El trabajo de servir: las tareas de la vida cotidiana, Inglaterra, 1760-1820

  • Carolyn Steedman

Resumen

El trabajo de los sirvientes domésticos ocupaba una posición central en la filosofía política del siglo XVIII y, por lo tanto, en el derecho laboral y la política fiscal que esta sustentaba. La filosofía del trabajo, que se originó en el siglo XVII, entendía al trabajo como una cualidad abstracta, algo que se podía contratar y transferir de persona a persona en virtud de un acuerdo celebrado que implicaba realizar algo para  otro a cambio de algún tipo de compensación. El significado general de “sirviente”, un hombre o una mujer que trabajaba por algún tipo de recompensa bajo esta modalidad, era lo que John Locke tenía en mente cuando analizó estas cuestiones en Dos tratados de gobierno (Two Treatises of Government, 1689). En el segundo Tratado, Locke describía que “cada hombre tiene la propiedad de su propia persona; nadie tiene derecho alguno sobre esto salvo él mismo”.1 El trabajo de su cuerpo, el trabajo de sus manos, son suyos y solo él tiene potestad sobre ellos. En el gran mundo de abundancia que Dios creó, la gente puede combinar su trabajo con los frutos de la tierra y comportarse como el Creador que los hizo, y las cosas naturales con las que mezclan su trabajo se convierten en suyas: en su propiedad.

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Cómo citar
Steedman, C. (1). El trabajo de servir: las tareas de la vida cotidiana, Inglaterra, 1760-1820. Mora, (19), 101-126. https://doi.org/10.34096/mora.n19.459
Sección
Dossier: El género en la historia social inglesa