0000-0001-6401-1567 Greta Winckler[1][2]
Pictures of childhood.Children within the visual culture of projects of Popular Education from Buenos Aires (Argentina)
En esta Tesis doctoral se prestó especial atención a dos de los términos que figuran en su título: las imágenes y las infancias. La imbricación entre ambas es de larga data, aunque haya sido desatendida por las ciencias sociales y su fuerte proceso de verbalización durante el siglo XX. A su vez, los trabajos sobre la vida de los y las niñas encontrarían una atención mayor recién hacia fines de ese siglo (Sosenski y Jackson Albarrán 2012). Esta investigación apeló a cruzar ambos “olvidos” y también a situarlos en el marco de la militancia política de colectivos de Educación Popular del conurbano bonaerense, con epicentro en el Merendero y Centro Cultural Les Pibes del Ombú, ubicado en Almirante Brown, Buenos Aires.
El objetivo principal de la Tesis fue analizar el rol que jugaron las iconografías infantiles de las clases populares suburbanas y sus mecanismos de exposición en la creación de modelos sociales y políticos, que aún definen cómo se interpelan a las niñas y niños en la actualidad. Para lograr este análisis, se realizó un recorrido genealógico a través de diversas fuentes como manuales escolares, películas, pinturas, films y fotografías. La investigación reveló cómo los modelos hegemónicos de origen moderno y noratlántico han sido utilizados (y perviven) para observar la infancia en Argentina, obliterando la diversidad que caracteriza a las niñeces locales (Szulc et al. 2023). También se recuperaron propuestas contestatarias que disputan las imágenes dominantes, en un esfuerzo por ofrecer representaciones más justas y diversas de las infancias suburbanas.
El análisis cubre un amplio arco temporal, ya que las imágenes, aunque reflejan su contexto de creación, también lo trascienden (Didi-Huberman 2015). La investigación etnográfica se llevó a cabo entre 2018 y 2023, coincidiendo con mi experiencia como educadora popular en el Merendero desde 2008. Esta dualidad entre investigar y militar fue un aspecto tematizado en relación a la metodología de trabajo (Paz, Schejter, y Filippi 2021), anclada a su vez en enfoques de la Antropología Visual (Colombres 2012; Gutiérrez De Angelis 2012), la Iconografía Política (Fleckner, Warnke, y Ziegler 2011) y los Estudios Visuales (Mitchell 2017; Pinotti y Somaini 2016).
La Tesis se estructuró en tres partes. La primera, “La niñez en la mira”, examina las fórmulas visuales hegemónicas que han configurado un “universo infantil” desde una perspectiva burguesa, blanca y urbana. Según esta visión, la infancia se divide entre una concepción romántica e inocente, apartada de los problemas sociales y confinada a espacios como el hogar o la escuela; y una infancia “irregular” o desviada de este ideal, asociada con comportamientos y prácticas rechazadas por las élites morales, como la vida en la calle, determinados juegos o la participación política y laboral. La escuela moderna fue un vehículo clave de confección y difusión de estas iconografías, pero en el Merendero y las organizaciones de Educación Popular afines se propuso un modelo alternativo que no rechaza totalmente a esta institución, sino que señala ciertos desplazamientos que provocan un ejercicio de extrañamiento: se evoca la escuela y se toma distancia de ella a la vez. Se propuso pensar en formas, es decir, no sólo pensar en una escuela y un merendero en singular, sino en las relaciones que estas instituciones moldean (Vincent, Lahire, y Thin 2008), evitando la creación de tipologías rígidas.
Por otra parte, la actividad desarrollada en el Merendero es entendida como una militancia política de la que forman parte los niños y niñas que allí asisten, lo cual fue abordado en la segunda parte de esta Tesis, “Las niñeces se organizan”, donde se repusieron algunas experiencias históricas singulares del siglo XX en Argentina, siempre en diálogo con el Merendero y su accionar. A lo largo del trabajo de campo, se pudo recabar el modo en que la presencia niña implicó un cambio (un “ensanchamiento”) en los repertorios de la acción colectiva y sus manifestaciones sensibles, al abrir precisamente la participación política a actores largamente vedados de ella, como ocurrió con las infancias sobre todo a fines del siglo XX. Esto permitió entender la producción visual de estos proyectos dentro de la tradición de la iconografía política, destacando algunos vacíos aún existentes en el análisis del binomio política-infancia y su principio estético (Fleckner et al. 2011; Rancière 2016). La importancia de la materialidad y la espacialidad de la praxis política en estos espacios, claves para la emergencia de nuevas relaciones intergeneracionales y la transformación de la experiencia cotidiana o la creación de solidaridades afectivas, fue central en este apartado, que dio pie a la tercera y última parte: “La niñez se rev(b)ela”.
Aquí el foco estuvo puesto de manera exclusiva en la experiencia del Merendero, su entramado barrial, la relación con organizaciones afines y su historización, recuperando conceptos como “amistad” y “compañerismo” para entender cómo se tejen alianzas políticas y se disputan sentidos en torno a las violencias adultistas, esto es, la jerarquización de los accesos a la toma de decisiones y a ciertos bienes y privilegios, a partir de un visión que traduce la diferencia de edad en desigualdad. Esto se plasmó en una serie de imágenes producidas dentro de estos espacios, que incluyen fotografías, pinturas y mapas, y que circularon también por fuera de sus límites físicos (en redes sociales o muestras itinerantes). De este modo, además de funcionar como proyectos pedagógicos, se volvieron eslabones culturales, que comienzan a participar en redes de alcance nacional.
Así, desde la primera parte a esta última se propone un pasaje en el análisis de la exposición de la niñez: de imágenes de alto nivel de abstracción sobre las infancias pobres periurbanas (entendidas como objetos de esa mirada); a imaǵenes situadas, hechas por éstas. A la vez, se destacaron una serie de estrategias puestas en juego por las organizaciones que pavimentan el camino hacia una soberanía visual de las niñeces y su derecho a la imagen (Didi-Huberman 2014; Raheja 2010), no como entes aislados, sino en una relación de interdependencia intergeneracional constante. Este enfoque promete ser fecundo, tanto en estas experiencias en los territorios que aún deben ser sistematizadas, así como en una escala más amplia.
Agradezco a CONICET y a la Universidad de Buenos Aires por financiar y cobijar esta investigación, así como a los equipos que la hicieron posible: el Área de Antropología Visual y Niñez Plural (Facultad de Filosofía y Letras, UBA).
[1] Financiamiento: Este documento es resultado del financiamiento otorgado por el Estado Nacional, por lo tanto queda sujeto al cumplimiento de la Ley Nº 26.899. Esta investigación doctoral fue financiada íntegramente a partir de una beca interna doctoral (2018-2024) otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina.