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Adriana Sánchez Gutiérrez
Purdue University, Estados Unidos
sanchea@pfw.edu
Fecha de recepción: 04/09/2021. Fecha de aceptación: 12/10/2021
En las últimas décadas, los conflictos globales que producen miles de desplazamientos forzados han llevado a un movimiento migratorio en todo el mundo, desde el cual emergen vulnerabilidades de grupos sociales (Butler, 2016) que cuestionan las políticas democráticas y exponen los cuerpos a una movilización deliberada de resistencia. En ese contexto, la movilización no violenta reclama espacios de igualdad en otros territorios liminales (Turner, 1986), en donde el cuerpo es desterritorializado de su identidad (Deleuze y Guattari, 1972). Estas dinámicas han penetrado la escena latinoamericana en la obra Souvenir Asiático (2018) del grupo de Teatro Los Animistas, en la cual se presentan seis relatos fragmentados de travesías migrantes que marcan el significado del cuerpo vulnerable y despojado como consecuencia de políticas que debilitan los derechos humanos dando paso a nuevas teatralidades (Diéguez, 2014; Neveux, 2013) corpo-políticas en la escena latinoamericana.
Over the past decades, global conflicts have produced thousands of forced displacements resulting in a migratory movement around the world, provoking vulnerabilities (Butler, 2016) that question the current democracy policies and exposing bodies to a deliberate mobilization of resistance. In that context, non-violent mobilization claims for egalitarian places from liminal territories (Turner, 1986) where the body is deterritorialized or dispossessed of its identity (Deleuze & Guattari 1972). These dynamics have gone through the Latin American scene, like in the case of Souvenir Asiático (2018) by Los Animistas from Colombia. Their play presents six fragments of migratory crossings, which show the meaning of a vulnerable and dispossessed body as a consequence of policies that violate human rights, exploring the possibility of new theatricalities based on body politics in Latin American theater (Diéguez 2014; Neveux 2013).
Durante las últimas dos décadas, los movimientos migratorios evidencian rutas que permean fronteras y desdibujan límites geográficos. Los desplazamientos forzados por condiciones económicas o de seguridad desde el Sur hacia los países del Norte conllevan un flujo constante de inmigrantes en busca de la anhelada estabilidad, lo cual es parte de la visibilidad de grupos sociales vulnerados como consecuencia de las políticas económicas globalizantes e intervencionistas en algunos sectores agrícolas o mineros. En ese sentido, la frágil economía de los países o algunos regímenes dictatoriales desterritorializan poblaciones que, sin recursos de empleo en sus países de origen, deben migrar a territorios del Norte (Meerzon 2015: 182) (Thomas 2013, 4). Ese flujo permanente hacia Europa o EE.UU. diversifica los puertos de entrada e incluye nuevas movilizaciones hacia territorios insospechados para llegar al destino final (Minvielle 2015: 28). A partir de estas nuevas cartografías del migrante, América Latina ha sido el primer puerto de desembarque para personas originarias de Asia, África y Europa del Este, que buscan un camino a los puertos de entrada de los EEUU. En consecuencia, la diversidad de identidades, pero su particularidad cultural, conlleva a la fácil identificación de un estatus ilegal en países como Colombia, Brasil, Perú, Argentina, entre otros, ya que se evidencia la dificultad lingüística para encontrar intérpretes de algunas lenguas en regiones rurales en donde las autoridades locales remiten los casos a la policía migratoria, con procesos burocráticos que impiden la correcta identificación. Paralelamente, los procesos de deportación se hacen más lentos impidiendo que se conserven los derechos del migrante, dejándolo expuesto a organizaciones delincuenciales que transportan o proponen nuevas rutas ilegales hacia los países del Norte, ya sea Panamá, México o EE.UU. Estos patrones migratorios en tiempos recientes demuestran el engaño de algunos coyotes, polleros o pasantes a sus víctimas, pues, aunque algunos reconocen su primera etapa hacia los EE. UU. en puertos migratorios latinoamericanos, otros han desembarcado creyendo que ya se encontraban en tierras estadounidenses.
[…] il s’agit de retracer l’ensemble du parcours, depuis le continent africain jusqu’à l’arrivée à Buenos Aires, sans oublier d’évoquer les étapes brésiliennes. (21) […] des Maliens de Lybie laissent derrière eux le continent africain pour s’aventurer au sud du continent américain en obtenant des visas auprès de l’ambassade du Brésil en Lybie. Ces pionniers envisagent alors le Brésil comme une simple étape dans un voyage qui doit les conduire vers les États-Unis d’Amérique. (Minvielle 2015: 22)
Asimismo, esta compleja dinámica expone las fronteras nacionales ante cuerpos sin identidad, que buscan llegar a un destino en el cual no serán bienvenidos, porque las últimas políticas migratorias de EEUU o de Europa rechazan la mediación de asilos a partir de discursos nacionalistas que desean cuerpos no inmigrantes
Although discourses of whiteness and our white bodies enable our distance from immigrants, our focus on the sites of our bodies and experiences and relations the interdependence. While whiteness renders us ‘‘invisible,’’ the reality is that our invisibility depends on the hypervisibility and calling attention through rhetoric. (Bradley 2012: 167)
Esa tensión genera divergencias en políticas migratorias internacionales que volvieron a EE.UU. y Europa fortalezas impenetrables; por lo tanto, el concepto de soberanía nacional transforma la perspectiva en que los inmigrantes son vistos, ya que las democracias causan un efecto de rechazo ante el cuerpo extranjero, es decir, se marca no sólo un rechazo entre el ‘otro y nosotros los nacionales, sino que subvierte la humanización del refugiado o asilado, a pesar de políticas migratorias que protegen los derechos humanos, en cuanto a este aspecto García afirma que ‘‘[…] las convenciones generales de derechos humanos establecen muy claramente el derecho a salir y regresar al país de nacionalidad pero no se incluyó el derecho a migrar o, al menos, a ingresar a un país distinto al de la nacionalidad.’’ (2016: 118)
Desde esa mirada, los cuerpos de migrantes son determinados por el Estado como cuerpos ilegales que se encuentran en espacios indeterminados o, en términos de Turner, liminales, en los países de paso, porque su posible deportación los destina a la clandestinidad generando identidades móviles (Meerzon 2015: 181) hasta llegar a su último puerto de entrada (Sayad 2010: 121). En otros términos, los cuerpos de inmigrantes se agencian como cuerpos fronterizos que llevan a cuestas espacios liminales en donde se reconfiguran identidades a partir de experiencias temporales y, en muchas oportunidades, evocan identidades desaparecidas de un otro que ya no les pertenece al llegar a un nuevo continente (Galdhart 2016: 79).
