On the Origins of the Cartouche and Encircling Symbolism in Old Kingdom Pyramids

David Ian Lightbody (2020).
Access Archaeology. Oxford: Archaeopress Publishing, 94 páginas.
ISBN 978-1-78969-657-8
ISBN 978-1-78969-658-5 (e-Pdf)

Augusto Gayubas

Universidad de Buenos Aires / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Access Archaeology es una colección de la editorial inglesa Archaeopress que ofrece libros académicos en la forma de archivos para su descarga digital gratuita, si bien en general pueden ser también adquiridos en formato impreso. La inclusión en dicha colección del título que nos ocupa, obra del arqueólogo David Ian Lightbody, facilita, pues, el acceso a las hipótesis del autor sobre el valor simbólico del círculo en las fases tempranas del antiguo Egipto, sobre el origen del cartucho que contendría algunos de los nombres regios desde al menos la Dinastía III y sobre la construcción de las pirámides del Reino Antiguo.

Se trata de una monografía que interviene en dos áreas de investigación y discusión pero que mantiene unidos –y, de hecho, propone una íntima conexión entre– los temas que atañen a cada área, a saber: el simbolismo circular (y la idea de rodear) inherente a expresiones gráficas como el anillo-shen (Sn) y el cartucho, y los cálculos relativos a la construcción de las pirámides del Reino Antiguo.

El libro consta de un prefacio, una introducción, una sección principal constituida por seis capítulos ordenados cronológicamente y unas conclusiones seguidas de unas secciones finales. En el transcurso de los capítulos se procura sustentar la hipótesis de que la figura del círculo y el simbolismo asociado a la acción de rodear (aquí usaremos el término “simbolismo circular” para transmitir ambas ideas) constituían un concepto ritual de primera importancia entre las élites del antiguo Egipto desde las primeras dinastías, y que ello encuentra una expresión material duradera en artefactos, en monumentos y en aquello que hoy podemos inferir de las prácticas cultuales en torno a la persona del rey durante el período Dinástico Temprano y el Reino Antiguo.

En el prefacio (“Foreword”, pp. 7-8), el autor advierte que sus indagaciones sobre el temario abordado comenzaron en 2004. También aclara que, cuatro años después, publicó un informe sobre las propiedades geométricas de los círculos y su aplicación a las dimensiones y proporciones de las tumbas faraónicas del Reino Antiguo, siguiendo enunciados como los de W. M. Flinders Petrie sobre las pirámides de Giza hacia fines del siglo XIX y los de otros egiptólogos del siglo XX, como I. E. S. Edwards (Lightbody, 2008). Pero añade que en dicho informe se echa en falta una propuesta sólida sobre el sentido o el simbolismo detrás de tales cálculos o medidas. Ello es lo que viene a subsanar o completar el presente estudio.

La introducción (“Introduction”, pp. 9-13) presenta las bases teórico-metodológicas sobre las que se asienta el trabajo. Se trata de un enfoque histórico e interdisciplinario que, valiéndose de múltiples líneas de evidencia, se propone hacer dialogar cuatro ámbitos o disciplinas: a) la historia, entendida desde la corta y la larga duración (lejos de los “grandes hombres” pero atenta a eventos significativos, cambios políticos e innovaciones arquitectónicas e iconográficas con un componente a la vez histórico-cultural orientado a la identificación de esquemas de representación y estructuras de sentido); b) la historia del arte (atendiendo a las particularidades prácticas y simbólicas que demanda el abordaje de las expresiones visuales del antiguo Egipto, incluida la arquitectura); c) la arqueología (tanto en su dimensión empírica como en relación con las interpretaciones sobre significados socioculturales); y d) la filología (vía la escritura jeroglífica como uno de los medios para acceder a prácticas rituales o configuraciones ideológicas).

El análisis del simbolismo circular y del devenir histórico de sus expresiones iconográficas y arquitectónicas comienza con dos páginas dedicadas al período Dinástico Temprano (“Early Dynastic Period (Dynasties One and Two)”, pp. 15-16). En ellas, el autor propone que la inclusión de anillos-shen en motivos iconográfico-epigráficos de unas pocas piezas de los reinados de Den (Dinastía I) y Khasekhem(wy) (Dinastía II), aun cuando no estuviera vinculada a escenas del festival ritual heb-sed (como sucedería en la Dinastía III), puede interpretarse como la primera constatación de una relación entre el valor mágico del círculo o la circunvalación y los rituales de la realeza.

