Elsie Rockwell[1]
Las experiencias educativas en contextos de diversidad cultural vienen siendo objeto de creciente atención en las investigaciones sociales de la región. En forma paralela avanzan los cuestionamientos a las matrices uniformizadoras con que se estructuraron los sistemas educativos, se definen nuevas normativas y se multiplican movimientos y acciones colectivas que proyectan otros modos de educar. No obstante, muchos aspectos de las tendencias fundantes persisten: los mandatos asimilacionistas culturales y lingüísticos, el sesgo eurocéntrico, la afirmación de las instituciones escolares como dispositivos hegemónicos (y, para algunos, únicos legítimos) en la formación de las jóvenes generaciones, prácticas diarias de discriminación, estigmatización y racismo. Estas persistencias siguen vinculadas a procesos de exclusión, desvalorizacióny subordinación de identificaciones, lenguajes y espacios formativos de los pueblos indígenas y migrantes.
Las consecuencias de esto impactan en toda la población, ya que se generan dispositivos escolares alejados de las experiencias reales de vida y deslegitiman múltiples instancias educativas paralelas a la escuela. En la población indígena y migrante, la persistencia de estas matrices tiene efectos particularmente complejos que impactan en la discontinuidad en la transmisión de saberes y prácticas entre generaciones. También se registra en esta población la expresión de demandas educativas, el impulso de proyectos que ponen en tensión los dispositivos instalados, y el despliegue de diferentes repertorios culturales en espacios escolares y fuera de ellos. Con el fin de instalar una agenda más cercana a los propios intereses y búsquedas comunitarias, se vuelve necesario abrir nuevas dimensiones para complejizar el análisis.
Los trabajos incluidos en este dossier registran estas tensiones y dan cuenta de importantes transformaciones que impactaron en distintas regiones en las últimas décadas. Confluyen textos que remiten a experiencias de México, Brasil, Perú, Ecuador y Argentina. Se incluyen dos colaboraciones invitadas de antropólogos estadounidenses con amplia experiencia en países de América Latina, y reflexiones sobre problemas nodales del tema desde la perspectiva antropológica y lingüística.
El texto de la reconocida académica Nancy H. Hornberger pone en foco las desigualdades sociales globales en distintas poblaciones a partir del impacto de la actual pandemia; centra las referencias en cuatro estudios etnográficos sobre educación con población indígena en los Andes y México. Explora las dinámicas entrelazadas de la política y la planificación lingüística y educativa que podrían aprovecharse para enfrentar las desigualdades cada vez mayores en el acceso a una educación, que la pandemia ha agravado.
El artículo de Nicholas Limerick amplía algunas de las reflexiones de Hornberger al reconstruir en detalle las políticas de enseñanza del kichwa en Ecuador. Se pregunta si las instituciones estatales son espacios para reivindicar los idiomas indígenas, puntualiza los obstáculos que encuentran las iniciativas de revitalización lingüística e identifica los desafíos de las escuelas. El recorrido lo lleva a plantear una pregunta clave: cómo se transforman las lenguas indígenas cuando se reivindican desde las instituciones estatales, particularmente en su versión escrita estandarizada. Esta pregunta es retomada a la luz de otros contextos etnográficos en varios de los artículos aquí compilados.
Los otros artículos que integran el dossier abordan problemáticas diversas desde algunas preguntas comunes y otras particulares; corresponden a enfoques de investigación diferentes en algunos aspectos, pero que en general se sostienen en una perspectiva cualitativa e histórico-etnográfica. En conjunto, aportan en forma sustantiva a desarrollar instrumentos teóricos y metodológicos para una comprensión más acabada de la educación en contextos de diversidad y desigualdad, las relaciones generacionales en contextos familiares, comunitarios y escolares, las lenguas indígenas frente a los dilemas de la comunicación contemporánea, los usos y efectos de términos como inclusión, diversidad cultural e interculturalidad en los discursos del Estado y de los conjuntos sociales.
Antes de adentrarnos en las especificidades de cada una de estas contribuciones, haremos breves referencias a algunos ejes de análisis comunes que las atraviesan y constituyen nudos centrales de los debates en torno de esta problemática.