Esa particularidad de los inmigrantes de diversos orígenes en territorio rural colombiano ha penetrado la escena latinoamericana en la obra teatral Souvenir Asiático (2018) de la dramaturga Martha Márquez, Beca de Dramaturgia Teatral 2016, con la puesta en escena del grupo Los Animistas de Jaime Gámez y Katerinn Acevedo de Colombia, en la cual se presentan seis relatos fragmentados de travesías migrantes que marcan el cuerpo vulnerado y despojado (Butler 2013) de personajes que vienen de China, Senegal, Marruecos, Siria y Corea del Norte.
[…] to conceive of a set of alternatives to dispossession that do not reduce a property-owning individual to an ontological valorization. In the same way, there have to be alternatives to precarity that do not reduce to ‘‘security.’’ As for property, I am not sure whether I am for or against property as such, but what seems clear in both of our views is that the ontological conflation of the individual with property ownership is part of the very framework that induces precarity. If it is always the individual becoming a property owner who is said to actualize some essence of human individuality at that moment, then the system of property distinguishes between those who own it and those who do not. (160)
Estos relatos demuestran cómo las consecuencias políticas y económicas neoliberales debilitan los derechos humanos en países vulnerables, dando paso a diversos movimientos migratorios de Asia y África hacia escenarios liminales latinoamericanos, ‘‘Percibo lo liminal como tejido de constitución metafórica: situación ambigua, fronteriza, donde se condensan fragmentos de mundos, perecedera y relacional, con una temporalidad acotada por el acontecimiento producido, vinculada a las circunstancias del entorno’’ (Diéguez 2014: 64)
Estas nuevas realidades que se viven en puertos de entrada rurales agencia nuevas propuestas corpo-políticas en la escena, expresiones que pretendo analizar bajo el concepto de cuerpos fronterizos de los migrantes representados a partir de las aproximaciones de teatro político de Neveux (2013) y teatralidades de Diéguez (2007).
Souvenir Asiático (2018) es una puesta en escena que incómoda la posición del espectador; no es una dramaturgia que busque el placer en el que se observa el desarrollo de la historia, ya que usa la propia experiencia física para afectar corporalmente el cuerpo migrante. Desde esa perspectiva, el espectador debe sentarse en la mitad de diferentes escenarios-containers encima de un planchón que lo obliga a cambiar de posición cuando se entra en acción en escenarios diferentes a su campo de visión. En efecto, el espectador participa en las acciones escénicas cuando un militar o un mercenario entra y camina entre los espectadores alumbrando con linternas los rostros y buscando migrantes ilegales. Esto condiciona la idea de un personaje- un otro con la voz en off que se ve obligado a moverse y a apartarse cuando los actores pasan entre esa corporalidad fronteriza que se ubica justo en la mitad de los escenarios.
Esta invisibilidad de los espectadores en medio de la oscuridad de la escena agencia desde el silencio resistencia ante la autoridad, la luz y el contacto físico con aquellos que afectan la corporalidad de espectador. Esta idea entre lo visible de los indocumentados y la corporalidad que ellos representan en la obra al no tener su identidad resuelta en medio de acciones que en un primer acto son exploratorias, requiere entender la dinámica de la vulnerabilidad de los cuerpos en espacios liminales.
[…] I see undocumentedness appearing as a shifting frontier. It becomes a ‘‘movement between visibility and invisibility,’’ a necessary element that ‘‘must be both made present and jettisoned’’ in order for ‘‘U.S. Americanness to maintain its symbolic coherence. By making undocumentedness visible, tangible, present, the play begins to unhinge-however slightly- the imbalance between visibility and invisibility that pushes those living in undocumentedness into abjection. (Guterman 2014: 9)
El planchón de madera a nivel del piso es parte de la escenografía que sofoca el movimiento libre de los migrantes buscando nuevos territorios. Condensa en esa estrecha espacialidad una postura existencial de los cuestionamientos hacia el no-lugar, porque del pequeño trozo de madera se deriva el significado liminal que lleva consigo el personaje que lo aborda. Él mismo no sabe exactamente cómo va a ser su recorrido y el lugar al cual se dirige, en otros términos la escenografía representa el desafío a un Estado de poder que no le brinda seguridad pública.
