Del malestar de la evaluación de la ciencia a la construcción de propuestas integrales para la evaluación en la universidad. Conversaciones serenas y sin tapujos

  • Daniela Perrotta

Resumen

Elea Giménez Toledo —actual directora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España e investigadora de vasta trayectoria en la evaluación de publicaciones académicas y su vinculación con los procesos de evaluación de las  Ciencias Sociales y las humanidades— interpela la lectura a partir de una sensación compartida por quienes investigamos: el malestar. Malestar, hartazgo, cansancio, ¿resignación? son temas de conversación recurrente entre investigadores/as en cada encuentro, y no  solo como parte de una reflexión sobre nuestras prácticas (las formas en que producimos y divulgamos conocimiento) sino que cada vez con más frecuencia compartimos cuán abrumados/as estamos. Pero el malestar, como bien despliega Elea en su libro, no es sobre la evaluación per se; ya que hay una amplia coincidencia en que debemos evaluarnos y ser evaluados como forma de mejora de nuestras prácticas y como parte de cierta accountability social (especialmente en países donde el financiamiento a la ciencia y a la universidad es público). Por eso, es un malestar sobre una forma peculiar de evaluar la práctica académica a partir de las métricas de publicación… De manera sencilla: cuánto y dónde publicamos —y, en algunos países, cuánto somos (re)citados/as—  como formas de analizar cómo investigamos y así reconstruir la calidad y/o excelencia académica a partir de ese proxy es lo que abruma. Perturba, precisamente, porque por fuera de esa medida quedan invisibilizadas otras prácticas y excluidos otros procesos (¡y saberes!) de la investigación que no necesariamente tienen como resultado un  paper  publicado (y re-citado) en una red hegemónica de circulación del conocimiento (léase, la red comercial tejida por las grandes empresas editoriales orientadas al lucro). Así, esta forma de evaluación molesta porque la proyección de las carreras académicas queda subsumida a esta lógica. Cada vez más, los/as jóvenes investigadores/as son socializados/as a pensar sus carreras académicas en función de esta premisa cuyas consecuencias son, entre otras, privilegiar temas, enfoques teóricos, metodologías e idiomas de publicación por sobre elementos más vinculados al contexto local-regional de producción de conocimiento. En cierto punto, se pierden motivaciones más del orden de lo político, tanto en clave de politización (investigación para la modificación de las condiciones estatuidas, de situaciones socialmente problemáticas), como de lo sensible (creatividad, pasión).

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Citas

Naidorf, J. (2012). Actuales Condiciones de Producción Intelectual. Una aproximación a la situación de los investigadores de las universidades públicas argentinas. En Naidorf, J. y Pérez Mora, R. (eds.). Las condiciones de producción intelectual de los académicos en Argentina, Brasil y México. Buenos Aires, Miño y Dávila.
Naidorf, J. y Perrotta, D. (2015). La ciencia social politizada y móvil de una nueva agenda latinoamericana orientada a prioridades. Revista de la educación superior, 44(174): 19-46.
Skolnik, M. (2000). Does counting publications provide any useful information about academic performance? Teacher Education Quarterly: 15-25.
Publicado
2021-07-01
Cómo citar
Perrotta, D. (2021). Del malestar de la evaluación de la ciencia a la construcción de propuestas integrales para la evaluación en la universidad. Conversaciones serenas y sin tapujos. Revista Del IICE, (50), 209-212. https://doi.org/10.34096/iice.n50.11275
Sección
Reseñas