Un primer aspecto remite a los sentidos de la escolaridad para los pueblos indígenas y migrantes. Las investigaciones con población indígena y migrante vienen reflexionando en forma sostenida sobre las distancias en las formas y modelos de infancia y crianza de las familias, organizaciones comunitarias y escuelas. También relevan que estas distancias coexisten con fuertes apuestas de permanencia en las instituciones escolares como un paso necesario para la inclusión social y el acceso a derechos. En torno a esta problemática avanzan los distintos trabajos del dossier y se detienen en las relaciones que las familias y organizaciones indígenas y migrantes establecen con las escuelas, la agencia de los sujetos en sus tránsitos escolares, los dispositivos para sostener la escolaridad en los distintos niveles, el papel protagónico de familias y jóvenes en la elección de escuela, los usos de las lenguas minorizadas en los contextos actuales. Dispositivos, acciones y elecciones que hacen necesario replantear la imagen de las familias, organizaciones indígenas y migrantes y jóvenes como víctimas pasivas de lo que el sistema educativo estatal hace con ellos.
Sin dejar de remitir a la importancia de las experiencias escolares, varios autores describen la relevancia de los espacios formativos comunitarios que convocan a niños/as y jóvenes y coexisten con tensiones variables con las escuelas. Grupos musicales, radios comunitarias, situaciones comunicativas en lenguas indígenas, entre otros, se presentan como espacios particularmente atendidos en su dimensión de sociabilidad y formación de las jóvenes generaciones.
Diversos trabajos de este volumen atienden a la perspectiva de los/as jóvenes en torno a su formación, las identificaciones y los sentidos que para ellos tiene el paso por la escuela en relación con otras dimensiones de su cotidianeidad. Varios de ellos recuperan las tensiones intergeneracionales, relevan el modo en que los/as jóvenes se sostienen en las luchas de sus antecesores y se proyectan desde estilos y dispositivos propios, la forma en que se autoadscriben en distintos contextos, la reapropiación de géneros comunicativos en lengua indígena, su posicionamiento entre el mandato de los adultos por sostener las referencias colectivas y la proyección y demanda de un futuro de inclusión en la sociedad nacional.
La atención a los sentidos que los colectivos indígenas y migrantes dan a su paso por la escuela, a las experiencias educativas comunitarias y al lugar de las distintas generaciones se realiza sin dejar de atender la centralidad de las formas de regulación estatal en la formación de los niños y jóvenes. Frente a estas regulaciones, las escuelas, atravesadas en cierta medida por lógicas propias, se presentan como usinas que potencian y anulan los mandatos oficiales.
En este sentido, las políticas educativas están presentes en general como un marco de los trabajos, y su caracterización es objeto central de algunos de ellos. Un aspecto atendido es la contradicción entre la prédica de la universalidad de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB, en adelante) con el lema de “interculturalidad para todos” y la focalización de la EIB en la población indígena como la única destinataria cuando las políticas adquieren concreción. Desde el convencimiento de que el racismo y la discriminación constituyen situaciones que requieren el trabajo con la población escolar general, abogamos por transformaciones en este sentido que abarquen todo el sistema; esta posición es compartida por la generalidad de los autores de este dossier. La misma coexiste con la valoración de experiencias particulares adecuadas a realidades locales. Asimismo, los diferentes escritos advierten los riesgos de que las políticas interculturales funcionen como instancias de marcación de la población, riesgo que se acrecienta en tanto estas políticas suelen focalizarse de modo excluyente en sujetos categorizados como indígenas. Se advierte también la persistencia de enfoques binarios y dicotómicos sobre la cultura y la lengua, las limitaciones para traducir la interculturalidad en los contenidos y formas concretas de enseñanza, la escala local en que se concretan o no las iniciativas innovadoras.
Tal como se pondrá en evidencia, un tema cada vez mas visibilizado y debatido es la tensión entre educación diferenciada y derecho al acceso a una educación con equidad y calidad. Por un lado, se ha constatado cierta tendencia en muchos países al deslizamiento de la educación diferenciada hacia una educación “de segunda” para los grupos que más necesitan una escolarización de calidad. No obstante, diversos trabajos del dossier dan cuenta de que la disyuntiva diferenciación-calidad es un falso dilema. Aun así, sigue fuertemente instalada como argumento justificador de las deficiencias de los dispositivos escolares interculturales.