Ese espacio metafórico configura la primera etapa espacial del movimiento migratorio donde los cuerpos en su inmovilidad muestran vulnerabilidad frente a las barreras políticas de la migración en Europa y EEUU. En algunos casos, los viajes claman el reconocimiento de un estado multirracial que reconozca los estados coloniales que sufren las consecuencias de explotación durante siglos. Es así como la mayoría de los migrantes de colonias europeas migraban a territorios europeos con relativa facilidad, puesto que territorios británicos o franceses daban la categoría de ciudadanos a esta población. En Francia, específicamente, la Constitución reconocía la pertenencia a la República siendo ciudadano francés ‘‘Africans were citizens of the French Union according to the 1946 Constitution and in theory at least free to circulate on French territory’’ (Thomas 2013: 157).
De la misma manera, encontramos medidas migratorias que en la década de los sesenta y setenta cerraron las fronteras de Europa para ciudadanos no europeos, provocando una clandestinidad en las cartografías migratorias desde África y el Medio Oriente hacia Europa. Esta irregularidad se vinculó con el mercado laboral de la Unión Europea cuando migrantes indocumentados accedían a trabajos que ofrecían salarios por debajo del mínimo establecido en países como España, Francia, Alemania, entre otros. Salarios y puestos de trabajo que recrean el mismo espacio estrecho que se abre el cuerpo en pequeñas e inseguras embarcaciones en medio del Mediterráneo.
Como lo señala Demo (2012: 198), las voces del migrante son limitadas al igual que los escenarios por los cuales ha tenido que viajar a su nuevo territorio, su condición cercada en una comunidad no requerida en el país de acogida lo envuelve en una dinámica desafortunada debido a su entrada inapropiada. Además, el cuerpo presente en su destino final continúa en una corta temporalidad que no le permite ser reconocido, por lo cual evita la exposición de su cuerpo ante organismos públicos como la seguridad social de salud y educación. En ese sentido, el mismo planchón de madera continúa en ese ciclo inagotable de la frontera pequeña que no representa ni el pasado ni el futuro.
Esa situación irregular se transpone también a la espacio-temporal, puesto que las políticas migratorias actuales de tener un mejor futuro en otro país que no los reconoce mantiene un cuerpo desterritorializado. Imagen que debate la individualidad de cada caso migratorio desde la concepción de una corporalidad política del ilegal, es decir, judicializar según el caso y ejecutar deportaciones de acuerdo al criterio de los jueces. Esta simultaneidad de gestos y acciones políticas reafirman la figura de un planchón pequeño de madera que se agencia como cuerpo fronterizo para los espectadores de la obra.
El proceso de creación de los personajes en Los Animistas involucra muñecos, títeres o marionetas, objetos corporales que llevan el peso de la no-identidad de los inmigrantes. A partir de esa dinámica, el titiritero que los maneja les da una voz en off, algunos incluso carecen de rostros definidos, como el de la protagonista norcoreana Myoung-Hee que desembarcó en el puerto de Buenaventura en el Pacífico colombiano, lo cual demuestra la diversidad de los caminos que siguen abriendo los movimientos migratorios contemporáneos, ya que durante mediados del siglo XX en Colombia no se registraban tantos casos desde Asia, a pesar de los actos de exclusión de 1882 y 1892 contra la población China en Estados Unidos (Wilson 2004: 6).
Desde ese contexto, la primera frontera que tiene la mujer norcoreana es la lengua, porque no entiende español y la mayoría de la población colombiana considera que cualquier cuerpo con rasgos asiáticos debe ser de origen chino, por lo tanto, la policía que acompaña a esta mujer considera que mientras espera a un intérprete su alimento debe ser el arroz chino. Ante esta barrera lingüística, los diálogos de los migrantes en la obra quedan reducidos a gestos o señales que sólo tienen voces desde las ideas que se expresan en off en el escenario, donde los instrumentos comunicativos de los personajes desbordan los ámbitos kinésicos para afrontar fronteras discursivas con los nacionales.
Sobre esta tensión comunicativa, Zeynep y Sabsay exponen las condiciones vulnerables que marcan al individuo al no pertenecer a un colectivo-Nación, por lo cual el cuerpo está expuesto frente a la ilegalidad de su estatus negando los derechos de un ciudadano común que pertenece a las normativas de un Estado-Nación. De esta manera, la dimensión temporal de ilegalidad afecta las interacciones jurídicas que el cuerpo pueda tener ante una Nación que no le pertenece, y que además, no le quiere recibir como parte de su colectivo civil.
The argument about disavowal has to be attended to carefully. On the one hand, if we are interested in how vulnerability is socially produced and managed, then we may seem to be saying that vulnerability is the effect of social power. On the other hand, if we claim that vulnerability has a purely ontological status, it seems that we accept a presocial account of vulnerability, and that opens up a new set of theoretical and political problems. So if we argue instead that vulnerability emerges as part of social relations, even as a feature of social relations, then we make (a) a general claim according to which vulnerability ought to be understood as relational and social, and (b) a very specific claim according to which it always appears in the context of specific social and historical relations that call to be analyzed concretely. (Zeynep 2016: 4)
A partir de ese contexto, surge un interés particular en la representación de los inmigrantes por medio de títeres que han sido productos dominados por las dinámicas coloniales. Esto demuestra las consecuencias actuales de las políticas intervencionistas que dejan a muchos países inmersos en guerras e inestabilidades económicas, tal como se observa en el flujo migratorio que se da desde Corea del Norte a otros territorios inimaginados como lo es la ciudad de Buenaventura en Colombia. En este fragmento, se incluyen las migraciones de Asia a EE.UU. a través de Latinoamérica, pues el policía no hace diferencia entre Corea, China, Mongolia o Japón, para este personaje todas las personas del container-escenario son chinas y les ofrece arroz chino para comer, ya que es la comida más popular que se tiene de esos territorios en Colombia,; sin embargo, la comunicación no logra su fin, porque el personaje-títere y migrante no disfruta su alimento y con su voz en off relata su travesía: ‘‘¿No entiende? ¿No entiende? Míreme yo… yo soy una persona, ¿entiende? Persona. Una vida humana, una persona. He corrido. Mire los zapatos. Mire mis zapatos. Yo salí de un lugar corriendo y he corrido todo el tiempo. Con los zapatos, vea. Huyo.’’
