El valle olvidado. La crisis de un paradigma en el Valle del Escondite de las Momias Reales en Luxor

José Ramón Pérez-Accino

Universidad Complutense de Madrid, España

Hisham El-Leithy

Center for the Study and Documentation of Ancient Egypt, Egipto

Fecha de recepción: 17 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 21 de julio de 2023

Resumen

Tras el descubrimiento de las momias reales en 1881 y la campaña de excavación de Ambrose Lansing en 1920, el Royal Cachette Wadi en Luxor, se ha considerado tradicionalmente un lugar arqueológicamente vacío, fundamentalmente debido a su interpretación desde el mismo momento del descubrimiento como un lugar secreto y de ocultación, que se especifica en la denominación de cachette. Desde 2017, el C2 Project de la Universidad Complutense de Madrid (España) y el Center for the Study of Ancient Egypt (Egipto) ha desarrollado cuatro campañas de trabajo en este wadi. Los resultados permiten disputar la vigencia de la consideración del valle antes mencionada. Se han identificado estructuras en el exterior de la tumba TT 320 y un área de culto definida por la presencia de una efigie monumental destruida, oraciones, nombres de sacerdotes y restos de ofrendas. Un elemento común a estos elementos y a otros presentes en el wadi es un escalón rocoso de origen geológico pero utilizado por seres humanos. Las observaciones arqueoastronómicas realizadas en el wadi permiten comenzar a comprender las razones de ese uso y su relación con el conjunto de elementos identificados.

Palabras clave: arqueología, cachette, momias reales, Luxor

The Forgotten Valley. The Crisis of a Paradigm on the Valley of the Cache of Royal Mummies in Luxor

Abstract

Following the discovery of the royal mummies in 1881 and the excavation campaign by Ambrose Lansing in 1920, the Royal Cachette Wadi has been considered a space archaeologically empty, specially due to its interpretation as secret and hiding place from the very moment of discovery. Starting in 2017, the C2 Project of the Universidad Complutense de Madrid (Spain) and the Center for the Study of Ancient Egypt (Egypt) has carried out four campaigns in this wadi. Its results let us put into question the validity of the mentioned conception of the valley. Outside of the tomb TT 320, some structures and a cultic area marked by the presence of a torn down monumental effigy, prayers, names of priests and leftovers of offerings have been identified. Common to these elements and others present in the wadi is a rocky step of geological formation but used by humans. The archaeoastronomical observations made in the wadi make it possible to start to understand the reasons for its usage and its relationship to all the identified elements.

Keyword: archaeology, cachette, royal mummies, Luxor

El presente texto se centra mucho más que en las novedades arqueológicas, que ya han sido presentadas en el congreso que nos reúne y en otros, en la reflexión sobre lo que los objetos, las circunstancias de su hallazgo y el resto de la actividad arqueológica ligada a ellos nos dirige a plantearnos. Vamos a hacer un recorrido menos arqueológico que lógico, quizá algo epistemológico.

El C2 Project1 se desarrolla en el llamado Valle del Escondite de las Momias Reales, en Luxor (Pérez-Accino, 2021a; 2021b; 2022; Pérez-Accino y El-Leithy, 2019; 2023; Pérez-Accino y Vivas, 2023; Pérez-Accino et al., 2023). Esto ya presenta problemas de exactitud en la denominación del lugar, porque el paraje ni es un valle ni un wadi como comúnmente se le denomina en otras lenguas. Geológicamente hablando responde mejor a las características de un circo.2 Nuestro trabajo en el mismo parece conducir a la conclusión de que tampoco era un escondite, como se intentará presentar en los párrafos que siguen (Fig. 1).

Fig. 1. El área de trabajo del C2 Project en el fondo del circo. A la derecha, la tumba TT320; en el centro, la efigie y el nicho a cuyos pies se han hallado las ofrendas y desde donde se observa el alineamiento solsticial (©C2 Project).