Un aporte importante que los artículos ponen al descubierto se vincula con la atención a la forma en que la problemática se manifiesta en distintos niveles educativos, y en particular en los ciclos secundario y universitario, no tan atendidos como el primario en investigaciones previas. El registro del tránsito por estos niveles resulta clave para la proyección de la inclusión educativa de la población indígena y migrante. El nivel secundario ha sido históricamente expulsor de estos grupos, y en el universitario, hasta hace pocos años era impensable la inclusión masiva, sobre todo de la población indígena. La continuidad y certificación en este nivel es imprescindible para proyectar el sostenimiento de la modalidad intercultural en el sistema. A propósito de esto último, un tema atendido en este número temático es la formación docente, cuestión que resulta clave para crear, sostener y concretar propuestas innovadoras.
A lo largo del dossier encontramos menciones explícitas e implícitas al lugar de las lenguas indígenas en las experiencias de estos colectivos. Investigaciones previas dan cuenta de que estas, desde la oralidad y las prácticas de escritura aparecen tensionadas por los usos de sus hablantes. Están ligadas a la afectividad y se constituyen en marcas explícitas de pertenencia grupal, por lo que comprender los diferentes repertorios lingüísticos evoca a las identificaciones sociales y relaciones asociadas al lenguaje, aún en los contextos de desplazamiento. Trabajos recientes muestran de qué modo los procesos de movilidad propician la confluencia de lenguas indígenas en las escuelas urbanas de los distintos países. Es decir, en los contextos contemporáneos estas expanden sus marcos, y se encuentran e intercambian recursos. Los escritos aquí reunidos demuestran los límites de considerar a estas lenguas como meros objetos o asignaturas escolares que, lejos de multiplicar la cantidad de hablantes, ciñen su potencialidad. Esto resulta preocupante por el desencuentro entre las ortografías estandarizadas propuestas de manera oficial y la diversidad de variantes entre los hablantes.
Algunas contribuciones ponen atención también en otros contenidos de enseñanza, en particular de las ciencias sociales, como la historia. Un aspecto particularmente relevante se refiere a la forma de concebir los conocimientos comunitarios y las tensiones y posibles diálogos con los saberes escolares: ello se vincula a debates abiertos en torno a la tradicionalidad, la ancestralidad y autenticidad. Nos seguimos preguntando cómo abordar esta cuestión desde posiciones que denuncien la imposición hegemónica de formas de conocer, recuperen la diversidad y particularidad de múltiples conocimientos, pero a la vez eviten dicotomías que oponen y abordan como irreconciliables los conocimientos escolares y los de los conjuntos sociales. En su inclusión en el sistema educativo, con frecuencia, estos saberes y prácticas se traducen en expresiones esencializadoras que los cristalizan, pero también se registra su asociación a reivindicaciones estratégicas si se tiene en cuenta considerando la histórica omisión o desvalorización. Nos interrogamos sobre cómo habilitar su presencia en la escuela evitando su folklorización y desplegando la historicidad y los procesos deconstrucción de esos conocimientos en relación con múltiples elementos del entorno natural y social, incluida su articulación con los conocimientos hegemónicos.
En diversos aportes de este volumen es posible identificar también interesantes opciones y debates metodológicos. Todos los trabajos dan cuenta de investigaciones de campo de larga data, desde las cuales se reconstruyen tanto los condicionantes generales como la complejidad y riqueza de las manifestaciones locales. Remiten al abordaje de la temática desde la confluencia del análisis de fuentes históricas, documentos, entrevistas, observaciones y múltiples formas de recuperación de testimonios y voces. También se registran avances sostenidos en dispositivos que no han tenido tanto desarrollo en la investigación cualitativa y deben seguir siendo objeto de reflexión: situaciones de intervención-colaboración en el marco de las investigaciones etnográficas, relatos de experiencias educativas innovadoras de parte de sus mismos protagonistas, relevamientos en entornos digitales y redes sociales.