El conjunto de acciones y la corporalidad de Myoung-Hee sin un rostro definido imponen la ruptura comunicativa entre dos culturas diferentes, porque la voz en off es transmitida a los espectadores, quienes son otros migrantes sentados en un planchón que no tienen ninguna intervención. En ese sentido, los cuerpos del policía y la norcoreana evidencian la tensión del conflicto lingüístico y político que se gesta entre dos identidades opuestas. En primer lugar, el policía-Estado vs la norcoreana-ilegal y, luego, otras entidades contradictorias como: las lingüísticas, el español vs el coreano; el género, hombre vs mujer; el estatus civil, ciudadano vs indocumentada, entre otras. A fin de aproximarse a esa tensión corpo-política, los cuerpos en escena condensan una turbulencia de dos mundos fragmentados que se encuentran limitados por el tiempo liminal (Turner 1986: 34), que se produce en un puerto de inmigración colombiano, dando paso a la materialidad de fronteras que se unen en un espacio y tiempo acotado, lo cual se establece como el cuerpo fronterizo de este relato en la obra.
De igual manera, la corporalidad de Myoung-Hee colisiona al someterse a un interrogatorio que no le permite su correcta identificación convirtiéndose en objeto inanimado que desdibuja fronteras en una lengua que no conoce y que no le pertenece, ya que su paso temporal está en peligro si llegase a ser deportada a un no-lugar, porque no tiene documentos y las autoridades de policía tampoco reconocen su origen, hasta que llega el domiciliario del arroz chino y ayuda en algo con la interpretación.
Este aspecto de Souvenir Asiático devela el tráfico de migrantes que utiliza Colombia como ruta fácil para llegar a Panamá por vía marítima a través del Golfo de Urabá para luego alcanzar México y posteriormente EE.UU. Esto produce una reflexión en el público a causa de la procedencia de nuevos inmigrantes en puertos lejanos a las grandes ciudades, porque ahora se cuentan con orígenes diversos como Nepal, Bangladesh, Somalia, Pakistán y Ghana, quienes, aunque son minorías, las autoridades migratorias deben encargarse de ellos y no cuentan con los recursos lingüísticos necesarios para la asistencia apropiada, lo cual evidencia un reto nuevo ante las fronteras comunicativas que se afrontan en el país. En efecto, la mayoría de los migrantes de proveniencia latinoamericana -de Cuba o Venezuela, en su mayoría- cuentan con experiencias más efectivas al enfrentarse con las autoridades migratorias para pedir asilo, refugio o simplemente para lograr extensiones a las deportaciones mientras encuentran caminos alternativos que los lleven hasta Panamá.
Esta heterogeneidad de migrantes en Latinoamérica empieza a ocupar un lugar importante en las oficinas de ayuda internacional, puesto que las costas pacíficas se volvieron puertos de entrada que facilitan el recorrido desde el Sur hacia el Norte, debido a los requisitos de cartas de invitación o visas que piden algunos países. En efecto, el viaje por carreteras en buses favorece el desplazamiento hacia otras fronteras, incluso desde los países de origen se les anuncian las posibilidades de llegar a su destino final a partir de ciudades latinoamericanas (Minivielle 2015: 2), de tal forma que los trazos al continente americano se diversifican y se exponen nuevas relaciones de interdependencia con los agentes de migración en el continente, ya que si uno de estos cuerpos migrantes es descubierto en un país se debe deportar a su lugar de procedencia mas no a su lugar de origen. En otros términos, si los cuerpos migrantes han recorrido otros países antes de ser arrestados por las autoridades migratorias y estos deben ser procesados para su deportación, el gobierno que protege su soberanía nacional iniciará un proceso de expulsión hacia el último país de procedencia, ya que las leyes internacionales respetan las políticas del Tercer Estado (Bird 2011: 884).
Debido a los procesos burocráticos que implican continuar un proceso de repatriación, la mayoría de los arrestos dilatan deportaciones porque muchos de los documentos de identidad, si los tienen, son falsificados y no tienen el lugar de origen verdadero de las personas. Aunque muchos discursos permiten tratar equitativamente a todos los migrantes, existen diferencias sustanciales al comparar las bases de datos de algunos países con otros, por ejemplo, EE.UU o Canadá son los únicos que conservan exhaustivos procesos de expulsión o deportación en el continente, sin importar el puerto de entrada, mientras que, en las pequeñas y aisladas ciudades costeras de Latinoamérica, la policía no tiene las herramientas necesarias para iniciar deportaciones (Wabgou 2012).
Sobre este recorrido, Souvenir Asiático presenta un segundo fragmento de dos hombres que van en una carga de bananos. Aunque éste no tiene aparente conexión con Myoung-Hee, uno de los diálogos que tienen con el policía relaciona la muerte de dos hombres en el barco con cargamento de bananos. Al parecer Benjamín era hermano de la norcoreana y había decidido irse de polizonte en un contenedor pensando que iba para EEUU, pero el destino final del container-escenario era Alemania. El viaje lo realizan Óscar y Benjamín, pero los dos mueren por asfixia e hipotermia, debido a la prolongada duración de su viaje, ya que las embarcaciones que salen de puertos colombianos a Europa pueden tardar hasta 15 días, mientras que las embarcaciones a Estados Unidos pueden tomar una semana o más dependiendo si se va a la costa Este u Oeste.