El C2 Project toma el nombre de la denominación que recibió durante una prospección general de la zona realizada en el siglo pasado (Černý et al., 1969-1983). Nosotros hemos retomado el nombre para, por una parte, diferenciarlo de la denominación tradicional, inexacta como ya se ha expresado, y centrar la atención mucho más en la propia zona como continente de elementos y circunstancias que en el contenido de la misma, que hasta el comienzo de nuestro proyecto era, fundamental y básicamente, la tumba TT320, conocida comúnmente como “la cachette real”.

El circo se encuentra en el centro mismo de la necrópolis tebana. Está rodeado de zonas arqueológicas magníficamente conocidas y repletas de estructuras, monumentos, información y hallazgos. Su entrada en la historia de la Arqueología tiene lugar en 1881. En la Historia, a secas y con mayúscula, había entrado mucho antes. Pero es en el mes de julio de ese mismo año que se produce el hallazgo para la arqueología de las momias reales hoy expuestas en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia (NMEC3) de El Cairo. Las circunstancias de este descubrimiento son bien conocidas y han sido narradas muy frecuentemente, formando parte de la leyenda de la Egiptología.4

Desde los primeros momentos del hallazgo, el responsable máximo del mismo, Gaston Maspero, segundo director del Servicio de Antigüedades desde hacía unos meses tras el fallecimiento de su fundador, Auguste Mariette, acuñó un concepto encerrado en una frase de la publicación en la que expone las circunstancias del hallazgo por Émile Brugsch y Ahmed Kamal y describe el lugar. La tumba en la que fueron encontrados los cuerpos era, para él, un lugar oculto y difícil de encontrar.5

Uno puede situarse en la piel del ilustre arqueólogo y flamante director del Servicio de Antigüedades, entidad que controlaba y dirigía las actividades y los planes de quienes trabajaban en la arqueología del valle del Nilo. El descubrimiento impactante de una tumba intacta con varias decenas de cuerpos de reyes de Egipto y de sus familiares había sido realizado no por afamados miembros europeos de prestigiosas instituciones científicas o académicas, sino por un reducido número de campesinos locales, apenas alfabetizados y que habían sabido leer mejor que ellos las pistas que el propio paisaje proporcionaba y además se les habían adelantado para encontrar el ansiado premio. Un tesoro, sin duda, a los ojos de ambos, campesinos y académicos, quizá por razones algo divergentes, pero no radicalmente distintas. Como manera de presentar el hecho a los ojos de un público más propenso a leer a los académicos que entender las razones de los labriegos empobrecidos, Maspero ofrece la justificación de la dificultad de identificación del lugar. Un lugar oculto, un escondite difícil de localizar en el paraje y, por lo tanto, una circunstancia que hacía comprensible el que los campesinos codiciosos llegaran antes que los abnegados y desinteresados arqueólogos. De alguna manera, la presentación al mundo científico que Maspero hace del descubrimiento de unas momias reales escondidas por miedo a los robos y saqueos ocurridos hace tres mil años y que motivaron su ocultación se relaciona con los robos y saqueos de los campesinos en su momento presente. La categorización moral tanto de los primeros como de los últimos está en la base de esta consideración, en beneficio de los arqueólogos, habría que añadir.

La idea de que la tumba TT320 es un escondite, una cachette, se establece desde el primer momento de su aparición en la historia de la arqueología y se refuerza con el estudio pormenorizado de los documentos que acompañan el saqueo de las tumbas a finales de la dinastía XXI (Peet, 1930). Se acuña así un poderoso paradigma de interpretación de este episodio y de otros relacionados con él estableciendo un concepto arqueológico, el de la cachette, un lugar secreto en el que se encuentran depositados objetos valiosos para evitar su hallazgo. El éxito de esta operación de ocultación es obvio. El hallazgo intacto de la tumba y de su contenido en época moderna da buena cuenta de ello.

La tumba así categorizada se convierte de este modo en el centro de las miradas, concentrando sobre ella la práctica totalidad de la atención de los estudiosos, con escasas excepciones. No parece interesar el entorno de la misma. El C2 Project pretende, desde el principio, revertir esta situación, y, consecuentemente, no se enfoca hacia la TT320, que está muy bien estudiada, sino que decide centrar su interés en el entorno de la misma. No tanto en el contenido del circo, es decir la tumba, sino en el circo mismo como contenedor de la anterior.