A su modo, todos estos artículos dan cuenta de demandas concretas que las escuelas y organizaciones sociales explicitan y de espacios de diálogo e invitan a sostener la reflexividad y momentos de distanciamiento, aún en situaciones en que los/as investigadores/as están fuertemente involucrados en actividades de intervención. Estas experiencias imponen numerosas preguntas: cómo construir una agenda de investigaciones conjuntas, cómo acompañar sin perder distancia crítica, de qué modo potenciar el hecho de que tanto las demandas planteadas como las respuestas sostenidas transforman el lugar de los/as investigadores/as en el campo; cómo el desarrollo de estas experiencias reformula las preguntas y prioridades de la investigación.
En definitiva, puestos a dialogar, los escritos del dossier “Debates actuales en torno a la educación y la diversidad cultural en América Latina” avanzan sobre temas ya identificados sumando novedosas miradas, y hacen visibles otros, abordados desde múltiples aristas. Nos plantean temas pendientes y nuevas preguntas: la tensión inclusión-distinción de las propuestas interculturales, las potencialidades y riesgos de las propuestas educativas diferenciadas particularmente en contextos de creciente desigualdad social, los alcances de la autonomía de estas, las implicancias de sostener la ancestralidad de los conocimientos comunitarios, los límites de las críticas al sistema educativo en contextos donde se reivindica la inclusión y permanencia en él. Procesos que deben ser registrados desde la proximidad con los sujetos, las instituciones y las situaciones locales.
Esperamos que la lectura de cada quien dé lugar a diversas interpretaciones y cruces temáticos. Desde nuestra perspectiva, este volumen dialoga con diferentes corrientes de pensamiento crítico y contribuye a repensar cuestiones nodales de la antropología social contemporánea. Los trabajos reunidos hacen visibles situaciones que los complejos escenarios que vivimos desde el 2020 pusieron aún más en evidencia y cuyo abordaje resulta fundamental desde una apuesta por inclusión educativa en la que tengan lugar múltiples expresiones y proyectos.
Cada uno de los trabajos que componen este volumen aporta al conocimiento de la educación de los pueblos indígenas y migrantes, mostrando distintas dimensiones de esta compleja realidad. A modo de propuesta, los agrupamos en tres ejes que, con distinto énfasis los atraviesan a todos: educación y diversidad desde los pueblos indígenas y migrantes, educación y diversidad en las políticas de Estado y experiencias educativas en colaboración e investigaciones etnográficas.
Maria Aparecida Bergamaschi y Angela Maria Araújo Leite, en el texto titulado “Formacao de professores indígenas: A Universidade como território de resistência?”, contextualizan las luchas indígenas por acceso a la educación superior en Brasil, registran alternancias en las políticas estatales y la construcción de propuestas alternativas. Analizan la creación y sostenimiento del Profesorado Intercultural Indígena en la Universidad Estadual de Alagoas. Recuperan la confluencia en este espacio de dispositivos estatales y reivindicaciones de las comunidades indígenas y valorizan la enseñanza superior como espacio de fortalecimiento de las luchas indígenas. Se preguntan por la expresión de distintos modos de producción de conocimiento, por las formas de construir otra universidad y de concebir la interculturalidad como “via de mão dupla”.
Nuria Macarena Rodríguez y María Macarena Ossola,en su escrito “Trayectorias escolares y estrategias de permanencia entre jóvenes indígenas universitarios”, siguen las experiencias de estudiantes indígenas en la universidad de Salta (Argentina); dan cuenta del modo en que la escolaridad formal se constituye en una herramienta necesaria en contextos de falta de oportunidades, de los sentidos alternativos que se construyen sobre instituciones tradicionales y del modo en que la interculturalidad en la universidad desafía los modelos de EIB. Se detienen en las estrategias colectivas de los jóvenes para sostenerse en este nivel mostrando cómo, en este tránsito, los estudiantes indígenas “van produciendo modificaciones identitarias en los diferentes niveles, relacionadas con el ocultamiento y reivindicación de la identidad indígena”.