En sus diálogos sólo se ven la cabeza de uno de los hombres en medio de los bananos y del otro solo se escucha su voz, los dos procuran mantener su mente ocupada en otras imágenes que hacen referencia a su lugar de salida como si estuvieran en Colombia en medio de sus familiares, por ese motivo, los dos relatos de la norcoreana y los migrantes en la carga de bananos mantienen sus historias independientes, porque Benjamín dice: ‘‘[…] Nosotros hemos sido unos negros buenos, nada malo nos va a pasar’’. Esto marca una diferencia de origen entre Myoung-Hee y Benjamín, por lo tanto, su drama evidencia otras causas migratorias de los ciudadanos colombianos hacia el exterior en busca de seguridad y/o estabilidad económica.
El viaje en un cargamento de bananos nos recuerda la explotación agrícola que han conservado algunas compañías en Latinoamérica, tal es el caso de la United Fruit Company que manipulaba los gobiernos de Centro América y Colombia para su beneficio personal durante inicios del siglo XX. Parte de este movimiento migrante se ilustra en la Caravana de inmigrantes que inició en octubre del 2018 y salió hacia EE.UU. para conseguir mejores salarios, puesto que, en Honduras, El Salvador o Nicaragua, los gobiernos cedieron privilegios a empresas extranjeras, expropiando territorios campesinos y generando economías globales que promueven monocultivos en las regiones.
De la misma manera, las compañías de ferrocarriles como la Tela Railroad Company abrieron su comercio para el transporte de mercancías del Sur hacia el Norte, imposibilitando el crecimiento de industrias locales que brindaran un mayor sustento a los mercados de Latinoamérica, lo cual desató pobreza y en consecuencia el surgimiento de grupos criminales. El caso más conocido es la aportación económica a grupos paramilitares por parte de la United Fruit Company en Colombia (Masacre de las Bananeras 1928), proceso por el cual fue juzgada la empresa en EE.UU. y sancionada, ahora su nombre comercial es Chiquita Brands International, pero sus estrategias hacia las economías globales no cesan y durante un siglo lo único que han dejado es pobreza y delincuencia (Chapman 2007). En consecuencia, los conflictos globales que producen miles de desplazamientos forzados han llevado a un movimiento migratorio en todo el mundo, desde el cual emergen vulnerabilidades de grupos sociales que cuestionan las políticas democráticas y exponen los cuerpos a una movilización deliberada de resistencia.
If we also say that the vulnerability to dispossession, poverty, insecurity, and harm that constitutes a precarious position in the world itself leads to resistance, then it seems we reverse the sequence: we are first vulnerable and then overcome vulnerability, at least provisionally, through acts of resistance. (Butler 2016: 12)
Reconocer que los problemas migratorios globales son la inevitable consecuencia de décadas de corrupción y manipulación en los sistemas democráticos y económicos de África y Latinoamérica, significa entender que los cuerpos de Benjamín y Oscar representan los dramas sociales de muchos refugiados e indocumentados que buscan dejar su país por razones económicas. Migración que no está contemplada en las políticas de asilo o refugio, porque no se considera la migración económica como una categoría de protección y asistencia a la persona vulnerable, según la OIM (Organización Internacional para las Migraciones).
En términos teatrales, los cuerpos de Benjamín y Oscar, teniendo en cuenta que los espectadores-migrantes ven a uno y al otro lo escuchan, son la figura de políticas neoliberales que han dejado a nacionales sin trabajo y sin tierras, por lo tanto, se encuentran como organismos desterritorializados que denuncian la experiencia de vivir en sistemas aparentemente democráticos que no les respetan los derechos a los civiles en cuanto a seguridad, educación, salud y empleo. Son cuerpos sin frontera, puesto que están en una embarcación que no se considera espacio fronterizo hasta que no entre al puerto, lo cual nos conduce al término de Goltz y Pérez bodies without borders, como una idea imaginaria de cuerpos móviles por el océano que buscan una llegada utópica a los países del Norte, en otras palabras, considero que la materialidad misma de los personajes son cuerpos fronterizos, en donde el sujeto es la frontera estancada sin un puerto de llegada.
On stage, we explore what it might look and feel like to move through and beyond the identity and national boundaries we often cling to-the surrendering of entitlement, privilege, boundary, and definition between self and relation. It’s a temporal and future-driven utopian imaginary, one that cannot be fully sustained or withheld, yet we aim to potentialize a different way of thinking of self in relation to other in the effort of coalitional work, a political commitment to work across difference without collapsing that difference. (2012: 173)
Las denominaciones a este teatro se cruzan con el “teatro del oprimido”, “drama social”, “teatro comprometido” o, en los últimos estudios ‘‘teatro de los indocumentados’ de Guterman (2014); sin embargo, Neveux (2013: 153) afirma que el teatro político cuestiona las formas de opresión y resistencia, por eso los efectos de este teatro superan los mecanismos de una simple concientización en el espectador, ya que, busca confrontar la historia, cuestionando desde el cuerpo sometido a escenarios liminales las políticas de los conflictos sociales que afectan las democracias. En otros términos, los personajes de Myoung-Hee, Benjamin y Oscar desestabilizan estructuras de identidad nacional, para debatir las dinámicas sociales en países y sistemas vulnerables, porque ellos soportan la carga migratoria de no tener identidad y permanecer en ese espacio restringido y liminal.