Es así, por lo tanto, que, antes de poner los pies en el valle, el estudio de imágenes y fotografías tomadas en visitas informales al wadi reveló una serie de aspectos previos a su estudio por parte del equipo. Esta idea del escondite, del lugar secreto, se encuentra en plena contradicción con el hecho de que el circo se sitúa en el centro de una zona extraordinariamente rica arqueológicamente y considerablemente activa en la Antigüedad, en la que se encuentran necrópolis, templos, asentamientos y monasterios. Para ser un lugar escondido y secreto, no parece el más indicado.

Es por ello, sin duda, que el lugar ha tenido escasísima atención arqueológica. Con una única excepción, la intervención de Ambrose Lansing en 1920 (Lansing, 1920). El único aspecto de la zona, además de la tumba TT320, que ha obtenido atención ha sido el estudio de los graffiti grabados en las paredes rocosas del valle, no tanto por su importancia intrínseca, sino como parte de estudios generales de graffiti en la orilla izquierda del Nilo y en la montaña tebana (Spiegelberg, 1921; Černý, 1956; Černý et al., 1969-1983).

Para el C2 Project el resultado de estos estudios supuso la segunda anomalía al paradigma de interpretación vigente desde las palabras de Maspero. Al observar el número de graffiti antiguos que había registrados en nuestra zona de interés y comparado éste con el de otras áreas alrededor con grandes muestras de uso antrópico nos dimos cuenta de que ese número era demasiado alto para un lugar secreto y en el que no pasaba nada. Por lo tanto, antes de la exploración ya consideramos la existencia de dos serias anomalías que parecían contradecir el paradigma establecido: la localización central del circo, rodeado de zonas de intensa actividad humana en la Antigüedad, y el número inusualmente alto de graffiti comparado con las mismas zonas. Ambas no se corresponden con un lugar oculto, secreto y desconocido.

Una vez que comenzó la exploración sobre el terreno en 2017, otras anomalías se hicieron patentes presentando progresivamente serios inconvenientes al modelo interpretativo anterior. La primera de ellas se centra en la ocultación de la tumba, en su condición de escondite. Esta idea de que era un lugar oculto parece proceder de un examen visual muy somero. El emplazamiento de la tumba no se encuentra en absoluto escondido. Es perfectamente perceptible desde cualquier punto dentro del circo y fuera de él. Incluso desde el camino que pasa por delante del mismo también es perfectamente perceptible el lugar donde se encuentra la tumba TT320.6

La siguiente anomalía se presentó cuando el equipo que prospecta los graffiti localizó los que ya estaban publicados en las prospecciones anteriores de Spiegelberg (1921), Černý y otros (Černý, 1956; Černý et al., 1969-1983), además de otros nuevos localizados por el equipo del C2 Project. La distribución espacial de los mismos dentro del circo era muy peculiar. La mayor parte se concentraba en el camino hacia y alrededor de la tumba TT320. Se trataba de una tumba supuestamente secreta, de la que nadie debía conocer su paradero. Existe una cadena de graffiti antiguos que flanquean el camino que conduce a la tumba y que la rodean en las paredes rocosas del circo. En una zona completamente opuesta, en la esquina oeste del mismo, sin contacto visual con la tumba TT320, se encontraba otro núcleo de graffiti especialmente significativos, entre los que se encontraban oraciones, nombres de sacerdotes y figuras en gestos aparentemente rituales.

La exploración del circo nos llevó a identificar un camino excavado en la roca en la pared norte y que conduce a una plataforma rocosa que es el mejor punto de observación de la superficie de Deir el Bahari y sus templos, desde la que se puede contemplar desde el templo de Amón en Karnak, en la orilla oriental del Nilo, hasta la zona de Deir el Medina. Es una plataforma llana, que tiene claros restos de haber tenido actividad y que tiene huellas de estructuras cuadrangulares, probablemente efímeras. La plataforma y las huellas anteriormente referidas parecen estar ubicadas para contemplar todo aquello que ocurre en el circo donde se encuentran los templos. Se hace difícil no pensar que era un lugar desde el cual se podrían presenciar los rituales públicos que allí tenían lugar. El área se encuentra apenas a 120 m de la entrada de la tumba TT320. De nuevo, esto no parece muy coherente con un lugar cuya ubicación debería ser conservada en secreto.