Por su parte, Verónica Hendel y María Florencia Maggi, en “Mucho más que una elección. Apropiaciones de escuelas secundarias en jóvenes de familias migrantes bolivianas en Argentina”, abordan los procesos de elección de escuela en población migrante boliviana de un barrio de la provincia de Buenos Aires y de la ciudad de Córdoba (Argentina).Desde el registro del lugar de familias y jóvenes migrantes en la elección de escuela y la reconstrucción de las trayectorias socioeducativas de “jóvenes en movimiento” sostienen la necesidad de tomar distancia de la imagen de pasividad de estos sujetos frente a las constricciones socioeconómicas. Relevan las relaciones inter e intrageneracionales, la relevancia de las redes familiares y de paisanaje, la agencia en la construcción de espacios al interior del grupo de pares, las tramas de afecto y compañerismo que emergen como formas de apropiarse y de “hacer escuela”.
Victoria Beiras del Carril, en el artículo “Jóvenes qom en el Gran Buenos Aires: Usos y visibilización de la lengua indígena en espacios virtuales”, analiza una banda de “rap originario” de jóvenes qom que viven en un barrio periurbano de la provincia de Buenos Aires. A partir del análisis de las letras de las canciones, su forma de definición y difusión, reflexiona sobre usos de la lengua que se alejan del formato escolar, y concluye sobre las potencialidades de abordar las expresiones musicales como espacios de aprendizaje de la lengua indígena. Da cuenta de “innovadoras formas de apropiación y manipulación del lenguaje”, más allá de lo que las instituciones, como la escuela, proponen en relación con las lenguas indígenas. El material digital que analiza muestra la construcción de “un terreno fértil para que los jóvenes puedan desplegar sus propias producciones creativas y formas de uso, lejos de la mirada más normativa de los/as adultos/as”.
Hernán Perriere, en el escrito “Pueblos indígenas y enseñanza de la historia en perspectiva intercultural en escuelas secundarias del sur bonaerense (Argentina)”, hace un recorrido desde el siglo XIX hasta la actualidad, trazando el objetivo nacionalizador en los discursos, las leyes y los textos educativos argentinos que han tendido a invisibilizar a los pueblos indígenas. Incluye una descripción etnográfica entretejida con palabras de docentes y de líderes mapuches en escuelas secundarias de Bahía Blanca, así como una discusión que emerge entre estudiantes secundarios sobre la desaparición forzada casi simultánea de dos jóvenes, uno de ellos, mapuche. Muestra la continuidad de la violencia estatal en situaciones de despojo y de representaciones de las tierras indígenas como desierto. Recupera la agencia posible de los docentes para modificar el sentido de los textos escolares. Afirma que “las relaciones sociales que se despliegan en las escuelas están en constante construcción y negociación; y se juegan intereses e historias inmediatas y apropiaciones diversas”.
Victoria Soledad Almiron, Romina Marilin Palma y Tatiana Sabrina Barbosa son las autoras de “Educación indígena en el Chaco (Argentina): identidad étnica, participación e interculturalidad. De la historia reciente a la actualidad”. Se proponen “historizar los significados otorgados a las nociones de participación indígena, identidad étnica e interculturalidad, en experiencias, proyectos y políticas educativas destinadas a indígenas”. Realizan una exhaustiva reconstrucción histórica de la temática identificando el lugar de actores comunitarios, iglesias, efectores de políticas. El texto alerta sobre la necesidad de atender a las expresiones locales (provinciales) con que las propuestas interculturales se definen y concretan. La escala local-provincial, el análisis de documentos y entrevistas permite a las autoras recuperar instancias de participación indígena en la definición de políticas. A la vez reafirman la necesidad de discutir los alcances de la EIB y cuestionan “un sentido de la interculturalidad como unidireccional, en la que solo los indígenas deben ser interculturales para acceder a los bienes culturales de la sociedad envolvente”.
Gabriela Czarny y Julieta Briseño-Roa, en “Dicotomías y emblematizaciones persistentes en la educación intercultural bilingüe: una lectura desde México”, se centran en las políticas interculturales recientes de este país. Cuestionan los binomios que se han construido desde las políticas indigenistas hasta la fecha. Reflexionan sobre los "emblemas" que, siguiendo a Rita Segato, objetivizan las diferencias y las alteridades. Incluyen ejemplos de su experiencia docente y etnográfica para mostrar las tensiones entre estas emblematizaciones y lo que sucede en diferentes realidades escolares en contextos indígenas. Las autoras contribuyen a la polémica sobre la EIB señalando los efectos de exclusión y estigmatización que pueden tener estas políticas cuando se fundan sobre “emblemas”, sin considerar a los actores mismos. Sostienen que “las diversidades y su tipificación en identidad(es) son parte de la postulación de un multiculturalismo descontextualizado”.
