Sobre política y apariencia en la teoría de J. Rancière

  • Daniela Losiggio
  • Lucía Wegelin
Palabras clave: apariencia, política, policía, estética

Resumen

Entre los discursos sobre el fin de la historia, de las ideologías o del arte que el desenlace del siglo XX trajo consigo, se formuló también una sentencia que atravesó perspectivas teóricas bien distintas: la muerte de la representación, de las apariencias. Ese diagnóstico tuvo por portavoces a dos grupos de autores: los pesimistas de la estetización de lo social y los optimistas de la democracia consensual (y la multitud). J. Rancière se ocupa de formular una crítica que afecta a ambas posiciones, pues no es cierto que la apariencia haya muerto. El mundo que nos presenta es un teathrum politicum en el que las partes de lo común han sido distribuidas, configurando lo que Rancière llama un orden policial, y en el que siempre una parte que contribuye a la existencia de lo común queda invisibilizada: sin parte. Lo que el autor de El desacuerdo (1995) llama “político” se produce en ese momento en que esa parte aparece y produce una “escena del disenso”. El rescate del concepto de apariencia vuelve menos rígida la contraposición clásica de los términos rancerianos política-policía. No obstante, pone en la superficie un nuevo problema: la homologación entre estética y política. 

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Cómo citar
Losiggio, D., & Wegelin, L. (1). Sobre política y apariencia en la teoría de J. Rancière. Cuadernos De filosofía, (65), 47-58. https://doi.org/10.34096/cf.n65.3633
Sección
Artículos