Las fotos satelitales de la entrada de la tumba TT3207 también muestran formas cuadrangulares en su zona exterior. Desde el suelo no se aprecian bien debido a la condición frágil y destruida de la roca que alberga estas formas, que se encuentra en una zona tremendamente denudada donde la roca es muy frágil, pero desde el satélite sí tienen una clara tendencia a la cuadrangularidad. Tras la limpieza y excavación de la entrada de la tumba en las campañas de 2021 y 2023, se ha hecho patente la existencia de estructuras cuadrangulares, rampas y escalones, así como de paneles rocosos cortados. Todo ello incompatible con las características de una tumba secreta y oculta a la que se refieren los primeros informes sobre el descubrimiento de la tumba en 1881.

Fig. 2. El graffiti 8002 mostrando la pirámide a la derecha, la forma triangular a la izquierda y la cabeza en el centro (©C2 Project).

Entre los graffiti identificados en la primera campaña del C2 Project se encuentran dos especialmente interesantes. El primero de ellos (8002) representa una cabeza, probablemente real, dado que se puede apreciar la presencia de un ureus en la frente (Fig. 2). Aunque la mayor parte de los graffiti presentes en el circo son muy esquemáticos, esta escena es más compleja y el autor quiso hacerla parecida a una estela, de ahí probablemente el borde superior curvo. La escena contiene no sólo la cabeza ya descrita sino una pirámide esbozada en una pendiente montañosa a la derecha y una masa triangular que se eleva por detrás de la cabeza a la izquierda. Según nuestro análisis la escena representa el paisaje del fondo del circo, con la tumba TT320 en forma de pirámide a la derecha y la masa triangular de la montaña El Qorn emergiendo a la izquierda. Precisamente en esta zona un miembro del equipo (María Belchi) ya había identificado una roca de gran altura (30 m aprox.) con forma de cabeza aparentemente humana. El análisis de esta forma rocosa y su comparación con las paredes colindantes situadas a la misma altura y en la misma orientación revela importantes diferencias. En la roca con forma de cabeza humana las fracturas son mucho más vivas, más profundas y aparentemente más recientes. Las otras parecen ser producto de la denudación natural y se asemejan a multitud de otros ejemplos en el propio circo. La destrucción de esa formación rocosa presenta un patrón simétrico ausente en otras formaciones. Se puede observar una serie de líneas oblicuas, paralelas, descendentes, de derecha a izquierda, y al principio de cada una de esas líneas de destrucción hay un orificio cuadrangular. Esto es consistente con el trabajo de canteras y el apoyo de escaleras. La lógica nos dice que si esto fue destruido por mano humana, probablemente tuvieron que ser trabajadores de canteras los que lo llevaron a cabo. Hay una zona en lo que parece quedar de la imagen que se corresponde con la sien derecha, donde se aprecian dos líneas paralelas que son consistentes con una diadema. Se encuentra, precisamente, en la zona de lo que hubiera sido el rostro que no está afectada por el ángulo de incidencia de la destrucción, de derecha a izquierda.

La formación se encuentra en la esquina oeste del circo, en la que se encontraba un núcleo de graffiti claramente diferenciados por localización y temática de los encontrados alrededor de la tumba TT320. Entre ellos se encuentran los graffiti más significativos localizados en el circo, con nombres de sacerdotes de Deir el Medina, oraciones, figuras con gestos rituales y los primeros signos de títulos reales. Centrando nuestra atención en esta zona observamos que entre estos graffiti que estaban ya registrados y la monumental formación rocosa en forma de cabeza humana antes mencionada se localiza un nicho excavado en la piedra por mano humana, con el suelo pulido y formas regulares. El nicho tiene similares dimensiones a las del pozo de la TT320 en posición opuesta y simétrica con respecto al eje longitudinal del circo. En el borde del nicho, se encontró una piedra que no parece ser del mismo tipo de las que se presentan habitualmente en la zona. Es de un tipo de caliza de color, textura y estructura diferente y que tiene una serie de características que claramente indican que es un objeto manufacturado y retocado. Presenta una depresión central y otra en el borde. Es un objeto extremadamente burdo, y tiene una serie de marcas que están en estudio en este momento. Este objeto por su forma, aunque extremadamente burda, se corresponde con un tipo de mesa de ofrenda de finales del Reino Nuevo (Hölzl, 2002).