Susana Ayala Reyes, en el artículo “La asignatura de lengua y cultura ch’ol en secundarias de Tabasco, México y la semántica contradictoria de la educación intercultural”, muestra cómo la noción de interculturalidad adquiere un carácter polisémico en la creación e implementación de políticas educativas llamadas interculturales. Describe el modo en que se van diluyendo y transformando el sentido y el peso de un proyecto concebido dentro del marco de la EIB, al transitar por múltiples niveles burocráticos y cambios políticos a lo largo de 20 años. Articula la propuesta nacional de un curso de lengua y cultura ch’ol para secundarias indígenas con las trayectorias profesionales de los docentes. En el recorrido destaca la escala local en que se concretan -o no- las iniciativas innovadoras y recupera la figura de docentes, a veces anónimos, que en la práctica contradicen tendencias hegemónicas para sostener propuestas innovadoras. Presenta las relaciones de sentido que los proyectos políticos de educación intercultural establecen con las nociones de población indígena y lengua indígena como sujetos a quienes debe dirigirse la educación intercultural. Así, devela la invisibilización de situaciones de movilidad y de habla de múltiples lenguas.
Verónica Trpin y Mariana González, en el escrito “Vamos abriendo caminos…. Experiencias de formación en educación intercultural en la provincia de Neuquén”, reseñan un trabajo de acompañamiento de proyectos innovadores en escuelas con población mapuche y migrante latinoamericana en Neuquén-Argentina. Se focalizan en experiencias de formación en interculturalidad producto de la articulación entre organismos nacionales, sindicatos docentes, organizaciones indígenas y la universidad donde desarrollan su trabajo las autoras. El recorrido les permite problematizar y precisar distintas aproximaciones a la interculturalidad y la agencia de los docentes en la construcción de alternativas educativas. En su trabajo parten “de identificar la reactualización de prácticas y representaciones racistas que legitiman desigualdades y opresiones, inferiorizan a poblaciones y habilitan el despojo de derechos”. Sostienen que la interculturalidad se presenta “como un espacio de disputa, de reflexión teórica y política y de generación de nuevas prácticas pedagógicas situadas”.
María Laura Diez, Gabriela Novaro, Francisco Fariña, Julieta Ferreiro y Melina Varela, autores de “Investigación y colaboración en diálogo. Migración y educación desde la experiencia en una radio comunitaria”, puntualizan debates sobre la relación entre la investigación etnográfica y la intervención desde reflexiones sobre el trabajo en una radio de la localidad donde desarrollan sus etnografías con familias, organizaciones y escuelas. Abordan la relevancia de responder a demandas no planificadas que se presentan en el campo (como sostener el programa de radio) y los resguardos e implicancias de este tipo de experiencias. Reflexionan sobre la riqueza de los testimonios reproducidos por la radio para reconstruir las experiencias educativas en situaciones de movilidad, las demandas de las familias migrantes a la escuela y el modo en que las instituciones escolares se ubican en la dinámica de la localidad. Dan cuenta de la retroalimentación entre los intereses propios del medio académico y las demandas de los colectivos y organizaciones sociales mostrando “el modo en que las experiencias colaborativas propician reajustes en las temáticas de investigación”.
Para finalizar, cabe decir que la labor de escritura, edición y revisión de todos los manuscritos se realizó en el contexto de la pandemia por COVID-19, lo que implicó desafíos a la agendas laborales cruzadas por las demandas domésticas que las políticas de aislamiento implicaron. Las historias personales de cada uno/a de los/as autores/as, evaluadores/as y editores/as estuvo atravesada por este complejo momento que nos tocó vivir, por dolorosas pérdidas de seres queridos, por la distancia física impuesta y por la desazón del contexto. Por todo ello, queremos expresar nuestra máxima gratitud a todo/as por sostener esta labor en tiempos tan adversos.