El discurso reaccionario de la derecha española: De Donoso Cortés a Vox

Pedro Fernández Riquelme (2022).
Sevilla: Editorial Doble J. 216 págs.

Rocío Flax

rocioflax@hotmail.com

El libro de Pedro Fernández Riquelme constituye un exhaustivo trabajo de investigación en torno al discurso político en España. Centrado en el discurso reaccionario, despliega una detallada exposición de la vida política española desde principios del siglo XIX hasta la actualidad.

Su objetivo es mostrar las permanencias discursivas, así como la filiación del discurso de extrema derecha actual en otros discursos reaccionarios anteriores. Al mismo tiempo, se marcan sus innovaciones y se compara el discurso español con el de otros países como Francia, Estados Unidos, Austria o Brasil. Como podemos observar, se trata de objetivos muy ambiciosos que, no obstante, el autor logra cumplir de forma acabada.

A lo largo de este recorrido, los discursos reaccionarios en España son puestos en diálogo con sus condiciones históricas de producción. En este sentido, cabe destacar la densidad histórica de la investigación, puesto que no sólo supone el trabajo de archivo que recolecta y analiza declaraciones de políticos, manifiestos, noticias, entrevistas, artículos de prensa, discursos de intelectuales, sino también la explicación e interpretación de diversos procesos históricos: la invasión francesa, el fracaso de las revoluciones liberales, las Guerras Carlistas, la Primera República, la crisis del ‘98, el desastre de Annual, el período de entreguerras europeo, la restauración monárquica, la Segunda República, el franquismo, la transición a la democracia y el posfascismo.

El autor destaca como rasgos propios del discurso reaccionario español su defensa de la monarquía y su nacional catolicismo. En efecto, estas dos características sólo pueden ser comprendidas a partir de la historia de España, en la cual la religión tuvo un rol central desde las Cruzadas, la expulsión de las comunidades árabes y la unificación territorial realizada por los Reyes Católicos, hasta los dos intentos fallidos de gobiernos republicanos, que en el imaginario español han terminado asociando república con comunismo. En el presente, esto resulta en un discurso de derecha en el que confluyen el discurso neoliberal y un discurso conservador de raíz cristiana.

El interés de Fernández es llegar a la descripción del discurso de extrema derecha actual, representada en España por el partido Vox. Argumenta su decisión de considerarlo como posfascista, ya que “fascismo” es una categoría política gestada en el período de entreguerras que se vincula a dicho contexto histórico y no puede adscribirse a la realidad presente. En este sentido, sostiene que el discurso de extrema derecha del siglo XXI se basa en aspectos discursivos que ya utilizó el fascismo para conseguir el poder (oposición al comunismo, discurso obrerista que busca cooptar a la clase obrera, ataque a minorías, entre otras características), pero lo adapta a la nueva situación local y mundial. Así incorpora elementos nuevos como su carácter antiglobalización, el antieuropeísmo y la creencia en conspiraciones internacionales.

Según el análisis efectuado por Fernández Riquelme el discurso de la extrema derecha actual española se caracteriza por su anticomunismo; su espíritu militarista, que incluye la defensa de intervenciones armadas en otros países; la consideración de les migrantes como invasores y la personificación de España, la cual debe defenderse de la invasión con todos los medios a su alcance, incluidas las Fuerzas Armadas; la consecuente criminalización de les migrantes; el miedo a la pérdida de la identidad nacional; la apuesta por las oligarquías económicas nacionales; la defensa de la familia cristiana tradicional y, por lo tanto, el rechazo al aborto y el ataque al feminismo y a los colectivos LGTBI. También se destaca su defensa de la educación privada y visión castellanista nacionalista-española que defiende la unidad territorial, lingüística y religiosa de España y denuncia el riesgo de ruptura y balcanización del país.

A partir de estas características, el autor establece vínculos entre esta derecha del siglo XXI y el discurso falangista y franquista, por ejemplo, a través de la utilización de la dicotomía patriotas/cobardes y la exaltación de la patria. Vox se autodefine a través de términos como “patriotismo” y “anticomunismo”, los mismos sustantivos que eran utilizados por la derecha en el período de entreguerras. En este sentido, el discurso de Vox busca reactivar las identidades de la guerra civil, pero en el marco formal de una democracia. Por último, cabe destacar la banalización que los sectores de derecha realizan con respecto al uso de la violencia, al punto de justificar su utilización contra el oponente político.

Este recorrido que logra sistematizar las diferentes estrategias de la derecha española viene a continuar el camino señalado por Ruth Wodak (2015) y Christopher Hart (2010) a partir de su investigación del discurso de derecha en diferentes países: la política del miedo, que se basa en construir amenazas para generar temor en la población. En el caso español, desde la mirada de Fernández Riquelme, las amenazas están constituidas por el comunismo, la inmigración, la islamización de Europa, el terrorismo y la balcanización de España. En palabras del autor, la extrema derecha alimenta esa sensación catastrófica, que llevaría al fin del mundo occidental y sus valores, basándose en un discurso alarmista. Por su parte, los partidos de extrema derecha descalifican a los gobiernos de centro, como el de Rodríguez Zapatero, tratándolos de buenistas y sentimentalistas.

El libro de Fernández Riquelme representa un valioso insumo para investigadores de diferentes partes del mundo puesto que muchas de las características que se relevan para el discurso reaccionario español se pueden rastrear en otros países. Se trata de una obra que no sólo sirve para realizar estudios comparativos con el caso español, sino que funciona a la vez como herramienta teórica que ya ha sistematizado los rasgos básicos del discurso de la derecha política. Por su parte, como dijimos al comienzo de esta reseña, el mismo autor realiza, en distintos capítulos referidos a diversos momentos históricos, comparaciones con el discurso reaccionario de otros países, ya sea el discurso fascista alemán o italiano del siglo XX o el discurso de la extrema derecha posfascista en países como Austria, Francia, Estados Unidos o Brasil. Con respecto a la actualidad, algunos rasgos comunes del discurso reaccionario se refieren a la utilización de elementos populistas como la apelación a los sentimientos, la espectacularización, el predominio de la narración sobre la argumentación. También encontramos en común la xenofobia, la antiglobalización, el ultranacionalismo y las referencias a conspiraciones mundiales.