En efecto, lo político desde una mirada arendtiana recupera el espacio social y describe la realidad a partir de una construcción social; en ese contexto, reconoce la pluralidad en particularidades de la emancipación y la secularización, al igual que expone la concepción espacial de lo político.
Man moves constantly in two different orders of existence: he moves within what is his own and he also moves in a sphere that is common to him and his fellowmen. The “public”, the concerns of the citizen, is indeed the common good because it is located in the world which we have in common without owning it. (Arendt 1997: 104)
Continuando con las ideas del espacio común y la representación de lo público, Butler problematiza los conceptos de lo político y la representación, desde una lectura lacaniana de las categorías sexuales, lo cual nos lleva a ampliar algunas ideas frente a la consideración del lenguaje como elemento de representación e identidad de los sujetos políticos. En ese aspecto, encontramos que la noción política ha sido establecida de acuerdo con la base de prácticas excluyentes, pero que se toman por verdaderas en la comunidad; por lo tanto, las prácticas de las communitas de migrantes ilegales subvierten hegemonías de construcciones políticas capitalistas, comunistas o neoliberales.
Politics and representation are controversial terms. On the one hand, representation serves as the operative term within political process that seeks to extend visibility and legitimacy to women as political subjects; on the other hand, representation is the normative function of a language. (2016: 2)
A partir de estos cuestionamientos políticos de la obra, se debaten las referencias coloniales con dos personajes africanos provenientes de Senegal, antigua colonia francesa. Soly y Birham están expuestos ante los coyotes o pasantes, quienes en sus diálogos asumen la posición de autoridad migratoria y ellos deciden si los llevan al puerto de entrada de migración español. Al igual que la barrera lingüística con la norcoreana, los senegaleses hablan francés y el pasante habla español, así que la primera intervención de los personajes demuestra los conflictos de comunicación y de extorsión, porque el pasante quiere cobrar más dinero para no denunciarlos ante la policía. En este fragmento, los senegaleses se ven despojados de su ropa y sometidos a una exhaustiva requisa de lo que llevaban consigo. Sus pocas pertenencias son recuerdos para los parientes que han logrado llegar a Europa y cuando el agente-pasante de migración les pregunta en español los motivos de su viaje Soly reitera la seguridad económica que podría tener en ese país, incluso de manera clandestina:
Que nos odien es lo de menos. Allá se puede trabajar y se puede comer. Llevo dos años en esta cuestión. Revisando las opciones, entre enfrentar el agua, o dar el salto. Sin saber por dónde. En la mitad del Sahara los guías nos abandonaron. Se fueron con el dinero que les dimos para el total del viaje.
Como señala Soly, la migración contemporánea hacia Europa ha tenido motivaciones económicas principalmente; sin embargo, la mayoría de estos intercambios financieros en épocas coloniales relacionaron el cuerpo africano con la esclavitud en el mundo Occidental. De esta manera, las formas de esclavitud generadas en sistemas capitalistas configuran nuevas dinámicas de dominio del ideal europeo, lo cual evidencia la reiteración de poder que tiene un territorio que rechaza los cuerpos desconocidos o desterritorializados. En efecto, se distinguen porcentajes elevados de los movimientos migratorios desde África hacia Europa y América, siendo Senegal uno de los países con mayor número de migrantes en otros territorios de Latinoamérica.
Le Sénégalais constituent le premier groupe, parmi les autres communautés africaines, à avoir soumis une demande régularisation, avant février 2009. Selon les chiffres de l’ambassade du Brésil à Dakar, huit cents Sénégalais ont pu bénéficier de cette politique en obtenant un titre de séjour provisoire. (Minvielle 2015: 30)
De igual manera, se detecta un incremento de migrantes africanos, que al ver las fronteras restringidas hacia Europa, buscan trayectos opcionales para llegar a la América francófona en territorios canadienses, aumentando las peticiones de asilo entre la frontera de los EEUU y Canadá, flujo que entra en conflicto con los tratados de asilo y refugio, pues se debe hacer la solicitud en el primer país seguro. La ampliación del sueño americano hacia otro país hace el recorrido más largo y peligroso, porque deben atravesar desde Colombia más de cinco mil kilómetros, en donde los coyotes o pasantes que están ofreciendo estos viajes ofrecen la estabilidad anhelada de estos territorios, aunque los odien, según Soly.
Si bien la mayoría de los inmigrantes africanos buscaban como primer intento llegar a Europa, los intentos por quebrantar las fronteras después del pacto migratorio entre los países de la Unión Europea hizo que un sentimiento nacionalista surgiera y la posibilidad de empleo en estos territorios no fuera tan ‘idealizada’ por los cuerpos migrantes. Asimismo, la necesidad de migrar no se detuvo y nuevas utopías de multiculturalismo se volvieron atractivas para los africanos, en ese contexto Canadá deviene una tierra prometida para los francófonos.
When the Canadian Liberal government revised its immigration policies and made obtaining refugee status more accessible in the mid-1990s, Canada became one of the most desirable countries for migration. This move created what Bricker and Ibbitson call ‘‘The Big Shift’’, the most significant change in Canada’s population in the late twentieth century. (Meerzon 2015: 182)
Este fenómeno migratorio también se ve en el documental Le rêve canadien, emitido en marzo de 2019, del director Peter Ingles, en un contexto en el que el paso migratorio en Saint-Bernard-de-LaColle, Quebec, se volvió común para los indocumentados que residían en Estados Unidos y perderían el estatus de residencia temporal (TPS) de acuerdo a las políticas del presidente Donald Trump. También, encontramos que Soly y Birham son marionetas que solo mantienen su voz en off, un cuerpo fronterizo debido a las diferencias lingüísticas entre el agente-pasante migratorio que domina la situación, así que son los espectadores-migrantes que entienden los parlamentos de estos africanos, un recurso escénico que se da en otras dramaturgias de indocumentados: ‘‘Absent migrants are evoked in these plays through offstage voices or empty spaces, through ghostly stand-ins, and through telephone calls that do more to impede tan facilitate communication’’ (Wilson 2016: 89).