Si el círculo sin principio ni fin connotado en el anillo-shen ya tenía los significados de eternidad y protección que suelen adjudicarle los egiptólogos (Wilkinson, 1995 [1992]: 195), no es algo que se deduzca de la evidencia del período. En particular, el motivo del reinado de Khasekhem(wy) en el que Nekhbet, divinidad identificada con el Alto Egipto, es representada como un buitre posando sobre un círculo o anillo-shen que encierra unos signos jeroglíficos, es interpretado antes bien como una evocación de dominio sobre rebeldes (según una lectura convencional de los signos dentro del anillo-shen como la palabra bS). Tal interpretación se suele justificar por su asociación con el concepto de smA tAwy o Unión de las Dos Tierras, cuyo emblema es sostenido por una garra de la diosa, así como por la presencia de una inscripción jeroglífica que refiere al “año de combatir y golpear a los norteños”. El término empleado por el autor es aquí, en rigor, “cautividad”, y dado que el anillo-shen es formado por una cuerda con un nudo, resta por considerar si acaso la asiduidad de lazos o sogas en escenas de violencia, cacería y cautiverio en la iconografía egipcia desde fines del período Predinástico guarda alguna relación con este tipo de expresión de control o dominio protagonizado por el rey (quien además de ritualista es arquetípicamente un guerrero y un cazador).

El capítulo siguiente se adentra en el Reino Antiguo a través de una consideración del simbolismo circular durante la Dinastía III (“Third Dynasty”, pp. 17-26). El énfasis está puesto en el complejo funerario de Netjerkhet en Saqqara. Las innovaciones arquitectónicas y estéticas supuestas por dicho monumento son atribuidas por el autor a una búsqueda regia por añadir nuevas capas de simbolismo que destacaran al rey como exclusivo hacedor de los rituales de unificación y protección de las Dos Tierras. Ello marcaría un contraste con los altos funcionarios que yacían dentro de las mastabas de la misma región del norte de Egipto. Así explica el autor no sólo la pirámide escalonada con su forma y tamaño diferenciados sino el complejo en su totalidad.

Respecto a esto último, Lightbody destaca una serie de elementos específicamente regios presentes en el complejo. Por un lado, sus componentes arquitectónicos, que garantizarían la eterna realización de los rituales asociados al heb-sed, rodeados a un mismo tiempo por muros que debían proteger el ámbito cultual del exterior profano. Por otro lado, su iconografía, esto es, los relieves subterráneos que compendian los rituales del festival heb-sed y atestiguan por primera vez la imagen de Horus como halcón sosteniendo un anillo-shen justo encima del rey. No menos importante en el argumento del autor, el hecho de que estas imágenes estuvieran enmarcadas por serekhs con el nombre del rey decorados con anillos-shen en las esquinas superiores colabora con su interpretación de la aparición de una “nueva tradición” que conectaría el heb-sed con los anillos-shen y que incorporaría el simbolismo circular al repertorio visual de la realeza, presumiblemente ya en relación con el concepto de protección eterna. Finalmente, otro elemento del complejo al que concede importancia Lightbody son sus medidas, particularmente el perímetro del muro que rodea el complejo, cuyos 1644,07 metros equivalen en gran medida a la circunferencia de un círculo de 1000 codos de diámetro, lo cual conduce al autor a recordar las observaciones hechas por Petrie en Giza y a sugerir un uso deliberado de las proporciones circulares en el plano del monumento de Saqqara, esto es, la incorporación en él del emblema del círculo con su potencia de protección y dominio como atributo exclusivo del rey-dios –tal interpretación ha sido discutida por L. Miatello (2020).

El otro dato de interés de la Dinastía III es la aparición del cartucho que en adelante contendrá algunos de los nombres de los reyes y que parece no ser otra cosa que un anillo-shen alargado para tal fin. Aquí la interpretación va en línea con lo formulado para el reinado de Netjerkhet: como sucedería con el complejo piramidal regio en contraste con las mastabas de los altos funcionarios, el cartucho con su simbolismo ritual de eternidad, protección y dominio territorial resaltaría la centralidad y la naturaleza sagrada y eterna del rey, añadiendo una nueva capa de simbolismo a su nombre que reafirmaría su distinción respecto al resto de la élite.

El capítulo dedicado a la dinastía siguiente (“Fourth Dynasty”, pp. 27-42) parte de la hipótesis de que el simbolismo circular presente en el plano del complejo de Netjerkhet se transfirió posteriormente a las superestructuras piramidales. Como es harto conocido, Petrie observó a fines del siglo XIX que el perímetro de la base de la pirámide de Khufu en Giza, pero también de aquella de Snefru –quizás iniciada por Huni– en Meidum, equivalía a la circunferencia de un círculo cuyo radio coincidiera con la altura de la pirámide (Petrie, 1883; 1892).

