). Made in Spain. Studies in Popular Music. New York: Routledge.
» Ramos, P. (2003). Feminismo y música: introducción crítica. Madrid: Narcea.
Isabel Ferrer Senabre
Es Doctora en Musicología (Universitat Autònoma de Barcelona) y educadora social (Universitat de València). Subdirectora de la revista TRANS, miembro del equipo editorial de la IASPM Journal y codirectora de las colecciones de música de la Institució Alfons el Magnànim (València, España). Actualmente colabora en tareas de edición y en la divulgación de la musicología en radio y prensa. Más información: https://ferrersenabre.com