El siguiente fragmento de Souvenir Asiático es realizado con muñecos: un lobo y una coneja recuerdan la imagen del niño sirio encontrado en las playas de Turquía debido al naufragio de su embarcación que se dirigía a Grecia. Este relato reconfigura la historia desde una perspectiva que se ocupa de la familia que perece en el fondo del mar, una mirada desde los exiliados que perdieron su vida en el intento, así que el uso de muñecos de peluche nos remonta a la niñez de los menores que perdieron su vida en compañía de sus padres tratando de llegar a un país que no los esperaba.
Esta metáfora de los muñecos como cuerpos fronterizos es la memoria de más de dos mil muertes que se registraron en 2015, sólo en el Mar Mediterráneo, cuerpos que nunca fueron identificados y que no forman parte de registros oficiales si no llegaron a las costas. Al igual que sucede en el paso entre EE.UU. y México cuando los trazos de un migrante quedan registrados por objetos en el desierto, pero no se encuentra la identidad de la persona, tema que ha sido representado en el teatro mexicano e incluido en el teatro infantil y juvenil (Salcedo 2020).
Esta labor de reconocimiento de las víctimas es un proceso delicado porque no hay un cuerpo a reconocer y sólo están los objetos materiales que evidencian la vida de un otro que está ausente, algo que he abordado como cuerpos-no ausentes (Sánchez, 2019) en teatralidades relacionadas con masacres, genocidios, asesinatos políticos y falsos positivos, ya que si bien hay cuerpos expuestos también hay objetos que recuerdan y registran la presencia de un ciudadano sin Nación.
En ese contexto, Ollah y Yusuf usan la historia de las naves espaciales como imagen para escapar de la realidad violenta a la que han sido sometidos, estos niños buscan juguetes y esperan encontrarlos en el viaje espacial que tendrán; sin embargo, Yusuf espera el permiso de sus padres que deben salir pronto del fondo del mar para poder viajar con Ollah en la nave.
Yusuf: ¿Una nave espacial?
Ollah: Sí. A otro planeta.
Yusuf: ¿Y en el otro planeta hay juguetes?
[…]
Yusuf: Tenemos que esperar a que mis papás salgan, Tengo que pedirles permiso.
No es sorprendente que, mientras las fronteras en Europa se vuelven más restringidas, los cuerpos fronterizos se abran caminos y rutas en modos de transporte que continúan siendo vulnerables hacia otras opciones diferentes a Francia, Reino Unido, Alemania o España. La crisis migratoria de Europa en el 2015 reporta un registro de más de un millón de refugiados debido a la guerra en Siria; sin embargo, el problema de estas cifras no puede determinar la dimensión del problema cuando otros cuerpos quedaron sin ser reconocidos. En otras palabras, los datos que tiene la comunidad europea no dan cuenta de los cuerpos sin frontera porque no llegaron al destino final.
Souvenir Asiático expone las problemáticas globales migratorias que afectan poblaciones vulnerables o despojadas de territorios e identidades (Butler 2013 y 2016). Desdibuja espacialidades, escénicamente hablando, para mostrar las contradicciones y oposiciones que atraviesan las sociedades en la actualidad, logrando una ruptura entre el teatro representacional y el teatro de acción que diversifica e interroga las posibilidades políticas de los movimientos migratorios que se dan en seis contextos geográficos en donde los cuerpos migrantes son manipulados, silenciados y lingüísticamente impedidos para reclamar derechos de refugio o asilo.
If it is always the individual becoming a property owner who is said to actualize some essence of human individuality at that moment, then the system of property distinguishes between those who own it and those who do not.[…] when property is linked ontologically with individualism, inequality is implied ( Butler 2013: 160)
En otros términos, los personajes son títeres de otros que movilizan sus identidades y los individualizan en la esfera pública para exponer la inequidad de su estatus ante los espectadores. Son personajes en escenas liminales que evidencian una violencia física, porque esos cuerpos están despojados de Nación o un Estado que los proteja, por lo tanto, aluden a un estado de ambigüedad que irrumpe la estructura jerárquica de una sociedad. En ese sentido, la vulnerabilidad de la identidad se marca en los muñecos-migrantes cuando carecen de rostros o nombres, porque su lengua o acento marcan la diferencia de origen, constituyendo un impedimento básico de comunicación con los personajes que representan la ley o los coyotes.
Con respecto a la vulnerabilidad, Butler (2016: 24) afirma que algunas resistencias en la sociedad se inician desde regímenes violentos que ejercen la autoridad desde el ejercicio del poder y la fuerza; sin embargo, la crisis migratoria se ha evidenciado en los países más ricos del mundo que en un pasado colonial mantenían relaciones de poder con el dominado o en países intervencionistas donde las democracias se debilitaron por la corrupción del dominador.
El siguiente fragmento se relaciona con la historia de Yusuf y Ollah, porque son dos mujeres sirias: la madre de Oula y Oula que sobrevivieron al naufragio del hermano y el padre. Oula es una chica musulmana que ha sido obligada a casarse siendo menor de edad (catorce años) en Arabia Saudita; por lo tanto, ella es una marioneta víctima de una migración fracasada a París. Su madre también ha sido obligada a venderse a los saudíes en casamientos acordados por dinero y Oula ha sido vendida por segunda vez.