Lightbody ratifica las proporciones y colige de ello la presencia del simbolismo circular en la arquitectura regia del período. Si bien la falta de mediciones precisas o de coincidencia en las medidas de las otras pirámides de la dinastía hace siempre necesaria una actitud de precaución ante esta clase de observación, otras líneas de evidencia que el autor pone en relación entre sí resultan de interés. Podemos mencionar aquí cuatro de ellas. En primer lugar, en un objeto de Hetepheres (consorte de Snefru), la escena de un disco solar alado sobre un cartucho con el nombre del rey y una inscripción jeroglífica que alude a la idea de protección circundante se ve acompañada de otra escena en la que Nekhbet, en la forma de un buitre, sostiene un anillo-shen sobre la cabeza del rey. En segundo lugar, las proporciones de la llamada “cámara del rey” de la pirámide de Khufu le sugieren al autor un simbolismo circular relativo a sus paredes norte y sur, cuyos “conductos de ventilación” apuntan al cielo en direcciones norte y sur; ello lo relaciona con escenas del festival heb-sed en las que pares de signos aparentemente alusivos a las mitades del cielo aparecen unidos a sendos anillos-shen, al parecer evocando el rol ritual del rey como aquel que rodea y unifica eternamente las dos mitades tanto en la tierra y como en el cielo. En tercer lugar, se verifica una asociación iconográfica entre Horus y el anillo-shen en relieves como los de un fragmento de piedra de Khufu y un trono de estatua del templo del valle de Menkaure; más interesante aún, este trono contiene, a cada lado (sur y norte), el emblema de la unificación del Alto y el Bajo Egipto con sus respectivas deidades, Nekhbet y Wadjet, lo cual pareciera vincular el simbolismo circular con la unión de las Dos Tierras. El cuarto testimonio que podemos mencionar aquí corresponde a la posición de la pirámide de Menkaure en relación con aquellas de Khufu y Khafre en la meseta de Giza. Sin excluir otras motivaciones religiosas (orientación cardinal o alineación estelar) y políticas (su visibilidad desde el valle del Nilo), Lightbody relaciona dicha posición con el simbolismo circular –y con su expresión iconográfica mencionada anteriormente– a partir de los cálculos realizados por J. A. R. Legon (1988) de la extensión perimetral imaginaria que contiene rectangularmente las tres pirámides desde el ángulo nororiental de la pirámide de Khufu hasta el ángulo sudoccidental de la de Menkaure, sumando el equivalente a la circunferencia de un círculo de 1000 codos de radio, el doble que el perímetro del complejo de Netjerkhet en Saqqara. Sobre este último punto, no obstante, debe señalarse que, al no existir un muro perimetral que contenga dicha extensión, y al no contemplarse, a la hora de realizar estos cálculos, los templos y calzadas que forman parte integral de los complejos mortuorios, la interpretación puede pecar de artificiosa o arbitraria.

La evidencia considerada para las dinastías V (“Fifth Dynasty”, pp. 43-54) y VI (“Sixth Dynasty”, pp. 55-60) es iconográfica y epigráfica, mayormente proveniente de templos funerarios (por ejemplo, relieves y vasijas decoradas) y del interior de algunas pirámides (los llamados Textos de las Pirámides). La iconografía consiste en motivos que nuevamente conectan la figura o el nombre rodeado de un cartucho del rey con manifestaciones de su rol político-ritual en la unificación de las Dos Tierras, anillos-shen, discos solares y el dios Horus como halcón que observa, protege o rodea desde lo alto. En suma, un esquema iconográfico asociado al culto mortuorio, a la protección mágica de la tumba y, por la vía de ello, a la continuidad eterna de los rituales regios.

En línea con ello y con lecturas corrientes de los Textos de las Pirámides, el autor atribuye a éstos no sólo la función de guiar ritual o litúrgicamente al monarca en su ascensión hacia el ámbito celeste sino también el propósito de brindar una protección mágica al recinto funerario que garantizara la realización eterna de los rituales que allí se enunciaban. La inclusión en estos textos de expresiones como “rodear” responde, de acuerdo con Lightbody, a un esquema de conceptos interrelacionados que integran el simbolismo asociado a los principios cultuales de la realeza con las tradiciones arquitectónicas (si se admite la presencia del simbolismo circular en al menos algunas de las tumbas del Reino Antiguo) y los rituales de circunvalación. Estos últimos pudieron tener lugar alrededor de templos y tumbas, así como en torno a los muros de Menfis el día de la coronación de un nuevo rey (según sugiere el “circuito de las murallas” practicado desde el período Dinástico Temprano), y se presentan en los Textos de las Pirámides en relación con las “dos orillas” y los “dos cielos”, lo cual parece referir a la idea de unificación y de dominio territorial y celeste sobre la totalidad del cosmos.