Otra característica de este circo y de los circos colindantes es la presencia de una repisa constituida por una falla geológica. Esta repisa recorre también los circos anteriores, el de Deir el Bahari y el de Meketre, al norte y al sur del circo C2, respectivamente, y es precisamente sobre esa falla geológica sobre la que se excava la tumba TT320. La repisa ha sido retocada en los pasajes difíciles ensanchándola aparentemente para facilitar el paso sobre ella. Los graffiti en el circo se encuentran en su mayoría a la altura de los ojos de alguien que se sitúe con los pies sobre esta repisa que lo recorre.

Este repecho se interrumpe en la pared sur del circo justo debajo de la formación rocosa que a partir de ahora vamos a denominar efigie. Según los análisis geológicos realizados no parece haber una razón natural para que esto sea así.

El segundo graffiti especialmente interesante (8001) fue identificado en la zona de entrada de la TT320 (Fig. 3). Es una escena muy esquemática, con una figura probablemente femenina y una forma circular a sus pies (Pérez-Accino y El-Leithy, 2019; Pérez-Accino y Vivas, 2022). La forma circular es bien conocida en este contexto, aparece en papiros y en decoraciones de tumbas locales de Deir el Medina y se interpreta como una representación del pozo de la tumba. Por lo tanto tendríamos una figura relacionada con la TT320 cuya imagen está situada en la entrada de la misma. El estudio pormenorizado del graffiti y de su contexto nos reveló el hecho de que desde el punto en el que se encuentra, a cuatro metros de altura sobre el suelo en aquel momento, lo que se observa es precisamente lo que parece representar el mismo graffiti, es decir, una ladera de la montaña de la cual emerge, precisamente, la efigie en una escena iconográficamente bien conocida. Parecía, pues, que ambos graffiti nos presentaban dos puntos significativos de observación de un mismo elemento, la efigie.

Fig. 3. La zona de entrada de la tumba TT320 antes de su limpieza, con el graffiti 8001 situado a cuatro metros de altura y el andamio para facilitar su registro (©C2 Project).

Una estela procedente del templo de Amenhotep II en Giza que representa la esfinge entre dos pirámides se nos ofreció como un interesante paralelo para ambos graffiti, 8001 y 8002 (Hassan, 1953). En el caso del graffiti 8002 antes descrito, éste parece representar el paisaje del circo. En la estela de Giza y en el graffiti 8002 encontramos una figura monumental situada entre dos formas piramidales formando un akhet, es decir un horizonte. La primera, dedicada por Mentuher, procede del templo de Amenhotep II a los pies de la esfinge de Giza. Hassan expresa la opinión de que el uso de la perspectiva en la estela hallada en Giza, excepcionalmente raro en el arte egipcio, se emplea en este caso para marcar el punto de vista del observador. Este autor propone la identificación del punto de observación en las cercanías del templo de Kefrén que todavía hoy ofrece un punto de vista excelente de la esfinge entre las dos pirámides de Kefrén y Keops.

El reverso de la estela muestra una imagen similar a la que teníamos en el graffiti 8001, localizado en la entrada de la tumba TT320. Hay una importante diferencia: la proporción y el tamaño de la cabeza no se corresponden con el resto de la figura que muestra unas proporciones que parecen establecer una clara correspondencia entre la imagen de la estela de Mentuher y la del graffiti 8001 (Fig. 4).

Fig. 4. El graffiti 8001 (izquierda) y el reverso de la estela de Mentuher (Hassan, 1953, invertido horizontalmente) mostrando las líneas de coincidencia y de divergencia entre las dos figuras. Sólo la cabeza se encuentra fuera de las proporciones compartidas (©C2 Project).