Si bien la investigación realizada por Fernández Riquelme se centra en el discurso reaccionario de derecha, no se agota en esto. El libro también repone características del discurso progresista, así como algunas de sus falencias. Un dato relevado también por otros autores, como Ruth Wodak (2015), es que las posiciones de la extrema derecha terminan desplazando al resto del arco político al condicionar la agenda de los partidos de izquierda y de centro. Así, dichos partidos desplazan su discurso hacia la derecha para no perder votantes. En este sentido, Fernández Riquelme argumenta que el discurso de izquierda no debe asumir parte del discurso de la extrema derecha en materia de seguridad e inmigración y que debe evitar utilizar apelaciones que ya no interpelan a los votantes como la de “clase obrera”, que constituiría hoy en día una entelequia, o “fascismo”, término utilizado para acusar a sus oponentes, pero que sólo moviliza a los propios seguidores. En cambio, debe lograr dirigirse a actores sociales más amplios como, por ejemplo, la pequeña burguesía.

Por último, queremos destacar otros dos aspectos que hacen de la obra de Riquelme un trabajo de ineludible referencia de aquí en más. En primer lugar, consideramos un hallazgo la problematización que realiza, en el primer capítulo del libro, de los diferentes términos con los cuales se ha designado a corrientes políticas a partir del siglo XIX. Así Fernández Riquelme, historiza la aparición de términos típicos del campo político como “afrancesado”, “liberal”, “progresista”, “conservador”, “reaccionario”, etc., dando cuenta de los significados que se asociaron a cada una de estas etiquetas con el paso del tiempo. Por ejemplo, explica la confluencia entre ilustrado, afrancesado y liberal, pero también que, originalmente, “progresista” refería a los movimientos liberales burgueses vinculados con la revolución francesa y la primera revolución industrial: el progreso relacionado a la industria se expandió semánticamente a la política. Por lo tanto, el atraso refería a los partidarios de la vuelta al Antiguo Régimen, mientras que el progresismo era visto como revolucionario. Esto presupone una concepción del tiempo en la cual el futuro siempre conlleva una mejora de manera tal que volver el tiempo atrás sería calamitoso.

En esta explicación, el autor contrapone “reaccionario” y “progresista” asociando cada etiqueta con los conceptos de necesidad y contingencia respectivamente. El reaccionario, nos dice Fernández Riquelme, tiene una visión estática del tiempo histórico, basando su discurso en la preservación del pasado. El léxico reaccionario se basa en la idea de que la historia no existe y su semántica se refiere a lo inamovible, inmaterial, trascendente o natural. Por ejemplo, las guerras o las clases sociales serían elementos naturales, eternos e inmutables. Por el contrario, el discurso progresista se centra en la posibilidad. La proyección social revolucionaria supone una sociedad que no es ni perfecta ni inmutable, a la vez que es consciente de que todo objeto de su discurso tiene una dimensión histórica y, por tanto, transitoria y modificable en el futuro. El planteo del autor es que esta explicación valida los discursos reaccionarios y revolucionarios hasta la actualidad.

En segundo lugar, y en consonancia con las definiciones anteriores, Riquelme propone otros tres términos para caracterizar a los actores políticos y sus discursos. Así, se refiere al discurso de Vox como un retrodiscurso, porque no pretende mantener el estado de cosas (discurso conservador) y porque su utopía no se encuentra en el futuro inmediato ni en el pasado reciente, sino en el pasado lejano. Específicamente, se refiere a la reivindicación que realiza Vox del proceso histórico polémicamente denominado como “Reconquista”, en referencia a las guerras contra los musulmanes. Este discurso es una forma de retropolítica, porque recupera valores anteriores a la Ilustración. El mito fundacional de la reconquista, que supone la existencia de España antes de la llegada de los musulmanes, reivindica una nación monoteísta cristiana, con una única lengua oficial, centralista y con una autoridad monárquica más poderosa.

Además de los conceptos de retropolítica y retrodiscurso, como tercer neologismo, Fernández Riquelme propone que la derecha extrema española podría ser calificada como retroaccionaria antes que como reaccionaria, puesto que la política reaccionaria se basa en una oposición sistemática a las innovaciones del presente, mientras que el discurso de Vox se caracteriza en gran medida por oponerse a innovaciones del pasado que hoy en día están completamente aceptadas por la mayoría de la sociedad como, por ejemplo, la democracia descentralizada en España. En esta línea de razonamiento, resulta interesante el planteo del autor de que la izquierda también puede caer en un retrodiscurso. Por ejemplo, al reivindicar la restauración de la Segunda República, mitificada, en lugar de proponer un republicanismo que no remita a las experiencias fallidas del pasado.

Para finalizar, consideramos que, a través de su recorrido histórico, etimológico y sus propuestas de análisis, la obra de Fernández Riquelme es una referencia de fundamental importancia para todos aquellos especialistas que intenten explicar el funcionamiento de “las derechas” de los últimos años.

Bibliografía

» Hart, Christopher. 2010. Critical discourse analysis and cognitive science: New perspectives on immigration discourse. London: Palgrave Macmillan.

» Wodak, Ruth. 2015. The politics of fear: What right-wing populist discourses mean. London: Sage.