Oula: ¿No habría sido mejor morir con ellos? ¿Haber muerto con mi hermanito y mi papá en el mar? ¿No habría sido mejor? ¿Por qué el mar no nos tragó a todos por igual? Estamos de sobra por la vida, ¿no sientes que estamos de sobra por la vida?
Oula aparece con su yihab y su vestido de novia; aunque tiene discusiones con su madre, estos personajes tienen sólo dos escenas, en las cuales se evidencia el destino nefasto de culturas que acceden a matrimonios arreglados con niñas menores de edad. El primer matrimonio de Oula fue cuando tenía doce años y, sin embargo, su madre se vio obligada a venderla nuevamente a los saudíes. La voz en offstage de la niña y la reiteración de su destino en la cultura musulmana, la lleva a cuestionarse por el alma y su identidad a través de otras ciudades:
Sí. En ese lugar hay una calle que se llama igual que una calle en París/
[…] Tú la ves y dices: me acuerda de Lima, me acuerda de Moscú./
Que hay un alma que se repite en todos los seres del mundo./
Tú la ves y dices: soy yo mismo.
Butler afirma que esta noción de la propiedad de la persona lleva a la precariedad del sujeto mismo actualizando la esencia individual del sujeto según el propietario:
[…] the ontological conflation of the individual with property ownership is part of the very framework that induces precarity. If it is always the individual becoming a property owner who is said to actualized some essence of human individuality […] (2013: 160).
El último fragmento de Souvenir Asiático es proyectado en la frontera de EE.UU. y México en una de las paredes del escenario y relata la historia de dos migrantes que son personificados en un burro y una cabra. Esta ironía recuerda la llegada de Jesús a Jerusalén durante la Pascua judía, ya que se considera que EE.UU. es la tierra prometida. Aunque, en esta escena, los animales son los migrantes que desean atravesar la frontera para llegar a la utopía de un país; los cuerpos fronterizos burlan los agentes de inmigración y logran su objetivo. Esta lúdica de la frontera tiene un efecto en los espectadores-migrantes, porque no hay documentos legales que puedan requerir a unos animales cruzando ilegalmente ese espacio nacional.
Además, en la misma frontera entre México y EE.UU., pero en el río Grande, se encuentran dos chinos que no hablan español y dos mexicanos llegan para cruzar nadando, pero las barreras lingüísticas no les permiten entenderse muy bien e, inclusive, uno de los chinos se llama Chao. Esta confusión entre la palabra de despedida y el nombre del chino genera una acción cómica entre los mexicanos y su demora comunicativa les hace detenerse hasta que se ven asechados por un cocodrilo-marioneta que se mueve entre los espectadores. De esta manera, los cuerpos migrantes de esta teatralidad reconocen las problemáticas globales ligadas a los movimientos de desplazamiento forzoso que no logran conectarse linealmente, pero que obedecen a causas comunes en donde la vulnerabilidad de los civiles se expone ante los espectadores-migrantes que viajan en un planchón. Esto nos deja ver que los miles de migrantes están en el limbo: sin tierra, sin identidad, pero en medio de un espacio liminal como expresión del estado fronterizo de los cuerpos/ciudadanos. Una liminalidad que se da en espacios públicos que surgen de una situación de margen, de existencia en el límite, portadora de cambio, propuesta de umbrales transformadores (Diéguez 2014: 42-43).
Este artículo es sólo una aproximación a las nuevas temáticas migratorias que permean el teatro colombiano; sin embargo, la migración representada a partir de cuerpos inertes que cobran vida y voz gracias a otro que los manipulan, metaforiza el caso de miles de refugiados que buscan dejar sus países para buscar una vida segura. Un estatus vulnerable que los deja silenciados y con su voz en off para no llamar la atención de los agentes de migración. Rostros sin ojos, sin boca y sin nariz son las características de estos cuerpos en escena, materialidades que considero cuerpos fronterizos, porque se tejen en espacios liminales de frontera o no-frontera, en el caso de los migrantes que ni siquiera llegan al punto de destino, enfrentando al espectador a la misma situación incómoda del ilegal.
Reconocer que estas estéticas teatrales debaten problemas globales que afectan todos los territorios es revelar que el teatro va más allá de la representación y tiene una función política que confronta las realidades y los cuestionamientos que atañen al humano. No se trata de un teatro reflexivo que interpela la buena conciencia; por el contrario, se asegura de que la acción escénica de manera explícita focalice la vulnerabilidad de grupos desterritorializados o despojados de su identidad, su casa, su educación, su sexualidad e, inclusive, de su lengua, porque no pueden comunicarse con los pasantes/coyotes o los policías, quienes sí tienen voz en la obra.
La teatralidad de Souvenir Asiático logra un tejido en medio de la fragmentalidad, son relatos que se unen para denunciar un pasado colonial que marca las consecuencias de inequidad económica, educativa y política. Su escenografía ha sido analizada de acuerdo a las particularidades históricas de cada cuerpo fronterizo, lo cual se evidencia en la integración de significativos elementos que hablan del origen y de las materialidades históricas que llevaron a los migrantes a esa dinámica incesante de buscar la tierra anhelada. Asegura que la historia no ha terminado y que las acciones performativas de los migrantes hablan aunque no tienen voz, denuncian aunque no tienen acceso a los sistemas legales y reconfiguran las cartografías migratorias constantemente.
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