Ambos graffiti parecen referirse a la presencia de la efigie desde puntos de vista significativos, como parece ocurrir en el caso de la estela de Giza ya mencionada. La tercera circunstancia que se debería añadir a este conjunto es precisamente un graffiti identificado y publicado de antiguo (Spiegelberg, 1921) cuya traducción no había sido discutida. El graffiti se encuentra frente a la efigie y junto al nicho descrito. El estudio realizado por nuestro equipo8 traduce lo que hasta entonces se había interpretado como un plural “montañas” en un dual “las dos montañas o colinas”. El autor del texto es un escriba bien conocido, Butehamon (Niwiǹski, 1984; Cavillier, 2018). Desde el nicho y mirando hacia el este el paisaje conforma dos colinas a través de las cuales se puede contemplar el templo de Karnak.

De este modo nos encontramos con tres elementos que están mirando (uno textualmente y dos gráficamente) al mismo punto, a la efigie, que a su vez está mirando a otro elemento, el horizonte que tiene frente a ella. Todos estos elementos parecen definir una zona de uso sagrado, cultual, de nuevo en directa contradicción con la idea de que el circo es un lugar secreto, abandonado y completamente oculto.

Las observaciones geológicas indican que la repisa debajo de la efigie estaba destruida por mano humana. Al comienzo de la limpieza y excavación de la zona inmediatamente apareció un nivel constituido por piedra destruida. Los restos de esta destrucción comienzan a aparecer justo en el punto donde la repisa termina. Esto parece indicar que los dos eventos, la destrucción de la repisa y la deposición de los restos de caliza destruida, estaban relacionados. Encontramos lo que parece que son percutores similares a otros materiales hallados en canteras. En 2021 y 2023 la excavación ha continuado revelando un nivel considerable de destrucción. Un nivel de piedras volteadas que se presenta bajo la efigie y que ha sido cubierto por materiales arenosos depositados por la acción de denudación de la montaña y por el viento. En las zonas inferiores se encuentran piedras cubiertas de graffiti caídas y sueltas, presumiblemente de las paredes. Parecen haber sido desprendidas de la pared rocosa que se encuentra directamente por encima. Es razonable pensar que si estaba limpio es porque estaba en uso, dado que esta zona se encuentra justo bajo un cono de deyección que proyecta sobre la misma grandes cantidades de materiales periódicamente.

Es en esta zona en la que se produjeron una serie de hallazgos, entre ellos un vaso de cerámica virtualmente intacta, con una imagen de Sobek-Ra, osteodermos de cocodrilo, restos de un mueble de madera, ofrendas, restos de cestería, restos de materiales para cestería, vegetales y animales momificados. Es decir, toda una serie de materiales relacionados con el culto.

La presencia de Sobek en forma de osteodermo y en forma de cerámica en una zona relacionada con el horizonte parece relacionarse con un fenómeno ya observado en el templo de Sobek-Ra en Qasr Qarun (Belmonte et al., 2009). El templo y naos del templo están directamente alineados con el amanecer el día del solsticio invernal, 21 de diciembre. El mismo fenómeno puede contemplarse bajo la efigie y directamente frente al nicho que ya se ha descrito. El alineamiento del horizonte con el sol y el nicho al amanecer del día 21 de diciembre es perfecto. Los rayos del sol que aparecen el 21 de diciembre van directamente al nicho, a la oración y a la efigie (Fig. 5).

Fig. 5. El alineamiento solsticial contemplado desde el nicho y bajo la efigie en la esquina este del circo el 21 de diciembre de 2021 (©C2 Project).

Así pues, todas las anomalías presentadas al paradigma original del lugar de ocultación y escondite indican la necesidad de un nuevo modelo de interpretación o un nuevo paradigma basado en la presencia de un lugar de culto en el circo probablemente en uso cuando se produce la deposición de los cuerpos momificados en la tumba TT320. Por lo tanto, lo que hacen las anomalías es eliminar el paradigma antiguo y convertirse en los argumentos que sostienen el surgimiento de uno nuevo. Las inconsistencias del modelo de interpretación antiguo son los argumentos de la existencia de un lugar de culto en el circo C2, lo que invalida la idea de un lugar desconocido y secreto.