El último capítulo previo a las conclusiones (“Later Kingdoms”, pp. 61-66) ofrece un sumario general de ejemplos significativos del simbolismo circular en los períodos siguientes, con el objetivo de explicitar su arraigo en la ideología faraónica e incluso su difusión o recurso más allá del ámbito específico de la corte a partir de los Reinos Medio y Nuevo. Indicios de rituales de circunvalación, sarcófagos reales con forma de cartucho y con las diosas Isis y Neftis sosteniendo anillos-shen en los extremos, ataúdes antropoides rishi cuyas divinidades aladas (Horus, Nekhbet) sujetan anillos-shen, entre otros, parecen atestiguar la continuidad de –al menos– la dimensión protectora de los motivos, mientras que la expresión “todo lo que rodea el disco” apuntala el sentido de totalidad y su relación con el rol político-ritual del rey, cuya soberanía –escribe Pascal Vernus en relación con la fraseología del Reino Nuevo– “abarca la totalidad del mundo terrenal […] es decir, la trayectoria del sol desde su salida en el este de la tierra, hasta su puesta en el oeste”, pero también se extiende hasta “los pilares del cielo” (Vernus, 2011: 27).

Las conclusiones ocupan una sola página (“Conclusions”, p. 67) y se limitan a reiterar las razones que llevaron al autor a destacar la importancia ritual del simbolismo circular en el Reino Antiguo, interpretando los cambios, las innovaciones, las adiciones y las continuidades como partes de un proceso intelectual.

Las últimas páginas contienen un brevísimo glosario (“Glossary”, p. 68), un catálogo exhaustivo de las apariciones documentadas de anillos-shen en la iconografía del período Dinástico Temprano y el Reino Antiguo (“Catalogue of shen iconography”, pp. 69-79), una lista bibliográfica (pp. 84-89), un índice (pp. 90-94) y una nota matemática (“Addendum. A mathematical note”, pp. 80-83). En esta última se argumenta que los conocimientos matemáticos de diversas épocas del Egipto faraónico, sumados a una comprensión numérica de las formas circulares en la arquitectura del Reino Antiguo que se deduce de monumentos como el Templo T del complejo de Netjerkhet en Saqqara, con sus columnas circulares, revelan el hecho de que pudieron existir métodos para calcular circunferencias aplicados a la arquitectura monumental, aun cuando no haya evidencia directa de ello en los papiros matemáticos conocidos ni haya acuerdo entre los egiptólogos respecto de tal capacidad o interés de cálculo.

Uno de los atractivos del libro es, sin dudas, el aspecto documental, por lo que ofrece en términos de información e imágenes (incluidas fotografías, reproducciones lineales y reconstrucciones 3D). También es loable la claridad en la formulación de las hipótesis, algunas de cuyas aristas este reseñador no está en condiciones de aceptar o rechazar pero cuya exposición tiene el doble mérito de evadir los vicios esotéricos sin por ello esquivar cómodamente las preguntas. El lector encontrará aquí, pues, un material estimulante para reflexionar sobre simbolismo y poder en el Egipto faraónico.

Bibliografía

» Legon, J. A. R. (1988). A Ground Plan at Giza, en: Discussions in Egyptology 10: 33-40.

» Lightbody, D. I. (2008). Egyptian Tomb Architecture: The Archaeological Facts of Pharaonic Circular Symbolism (BAR International Series 1852). Oxford: Archaeopress.

» Miatello, L. (2020). On the Perimeter of the Enclosure Wall of the Pyramid Complex of Djoser, en: Göttinger Miszellen 261: 39-40.

» Petrie, W. M. F. (1883). The Pyramids and Temples of Gizeh, 1ª edición. Londres: Field & Tuer.

» Petrie, W. M. F. (1892). Medum. Londres: David Nutt.

» Vernus, P. (2011). Los barbechos del demiurgo y la soberanía del faraón. El concepto de ‘imperio’ y las latencias de la creación, en: Campagno, M., Gallego, J. y García Mac Gaw, C. G. (comps.), El Estado en el Mediterráneo Antiguo. Egipto, Grecia, Roma (Estudios del Mediterráneo Antiguo – PEFSCEA 7). Buenos Aires: Miño y Dávila, 13-43.

» Wilkinson, R. H. (1995 [1992]). Cómo leer el arte egipcio. Guía de jeroglíficos del antiguo Egipto. Barcelona: Crítica.