Una vez admitido esto, el panorama se aclara y comienzan a aparecer paralelos. En el fondo lo que tenemos es un enterramiento colectivo real en un lugar sagrado. Eso es lo que existe en Tanis, que es la necrópolis real coetánea. Se trata de una serie de reyes agrupados dentro de un recinto sagrado de culto. Algo similar ocurre en la interpretación de la llamada segunda cachette, Bab El-Gasus, propuesta recientemente (Sousa, 2020), en la que también se contempla este enterramiento como uno colectivo.

Respecto al porqué del hallazgo intacto en 1881, utilizado como argumento en favor de la perfecta ocultación de la tumba, parece razonable pensar que una deposición de cuerpos reales no es fácil de mantener en secreto, fuera del conocimiento de los habitantes de las cercanías. De la misma manera, que los cuerpos fueron depositados sin grandes tesoros, como es el caso, actúa como un elemento desmotivador para el saqueo si se pone en relación con la cantidad de casi 180 toneladas de arena y escombros que es capaz de albergar el pozo de la tumba TT320. La relación de rentabilidad entre el trabajo necesario para liberar la entrada y los posibles beneficios obtenidos al lograrlo, se vuelve positiva para lo último en el siglo XIX, cuando la presencia de arqueólogos, coleccionistas e interesados en antigüedades hace que el posible contenido, aunque ya no tenga metales preciosos ni joyas, sea un objetivo rentable y codiciado, tanto para los lugareños como para los arqueólogos.

El trabajo del C2 Project está presentando una nueva faceta del circo y facilitando con ella la interpretación del lugar con una funcionalidad diferente, alternativa y que abre las puertas a una mejor comprensión de la zona y de los procesos históricos que han tenido lugar allí, entre ellos y prominentemente la deposición de las momias reales en su interior y al final del Valle de los Reyes como necrópolis real de Egipto.

Bibliografía

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1 El proyecto se desarrolla como una colaboración entre la Universidad Complutense de Madrid (España) y el Center for the Study and Documentation of Ancient Egypt, Ministry of Tourism and Antiquities (Egipto). Los autores del presente texto son los codirectores del mismo. El equipo en el campo ha estado compuesto por Mª Carmen Pérez Díe, Francisco Moreno, Bill Manley, Shaimaa Magdi, Abdelrazik Muhammad Ali, Mohamed Shaban, Bettina Bader, Luis M. Tanarro, Antonio Muñoz, Inmaculada Vivas, Cruz Fernanz, Jorge Vega, Juan Candelas, Antonio Gómez, María Belchi, Cristina Pellejero, Esther Artalejo, Juan Pinto, Verónica Buey, Kathryn Piquette, Gustavo Cabanillas, Javier Uriach, Elsa Antón, Alejandra Izquierdo, Mohamed Nabil, Shaimaa Shuhawy, Ayat Farouk Abd el Wenis, Samah Abd El Monem, Jens Ormo y la colaboración de varias personas que no se desplazan al wadi. El proyecto está financiado por la Fundación Gaselec, Userkaf SLU, STE Engipharm, Pausanias Viajes Arqueológicos y Egiptología Complutense a quienes los autores quieren expresar su agradecimiento por el continuado apoyo que han venido mostrando.

2 “Depresión semicircular en un macizo montañoso, rodeada de paredes abruptas”. Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (https://dle.rae.es/circo).

4 Existen muchas descripciones del evento, tanto científicas como de divulgación. Para un buen resumen de la información del descubrimiento puede consultarse, por ejemplo, Bickerstaffe (2010).

5 “Jamais cachette ne fut mieux dissimulée…” (Maspero, 1881: 7).

6 https://goo.gl/maps/ZXyFXXjwPjDnpq4D9.

7 https://www.google.com/maps/@25.7367818,32.6049349,50m/data=!3m1!1e3.

8 Bill Manley, epigrafista del C2 Project.